Esta es una nueva historia de los merodeadores en su séptimo año, pero en realidad empieza con el verano antes de empezar las clases. Tiene la particularidad de que cada capítulo llevara el nombre del lugar en donde transcurre el hecho más importante del capítulo, por eso se llama "Lieux Magiques" y es en francés el nombre porque las vacaciones de verano las van a pasar en Francia :)
Espero que les guste la historia, la sigan, y me dejen reviews pues sino no me van a dar ganas de seguir subiéndolo :)
a leer!
-Capítulo Uno-
"La Mansión de los Potter"
Hacía ya cuatro horas que había amanecido, era primero de mayo en Londres y hacía mucho calor, además el clima estaba algo húmedo y según había dicho el señor del noticiero a cerca del pronóstico, llovería ese día.
En la casa de los Potter el desayuno estaba servido ya, esperando a ser devorado por tres chicos hambrientos que estaban siendo despertados por la señora Dora Potter.
- James despierta cariño ya son las diez.- el morocho de pelo revuelto saludó a su madre con un gesto y buscó a tientas los anteojos para luego sentarse en la cama.
- Remus Buenos días, que bueno ver a alguno despierto ya- rió Dora saludando a Lupin.
- Buenos Días señora Potter- le contestó el merodeador sonriendo.
- Sirius despierta que ya no son horas de dormir.- Black gruñó mostrando las pocas ganas de levantarse que tenía, pero aún así se dio vuelta, e sonrió a Dora, le dijo:
- Buen día
- Esta el desayuno servido, bajen por favor.- diciendo esto último, esa señora joven y morena con los mismos ojos almendra que su hijo, se retiró de la habitación.
Al instante los tres jovencitos empezaron a comer todo lo que había sobre la mesa: tocino, huevos, jugo de naranja, algunas tartas de distintos rellenos, tostadas con queso, entre otras cosas. Un desayuno de ese tipo solo se comparaba con el de Hogwarts, el colegio mágico al que asistían los chicos.
- Que placer vivir en esta casa.- dijo Sirius con una sonrisa encantadora.
- La verdad es que me encanta venir aquí, tus padres son muy buenas personas James.- Remus lo dijo con mucha sinceridad, realmente tenía esa opinión a cerca de los Potter pues, a pesar de que sabían de su condición de licántropo, jamás lo habían discriminado y siempre lo habían tratado con mucho cariño, tanto como a un hijo. James sin una pizca de modestia le respondió:
- Claro, tengo los mejores padres del mundo, por eso salí tan bueno en todo.- Canuto (así apodaban cariñosamente a Sirius y ya sabrán por qué) casi escupe el jugo por reírse tanto, aunque eso le costó una cachetada en la cabeza por parte de Cornamenta (que es James).
- Calma chicos que recién empezamos las vacaciones y no quiero tener que retarlos desde tan temprano.- Les ordenó Lunático.
- Sí mamá.- respondieron a coro Canuto y Cornamenta buscando enfadar a su amigo, y vaya si lo consiguieron.
- ¡Ouch!- volvieron a decir a coro.- Una cachetada en la cabeza para cada uno.
- Ustedes se lo buscaron.- les contestó el castaño poniendo cara de ofendido y luego los tres se echaron a reír.
Así se pasó la mañana y cuando quisieron acordar ya era la hora del almuerzo, que también fue abundante y rico. Los Potter eran muy sencillos y de bajo perfil, pero no dejaban de ser una familia de Nobles, por eso su grandeza y su riqueza también, aunque no la mostraran si la compartían, eran muy generosos y amables.
La casa era como un castillo y tenía muchas habitaciones, además había un salón de música, una biblioteca inmensa, la cocina, un baño por cada cuarto, un comedor enorme, un salón de fiestas, un living, un gimnasio, una sala de juegos y por último y no menos importante en verano, un patio gigantesco muy bien decorado con una piscina increíble en la que justamente los chicos pasaban la tarde.
Hacía tanto calor que estaba hermoso para nadar y jugar en la pileta, existían además en el mundo mágico, unas colchonetas inflables para flotar a la que le podías poner música que te gustara y con solo ordenarle la hacía sonar. Los chicos luego de jugar se quedaron flotando en ellas mientras conversaban.
- Estoy ansioso por que lleguen nuestras tan preciadas vacaciones en Francia.- comentó James.
