Lo único mío aquí es la trama. No soy oriental, por desgracia.
-
-
As Different but so equal
-
Y es que ellos eran tan diferentes
-
Ella pelirrosa, de ojos esmeralda.
Él pelinegro, de ojos carbón.
La muchacha era alegre, dulce, habladora, pero a su vez podía irritarse, y mucho. Era bipolar.
El muchacho con suerte y tenía una personalidad. Era frío, insensible, malhumorado en potencia, aborrecedor de la vida.
-
Eran demasiado diferentes
-
Ella adoraba el campo, la vida natural, los animales.
Él permanecía en la ciudad, siempre encerrado en su oficina, y odiaba los animales.
Haruno era el alma de las fiestas, un ser altamente social.
Uchiha era un cero a la izquierda en cuanto a eventos sociales y demás.
La mujer adoraba las noches y la luna, junto a las estrellas.
El hombre sentía simpatía por el sol, el día, par trabajar sin descanso.
Ella era complicada, él era simple.
Ella era humana, él era todo lo contrario.
-
Realmente diferentes
-
Pero vivían juntos. Compartían apartamento. Les costaba, pero subsistían
-
— Sakura —una voz varoníl, imperiosa.
— Dime —una voz suave, de mujer.
— Prepárame un café
— Lo siento Sasuke, pero no soy sirvienta de nadie. Pídelo bien —una sonrisa inocente.
Bufó—. Sakura, ¿podrías prepararme un café, por favor?
— En seguida
— Imposible —susurró él.
— He oído eso
Una sonrisa se extendió por su rostro. Se deshizo de su saco, y se encaminó a la cocina.
Al llegar, la abrazó por detrás.
— ¿Cómo te ha ido, cielo? —susurró a su oído. Sakura sonrió ampliamente.
— Ha sido un día tranquilo en el hospital, sí, por suerte—se volteó y quedó de frente a él— ¿Y a ti cómo te ha ido?
— Hn, como todos los demás —la muchacha le aflojó el nudo de la corbata.
— Tu café
Sasuke hizo un mohín. Estaba por besarla, y ella interpuso el pocillo.
Ella sonrió, entendiendo su frustración, divertida.
-
Pero se complementaban. Ella lo humanizaba.
Él era negro, ella blanco. Guerra y paz.
El uno no se completaba sin el otro.
-
— Dentro de rato será noche. Podemos ir al tejado a ver la lun-
— No me interesa —interrumpió.
— Pero irás igual —le frunció el ceño.
Él se encogió de hombros. Le daba lo mismo.
— Me debes algo...
Y se acercó a ella. Sus labios se apoderaron de los de la muchacha, y lo supo.
Los polos opuestos se atraen. Ellos eran la viva imagen de aquello.
-
-
¿Harías feliz a esta muchacha detrás de la pantalla, dejándole un review con tus más sinceras críticas?
*cara de gato con botas*
M.C.
