Sientes que tu respiración se iba y dejaba de ser una prioridad, y que una descarga de electricidad subía por todo tu cuerpo, pero a lo único que llegaste a reaccionar fue a mover los labios con la decepción de no poder articular incluso la más mínima palabra. Es que un simple vistazo hacia el cuerpo que tenías adelante podría desconcentrarte por completo.

¡Pero era tan difícil...!

Con solo el pensamiento de acariciar ese cabello como las tonalidades de las hojas de la estación otoñal, de estudiar más de cerca aquellos luceros que a simple vista eran de un tono anaranjado ligeramente ambarino, de rozar aquellos suaves labios carmesí, de deslizar sus dedos sobre la tela del blanco deslumbrante y el rojo firme de su vestido, tú realmente podrías perderte en esa bella diosa.

Y, por eso, casi te desmayas al notar esos hermosos y brillantes ojos posarse sobre tí.

Aún con el corazón palpitándote a mil por segundo, no perdiste de vista como aquella figura con largas piernas se dirigía a tu espada, la Blue Rose Sword, sin ningún temor y muy segura de sí misma.

Pero tal vez debías dejar de comportarte como un estúpido, dejar de confiarte en las apariencias y alertarte. Si Kirito se enteraba de que tu espada era robada porque te distrajiste, seguramente sus sermones serían en extremo estresantes. Así que se despegaste tus pies de el suelo y comenzaste a correr con la intención de arrebatarle tu espada.

—Oh, no te preocupes.

Y percibiste tus mejillas calentarse a lo que esa voz como el canto de un ángel entró a tu campo auditivo.

La chica te tendió la espada, y en su puchero se notaba el esfuerzo que hacía en solo sostenerla en sus pequeñas y delgadas manos, así que como buen caballero que eras te apresuraste en recibirla.

Pero de pronto viste como la muchacha se iba para atrás por el repentino cambio de peso y te horrorizaste al imaginársela lastimada, y entonces en un acto desesperado atrapaste su cuerpo en tus brazos y la atrajiste rápidamente hacia tí.

De pronto, la necesidad de encontrar a tu amiga rubia y tenerla cerca de tí, y las órdenes de Cardinal y Kirito desaparecieron completamente de tu cabeza, como perdiendo prioridad en el orden de importancia.

Te sientes en otro lugar y aquella calidez como una droga, pero para tu infinita decepción, la separas de tu cuerpo, alejando la bella sensación de su suave piel.

—Soy Eugeo, fue de verdad un gusto, pero tengo que irme.

Tomaste la espada con cierta brusquedad, y le dirigiste una mirada de soslayo a la silueta femenina que aún te cautivaba en extremo.

—Mi nombre es Asuna, muchas gracias por ayudarme. Espero que nos volvamos a ver algún día.

Y como una promesa, juraste grabarte ese hermoso nombre, y recordar aquella voz por la que deseabas secretamente volver a oír, rogando porque sus caminos se volvieran a cruzar, y pudieras volver a apreciar la belleza digna de una diosa que esa dama poseía.

Porque sin darte de cuenta, y apenas un segundo de haberla perdido de vista, ya ansiabas el momento de volverla a ver.


Realmente me he enamorado de esta forma de escribir (?)

Pero bien, tal vez esta pareja -para mi desgracia- no sea canon, pero se merece toda mi atención, además de que me encanta Eugeo! 3

¡Dedicado a L' Fleur Noir! Yo enserio espero que te guste, después de todo era para tí, huh. :v

Mención a Kitten, que me ayudó a modificar algunas cosas del texto y estoy muy agradecida con ella.

¡Gracias a todos y que tenga buen día!

Los quiere, Xu.