Buenos días a todos, aquí os dejo mi primer fic que realmente voy a escribir. El otro fue hace un año y realmente no sabía como hacerlo pero este tengo muchas ganas e ideas así que voy a llevar la historia hasta el final. Soy un gran fan de Como entrenar a tu dragón, aunque algo reciente, y por esto me he atrevido a intentar con este fanfic. Espero que les guste, aunque al principio la trama se vea muy poco os pido paciencia en un par de capítulos veréis por donde van a ir los tiros realmente. Contiene spoiler de la segunda película y de la serie, así que cuidado si no los queréis leer. Por último voy a introducir elementos personales y personajes propios, así que estaré encantado de recibir cualquier crítica tanto sobre ellos como la dirección de la historia.
Ya para terminar les deseo que les guste y recordar que la historia y los personajes no me pertenecen, son propiedad de Dreamworks.
Introducción
Tras mucho tiempo esperándolo, el día había llegado. No, el de la boda no, para eso aún faltaba unos cuantos meses. Me refiero al día en que Hipo se armó de valor y, anillo en mano y delante de toda la aldea, le pidió en matrimonio a Astrid. Ella ni lo dudó, fue un sí contundente. Toda la aldea estalló en vítores al oírlo y los novios se dieron un tierno beso, dando así comienzo a una serie de semanas donde la felicidad y los preparativos de la boda del jefe eran todo lo que ocupaba a la gente de Mema.
Ya había pasado un tiempo de la batalla contra Drago. Mema se había recuperado del duro golpe. Y todo fue gracias a que Hipo supo dar la talla como jefe, más incluso de lo que se esperaba. No solo él, también Desdentao como nuevo Alfa y líder de los dragones ayudó a Mema a resurgir de sus cenizas, o en este caso de debajo del hielo, organizando a los dragones para ayudar en todo lo que fuera posible. El trabajo de ambos permitió que la paz reinara en la isla entera y que vikingos y dragones convivieran en harmonía, cooperando juntos. Por suerte, Hipo tenía a Astrid, que le ayudaba cada día a evadirse de la presión de ser el jefe. Por otro lado, Desdentao tenía a… bueno, a todos los dragones, pues no había uno que no deseara pasar un rato junto al amigable Alfa. Especialmente Tormenta y Asaltanubes eran muy cercanos al joven Furia Nocturna. Hipo también disfrutaba con la compañía de todos pero bueno, digamos que su novia era mejor opción que sus vecinos.
Por lo que respecta a la vida privada, Astrid seguía viviendo aún en su casa con su tía. Hipo ahora vivía con su madre Valka, quien era su mano derecha en la Academia y en la jefatura de la aldea. Valka a su turno entrenaba a Astrid para que una vez se hubiera desposado con Hipo la sustituyera en ambas funciones. Desdentao dormía ahora la mayoría de veces en los establos, pues los dragones necesitaban sentir a su Alfa cerca. A veces, pero, se escabullía para dormir en su piedra en la habitación de Hipo.
Y el resto de la pandilla, seguía un poco como siempre. Patán y Patapez seguían compitiendo por Brusca, quien solo tenía ojos para el recién incorporado Eret. Esto dejaba a Chusco margen para hacer destrozos a sus anchas, con o sin su hermana. Sin embargo, los seis seguían formando un grupo unido y seguían yendo a explorar las islas cercanas a Mema como en los viejos tiempos.
En resumen, la situación de Mema no podía ser mejor. Pero todo pasado oculta sus sombras, aunque ni siquiera aquellos que las poseen lo sepan. A veces estas sombras salen a la luz, dañando al portador y a todos a su alrededor. Y unas pocas veces, esto ocurre cuando menos lo esperas. Y las sombras de algunos están a punto de salir a la luz. Unas sombras que jamás debieron salir. Unas sombras que no harán más que remover viejas heridas y causar otras nuevas.
Capítulo 1: La boda
- Mejor deberías irte a dormir ya, Hipo. Mañana no habrá tareas de las que ocuparse, ni en la siguiente semana. Te casas y te vas de luna de miel, así que no tiene sentido que hoy duermas poco y estresado por el trabajo. Bocón y yo prometimos hacernos cargo de todo.- Dijo Valka a su hijo, con tal de que se despegara de los diseños de su nuevo invento.
- Pero mamá, esta máquina permitirá que los dragones no migren más. Los huevos podrán eclosionar aquí en Mema sin que las explosiones dañen nada.- Dijo claramente emocionado Hipo.
- Sí, pero hoy no vas a poder construirlo, verdad? Entonces no hace falta que acabes tampoco el diseño, habrá tiempo.- Siguió presionando su madre.