- De verdad, las francesas además de bonitas son fogosas.- acotó Sirius guiñándoles un ojo a sus amigos y haciéndolos reír.
- Lastima que Peter no pudiera venir.- dijo Remus y los demás asintieron, lo que sucedía era que su amigo no podía ir con ellos porque sus padres no lo dejaban, sólo podía juntarse con ellos en el colegio donde sus padres no se enteraban, porque no querían a los chicos por ser defensores de los que ellos llamaban despectivamente "Sangre Sucia", muggles e impuros.
- Pero cuéntanos bien James ¿A dónde iremos?- le instó a decir Canuto.
- Pues, a una casa que tenemos en una playa de Francia llamada "à ciel ouvert" que significa cielo abierto, es un lugar mágico, realmente muy bonito, les va a encantar.
- ¡Es genial! Solos en una casa de playa en Francia y con chicas hermosas y fogosas.- Festejó Sirius y los demás rieron hasta que Remus dijo:
- No tan rápido Canuto, los padres de James también irán y además en ese lugar no hay bares ni boliches bailables, solo mar, arena y sol. Bueno y un pequeño centro.- Los otros dos abrieron la boca a más no poder… James porque no sabía que sus padres iban, y Sirius porque no sabía ninguna de las dos cosas.
- ¿No hay boliches bailables? ¿Irán tus padres James? ¡eso no es justo! Ya somos grandes.- se quejó Canuto.
- ¡Yo no sabía que irían! Además, el lugar es hermoso y no hace falta un boliche para que haya fiesta.- le contestó guiñándole un ojo y eso le dio más ánimo al moreno de sonrisa perfecta.
- Chicos, chicos ya basta… hay cosas más importantes de las cuales preocuparse, además con amigos estés donde estés siempre la pasas bien.- Les recordó Lupin.
- Tienes razón, disculpa.- ambos se mostraron arrepentidos y Remus continuó:
- ¿Sabían que los padres de Peter se unieron a Tom Riddle?- Los dejó con la boca abierta de nuevo, realmente estaban sorprendidos, sabían que a los padres de Peter no les simpatizaban los impuros, pero no se imaginaron que fuera tanto el odio.
- Cada día que pasa los detesto más, no pueden ser tan idiotas.- dijo James realmente molesto y Sirius le respondió:
- No me preocupa tanto eso, sino que no lo obliguen a Colagusano a meterse en esa porquería.-
- Tienes razón Sirius eso es lo que me preocupa a mi también, Peter es muy influenciable y débil, debemos hacer algo para impedir que acabe en eso.- Con esa respuesta de Lunático quedaron los tres amigos pensando, no querían perder al cuarto Merodeador, realmente lo querían mucho.
Cayó el sol y en su remplazo salió la luna, era una noche muy estrellada, y los Potter junto con Sirius y Remus cenaban afuera. Dora y Henry comenzaron a hablar a cerca de las vacaciones:
- Hemos decidido ir con ustedes por una cuestión de seguridad.- comenzó diciendo Dora.
- De igual manera alternaremos entre Londres y à ciel ouvert porque nuestro trabajo como aurores así lo requiere.- acotó rápidamente Henry.
- Por supuesto, pero estaremos allí para cuidarlos y también para vigilarlos.- continuó su esposa.
- Pero mamá, ya no somos niños, sabemos qué hacer y qué no.- se quejó James.
- Pues no lo demuestran para nada, en el colegio me llaman a cada rato por alguna de sus travesuras y además hijo, sé que son grandes, pero más grandes son los peligros que acechan hoy por hoy al mundo mágico.- Le respondió su madre.
- No es tan simple como crees, Riddle está armando un verdadero ejército, y pronto estallará una guerra que ni imaginas hijo.- le advirtió Henry.
- Realmente no lo entiendo ¿tanto complejo de inferioridad y resentimiento tiene ese tipo?- Sirius dijo ese comentario con asco e impotencia, sus padres eran parte de ese "ejército".
- Claro que sí Sirius, mucho.- le respondió Dora lanzando al aire un suspiro.
- Hay que ser muy concientes y prudentes ahora, los años que se avecinan no serán tan divertidos y sanos como los que vivimos, Hogwarts mismo cambiará.- Reflexionó Remus.
