~~WHITE COYOTE~~
Fue a la carta número diez que clavó en el cuerpo de aquel mastodonte, supuesto campeón del tío al que debía matar que le rogó clemencia por sus dos hijos, que su movil sonó con su melodía de "What does the fox say?". Obviamente supuso que, entre los pocos que habían obtenido su umero, y el que podía frecuentar a llamarle, era aquel Drakkur de aspecto afeminado pero casi tan letal como él. Y las pocas veces que habían mantenido una conversación era porque necesitaba que alguien se encargara de sus asuntos, o sea ensuciarse las manos, y como siempre se le llamaba a él que hacia su vida tranquilo entre asesinatos espontáneos y aleatorios o por un trabajo bien pagado. Mientras una de sus presas siguió viva, él sonrió retorcidamente a la par que descolgaba y se llevaba el móvil al oído, lanzando con la mano libre una carta a su victima en su mano derecha, luego a la izquierda, otras en sus codos y así ir subiendo por sus extremidades.
-Síii~?-canturreó con voz inocente, sabiendo perfectamente que quien fuese si su hipótesis era incorrecta, tampoco le fuera a creer como alguien inofensivo.
-Yo, Hisoka.
Que poco expresivo, pensó el mencionado aun mirando a su presa moribunda inútilmente arrastrándose en vanos intentos de huida.
-¿Debo preocuparme de que el noble Illumi me llame? ¿Estoy en tu lista?-siempre le hacia esa pregunta, más como precaución pues sabia que cada año o incluso mes se le daba al Drakkur una lista de nombres a los que debía eliminar, esa lista no era aleatoria. Podían incluirse los nombres de los criminales mas buscados, de los asesinos a sueldo más eficaces (como era su caso), ladrones, y todo tipo de desechos sociales que el gobierno del bajo mundo decidía quitar de en medio. Y todos sabían que los Zoldyck eran los ángeles (o murciélagos en todo caso) de la muerte, cosa que a Hisoka le excitaría saber que su nombre estuviera en una de esas listas, pero en fin, también era preocupante.
Illumi tampoco es que fuese su mejor amigo, y aunque lo fuera, no dudaría en matarlo.
-No, mi lista se renovara dentro de dos meses-informó.
Menos mal, pensó para dentro, aún no quería mantener un encuentro a muerte con el pelinegro, pues aun esperaba que uno de sus juguetes preferidos durara más.
-Entonces, ¿a qué debo el honor?-preguntó ya relajado y apoyándose en uno de los cadáveres como si fuese un sofá comodissimo, aun sin perder de vista al tío que se arrastraba.
-Tengo un encargo para ti, ven a tu apartamento ahora-dijo antes de colgar.
Siempre tan directo, que aburrido resultaba en esas ocasiones, pero que fuese así solo significaba que era un encargo importante, o sea difícil y entretenido por o que a el le constaba. Empezó a reírse solo con un aura asesina, sí...solo de pensar que podría conseguir algo de diversión extra ese día le erizaba la piel y hacia bombear su sangre a un ritmo frenético. Cualquier ser de vida inferior que no tuviera el ten activado hubiera muerto con su nen hostil fluyendo.
el hombre moribundo empezó a gritar más de dolor, y aunque a Hisoka le encantara quedarse y torturarlo más, la curiosidad y la excitación superaban cualquier deseo de quedarse con un juguete roto a punto de apagarse.
-Gomen~ me reclama un amigo, y es de mala educación no acabar los asuntos pendientes así que...-lanzó su ultima carta en mitad del rostro del hombre.
Cuando cogió el tren que le llevara hasta la punta contraria de la ciudad, que era donde se alojó por un tiempo en el hotel de vistas al mar, irónico que le gustara la tranquilidad de este, se encontró con ciertos problemas. Un pequeño grupo de insectos que buscaban pelea para impresionar a una chica, bastante atractiva, rubia, pelo rizado y cuerpo bien estructurado según la sociedad, precisamente se metieron con él por su ropa. Era cierto que podía ser un poco chillona en ciertos lugares, pero eso no significaba que cualquiera podía meterse con él. Menos debieron haberlo hecho en el estado de excitación en el que se encontraba. A pesar de los gritos de la gente, no se contuvo y las luces del tren parpadearon, dejandole entre la oscuridad, la luz, y la sangre salpicada por tanto el suelo, asientos y ventana, ademas de su rostro siniestro por supuesto.