- Está bien, pero me lo llevaré a la luna de miel. Quiero que sea un regalo para todo Mema, pero especialmente para Astrid.- Dijo finalmente el joven, con tono cansado y bostezando.
- Muy bien, pero eso tendrás que discutirlo con Astrid, no conmigo.- Dijo finalmente Valka, con aire de no recomendarle hacer eso. Sabía de sobras lo que la rubia vikinga diría.
- Aaaaiiiigggg… Si, a partir de mañana manda ella. Yo soy el jefe de la aldea y ella la jefa de mi casa. Es casi como decir que ella manda en Mema.- Dijo el joven jefe bromeando. Aunque de haber estado su prometida habría preferido morderse a lengua, hubiera dolido menos.
Finalmente, tras un beso en la mejilla de buenas noches, Hipo apagó su antorcha del escritorio y subió a su cuarto. Se desvistió casi del todo y se puso a dormir en su cama, la cual a partir de unos días pasaría a compartir con su futura esposa. Para su sorpresa, Desdentao apareció por su agujero en el techo. Esa noche tan especial la iba a pasar con su amigo, aunque todos los dragones decidieran huir de la isla.
- Hey campeón, me alegro de verte.- Decía mientras Desdentao le lamía entero- Si si, ya sé que vamos a estar unos días separados, pero no te preocupes. Te prometo que cuando vuelva volaré todo un día contigo. Iremos hasta los confines del mundo conocido a explorar nuevos territorios.
Desdentao parecía encantado, porque empezó a corretear y saltar por todos lados, haciendo tanto ruido que Valka subió y todo a decirles que debían irse a dormir ya. Aunque Hipo se sintió como un niño pequeño, sabía que es lo que seguía siendo para su madre dado que se había perdido toda su infancia. Finalmente se disculpó y apagó la antorcha de la pared y se acostó. Desdentao también se acostó siguiendo su ritual de siempre.
El día siguiente amaneció radiante. Habían escogido hacer la boda en verano para que todo estuviera despejado de nieve y hubiera menos riesgo de tormenta. Sin embargo, cualquiera diría que los dioses habrían despejado el cielo de la más negra tormenta con tal de poder ver ese evento tan esperado. Hipo se levantó de un humor inmejorable, aunque un poco nervioso. La cosa cambió tras el desayuno, cuando su madre le dijo que el padre de Mocoso vendría a darle los pertinentes consejos sobre el matrimonio en calidad de su tío. Solía ser tarea del padre hacer esto, y conociendo a Estoico hubiera empezado a hacerlo un mes antes de la boda (todo quejas claro). Pero su tío había preferido no presionarlo tanto y dejarlo para la mañana de la boda. Valka iría a ver a Astrid y su tía para participar también de la tradición. Y vaya si cambió la cosa! El humor de Hipo cayó por los suelos, mientras que su nerviosismo se acrecentó hasta lo que jamás habría podido esperar. Por suerte, la charla con su tío resultó muy tranquilizadora y de gran ayuda, aunque pronto descubriría que no todos los consejos eran buenos para aplicar en una esposa como Astrid.
Por otro lado, Astrid acabó más confusa de lo que estaba tras la charla. Cierto que Valka no dijo mucho, pues llevaba veinte años sin ejercer de esposa, pero su tía sí que la preocupó. Primero por los raros consejos que le dio sobre cómo ser una buena esposa, raros porque la convivencia con su tío era rara ya de por sí. Pero lo que más le preocupó fue que no cumpliera su promesa. Desde que tenía uso de memoria, su tía había prometido hablarle de sus padres cuando fuera mayor, concretamente cuando fuera a casarse. Astrid esperaba que su tía sacara el tema, pero al ver que no lo hacía, preguntó al terminar los consejos. Fue entonces cuando vio el rostro de su tía ensombrecer y a Valka cambiar de tema. Decepcionada, se excusó y salió a pasear por las calles de Mema camino a los establos. Necesitaba un vuelo con Tormenta urgentemente.
- Vamos chica, salgamos a dar un paseo.- Le dijo a Tormenta como saludo, tras darle algo de comer y ensillarla.
Una vez en el cielo, se permitió despejar la cabeza. Habría tiempo para preguntar por sus padres, ahora lo importante era centrarse en la boda. Y en esas estaba cuando de repente apareció Hipo montado en Desdentao. Y decir apareció es quedarse corto, surgió de entre las nubes tan rápido que casi se las lleva por delante.
- Lo siento mucho milady, no esperaba que nadie volara tan alto a estas horas.- Se disculpó Hipo, temiendo un golpe como respuesta de su prometida.
- Tranquilo, en realidad me alegra que estés aquí. Necesito hablar contigo.- Dijo en un tono abatido Astrid- Hay algo que quiero preguntarte.
- Por supuesto. De qué se trata?
