Los personajes de Vocaloid no me pertenecen, tampoco la canción del Jardin del Miedo, pero la trama es mia.


Jardín del miedo

Todo comenzó…

Una mañana en mi colegio, sentada en mi silla y mis brazos apoyados por arriba de la mesa, el profesor de literatura Kaito Shion, el leía un libro mientras que yo me quede atrapada en mis pensamientos mirando sus uñas azules, —"Esas uñas azules, se ven como las flores azules"—pensé sonriendo fría y maliciosa. Al lado mío estaba sentado ni nada menos que mi novio Len Kagamine, quien estaba con sus auriculares puestos en sus oídos para no oír la lectura del profesor.

—"Por cierto, mi jardín esta vacio, tengo que comprar flores para mi jardín" —pensé mordiendo mi labio inferior, porque último momento me acorde de comprar las flores.

Mis amigos no sabían nada sobre mi jardín porque yo tampoco se los comente, como era adicta a las flores, en la cual me enloquecía, por un momento con mis propios ojos veo que mi profesor tenía transformados su manos en una simple rosa azulada. Miro a mi novio quien fingía oír atentamente a mi profesor, veo que también sus manos eran pétalos o mejor dicho flores amarillas, hermosas flores amarillas.

El timbre del colegio suena, en ese momento, me levanto de mi asiento y salgo afuera del salón, al igual que mis compañeros, una joven de cabellera verde agua, caminaba por el medio del pasillo de la escuela, era ni nada menos que Miku Hatsune, quien tenía puesto el mismo uniforme que el mío, su dos coletas que sostenía un largo cabello verde agua. Creí que era mi imaginación pero también miraba que la joven tenia pétalos en sus manos.

—Es mi imaginación —dije en voz baja para que ella no me escuchara, Miku se acercaba hacia mi novio y yo, quien él me tomaba de la mano con fuerza.

— "¡Hola chicos!" —decía ella con una sonrisa alegre.

La miraba detenidamente y con mi voz alegre de costumbre, —Hola Miku—digo con una sonrisa. Sentí como que el tiempo se detuvo por unos instantes y veo como los ojos de Miku se enfocaban a los ojos de Len, una rabia me atormentaba en mi interior, era como si ellos dos habían tenido una relación antes…

—Adiós chicos —digo en tono relajado, todos los demás adolescentes entran a sus aulas, dejándolos solos a Len y a Miku, yo entro en mi respectivo salón.

Pasa una hora y mi profesora Meiko estaba escribiendo en el pisaron explicando cuentas de matemáticas, mis dos compañeros aun no habían entrado a mi salón, ninguno de los dos. Como empezaba a sospechar cosas, como; —"Ellos se están besando o están en otro lado"

Sin dudarlo en dos veces me levanto de mi asiento diciendo; —Profesora, ¿Puedo ir al baño? —fue la primera excusa para saber de ellos dos…

—"Si, señorita Kagamine..." —Me responde ella con una sonrisa.

Salgo corriendo del salón y empiezo a buscarlos a los dos, en una esquina del pasillo, justo los veo a los dos besándose, el tenia su espalda apoyado contra la pared y ella lo besaba apasionada, una mano de mi chico le agarraba de la cintura de Miku.

—Esto no se va a quedar así—dije mientras que mis ojos se llenaban de lágrimas, Salí corriendo de aquel pasillo para luego ir al baño, me senté en el suelo y me quede llorando toda la mañana en el baño de mujeres, recordando ese momento cuando los veo a los dos besándose.

—"Que es este pulso que siento en mi interior…"—pensaba sintiendo mis propios latidos en mi corazón, como que la ira se apodero de mi, tenía ganas de matarlos a los dos, pero si tuviera un cuchillo….

—Desde mañana traeré mi cuchillo y comenzara la masacre…—dije levantándome del suelo y mirándome al espejo, vi una mitad oscura de mi, una Rin muy diferente.

El espejo me reflejaba la sangre manchada en mi uniforme, también la tierra. Por un momento miro al suelo y encuentro dos rosas una amarilla y la otra verde agua, las levanto con cuidado y al refléjalos al espejo, veo que ambas rosas se mostraban como brazos, una era el de Miku y el otro de mi querido novio…

—Ambos me las van a pagar muy caro—dije con una sonrisa malvada y fría. —Ahora si despertaron mi sed— Abro la puerta del baño y salgo cuidadosamente para que el portero no me encuentre, entro al comedor y agarro un cuchillo.

—"Porque esperar mañana si lo puedo hacer hoy" —pensé dejando salir de mi boca una carcajada de demoniaca.

Cuando salgo del comedor, encuentro a Len solo y caminando por los pasillos, todos los adolescentes estaban en clase, me acerco tranquilamente hacia él.

—"Hola amor" —me dice él con una sonrisa, mientras que en mi interior estaba listo para matarlo. Lo agarro de la mano y me lo llevo para otro lado del pasillo del colegio, en donde nadie nos podía oír, me acerco a él con mi rostro sonrojado.

—"Bésame" —escucho mientras que el intenta poner su mano en mi cintura, —"Ni loca, me traicionas con esa chica con mi propia compañera de la escuela" —pensaba con rabia.

Levante mi mano y le tapo su boca para que deje de hablar, saco mi cuchillo escondido por detrás de mi espalda, el me miraba con cara de horror, de asustado. Le clavo mi cuchillo por su pecho y luego le corto su brazo, la sangre salía teniendo el suelo de color carmesí, mi chico cae al suelo. Mientras que yo le estiro su brazo y se la arranco las dos, arrastro su cuerpo hasta el gran cesto de basura en la cual los basureros pasan a buscarlos.

Mi uniforme se había manchado, agarro un trapo y paso con un balde de agua el suelo, limpiando la mancha de sangre, mientras que también con otro trapo que tenía guardado en los bolsillos de mi uniforme. Y lo mojo un poco con el balde de agua que había traído de afuera, limpio las manchas de sangre dejando todo limpio y como nuevo.

Entro al baño de mujeres otra vez y tiro mi cuchillo manchado con sangre al inodoro, tiro de la cadena, el cuchillo se va por ahí, me miro al espejo me veo con un rostro diferente, uno de mis manos sostenía el brazo de Len, sin pensarlo en dos veces salgo corriendo del colegio escapándome para luego entierrar este brazo que para mí era como una flor amarilla, llego a mi casa lo más rápido posible y entierro este brazo con manchas de sangre, las riego con agua un poco caliente y me quedo sentada afuera de mi casa observando el cielo.

—No me arrepiento de nada… de lo que hice él se lo merecía—dije con una sonrisa de satisfacción.

—Ahora me falta asesinar a esa ex compañera que tengo Miku Hatsune…—la menciono mientras ago. Ruido con mis dientes.

Continuara…