Cualquiera que los viera, pensaría que eran visiones.
Porque Kenma no solía ser partidario de la cercanía y tenía dos pies izquierdos, estando lejos de ser un bailarín experto. O un bailarín a secas, la falta de ritmo del rubio era más que evidente y conocida por todos.
Y Keiji tampoco bailaba, tenía dificultad siguiendo pasos simples, mucho más si tenía que ser acompañado por una pareja aunque no hubiera necesidad de ningún tipo de contacto entre ellos.
Pero la canción había empezado a sonar en la radio mientras limpiaban, y las palabras habían salido de los labios de Keiji al poco de reconocer la melodía, eclipsando la voz del cantante y haciéndole parecer un corista en lugar de la estrella.
Y, tal vez movido por un recuerdo antiguo, no le costó mirar a Kenma antes de coger su mano y rodear su cintura con el brazo libre, quien no se quejó y dejó que le guiara en el baile, siguiendo sus pasos con algo de torpeza pero dejándose llevar, casi sorprendido por lo fácil que estaba siendo, por la gracilidad de los movimientos como si se tratase de una escena de un cuento de hadas.
-…No sabía que pudieras bailar
"Ni tampoco que fueras tan espontaneo" Quiso decir, pero decidió guardarse el comentario, no hacía falta romper el momento tan deprisa.
-Y no sé.
Pero no podía ser verdad, porque el brazo que sujetaba su cintura con la fuerza justa para que no se sintiera aprisionado, como si fuera algo que debía ser tratado con cuidado y la forma en la que le había hecho girar sobre sí mismo en el momento adecuado para ir a la par de la canción dejaba claro que él sin duda sabía lo que estaba haciendo.
Aunque no dijo nada, se quedó en silencio y continuó dejándose balancear al ritmo de la canción hasta que esta terminó, dejándoles a ambos en un silencio absoluto en el que ni siquiera se movieron de la posición en la que habían quedado, disfrutando unos segundos más de encontrarse en los brazos del otro.
-… ¿Quieres que bailemos otra más?
Y ante esa pregunta, Kenma no pudo más que asentir.
