Hola a todas…. Este fic es compartido con Debelah.. es para mayores de 18 años así que si seguís leyendo es bajo vuestra responsabilidad.

Esperamos con ansias vuestros comentarios. Nos leemos.

LIAH y DEBELAH

DISCLAMER: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer , nosotras solo pervertimos a los personajes.

CAPITULO 1: No ruidos, no hablar y sobre todo no mirar

Entre las muchas cosas que un hombre no puede permitirse hay una que se destaca especialmente: un hombre no puede permitirse dejar insatisfecha a una mujer en la cama. Sergio Sinay.

Otra noche más, otra noche con mi rutina de siempre. Allá vamos, en busca de mi punto G. Esto estaba fuera de catalogación, su cuerpo me estaba aplastando mientras sus torpes manos manoseaban mi cuerpo. Vamos Bella se supone que te tiene que gustar. Vamos pon cara de gusto que seguro que eso le inspira y mejora lo que esta haciendo.

- ¡Oh Bella! Esto es fantástico… mmm...me encanta, eres maravillosa- suspira mientras su lengua recorre mi cuello de manera grotesca. Esto es fantástico si, ¿pero para quien? ¡Dios! Si no fuese porque se está moviendo empezaría a dudar de si realmente la ha metido…

Un momento ¿estaba dentro? Dios… esto era un infierno. Su cuerpo pegajoso del sudor estaba totalmente pegado al mío.

- Sigue- dije por decir algo. ¿Pero por que le digo que siga? Yo lo que quiero es que termine de una vez.

-¿Te gusta nena?-

¿Qué si me gustaba? Este tío es imbécil. Me mordí el labio y traté de gemir en respuesta. Espero que con eso tenga suficiente.

- No te oigo preciosa… quiero que grites mi nombre… grita- aquello era una orden y para colmo su cadera golpeó la mía más fuerte. ¿He de suponer que la embestida también sería más profunda?

Sus movimientos empezaron a semejarse a los de mi perro con el cojín, bien estaba terminado. Solté un grito de alegría que hizo sonreír al pobre iluso. Vamos no tardes que esta noche quiero ver mi programa favorito. Su cara empezó a poner una expresión un tanto extraña. Odiaba que le gustara, era tan injusto.

- ¡Ah! Si… ¡oh Dios! Estoy apunto… No aguantaré mucho más cariño. En mi mente se reprodujo el aleluya cantado por bellos ángeles. Un par de movimientos más y sería libre. Su rostro se contrajo, sus manos apretaron con demasiada fuerza mi pecho… esto era demasiado, no bastaba con que no supiese ni follar que encima de estaba haciendo daño. Como me deje marca se la corto.

- Déjate llevar yo hace tiempo que me fui- de esta mierda. Por dios, quien me manda pensar que después de 10 noches así la cosa iba a mejorar? Esto no tenía arreglo. Y noté como daba sus últimas coleadas. Suspiré aliviada. Ya podría salir de esta jaula. Miré a su cara que encima era de gran satisfacción, reflejo de la mía- que se noté la ironía.

Por fin se apartó a un lado con un gran suspiro.

- Dame diez minutos y estaré listo de nuevo pequeña- una gran sonrisa se dibujó en su rostro. ¿De nuevo listo? ¿Para que?... ¿No estará pensando en serio volver a tocarme? Piensa Bella, piensa rápido… necesito una excusa y por el amor de dios que sea buena, muy buena.

Saqué mi móvil y mande un mensaje urgente a Alice, no hacía escribir lo tenía en la plantilla guardado.

- el semental ataca de nuevo ¡salvarme! -

Lo envié y guardé el móvil como si nada. Mike volvió haciendo ruidos de tigre. Oh no el numerito del tigre no. Se acuclilló para saltar sobre mí cuando mi móvil sonó y evité que cayera sobre mi rodando en la cama. Tomé el móvil a toda prisa.

-¿Diga?- dije tratando de sonar algo molesta… tampoco quería herir del todo sus sentimientos.

- ¡Grr!- Alice se mofó de mí… esta me la pagaba.

- Alice, ¿Qué pasa?

- Dímelo tu… ¿otra noche de sexo desenfrenado con la fiera?- su risa cantarina me irritó aún más.

- ¡Oh! ¿en serio?, pues… no te preocupes, voy para allá- colgué el teléfono, era el momento de poner mi mejor cara y contar mi mayor mentira.

-No te lo vas a creer a Rose le ha dejado el novio y me necesitan. Lo siento de corazón.-

- ¿A Rose? ¿El novio? Pero si ella tiene uno cada día-

- Pero le dejó el de hoy… Mike ella siempre deja... ¿Lo entiendes?

