Nunca se había quejado por nada. Había agradecido cuanto había podido que le dejaran vivir en esa casa y que la trataran tan bien. Pero esta vez se habían pasado. Era excesivo. Y ella no era un burro de carga para poder soportarlo todo.

-¡¡¡ES SUFICIENTE¡¡ESTOY HARTA!! -exclamó Tohru tras ponerse de pie, con la mandíbula desencajada y los ojos ensombrecidos.

Esta imagen ocasionó terror en Yuki y Kyou, que jamás en la vida la habían visto de ese modo. Creían que era imposible que la dulce y calmada Tohru pudiera desquiciarse de ese modo. Ni siquiera la creían capaz de fruncir el ceño.

Y ahora mismo se encontraba fuera de sus casillas

-Uhh... -volvió a sentarse ante la mirada atónita de los chicos que la acompañaban y comenzó a llorar con suaves gemidos acompañando a las lágrimas que salían de sus ojos.

No era normal. ¡Desde luego que no lo era¡Ni lógico¡Ni civilizado¿¡Cómo podían estar haciéndole esto!? Ella sólo se esforzaba en hacer feliz a todo el mundo... Siempre sonreía con la intención de hacer ver a la gente que cualquier problema era poca cosa, que todo se superaba, incluso en momentos en los que el corazón se le hacía añicos. Y mantenía su sonrisa intacta porque sabía que a más de una persona eso le levantaba el ánimo.

¿Cuántas veces había charlado tranquilamente con Kyou, intentando inculcarle algo de paciencia¿Y cuántas había resultado herida por alguna de sus rabietas¿Se había quejado alguna vez? Siempre aceptaba que el chico no lo hacía a propósito y nunca se lo había echado en cara...

En cuanto a Yuki, siempre intentaba ayudarle a solucionar sus quebraderos de cabeza, a aligerar la angustia que le pesaba en el corazón. ¿Y le había dicho alguna vez que se pagara un psicólogo¿O que a ella no le interesaban sus problemas¡No! Entonces¿qué le costaba portarse mejor con ella?

Creía que se había integrado en aquella casa, en esa complicada familia... Pero no... Qué desgraciada... Y qué infeliz sería su madre, que la veía desde el cielo, se decía a sí misma...

Comenzó a sollozar violentamente. Los dos chicos literalmente volaron a su lado, preocupados por el arranque de llanto que había tenido la chica. Y lloraba. Y se quejaba. Y maldecía. Cosa que nunca antes había hecho. Los muchachos estaban realmente preocupados.

-No... no llores, Honda-san... -pidió Yuki en un hilo de voz.

Acto seguido, los dos chicos al unísono:

-No volveremos a atacarnos con onigiris... -y la sonrisa de Tohru regresaba.

OWARI


Un día se me ocurrió pensar por qué clase de cosas de enfadaría la adorable Tohru Honda... y no se me pudo ocurrir algo más serio XD . Además, como últimamente estoy haciendo fanfics cortos, era ideal para aprovechar y escribir otro.

Ah! Me preguntaron en una review sobre la palabra onigiri. Perdón por no haberlo aclarado; se trata de una bola de arroz.

¡Y muchísimas gracias por los reviews! x3

Tifa