También provocó ciertos traumas a la gente que le vio caminar por la calle lleno de sangre, con su nen hostil rodeandole, pero aun bajo cierto control. Mucha gente desviaba la mirada de él, con inquietud o incluso miedo, algunos niños preguntaban a sus padres, abuelos, amigos o hermanos por qué iba un hombre ensangrentado por la calle y no estaba en el hospital.
Sinceramente tampoco le importó mucho la opinión de la recepcionista o el botones que le preguntó si estaba bien, que si debían llamar a una ambulancia, el simplemente les ignoró y al que intentó detenerle para que fuera al medico, le agarró del cuello susurrándole que estaba en perfectas condiciones, pero si seguían insistiendo al único al que llamarían seria al encargado de la funeraria.
Fue lo poco que necesitó decir para que le dejaran en paz, suerte que en el ascensor no había nadie, le estaba costando controlar su emoción por el misterioso encargo, no sabia cuanto más aguantaría sin destrozar a alguien con el entusiasmo infantil de un niño que esta a punto de recibir un regalo.
Al llegar a su piso caminó derecho hasta su puerta, casi se olvidó de las llaves y abrió con nervios, cerrando la puerta tras de si, buscando sin más preámbulos al Drakkur. Este se había tomado la libertad de tomarse en un té y sentarse en el elegante sofá a ver las noticias, sabía que era cuestión de poco tiempo que Hisoka apareciera, pero también conocia a ese pelirrojo y posiblemente habria matado a alguien por el camino solo por dejarle, con la miel en la boca por decirlo de una manera más suave que excitación extrema.
Hisoka se acercó bastante, esperando de pie a que Illumi le dijera de una maldita vez ese asunto tan importante. El pelinegro, en cambio, se negó a hablar con él a menos que tomara una ducha, estaba lleno de sangre, pero lo que le molestaba era su olor a sudor, fruto del entrenamiento o por fin, de una buena pelea.
Chasqueó la lengua quitándose la ropa y tirándola por el suelo, sin vergüenza alguna que Illumi le viera, no era la primera vez que este pillaba desnudo al pelirrojo, incuso a veces lo acompañaba en sus baños. pero nunca mantuvieron contacto alguno sexual, (por que Drakkur se negó que sino...) y solo por cortesía se habían fregado alguna que otra vez la espalda ajena en los baños públicos.
Una vez retirado cualquier rastro de sangre u olor asqueroso se puso unos pantalones sin nada de bajo y se secó el pelo, ni siquiera se maquilló con su gota y estrella en cada mejilla, estaba demasiado ansioso.
Illumi se hizo a un lado para dejar espacio al pelirrojo que se seguía secando el cuello y brazos, por no decir que los pantalones se estaban mojando porque no se habia secado las piernas. Pero solo por trolear al pelinegro, se sentó en la butaca de enfrente, a Illumi se le resbaló una gota por su rostro impasible, sintiendo un pequeño deseo de matar al pelirrojo, lo enterró en cuanto recordó la importancia del asunto.
-¿Y bien?-fue directo, nada de irse por las ramas.
Illumi tomó un sorbo de té, quitando voz a la tele y suspirando por unos segundos, cabreando al pelirrojo, vengándose por el troll de antes.
-Te necesito para que cumplas una de mis misiones-dijo colocando la taza de té con cuidado en la mesa-Estoy muy liado con mi lista, aún me faltan cuatro personas, son bastante escurridizas todo hay que decirlo, me llevara un tiempo encontrarlas.
-¿Una misión de un Zoldyck?-preguntó con un brillo en los ojos. Eso era precisamente un grandioso reto, esa clase de misiones eran expresamente para los miembros de la familia, lo que significaba un grado de dificultad por encima del nivel S.
-En realidad es una misión familiar, no es del orden del bajo mundo, ademas no es una misión de asesinato-dejó claro lo último.
Hisoka frunció el ceño, obviamente desilusionado.
-Yo no hago misiones en las que matar no este en el orden del día, lo sabes perfectamente.