- No, lo que no entiendo es que cada noche tus amigas te llamen con sus problemas…. Parece que lo hagan aposta…. Por que las conozco y sé de buena mano que no son capaces… pero…

Iluso era una palabra que no le llegaba a definir. Ignorante era demasiado culta, quizás. Payaso, gilipollas o estúpido me gustaban más.

- Lo siento corazón- esas palabras quemaban en mi boca, no lo sentía en absoluto- tengo que irme.

- Tranquila nena, ya seguiremos otro día… aún tengo muchos planes para nosotros- se acercó gateando hacia mí y yo contuve una arcada- por el momento te dejo un pequeño adelanto.

Observé con horror como su lengua salía de su boca para pasarla cual lametón de vaca por la mía. Era momento de huir… y para siempre.

- Si, yo te llamaré ¿vale?- cuando las vacas bailen claque.

Salí de aquel apartamento odiando mi olor, me repugnaba tener algo de él. Estaba decidido le iba a mandar a buscar espárragos. No podía seguir jugando a esto, incluso mi cuerpo terminaría vengándose de mí y vomitando cuando lo viera.

Tomé un taxi esperando que el señor conductor no tuviera ganas de charlar, simplemente quería llegar a mi casa y comer helado hasta reventar. Pero la suerte no era mí sino, no podía esperar que con la noche que había pasado aquel tipo con los dientes ennegrecidos decidiese concederme la paz que necesitaba.

- Vaya, parece que la señorita a tenido una noche interesante- me guiñó un ojo. Bufé exasperada, esto no podía estar pasándome, en serio…

- Si usted lo dice…

- Como para no decirlo, el revolcón a tenido que ser espectacular- sonrió de oreja a oreja.

- ¿Cómo se atreve?- casi grité.

- Niña… si olvidaste hasta abrocharte la camisa.

Después de intentar taparme e intentar olvidar la mirada lasciva del taxista subí a nuestro apartamento por las escaleras. Era una meta personal de esas que tomas en año nuevo. Este año subiré por las escaleras para perder culo, exceptuando y tienes una larga lista de veces en la que puedes tomar el ascensor.

- Después de un polvo de infarto puedes subir por el ascensor-

¿Qué estaba pensando cuando puse esa norma? Polvo de infarto y yo no íbamos relacionados. Bueno… el infarto era posible que me diera de la desesperación… pero otra cosa no.

Eran cinco pisos, me repetí una y otra vez. Los tacones no te molestan para nada Bella, me decía a mi misma. Bueno, eso de que no molestan… al menos no molestaban hasta que aquel estúpido escalón decidió moverse en el momento en el que yo iba a poner mi pie encima.

La noche estaba cada vez mejor, ahora no solo sufriría el dichoso infarto, sino que tendría que visitar al dentista. Gracias a Dios ya tengo experiencia en este campo, el de caerme estando parada y sin moverme, y no sufrí lesiones graves. Un par de moretones en la rodilla no eran tan graves.

Llegué por fin al piso y entré lanzando mis zapatos al suelo. Entré directa a la cocina tomé el helado de chocolate y una cuchara gigante. Entré en el comedor y ahí estaban mis amigas y compañeras de piso. Ros y Alice. Que estaban intentando no decir nada. me senté en el sofá y empecé a comer el helado.

- Desembucha- gritó Alice

Perfecto, ya sabía que no podría librarme y menos cuando yo misma me había puesto en la línea de tiro al llamarlas para que me salvasen. Pero sabía a donde llevaría todo aquello, otra charla sobre mi patética vida sexual, mi reticencia a darme por vencida. Si, definitivamente era estúpida al pensar tras el primer polvo que podría mejorar algo.

Las miré entrecerrando los ojos, modo de advertirles que no estaba de humor, pero la ceja de Rose se arqueó levemente. ¡Mierda, ahora me estaba retando!

- No hay nada que contar. Absolutamente nada. Y no Alice, me da igual que tengas una noche aburrida y que mis frustraciones te diviertan. No, no quiero que me recordéis que me lo advertisteis y tampoco quiero que me sermoneéis sobre la posibilidad de ir a un puto. ¿Entendido? - Les dije mientras las amenazaba con mi cuchara.

Las risas no se hicieron de esperar, observé como sus caras pasaban del blanco al rojo mientras ambas trataban de no caerse del sofá. ¿Y aquellas se suponían que eran mis amigas? Poco a poco mi frustración sexual iba tomando el control de mi cuerpo hasta hacerme estallar.

- ¡Ya basta! No pido tanto, solo un tío que sepa utilizar lo que tiene entre las piernas joder… No es tan complicado.