- Esto… yo…- Tartamudeó Astrid, hasta que decidió cambiar de pregunta- Quería saber si tu también estás tan nervioso como yo por la boda.
- La verdad es que hasta hace poco lo estaba, pero gracias a los consejos del padre de Mocoso estoy algo mejor. Además, casarnos significa poder pasar el resto de mi vida contigo y esto no me hace sino que infinitamente feliz.- Dijo Hipo, mostrando una sincera sonrisa a la preciosa vikinga. Pero en el fondo él sabía que lo que le preocupaba a ella era otra cosa, así que para distraerla cambió de estrategia- Pero ahora es mejor relajarse y no pensar en ello. Vamos, te echo una carrera alrededor de la isla y de vuelta a los establos.
Ante tal desafío, Astrid sonrió e indicó a Tormenta que acelerara de inmediato. Dejó a atrás a Hipo y Desdentao, quienes también aceleraron poco después. No tardaron mucho en reducir distancias, pero aún y así la carrera estaba reñida.
- No es justo!- Gritó Hipo, quejándose.
- Lo siento cariño, pero cada dragón tiene sus secretos para ganar.- Dijo risueña Astrid.
- Si, pues mira cómo Desdentao ordena a Tormenta que se quede quieta. Verás como ese es su truco.
- Oh vamos, eso sí que es injusto!
Los dos siguieron volando, pues al fin y al cabo Hipo jugaba limpio, hasta llegar a los establos. Desdentao ganó, aunque no sorprendió a nadie pues el Furia Nocturna es conocido por ser el dragón más rápido, lo que le hacía inalcanzable cuando aún los cazaban.
- No ha estado mal, eh?- Inquirió Hipo con un tono sarcástico por haber ganado limpiamente y con desventaja.
- Si bueno, veremos si no tienes que correr tanto para no llegar tarde al altar. Te juro que como llegues un minuto tarde te destripo.- Dijo Astrid medio en broma. Excepto lo de destriparle, eso seguramente no era broma.
- No te preocupes, milady. Jamás llegaría tarde al evento más importante de mi vida.
Y con un tierno beso se despidieron los novios hasta la ceremonia. Hipo volvió a casa, donde su madre le había preparado un elegante atuendo y el cinto de jefe para la ceremonia. Hipo se lo puso, sabía que le iría bien de medidas pues su madre lo había tenido mucho más difícil con la ropa de su padre. Por otro lado, Astrid se puso el precioso vestido que entre su tía y algunas vikingas algo más jóvenes y mañosas habían hecho. Era un vestido espectacular, el blanco le quedaba a la rubia perfecto.
- Estas preciosa, querida.- Dijo la tía de Astrid acercándose a ella en el espejo- Tu madre habría estado tan orgullosa de ti…- Añadió con la voz quebrada.
- Tía Greya, acerca de mis padres…- Dijo Astrid intentando mantener la compostura- Me prometiste que el día de mi boda…
- Lo sé, pequeña, lo sé.- Le dijo atrayéndola contra su pecho- Pero antes no tuve el corazón de decírtelo. Cómo iba a decirte que la vikinga más guapa y valiente de Mema, futura esposa del jefe de la isla y del clan, era hija de unos simples pescadores? Tu madre era tan guapa como tú y tu padre defendía su hogar y su familia con la misma bravura con la que tú te lanzas al combate. Pero no eran nadie especial y sin embargo, tu siempre has sido algo más Astrid. Jamás tuve el valor de decirte que ellos no eran los héroes que tu esperabas que fueran.- Dijo su tía, que parecía más pequeña y débil que nunca. Se la veía compungida por la verdad que acababa de revelarle.
- Entonces era eso… Pero tía, no tendrías que haberte preocupado por eso. Yo me contento con tenerte a ti y que nos cuidemos la una a la otra. Es solo que tenía curiosidad por saber de dónde venía. Verás, Hipo solía decir que yo siempre había sabido quien era y que quería. Pero la verdad es que lo único que he sido siempre ha sido una fachada para proteger mi inseguridad. Una fachada que, sin saberlo, él poco a poco ha ido derribando sin que yo pueda hacer nada.- Dijo Astrid, en parte aliviada por saber la verdad y en parte dolida por la mediocridad de esta.
Entonces pareció que su tía recobraba el color y la compostura y para animar a la chica le contó algunas anécdotas de su madre y su padre cuando aún estaban vivos. Al final, acordaron dejar el tema para más adelante y que ella se centrara en la boda.
