OUAT NO ME PERTENECE, Y BLABLABLA. EL PAR DE IDIOTAS SE PERDIÓ LA TREMENDA PAREJA QUE ERAN REGINA Y EMMA.

ESTA ES UNA ADAPTACIÓN DE LA HISTORIA MY CINDERELLA, CUYA AUTORA ME DIO EL PERMISO DE USAR PARA ESTE HERMOSO SHIP QUE ES EL SWANQUEEN.


Capítulo 1

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Apoyó la cabeza en la entrada de su hogar, pequeño pero lindo hogar. Tenía sus ojos entrecerrados por el sueño, se sentía cansada y eso que aún no empezaba su jornada laboral. ¡Eran solo las 6:45 de la mañana! Su madre acababa de salir para tomar un autobús que la dejase cerca de la mansión Swan, cerca, sí, porque después le quedaban 10 minutos caminando por un sendero para llegar a aquel sector de la ciudad tan exclusivo.

Suspiró y con la mano apoyada por los muebles para no caer, se dirigió a la cocina para preparar su desayuno y el de su hermana menor. Sonrió apenas, esa niña de solo 10 años junto a su madre le hacían sentir orgullosa, pero no podía decir lo mismo de Neal, su hermano mayor. ¿Estaría comiendo bien? ¿Habría alcanzado su sueño?
Mientras el agua hervía fue a darse una ducha que la despertara como lo hacía cada mañana al igual que la pregunta "¿Por qué mierda estoy trabajando en mis vacaciones de verano?"
Cuando el reloj marcó las 7:30 am, 40 minutos más tarde, ya estaba lista para irse.

Procuró dejar preparado el desayuno para su hermana sobre la mesa en el comedor, era pequeña para usar el fuego o eso creía ella, le tenía prohibido usar fósforos y elementos peligrosos mientras un adulto no estuviese a su lado. Fue hasta su habitación y depositó un beso en su frente ¡Que adorable niña!

-¿Te vas ya Gina? -. Ella asintió, no le gustaba dejarla sola todo el día porque temía muchas cosas. Los profundos ojos marrones de su hermana le preguntaron algo que pudo entender con solo verlos –Sí, nada de usar cuchillos ni contestar llamadas, tampoco exceso de TV. Si necesito algo te llamaré y si alguien quiere asaltar la casa me meteré en nuestro sitio secreto ¿Puede venir Grace a jugar conmigo?-. Frunció el ceño

-"Solo ella y nadie más, si su madre te invita a almorzar que ella te venga a buscar y a dejar" -. Sabía el lenguaje que expresaban sus manos.

-Lo sé, lo sé, te amo hermanita-. Besó profundamente su mejilla, el beso de la buena suerte para que su día fuese perfecto laboralmente.

POV. REGINA
Angustia, sí, era eso lo que podía sentir en mi pecho mientras montaba mi bicicleta para ir a la cafetería a trabajar, un Starbucks que quedaba a veinte minutos de mi casa. Desde que tengo uso de razón las cosas nunca fueron fáciles para nosotros. Mi padre se partía la espalda trabajando en un supermercado y mi mamá pasaba todo el día trabajando como parte del servicio doméstico en la mansión de los emblemáticos Swan ¡Que se pudra su compañía, sus acciones y cada mierda que poseían bajo su gran firma! Sentía que no era tratada como realmente se lo merecía o ¿Es que acaso era menos digno el trabajo de una empleada de hogar que el de un empresario multimillonario?

Luego de maldecirlos cada día pedía perdón al cielo, si mi madre perdía su empleo de seguro mi familia sufriría las consecuencias. Yo ayudaba en los gastos con los 3 empleos que tenía, pero desde que papá falleció en aquel accidente... todo en casa había cambiado, incluso yo.

Saludé a todos cuando llegué pero de inmediato me puse tras la barra para ir preparando los pedidos cuando fuesen llegando. Siempre era puntual, me había ganado bonos por eso, después de todo ¿Quién me contrataría por mi defecto? Gracias a Dios tenía 3 empleos que me daban en total el mismo sueldo que el que hacía mi madre, me agotaba, sí, pero podía darle muchas cosas incluso a mi hermanita menor. No podía exigir algo más.
Eric, el cajero de este turno empezó a contarme sobre su fin de semana hasta que llegó el primer cliente que pedía su chocolate caliente. Así empezó mi mañana.


El cabello se levantaba cada vez que daba un paso, pero no era algo vulgar sino todo lo contrario, pareciera que estaba dentro de un video musical y ella era la protagonista. Los hombres que caminaban cerca se volteaban a verla, caminaba como una modelo, sonreía con sus labios voluminosos y de color rojo. Destacar dentro de Los Ángeles no era tan fácil para alguien común, pero para Emma Swan y sus amigas todo era fácil.

Los rayos de sol se estaban volviendo algo molestos, hacía calor, estaba lleno de turistas extranjeros y, aunque podía hablar 5 idiomas a la perfección, detestaba el hecho de que ocuparan las calles que le pertenecían a los americanos.