- OH, venga Bells tampoco será para tanto, el chico no lo puede hacer tan mal- dijo entre risas Rose mientras se mordía el labio.

- Encima que el chico inventa en la cama.... no todos hacen el salto del tigre...-

Mis ojos se abrieron de par en par…

- ¿El salto del tigre?- exclamé- Di más bien el salto de la marmota. ¡Por Dios!

- ¿marmota? pobre buscando una cueva donde cobijarse y tú.... mira que eres mala...-

- Muy graciosa Alice, pero os juro una cosa, a partir de hoy y en lo que resta de verano no me toca un tío más. Total, para lo que hacen, mejor me apaño yo solita- un puchero se dibujó en mi cara.

- ¿Hablas en serio? ¿Un verano entero? - Esto era el colmo si Alice lo ponía en duda.... pero eso era una técnica demasiado vieja para ejercerla conmigo. Yo estaba segura. Total siempre había estado presionada por ellas... este verano sería una solitaria pasa.

- Si, un verano entero… ¿Alguna objeción?- volví a apuntarles con la cuchara.

- No, ninguna- dijo Rose mientras le devolvía una mirada muy extraña al pequeño duende.

-Vale... tu misma. ¿Sabes? Hoy recibimos la contestación aquella solicitud que enviamos hace un par de meses... ¿la recuerdas?- su sonrisa era demasiado terrorífica. ¿solicitud?

EDWARD PVO

Si consigues no mirarla terminaras, si consigues no mirarla terminaras. Mierda la miré. ¿Llevaba pestañas postizas? Dios, se le estaban despegando. Vale volvamos a pensar… Angelina Jolie, me lo estoy montando con Angelina Jolie.

- mmm Eddie… te esta gustando ¿no?

¿Cómo puede preguntarme eso justo ahora? Lo que me faltaba, con esa voz chillona había logrado evaporizar la imagen que tenía de Angelina Jolie entrelazando sus piernas en mi cadera. No la mires, no te fijes en ella y tu diosa volverá a aparecer, gruñe simplemente y con lo estúpida que es seguro piensa que estas disfrutando.

- ¡Oh! Eddie… sigue así mi amor, eres una fiera.

Estaba claro que si seguía hablando lo único que conseguiría es que me fuera pero a otra parte. Me estaba costando mucho mantener mi erección pero esta no conseguía manchar mi reputación.

- Vamos nene… mira como me tienes.

Vale tendríamos que buscar soluciones drásticas… salí de ella y la tomé del pelo. Esto en teoría debería ser más suave, con más tacto pero no tenía el cuerpo para cursiladas.

Y en un movimiento rápido adentre mi miembro en su boca. Así al menos estaría calladita.

Un buen método, me felicité a mi mismo, ahora solo quedaba disfrutar y terminar rapidito para poder largarme de allí. Pero… ¿Cómo podía ser posible? ¿Estaba intentando hablar? Si tendría que estar atragantándose por dios. No, no, no… como siga así esto ya no tendrá arreglo. Definitivamente esta tía es más efectiva que una ducha fría.

La tomé de la cabeza, y accidentalmente – nótese la ironía- le coloqué el pelo de tal forma que tapaba su cara. Moví mis caderas e intenté concentrarme solamente en mi placer. A ella… bueno… me daba igual ella en este momento.

Cerró un poco más la boca alrededor de mi amigo Black and Decker y pude notar sus dientes. ¿Nadie le dijo que eso no gusta? Habíamos llegado a un punto en el que la caballerosidad había desaparecido, ahora solo importaba llegar a mi meta, descargar, vestirme y correr.

Mi mano disimuladamente viajó por sus mejillas- seguramente pensaba que la estaba acariciando con dulzura, ni que el momento lo requiriese- llegué a aquella nariz operada y la taponé con dos dedos. Así aprendería a no morder.

Su boca se aparto de mi miembro, mierda esta chica siempre la jodía, me miró a los o, su pestaña ahora estaba en su labio superior, intenté no reírme pero era casi imposible.

- has sido un niño muy malo Eddie-

No mas jueguecitos … me quería ir. El partido empezaba en 15 minutos y esta tía solo hacía que alargar esta tortura.

- si.. muy malo- le dije mientras la giraba y la empujaba para poder embestirla por detrás. ¿ Habran unos tapones por aquí?

Al menos así no tenía que verle la cara, eso y a era un punto. Venga Edward, recuerda esas curvas de Angelina, sus carnosos labios… si quieres imagínate la escena anterior pero con ella… ¡Venga Decker, termina la faena y rápido!

