Konichiwaaa minna, este es mi segundo fic, ya que no me llegaba la inspiración para el siguiente capítulo de mi primer fic, decidí hacer otro hasta que vuelva mi inspiración. Por favor no sean tan crueles conmigo y espero que les guste.
Disclaimer: Ni vocaloid ni sus peronajes me pertenecen, solo la idea del fic.
Summary: Un príncipe caprichoso que solo le importa él mismo, una plebeya sencilla que hará lo que sea por su familia, un encuentro que cambiará la vida de ambos para bien y para mal.
En un reino situado en Japón, rodeado de verdes árboles y hermosos prados, habitaban ese lugar, personas que vivían en paz y tranquilidad. Solían reinar el rey Kendrick Kagamine (rey Ken), que era muy bueno y amable con toda la población y por ello era muy querido y respetado por todos, ayudaba a las personas a levantar negocios y hacía muchas obras de caridad en su aspecto físico, era alto y rubio, siempre iba vestido de un terno u otras ropas formales; la reina Liliana Kagamine (reina Lily), quien era la que veía por la estabilidad económica y la salud de su pueblo, era muy amable con ellos y les daba dinero a las personas que mendigaban por ahí, regalaba ropas y alimento a los pobres, en el aspecto físico, era muy hermosa y alta, era rubia, de cabello largo y siempre llevaba hermosos vestidos de diversos colores, el cabello lo llevaba recojido en un moño o suelto y el príncipe Len Kagamine, que, a diferencia de sus padres, era muy egocéntrico y engreído, no le importaba lo que pensaban los demás, nunca salía con sus padres, ya que no le gustaa estar cerca a los plebeyos, solo salía con sus amigos duques, caballeros, etc, a pesar de tener 14 años, se comportaba como un bebé, en el aspecto físico era un joven apuesto, rubio, tenía los ojos azules y siempre llevaba un pantalón negro con alguna camisa o un suéter encima. Vivían en un enorme castillo rodeado de todos los lujos, el castillo se situaba en la parte oriental de la ciudad. Los reyes a menudo salían al pueblo a visitar a las personas que vivían ahí, el príncipe Len se quedaba en el castillo ya que no le gustaba ir a saludar a la gente. Mientras los reyes hacían su recorrido, la gente por su parte les regalaban todo tipo de cosas, las cuales los reyes aceptaban con mucho aprecio. En el sector occidental, vivían las personas más pobres de dicha ciudad, entre ellos vivía una familia humilde que todos los díastrabjaban duro para poder mantenerse, eran los Kagene, el padre había muerto desde que sus pequeños gemelos tenían 4 años, la madre padecía de una enfermedad, pero aún así trabajaba lo más duro que podía para poder dar de comer a sus hijos, los gemelos, Rin y Rei de 14 años, trabajaban de la manera que podía, Rei trabajaba de campesino en las afueras de la ciudad, por lo que no estaba mucho tiempo con su familia, mientras que Rin no trabajaba, pero hacía de bailarina en la central de la ciudad y también cantaba a veces, ya que tenía una hermosa voz, ganaba de las propinas que le daban las personas que pasaban por ahí. Un día los reyes pasaban por la central de la ciudad para visitar a los enfermos, pero mientras iban, encontraron a un grupo de personas reunidas alrededor de una pileta, se acercaron y vieron a una joven y hermosa rubia que bailaba alrededor de la pileta al compás de las palmas de los demás, a los cuales, los reyes también se unieron, ella llevaba un vestido negro que pasaba las rodillas, era muy sencillo, pero la joven lo lucía muy bien. Ellos quedaron sorprendidos por tal delicadeza con la cual bailaba la joven, admiraban su sonrisa que no se desprendía de su cara en toda la pieza. Cuando terminó de bailar, hizo una reverencia mientras todos la aplaudían incluyendo a los reyes. Todos comenzaron a irse mientras le daban una propina en un sombrero que estaba en el piso, los reyes se quedaron después del espactáculo, el rey fue a arreglar las cosas pendientes para las cuales había venido, la reina se acercó a la joven y le preguntó-¿Cómo te llamas pequeña?
-Me llamo Rin Kagene-respondió ella haciendo una reverencia ante la reina.
-Bailas muy bonito Rin-chan, dime ¿Dónde vives?-dijo la reina con una dulce sonrisa.
-Al oeste de a ciudad señora-respondió Rin.
-¿Señora?-preguntó la reina confundida-¿No sabes quién soy?
-Perdone mi ignorancia señora,pero no, no sé quién es usted-respondió apenada la rubia.
-Ya veo, dime-dijo la reina levantando la cara de la joven-¿Te gustaría vivir en mi casa?
-¿Qué?-dijo sorprendida la rubia.