- Sí… Minerva ha dicho que aumentarán las horas de Defensa contra las artes oscuras, también de Encantamientos, y que reforzarán la seguridad dentro y alrededor del castillo, estarán más insistentes con respecto a las normas y los mantendrán al tanto de lo que pase afuera, no quieren que salgan a lo desconocido.- les contó Dora y todos se quedaron pensativos y algo tristes, no era una situación linda, era más bien angustiante.
- Pero arriba el ánimo, hay que disfrutar mientras se pueda, no quiero ver esas caras largas en lo que quede del verano, haremos todo lo posible por evitar ese desastre que estamos vaticinando.- Henry en ese sentido era igual a su hijo, positivo, carismático y decidido, sabía exactamente lo que quería.
- Tienes razón papá, así se habla.- dijo Cornamenta y todos volvieron a reír y a planear que harían en las vacaciones, más algunos comentarios del tiempo, y de cómo había fallado el pronóstico, pues no parecía que fuese a llover.
Luego se fueron a dormir, al día siguiente debían acomodar todo para irse de vacaciones, saldrían a la noche e irían en dos autos, Dora llevaría a los chicos y Henry el equipaje.
Se levantaron temprano, a eso de las ocho de la mañana, desayunaron todos juntos y luego se pusieron a empacar. Dora y Henry no tardaron casi nada, así que al terminar se pusieron a cerrar todo en la casa, y cubrirla con hechizos protectores muy fuertes. Luego mandaron mensajes mediante patronus (para mayor seguridad) a sus amigos más íntimos y familia para que supieran que no iban a estar en casa durante el verano y ponerlos al tanto de sus planes.
Pero a los chicos no se les hizo tan fácil empacar. Sirius y James eran tan desordenados que no paraban de conjurar el hechizo "accacio" para encontrar sus cosas y Remus creía que iba a volverse loco si seguían pegándole las cosas de los otros dos chicos al pasar tan rápido a las manos de sus dueños.
- ¡Accacio calcetines! ¡Accacio pantalones! ¡Accacio camisas!- decía James y guardaba con magia todo en las maletas.
- ¡Accacio perfume! ¡Accacio zapatos! ¡Accacio traje de baño!- ordenaba a su varita Sirius muy concentrado en pensar qué más le hacía falta.
- ¿Lunático tienes el Mapa y…?- comenzaron a decir al unísono Canuto y Cornamenta pero Remus los detuvo con un simple gesto de manos y les respondió:
- Tengo todo eso guardado ya, porque yo sí soy ordenado.- automáticamente le volaron a la cabeza dos almohadas, una de James y otra de Sirius en señal de enojo, aunque en realidad era solo un juego.
- Ya me las van a pagar.- les dijo Remus y los otros le sacaron la lengua, y luego empezó la persecución. Corrían por toda la casa saltando todo tipo de obstáculos, como maletas, sillones, cajas, los padres de James… ¡Momento! ¡Los padres de James! Los tres frenaron de golpe Canuto, Cornamenta y Lunático y cayeron en fila ante los pies de la enfadada señora Potter.
- ¡Chiquilines! ¡Y querían ir solos a vacacionar! A terminar de empacar ¡Ya!- les gritó y nadie quiso probar que pasaba si no iban así que corrieron a toda velocidad hasta llegar al cuarto y entonces, luego de cerrar la puerta…
- ¡Si que estuvimos cerca!- dijo Canuto y todos largaron las carcajadas. Estuvieron así un momento hasta que Remus dijo:
- Será mejor que nos apuremos, chicos vamos a terminar con sus maletas.- Los otros dos le hicieron caso y entre los tres terminaron de empacar y bajaron sus cosas, llevándolas sin magia hasta el auto en que los esperaba Henry, un Mustang negro.
- ¿Eso es todo verdad?- les preguntó el señor Potter y tras asentir se fueron calladitos al auto con Dora, un Porsche descapotable rojo.
- Pónganse los cinturones y más les vale no pelear en el camino y por castigo deberán escuchar conmigo "El Galán Hechicero".- les ordenó la señora Potter y los tres pusieron cara de asco al mismo tiempo que empezaron a protestar.
- Pero mamá no es justo que…- Quiso reprochar James pero Dora lo interrumpió:
- Y nada de quejas caballeros.- Así que los tres viajaron calladitos y tranquilos, Dora era muy buena pero no era recomendable enfadarla.
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