-Hai, pero es que tú eres precisamente de la región donde se lleva a cabo esta misión-dijo, ganándose el interés nuevamente del pelirrojo-Sé que eres capaz de rastrear a tus presas por esos territorios, es lo que quiero, que rastrees y localices a cierto ser.
-¿Cierto ser? ¿En Okakou?-preguntó estrechando los ojos, ese lugar era de los siete más parecidos al mismisimo infierno según los pocos que sobrevivían al año de pasar solo por turismo por ellos.
Illumi asintió, complacido de obtener la atención de Hisoka, sabía que después de todo, su trato de conveniencia o lo que podrían llamar "amistad" iba a servirle algun dia, más aun sabiendo que provenía de Okakou, también conocido como Selva letal, y no precisamente por la vegetación, era cierto que habían dos bosques rodeando la ciudad de rico comercio, pero desde luego que pocos turistas salian el primer dia con vida. Los asesinatos eran casi diarios, y los robos inumerables, los habitantes no se veian, solo los pocos que se atrevian a salir a la compra y obviamente los que mataban a sus victimas.
No le extrañaba que Hisoka tuviera ese caracter psicótico, solo pensar en sobrevivir debió ser lo único que atravesó su mente cuando era un niño.
-¿Qué se les ha perdido a los Zoldyck en un lugar como ese?-preguntó cruzándose de brazos y acomodándose, ahora casi divertido por la situación.
-Bueno, es difícil de que entiendas los motivos de mi familia, es más bien que mi padre y mi abuelo me encargaron hace un par de años ir al bosque del este de Okakou.
-¿Para?
-Como he dicho antes, buscar a cierto ser.
-¿Cual?
Hisoka sabia que no debía ser cualquiera, en ese bosque frecuentaban los más salvajes y peligrosos de ambas reservas naturales, ya directamente los turistas ni se acercaban a la entrada ni para echarle fotos, las probabilidades de que un ser te atrapara y adentrara eran de un 97%. Aunque un Zoldyck deberia estar acostumbrado a tratar con bestias asi, teniendo un perro gigante como Mike...
Illumi pensó su respuesta, contarle todo al pelirrojo tampoco era tan grave.
-Veras, hace como unos doce o trece años, compramos unos terrenos en una ciudad cercana a la de Okakou, lo suficientemente lejos de esta para no tener problemas, era como una casita de verano-comentó para suavizar lo proximo-sin embargo allí residian nuestros contrarios, como ya sabras, los Drakkur y Garraou no tenemos buena relación.
-Lo sé, lobos y vampiros nunca se llevan bien en las pelis-bromeo con una sonrisa retorcida.
-Los Garraou no son lobos, son similares, pero no como los de las peliculas humanas-comentó inexpresivo-No nos interesaba que estuvieran en la ciudad pues sabíamos que habria conflictos diarios por haber invadido su territorio, así que hicimos un intercambio, el terreno por que mi padre tomara en matrimonio a la hija del alfa.
-Como no, un antiguo metodo es el matrimonio de conveniencia...pero...¿y tú madre no se negó?
-Por supuesto, pero mi abuelo la tranquilizó explicándole la situacion, no queria que mis hermanos menores tuvieran que lidiar con ataques de Garraou cada día.
Hisoka asintió, no era tan rara o mal vista la poligamia en situaciones politicas, sobretodo porque para los Zoldyck. al menos eso creia, la familia iba por encima de todo, al ser tan pocos mantener los herederos más prometedores era de vital importancia para ellos.
-¿Entonces que pasó?-preguntó quizas intuyendo por donde iban los tiros.
-Mi padre se caso con la Garraou, y al poco tiempo quedo embarazada, eso fue un impacto gigantesco para mi madre que ya pensaba matar a la segunda esposa de mi padre pero...
-Pero..-le animó a continuar, notando quizas cierto recelo en la voz de Illumi, impropio en él.
-Al nacer el bebe, no fue lo que esperabamos, no era un garraou, ni un drakkur, quizas una mezcla, pero sus ojos y esencia espiritual era igual a la de mi padre-miró por la ventana, como si recordara-A los ocho meses de nacer mató a un sirviente de mi madre, lo que despertó en ella y toda mi familia un interes por el hijo bastardo, mi padre se sentia orgulloso pues segun él, podria ser el Zoldyck más talentoso de todos los que han habido.
Eso ya despertó el interes total de Hisoka, un Zoldyck superior...