-Emma, podríamos pasar a beber algo ¿No? Me duelen los pies-. Hizo un puchero –No estoy acostumbrada a caminar tanto.

-Solo han sido como 5 minutos -. Entrecerró los ojos –Además te favorecerá para los glúteos.

-¡Pero no cuando llevo tacones! Son Jimmy Choo, son nuevos ¿Comprendes?-. Cansada de sus quejas trató de buscar algún lugar donde pudiesen pedir una bebida fría. Cuando localizó el lugar caminaron hasta él y se sentaron en unos sofás cerca del viento helado que emanaba el aire acondicionado. Pasaron unos minutos y nadie se acerca ¿Qué clase de lugar era este? -¡¿Alguien puede atender en este lugar?!.

Extrañada una empleada miró al resto de sus compañeros, en este local las personas hacían sus pedidos en la caja ¿En qué mundo vivía la morena que gritaba? Por su apariencia y tipo de ropa ya debía imaginarse cuál pero ¿Por qué se sorprendía? En Los Ángeles llovían las mujeres como ella. Emma y su amiga se acercaron al mesón un poco molestas, viendo el menú que estaba frente a sus ojos.

-Buenos días ¿Qué es lo que desean pedir?-. Eric esbozó una sonrisa lo más amable posible, estando como cajero se acostumbró a fingir frente a cientos de clientes ególatras.

-Quiero un café descafeinado frío con crema batida pero descremada, no me gusta muy dulce y... - Emma seguía observando el menú pero la mujer que estaba un poco más hacia el fondo llamó su atención. Los mechones negros caían con gracia en su frente, se veía concentrada mirando la variedad de café que había cerca pero el gesto de su boca le sorprendió ¿Acaso se reía de su amiga? ¿Acaso una cliente no podía cuidar de su figura y pedir el café que realmente quería?

-Un café descafeinado con crema batida descremada, con la mitad de la ración de azúcar y que esté frío ¿Podrás con eso lindura?-. Regina volteó hacia Eric y asintió, dio una vista rápida a las clientas y trató de disimular la mueca que apareció en su boca pero no lo logró ¿Cuál era la maldita necesidad de las personas como ellas en ser tan altaneras?

Emma pidió un chocolate caliente y luego de pagar por su orden se fue hacia las mesas que estaban al lado de la ventana. Realmente la vista era preciosa desde acá, podía verse el mar y las personas jugar en la arena. Quizás por fuera no lo pareciera pero Emma Swan no era tan altanera como las personas que la rodeaban. Curiosa volteó para ver si podía ver si hacían su pedido, el cajero no estaba pero la chica que al parecer era la única que preparaba órdenes a esta hora, lo hacía afanosamente. La concentración que desprendían sus ojos marrones le sorprendía, de hecho le parecieron muy… Dio un respingo de pronto, ella se había volteado hacia ellas y se estaba acercando con una bandeja a mano. Caminaba erguida, había cordialidad en su forma de ser, sorprendente para solo una empleada de su categoría.
Lo extraño fue que en silencio dejó el pedido para cada una, usualmente solían decir algo más como un "Que lo disfrute" o algo por el estilo.

-¡Maldita sea!-. Soltó el vaso de café abruptamente, el contenido se esparció contra el suelo, sus adorables sandalias "Jimmy Choo" y el pantalón de la empleada- ¡Me quemé! Pedí un café frío ¿Acaso no sabes la diferencia entre el frío y el caliente?

-Cálmate Mary Margaret, por favor-. Emma avergonzada observó el rostro de la mujer que las atendía, parecía asesinar con sus ojos a su amiga, mas solo se limitó a agacharse, sacar un paño amarillo de su pantalón y limpiar el resto de café que había sobre las baldosas –Fue un error.

-Menudo error, me quemé los labios, mira, mira-. Estiró el labio inferior como si hiciera un puchero ¡Parecía una niña! –Escúchame tú, Mills-. Leyó el apellido en la placa que colgaba del uniforme de la "sirvienta" -Pondré una queja contra ti en este local, estos labios forman parte de esta mujer que ves acá, mi imagen lo es todo ¡Soy modelo idiota!

Emma miró el techo de la cafetería ¡Que se la tragara la tierra! Una de las cosas que le habían enseñado sus padres era ser cortés con los demás empleados y personas que no tuvieron su misma suerte, Mary Margaret y su familia eran todo lo contrario. Sonrojada miró a la empleada de ojos marrones, esa tal Mills tenía la mandíbula tensa al igual que su ceño. Lentamente se paró frente a Mary Margaret, la preciosa morena de pelo pixie parecía haberse intimidado con ella. "Va a pegarme" susurró pero no, la muchacha agachó la cabeza en un gesto cortés en forma de reverencia, mas no dijo algo. Solo se volteó y caminó de vuelta a la barra para hacerle un gesto al cajero con la mano.

