Hola de nuevo a quien esté leyendo! Ahora me ha dado por las series. Serie de mortífagos, serie de Ron/Hermione - en mi LJ - y ¡¡¡serie de GEMELOS!!! Así es, voy a contaros año a año la historia de los hermanos bromistas y espero que os guuuuuuste un montón :)
Disclaimer: Esto es todo todo todo todo todo de J.K Rowling y yo no tengo ningún interes en conseguir dinero ni nada por el estilo - que a ver quién paga XD -
Ahí va!Uno
El dolor llegó sin aviso, y antes de que sus dedos acariciaran el estómago, desapareció. Siguió tejiendo el segundo gorrito de lana, esta vez de color azul, con una sonrisa tonta en los labios y una nana en los oídos. Al poco, un nuevo pinchazo, más largo e intenso que el anterior, hizo que s l escapara un quejido entre los labios y dejara caer las agujas al suelo. Arthur llegó jadeando desde el jardín con el rostro empapado en sudor y una muda pregunta en la mirada. Intentó tranquilizarle, haciéndole un gesto indiferente con la mano que no rodeaba su barriga con delicadeza, pero la llegada de un dolor sordo en la parte baja del vientre congeló el movimiento en el aire y se dobló en dos. A las tres de la madrugada, todos los habitantes de Ottery St. Cachpole alzaron la vista al escuchar los estridentes gritos que flotaban desde más allá del bosque oeste.
Era el 1 de abril de 1978 y Molly Weasley empezó a acordarse de toda la ascendencia – y futura descendencia – de su marido de camino a San Mungo.
- ¿Por qué está Mamá tan enfadada, Papi? – preguntó una carita pecosa que ya por aquel entonces se escaqueaba demasiado a menudo de los cortes de pelo.
- Porque le duele mucho la barriga, Billy – ante el puchero y posible solidarización con su madre de él y sus hermanos pequeños, se apresuró a añadir – pero es porque los gemelos son muy revoltosos; ya veréis como sonríe en cuanto estén aquí con nosotros.
Esbozó una pálida sonrisa para confirmarlo y sujetó las manitas del travieso bebé sentado en su regazo para que no le tirase de la coleta al hombre de su derecha. Era casi mediodía cuando miró el reloj. Todavía no había podido ver a Molly.
A las dos y media, un sanador corpulento de aspecto bonachón se asomó a la sala de espera y reconoció de inmediato al padre, con la frente perlada de sudor y tres parlanchines niños igual de pelirrojos que él. Como su mujer, quien había sujetado al pobre sanador del cuello de la túnica con más ira que dolor y le había gruñido algo parecido a 'Arthur…'. Casi le había faltado tiempo para echar a correr en busca del susodicho.
- Ahora os vais a quedar con esta chica de aquí – le dijo a Bill, quien asumía el papel de hermano mayor poniéndose muy serio y mirándole con los ojos como platos. – Yo voy a ver a Mamá y vuelvo rapidísimo para que vosotros también podáis verla, ¿vale? – tanto Bill como Charlie asintieron. Percy seguía empeñado en tirarle de la coleta a aquel hombre.
Aquel día terminó con un grupo de pelirrojos pequeñitos dando saltos alrededor de una cama en la que su madre sostenía a dos niños muchísimo más pequeños que nosotros, Mami pero que durmieron acurrucados el uno contra el otro todo el rato, como si en realidad fueran siameses. Molly miró a Arthur, menos pálido que antes y mucho más feliz, y le dedicó una sonrisa agotada mientras Percy miraba a los recién llegados sin decir ni mu, como evaluando un posible peligro.
- Esto va a ser muy difícil, Arthur. Vamos a estar haciendo milagros con el dinero durante muchos años.
- No importa. También vamos a estar juntos.
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