-¿Entonces eso significa que...?
-Sí, cuando la segunda esposa de mi padre descubrió que queriamos entrenar al niño como un Zoldyck oficial, se negó en redondo y huyó con el pequeño. Más no nos costó encontrarla e intentar llevarnosla junto con el niño, pero mi madre se pasó de la raya al atacar a la garraou-esta vez frunció el ceño mirando a Hisoka-el niño lo vio, y atacó a mi madre y a mi hermano Miluki, la rabia lo transformó en una bestia salvaje, y se llevó a su madre de la pierna. Cuando mi padre y yo los seguimos, solo encontramos el cuerpo desangrado de la garraou atrancado en un arbol sin una pierna que estaba a pocos metros.
-¿Y el niño?-preguntó con un aura peligrosa, a los oche meses y ya hacia cosas así...
-No lo sabemos, se dirigió a Okakou y ya no supimos más que rumores de una bestia similar a un coyote que mata irreguladamente a gente del lugar por la noche y se las lleva al bosque.
-Entonces eso significa que quieres que busque a tu hermanastro, ¿no?-preguntó con una sonrisa psicotica y entrecerrado los ojos con placer.
Illumi asintió, explicandole los detalles que conocian, al tener tanto trabajo matando a la gente de la lista tuvieron que dejar de lado la busqueda del "coyote" como lo denominaban los habitantes de Okakou. Pero lo que incitó de nuevo a la busqueda fueron las constantes noticias de muerte de la gente que era tan estupida como para entrar en el bosque del este. Las bestias salvajes que habitaban el lugar fueron encontradas por diversas partes de la ciudad, arrastradas fuera del bosque por la misma criatura que devoraba a los que entraban en él. Se habia adueñado de la reserva este, y por lo visto era muy territorial.
-Sé que te has criado en ese bosque, Hisoka, lo conoces como la palma de tu mano y sabes tratar con las bestias que hay allí-empezó Illumi pasandole un sobre-Aquí hay fotos de los pocos cadaveres que se han encontrado, todos tienen unos arañazos diferentes a los de cualquier animal que yo conozca.
Hisoka abrió el sobre observandolas. Era verdad, no eran garras de las bestias del lugar, más bien eran garras que no deverian cortar pues en las manchas de sangre del suelo se veian huellas que no tenian garras. "Retractiles" pensó, como las de los felinos, pero si era un bastardo de drakkur era normal que fuesen más como las de los gatos. "La huella es más de canido" pero definitvamente no era de lobo. Así que se trataba de un ser territorial, mezcla de una raza salvaje y otra civilizada con una fuerza descomunal.
-¿Y dices que no puedo matarlo?-preguntó con una sonrisa.
-No, lo queremos vivo. Y deberas pegarle esto en cualquier parte de cuerpo-dijo sacandose del bolsillo lo que queria mostrarle.
-...¿Una pegatina de Cheetos?-preguntó con una gota en la cabeza.
Illumi lo miro.
-Oh, gomen, esto es para mi coleccion-dijo guardandoselo, y sacando otra cosa-Esto, es un sello de mi abuelo, una vez en su cuerpo le hara volver a su forma humana, o de drakkur.
-¿Quieres decir que lo quieres en forma humana?
-Sí, de lo contrario nunca le cazaras, hemos contratado a muchos expertos de animales y ninguno ha regresado, puede que incluso Mike no le ganara en su forma actual-dijo sin contemplacion alguna, aunque quizas no deberia alentar tanto a Hisoka, sabiendo sus instintos...
Luego le pasó unas esposas.
-Esposas aisladoras, ¿acaso usa nen?
-No lo sabemos, por si acaso llevatelas.
Esto era un poco demasiado quizas, aunque para el pelirrojo no eran de importancia, solo queria ver a ese ser, queria luchar con él, saber que tan fuerte y astuto era para burlar a los Zoldyck y a las bestias a las que le costó gran parte de su infancia vencer.
-¿Cuanto me pagaras?
-Lo qué tú quieras, si vuelves con vida por supuesto.
Hisoka esbozó una sonrisa psicotica y excitada, mirando con los ojos ambrientos de sangre al pelinegro.
-Acepto el trabajo~~
TBC...
ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO EL PRIMER CAPI~~ ^W^
