Magi pertenece a Shinobu Ohtaka-sama.
Escrito en el móvil, errores son sin querer.
Muchas gracias a Yayoi y todos los que leen.
La vida no siempre es justa. A veces le brinda las mejores oportunidades a las personas equivocadas, y hace lo opuesto con quien en verdad lo merece. Pareciera que el destino goza haciendo sufrir a los seres con el alma más hermosa. Es justo eso lo que ha ocurrido con Ren Kougyoku. No recuerda mucho de su padre ni de su madre. Si los tuvo no sabe en realidad ni quiénes eran. Toda su vida la ha pasado encerrada entre cuatro paredes. Sola, descuidada, sin que nadie le comparta algo que suelen llamar como amor. Jamás ha sentido algo así y debido a ello no sabe lo que es. Se siente como una muñeca vacía sin sentimientos. Justo como la que tiene entre sus manos. ¿Cómo llegó a ella algo así? No lo sabe y no le importa. Ya nada en su vida tiene sentido. Con tan solo cinco años duele incluso respirar.
Se pone de pie y camina sin dirección en particular, deja que sus pies le guíen, lo que suceda con ella solo depende del caprichoso destino. Ha salido del sitio al que podría llamar hogar. Extraña palabra que no tiene significado, al menos no para ella. Continúa con su caminar. Ha salido con facilidad del sitio, tal como lo pensó a nadie le interesa. Tiene miedo a un mundo desconocido, debido a ello su cuerpo se mueve con timidez y al poco tiempo se arrepiente de haber salido del único lugar al que estaba acostumbrada. Desea con toda el alma volver, pero no puede hacerlo, su cuerpo se resiste a obedecerle debido al terror que ahora le invade.
Necesita la ayuda de alguien ¡quién sea! Pero no puede gritar, cada vez conoce menos el lugar, ha caminado en línea recta, pero su ahora confusa mente no lo entiende ¿cuánto tiempo hace que salió de su hogar? Tampoco está segura. Siente como cae lentamente en la oscuridad. Su cuerpo se niega a dirigirla más y le entrega a un destino incierto en bandeja de plata, pero tampoco puede llorar, está en completo shock.
-¿Estás bien?-dijo una voz infantil.
Pero no respondió, no podía. Se quedó mirando la nada un instante hasta que por fin pudo enfocar la mirada. Ante ella el ser más bello de la creación. Jamás había visto a alguien así. Bueno, siendo sincera rara vez convive con la gente, debido a ello no sabe cómo tratar con ellos.
-¿Estás bien?-le repiten la interrogante.
-S-Si-dijo con timidez.
El pequeño suspiró tranquilo.
-Me alegro, por un momento pensé que te había golpeado con la pelota.
-¿Eh?
La pequeña por fin se dio cuenta de que se encontraba en un parque, y a un lado suyo había una pelota. Se preguntaba si había sido golpeada por ella, pero no sentía dolor alguno, aunque igual no estaba segura. El niño le extendió una mano para ayudarla a levantarse, y aunque dudaba tener la fuerza necesaria se aferro a él buscando un poco de contacto. Para su sorpresa esa simple acción le dotó de lo necesario para hacerlo, y por primera vez en mucho tiempo sonrió.
El oji miel se sonrojo visiblemente pero ella no lo notó, soltó su mano al darse cuenta de que no lo había hecho, trato de tranquilizarse. No podía verse patético con tan bella dama. O al menos su madre siempre le decía que tenía que ser confiable.
-Mucho gusto soy Alibaba Saluja.
La peli rosa río ligeramente. Hasta ella sabía que no debes dar tu nombre a desconocidos. Lo ha escuchado en más de una ocasión. El rubio había sido torpe, pero esa actitud lejos de molestarle le agrado. Sentía que era una persona muy similar a ella, estaba segura por alguna razón de que podía confiar en él.
-Soy Ren Kougyoku.
Si había sido descuidada o no, era lo de menos. Por primera vez sintió que el destino le había regalado un poco de luz a su existencia. Le había dado la oportunidad de conocer al sol.
-Mi mamá está sirviendo algunas bebidas y pastel porque es el cumpleaños de Kassim.
Una vez más terminó impresionada ¿qué clase de persona te da ese tipo de información el día que te conoce? No lo sabe, pero quiere averiguarlo por sí misma.
-¿Quieres venir?-concluyó el niño.
-Sí.
El chico le tomo con delicadeza de la mano, como si temiera que se fuera a hacer daño. Como si custodiara el mayor tesoro de la humanidad.
Cuando llegó al lugar se sintió incómoda, jamás en su vida había estado en un sitio similar y eso la cohíbe, pero la mano que aún le apoya le regala un poco de valor. Se sienta en la mesa y rápidamente una mujer de ojos color dorado, seguramente la madre del niño le da un gran trozo de pastel de chocolate.
-Espero que te guste, mi hijo me ayudó a hacerlo.
El pequeño se ruborizó.
-En realidad solo le pasé la harina.
-Pero no podía alcanzarla sin tirar la leche-replicó su madre.
Comentario que solo le apenó más, en realidad sentía que no había hecho nada, pero su progenitora siempre apreciaba hasta los más pequeños detalles. Por eso la quería tanto.
-Es genial-mencionó por fin la oji fiusha-debe ser lindo convivir con la familia.
El comentario escapó de sus labios, bajo la mirada temerosa de haberlo echado todo a perder, pero su sorpresa fue enorme cuando una mano se posó amorosamente sobre su cabeza.
-Entonces nosotros seremos tu familia-le aclaró el que suponía era el padre del niño.
En ese momento no pudo contener las lágrimas. El destino se había burlado de su existencia una y otra vez. Pero hoy, después de tanto pesar le ha dado una familia.
El resto del día pasa de manera normal. Incluso le presentaron a Kassim, su pequeña hermana que por ahora es un hermoso bebé de nombre Mariam y a los padres de estos.
Comenzó a invadirle el sueño así que Anise decidió llevarla a su casa, notando que conocía el camino de regreso a su propio hogar, lo cual es una buena noticia. Todo el tiempo la azabache la tomo de la mano, y ella solo se agarraba con más fuerza.
Llegó a su casa y tocó la puerta, pero como esperaba nadie abrió. Jamás estaban ahí. Es más si quiera sabía quien la cuidaba, jamás les veía. Todas las mañanas su comida ya estaba servida. Tomo el picaporte y la puerta abrió. Vaya, ni siquiera tenían el cuidado de tenerla cerrada como se debe, aunque también es probable que sea culpa suya por salir de esa manera.
La mayor se despide de ella con una sonrisa para no angustiarla, pero le preocupa su situación, lo que ocurre no es normal, y por nada del mundo dejará que caiga en la oscuridad. ¿Quién y por qué tiene a esa pobre niña en tan lamentable condición? Sea quien sea no sabe con quién se ha metido, han hecho enojar a la presidenta de la poderosa compañía Balbad...
Vaya, me impresiona lo corto que me quedó el capitulo XD. Eso pasa cuando no tienes mucho tiempo, pero ya me moría por subir esta historia y hasta apenas entendí más o menos como subir historias en la página, soy pésima con la tecnología XD. Y pues no decidía si hacer un romance de Kougyoku con Sin, Ali o Juju y me dije ¿por qué no todos juntos? Aunque mala pata para el príncipe y el rey porque la prefiero con el magi (? Espero que les haya gustado, muchas gracias por darle la oportunidad, nos vemos la próxima vez! \\\\\\ ¡Viva el JuKou! XD. Ya no sé ni que digo, no es buena idea escribir en la madrugada (?.