-Siento el error de mi colega, está haciendo su pedido de nuevo, le devolveremos su dinero señorita porque el café correrá por cuenta nuestra-. Cuando Eric se fue, la rubia miró intensamente a su amiga con un reproche, Emma era la única en la faz de la tierra capaz de decirle lo que no le parecía justo.

-Mary Margaret, compórtate por el amor de Dios, sabemos que tu cuerpo vale oro pero fue un error.

-Mis Jimmy Choo, fueron regalos de mi papá-. Dio un suspiro dramático y miró con un puchero hacia afuera -No miento cuando digo que pondré un reclamo con esa mujer ¿Es que acaso no pide disculpas? Le comieron la lengua los ratones.

POV. REGINA

Tenía los dedos muy tensos mientras preparaba de nuevo el pedido de la chica loca. ¡Solo fue un error! No podía dejar de pensar en mi hermana y el hecho de no estar a su lado en sus vacaciones, si mi madre no podía cuidarla debía hacerlo yo, pero tampoco poseía tiempo. Hoy día no me sentía bien y mi habitual paciencia parecía haberse evaporado. Cerré los ojos, conté hasta 10 y coloqué el vaso correcto en la bandeja pero, cuando volteé me di cuenta que afuera caminaba alguien que yo conocía. Mi rostro se desfiguró por completo y aunque quería correr mis dedos no me obedecían para lo que quería hacer. Cuando por fin sostuve mi libreta y lápiz, le dije a Eric que debía salir urgente y que entregase el pedido por mí a esa descerebrada mujer.

Me saqué el delantal de Starbucks y corrí hacia la salida ¡Mi hermano estaba aquí!

Emma curiosa vio como aquella empleada salía disparada. Bravo, no pensó que una simple visita a la cafetería Starbucks le diese tanta entretención.

Por su parte Regina alcanzó el hombro de Neal, hizo la suficiente fuerza para hacerlo voltear. Sorprendido su hermano la observó de pies a cabeza pero no más que ella, de seguro ella si podía estar mucho más sorprendida ¡Ni siquiera lucía como lo recordaba!

-¿Te conozco? ¿Perdón?-. Dijo Neal, sus duras palabras pero más su tono tan frío e impersonal le dolieron.

-"Te extrañamos en casa, Neal, deberías volver"

-¿Para estar con una familia que no puede darme lo que necesito? ¡Pues mírame!-. Las personas que pasaban cerca volteaban sus rostros curiosos ante el espectáculo que estaba dando –No me preguntes cómo pero tengo dinero, estando en casa es imposible tener un poco de dignidad, no gracias, en serio, te repito la pregunta ¿Te conozco?-. A Regina se le hizo un nudo en la garganta.

- "Por favor no hables así, madre y Violet te echan bastante de menos"-. Neal miró el gesto de sus manos con vergüenza.

-No sigas, si me ves ahora es solamente coincidencia, no quiero volver a esa vida de mierda ¡Ni siquiera es vida!

-Ahhh mmmm -. Se pudo escuchar salir de la boca de Regina. Tragó el nudo de su garganta -"Vuelve a casa por favor, somos una familia, somos tú familia"

-Desde el accidente de papá que no soy parte de sus vidas-. Miró hacia todas partes con desconfianza, luego centró sus ojos igualmente marrones a la mujer que tenía en frente –Me voy, te pido por favor no cometas la estupidez de decirle a Cora que estoy en Los Ángeles de nuevo-. Antes de irse se dio vuelta –Por cierto, si alguna vez vuelves a verme, no te me acerques con ese uniforme de empleada barata de Starbucks y…-. Hizo un gesto con las manos –No trates de comunicarte con ellas, me da vergüenza.

Gracias a Dios se fue y emprendió un camino sin dar vuelta atrás. La angustia se apoderaba del rostro de Regina de forma notable y los transeúntes se daban cuenta de ello ¿Qué hacía parada una preciosa joven mirando hacia el frente con los ojos húmedos? Emma tenía la boca abierta, desde adentro no podía ver nada pero le chocaba, de cierta forma, ver que esa mujer se comunicaba con las manos.

"Vete a la mierda Neal, realmente vete a la misma mierda" pensó llena de impotencia. Cora se partía la cabeza y el cuerpo para darles de todo al igual que ella ¿Cómo podía negar de dónde provenía?

De pronto sus ojos por un "no sé qué" se dirigieron hacia una de las ventanas de la cafetería, notando como aquella rubia la miraba con preocupación. Un gruñido se concentró en su garganta por vergüenza ¡¿Pero qué mierda hacía mirando esa mujer?!

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SÉ QUE DEBERÍA DE ESTAR ESCRIBIENDO "CUERDAS DEL CORAZÓN" PERO, MIENTRAS NO TENGA INSPIRACIÓN, SUBIRÉ ESTE. QUE ES HERMOSO.

DÉJENME LEER SUS COMENTARIOS PARA SABER QUE TAL Y SI LA SIGO.