-Verás, necesito una sirvienta personal para mi hijo, ya que la que tiene actualmente está un poco vieja y piensa retirarse.
-¿Sirvienta personal?-dijo la chica-perdone señora, pero me podría decir quién es usted.
Un hombre que estaba escuchando todo porque pasaba cerca a donde estaban ambas, le dijo a la chica-señorita, esta es la reina, ¿Cómo es que no sabes quién es?-al momento Rin hizo una inmediata reverencia ante la reina mientras el hombre hizo una reverencia y luego se fue.
-Lo siento mucho su majestad, no tenía idea, por favor perdóneme-decía Rin aún agachada.
-No hay problema Rin-chan, ya que yo y mi esposo casi nunca vamos al oeste y lo más probable era que no nos conocieras-dijo la reina-entonces, sobre lo de ser la sirvienta, ¿Aceptas?, la paga es muy buena, pero deberás quedarte a vivr en el castillo.
-Claro majestad, con mucho gusto acepto, pero antes debo comunicar a mi madre.
-De acuerdo.
Rin fue a una cabina telefónica a avisar a su madre que había conseguido trabajo, su madre le dio permiso, pero le dijo que se cuidara, ya que había oído que el principe era una persona cruel. La reina regresó al castillo junto a su esposo y a su nueva criada, Rin en una carrosa
-Dime Rin-dijo el rey para romper el silencio-¿Con quiénes vivías?
-Con mi madre y mi hermano.
-¿Y tu padre?
-Murió cuando tenía 4 años, y ahora madre está muy enferma, por lo cual yo y mi hermano trabajamos duro para comprar sus medicinas-dijo Rin bajando un poco el tono de su voz a uno más triste.
-Y tu hermano, ¿Cuántos años tiene?-dijo la reina.
-Es mi gemelo, pero él trabaja fuera, por lo que solo lo veo una o dos veces la mes.
-Ya veo, no te preocupes que de seguro tu madre va a estar muy bien, nosotros iremos a la parte oeste para visitar a tu madre y la ayudaremos con su tratamiento-dijo el rey mientras contemplaba la sonrisa que se formaba en la cara de la joven.
-Muchísimas gracias, sus majestades-decía Rin haciendo una reverencia ante ambos reyes-jamás podré pagarles todo lo que están haciendo por mí, de verdad, muchas gracias.
-No tienes porque agradecer tanto Rin-chan-dijo la reina sonriéndole a la chica-con tal de ver tu sonrisa, e suficiente para nosotros.
Después de un largo recorrido de más o menos cuatro horas, en las cuales Rin les contaba a los reyes sobre su vida, llegaron al castillo. Rin se quedó asombrada ya que era un lugar muy grande. Entraron al castillo los reyes acompañados de sus guardias y sirvientes que los atendían, atrás de ellos caminaba lentamente Rin, nerviosa por estar en ese lugar. La reina la tomó de la mano y la entregó a una de sus sirvientas para que le enseñara el castillo, las obligaciones que tenía que cumplir y dónde sería su habitación,también la encargó que la vistiera para que empieze a atender al joven. Después de hacer todo eso la sirvienta trajo hacia la reina a Rin, ella se llenó de ternura al ver a Rin, ella traía un vertido habitual de sirvienta, con manga larga y la falda unos centímetros arriba de la rodilla, llevaba una de esas tiaras que se ponen a la cabeza y un delantal blanco al frente de su uniforme, tenía medias blancas largas hasta la rodilla y zapatos negros. La reina no pudo evitar abrazarla a lo cual Rin se ruborizó levemente.
-Rin-chan, que linda estas-dijo la reina todavía la miraba con ternura.
-G-Gracias-respondió Rin.
-Bueno, Haku-san indícale donde está la habitación de mi hijo para que empieze su trabajo.
-Si majestad, venga Rin-chan-dijo Haku haciendo señales para que ella la siguiera.
-Su majestad, si me permite preguntar-se acercó una de las criadas a la reina-¿Qué es lo que tiene planeado con esta joven?
-Oh Meiko, ya verás que esta chica va cambiar por completo la vida de mi hijo.
CON RIN Y HAKU
-Rin-chan, esta es la habitación del joven, recuerda todo lo que te dije y no lo hagas enfadar, sé muy cuidadosa con lo que haces, mucha suerte.
-Gracias Haku-san.
-Bueno, me tengo que ir, nos vemos luego-Haku se iba alejando dejando a Rin en la puerta del dormitorio del príncipe.
Rin estaba muy nerviosa por todo lo que le habían dicho acerca del principe, así que respiró hondo y entró.
Espero que les haya gustado, posiblemente subiré cada semana, a más reviews, más pronto subiré, besooos \(-3-)/