El momento se acercaba. Hipo estaba en el altillo del salón principal, con Bocón al lado como padrino. Astrid estaba siendo llevada por un yak recién lavado y acicalado para la ocasión. Cuando esta entró por la puerta, toda la aldea se alzó a la vez. Brusca le entregó un ramo de flores y su tía la acompañó hasta el altar. Todos estaban allí presentes, ataviados en sus mejores galas. Hipo sonreía nervioso, también muy apuesto en su traje de boda. Ambos se colocaron juntos ante Gothi, quién oficiaría la ceremonia. Por suerte Bocón era capaz de traducir los garabatos de la anciana matriarca en voz alta, dado que sino la boda se habría celebrado de un modo bastante más cómico y caótico.
Todo fue según lo esperado, la emotiva ceremonia dio comienzo. Primero se hizo saber a todos, por pura tradición, los nombres completos de los novios. Luego, se oyeron las palabras de Bocón en representación del jefe del clan, diciendo que aprobaba el enlace y que si alguien deseaba oponerse, aunque nadie lo hizo. Y entonces empezaron con los votos matrimoniales.
- Astrid Hofferson,- Comenzó Hipo, sin molestarse en decir el nombre completo- sé que parezco poco cumplidor. Mi padre esperaba que le retirara del cargo bastante antes de cuando lo he acabado haciendo. También teníamos edad para casarnos desde hace unos años y desde luego amor no nos faltaba. Pero yo, con mi cabezonería, solo miraba a mi mapa y mis dragones. Pero a partir de hoy, esto cambia. A partir de hoy, prometo posar mis ojos en ti primero para cuidarte, protegerte y amarte con todo mi ser. Prometo ser siempre fiel, leal y por supuesto prometo estar en los buenos y en los malos tiempos. Prometo también hacer lo que haga falta para mantener este amor vivo, para que no se apague tu sonrisa y para que algún día cuando seamos mayores y miremos atrás seamos igual de felices que somos ahora.
Así concluyo el discurso de Hipo. Sin embargo, no perdió un segundo para dedicarle un guiño de complicidad a Desdentao, quién entendió que no le estaba dejando de lado sino que su amigo solamente indicaba que ahora ambos ocupaban el mismo espacio en su corazón. Desdentao solo se mostraba celoso ante otros dragones, pero jamás por otros humanos y menos por alguien como Astrid.
- Hipo Haddock Horrendo Tercero,- Dijo Astrid en el mismo tono solemne que su prometido, aunque tal vez un poco más formal que él- sé que al principio, de niños y jóvenes, yo no parecía tenerte mucho aprecio. En el fondo, yo no era más que una fachada endurecida para evitar mostrar debilidad. Pero bajo esa fachada, un sentimiento de admiración por aquel joven que desafiaba todo lo que los vikingos eran y conocían surgió. Una admiración que se convirtió en profundo amor el día que conocí a Desdentao, el día en que vi tu determinación y tu verdadera fuerza. Y desde entonces no he dejado de amarte.- En este punto Astrid era prácticamente un manojo de nervios, pero luchó por mantener la confianza- Por eso, prometo que desde el día de hoy yo te apoyaré en todas las decisiones que tomes, en todos los proyectos que emprendas y en todo lo que el destino elija por nosotros. También te prometo serte fiel y leal, cuidarte en la enfermedad y hacerte disfrutar de nuestro amor en la salud. Prometo que jamás dudaré de ti, que daré lo mejor de mí para hacerte feliz y que jamás permitiré que esa pasión por tus inventos y tus dragones se pierda por mi culpa. Y… prometo que no volveré a golpearte nunca más. Aaa… a partir de mañana.- Esto último hizo reír a todos, aunque ella estaba casi tan roja como una forja.
Entonces, Gothi empezó a escribir emocionada. Les anunciaba que procederían a la entrega de anillos. Una vez intercambiados los anillos, hechos manualmente por los novios, llegaba el clímax de la ceremonia. El momento del verdadero enlace, el beso de mayor calidez, el de amor más puro. Cuando Gothi les dio permiso, Astrid intentó seguir la broma y golpear a Hipo en el brazo. Sin embargo él ya se lo esperaba, así que antes de que pudiera hacerlo la agarró, la atrajo para sí y la besó con una pasión que jamás había sentido y mostrado.
Pues llegado el final de este primer capítulo, uno bastante largo pero por desgracia poco aclarador. Más que nada quería hacer la boda y eso me da pie al contexto y a poder desarrollar los capítulos posteriores. Sé que si has leído hasta aquí podrás pensar que es uno de otros muchos fanfic sobre Hiccstrid y ya pero te pido querido lector que le des una oportunidad. Haré mi mayor esfuerzo por ser constante en la entrega de capítulos y no dejar mucho lapso, ya que la historia se olvida y la gente se cansa de esperar.
Muchas gracias por leer mi fanfic y cualquier cosa que desees comentar hazlo sin problemas en una review, agradezco todas las críticas.