¿Cómo se titulaba la película que le pillé a Emmett la noche anterior? Tenía buenapinta.Definitivamente empezaría a ver sus películas para tener la imaginación mas despierta. Y fue cuando lo noté por fin estaba llegando. Los sonidos que hacía Jessica eran de lo menos placenteros pero yo estaba apunto de irme. Moví a toda prisa mis caderas sin ningún reparo. Cuando por fin exploté. Genial. Me quedan 7 minutos para deshacerme de la pesada, vestirme y llegar a mi apartamento.

- Bueno nena… se ha hecho tarde… ya nos vemos- dije mientras me ponía los boxer y buscaba los pantalones.

- ¿Cómo?- dijo algo exasperada- Eddie, tu y yo aún no hemos terminado…

- Esto… si, ya… es que no me acordaba pero de verdad, me tengo que ir… fíjate es tardísimo.

- ¿Tardísimo?- enarcó una ceja- son las nueve de la noche Eddie.

- ¿tan tarde? Me voy… ya te llamaré yo- todavía tenía mi camisa sin abotonar cuando salía por su puerta. Me crucé con una muchacha que se quedo mirando mi torso desnudo. – joder Edward- me regañé a mi mismo mientras miraba el reloj. 5 minutos. Bueno podría llegar un poco tarde. Sin pensármelo dos veces la tomé del brazo justo en el momento que la puerta del ascensor se abría.

La apreté contra la pared mientras sumergía mi lengua en su boca. Mis manos se pasearon por su cuerpo tanteando el terreno. Estaba muy bien. Metí mi mano en el bolsillo trasero de mi pantalón y saqué una tarjeta.

- llámame preciosa- y dicho eso salí del ascensor corriendo hasta mi coche.

Tres minutos y el partido empezaría. Aceleré mi preciado Volvo y me sumergí entre las abarrotadas calles de Chicago. Llegué frente a nuestro apartamento y bajé de un salto.

Se podía decir que no había quemado todo el cartucho, o más bien ella no había logrado ni encender la mecha. ¿Dónde estaban aquellas diosas en la cama de las que tanto me hablaban? Tampoco pedía tanto, un poco de anatomía real, sin silicona y mucho menos pestañas que acaban en la mejilla.

Entré en mi portal para encontrarme a la mujer del tercero mirándome de una forma extraña. Miré al espejo de la entrada, estaba descamisado con carmín en mis labios, el pelo más despeinado de lo habitual y ¿que era eso que tenía en mi barbilla? Maldita pestaña.

Genial, me tocaba subir por las escaleras. Subí deprisa y abrí la puerta lo más rápido que pude. Ahí estaban Emmett y Jasper con las pizzas y las cervezas. Adoraba a mis amigos. Me terminé de quitar la camisa y me senté en mi butaca

- Eddie- gritó Emmett

- Em por favor, tu también no, sabéis como odio ese maldito nombre- rugí, solo recordar como sonaba con la voz de pito de Stanley me entraban arcadas. Estoy seguro que tras esa noche mi fiel compañero Decker tendría un trauma.

- Parece que el encuentro no ha sido todo lo fructífero que habrías deseado amigo.- Miré a mi amigo Jasper, enarqué una ceja… este chaval no cambiaría jamás, siempre tan estirado.

- Bueno si miramos el lado positivo a la noche, he conocido una vecina de Jessica que esta como un queso-

- nunca aprenderás…. En ese edificio todas son iguales…- dijo Jasper demasiado gracioso.

- Algo que tú nunca sabrás ¿no?- alcé una ceja viendo como Jasper se volvía colorado.

- Hermanos haya paz. El partido va a comenzar. Y estamos comiendo… no queremos que nos siente mal la comida pensando en el "polvo" de Edward-

Me senté junto a Emett y pillé mi cerveza mientras decidía sobre que pizza me apetecía más. Jasper y él ya estaban haciendo apuestas sobre quien ganaría el partido… ellos nunca cambiarían. De pronto una musiquilla caribeña llamó mi atención.

La pantalla reflejaba la imagen de una tía despampanante con tan solo un mini bikini y un pareo.

El anuncio ya de por si estaba genial, solo con poder observar esas curvas ya me la estaba imaginando cabalgando como una autentica fiera sobre mí.

- El hotel Parasiac Beach Blue os ofrece la oportunidad de uniros a nuestra plantilla este verano. Trabaja en un ambiente de ensueño, rodeado de las playas más hermosas del planeta y gana un sueldo increíble.

-¿chicos tenéis algún plan para verano?- dije con una sonrisa en mi cara. Este verano tenía que encontrar el polvo de mi vida, estaba cansado de siempre lo mismo…