Bueno, antes que nada debo aclarar que esta historia contendrá un montón de temas sexuales digamos que... extremos, como necrofilia, voyeurismo, zoofilia, scat, pedofilia, incesto, gangbang, netorare... y pues en fin un motón de vainas que me pueda imaginar. Contendrá también gore, tortura, humor negro e intentaré ser lo más explícito posible cuando la situación lo requiera. Hay varias cosas que explicar, por lo que no se verá en un primer momento todo esto, pero después de un par de capítulos se empezará a ver cada vez más.

Capítulo 1

Una mujer se miraba en el espejo de su baño. Sus ojos grises llenos de tristeza miraban cada parte de su cuerpo. Su cabello rojo era muy largo ya que llegaba hasta sus pantorrillas. Posó su mirada en su cara, estaba toda huesuda igual que su cuerpo debido a que no estaba comiendo bien. Tenía unas bolsas negras debajo de sus ojos debido a que tampoco dormía bien desde hace mucho tiempo.

Abrió el grifo del lavamanos que se encontraba justo debajo del espejo. Juntó el lado de sus palmas y las puso debajo del chorro de agua que comenzó a salir y se echó el agua en la cara.

Cerró el grifo y cogió una toallita que se encontraba colgando al lado del espejo y se secó el rostro. Colocó de nuevo la toallita en su lugar y salió del baño. Se dirigió a la cocina a prepararse algo, encontró un sobre de ramen instantáneo y se lo preparó. Empezó a sorber los fideos un poco y luego movió el plato hacia un lado, otra vez no podía comer. Durante los últimos años era igual, intentaba comer algo pero luego no podía comer más.

Escuchó que tocaron la puerta, miró a su reloj, 4:20. –"Siempre puntual."-Suspirando se dirigió hacia la puerta y la abrió. Un ambu se encontraba ahí cargando un par de bolsas.

-Buenas tardes kushina-sama.- Saludó el ambu sin ninguna emoción.

-Si… gracias.- Kushina recogió las bolsas y luego cerró la puerta. Revisó el contenido de las bolsas en una había carnes y otros tipos de comida, en la otra había un conjunto de ropa nueva. Ya iban a ser 6 años desde que se había confinado en aquella casa, nunca salía ni recibía visita a excepción de aquel ambu que le traía suministros.

Los dejó por ahí y se dirigió al sofá de la sala, encendió el televisor y empezó a revisar los canales. -Desde las 12 de la madrugada empezará el sexto carnaval en homenaje al yondai…- Decía una reportera en el televisor pero kushina cambió de canal. Siguió viendo tv cambiando varias veces de canal. Después de varias horas miró el reloj, 11:30. Apagó el televisor y se dirigió a su cuarto.

Al entrar cerró la puerta y se quitó la ropa hasta quedar completamente desnuda, recogió la bata de dormir que se encontraba en la cama y se la puso, era de color blanco transparente, dejando ver a través de ellos los pezones rosados y era muy corto tanto que se le podía ver la mitad de su vagina dejando afuera algunos pelos púbicos de color rojo igual que su cabello.

Se acostó en la cama y cerró sus ojos.

Kushina tenía una sonrisa en su cara y en sus brazos se encontraba un bebe rubio con 3 marcas en cada una de sus mejillas durmiendo. Estaba tan feliz viendo a aquel niño que no notó cuando una persona se acercó y le quitó al niño de sus brazos, kushina de repente le entró una desesperación y volteó hacia la persona nueva. Era un tipo rubio, alto, con un traje de jounin y una capa blanca. Ella temblaba con una cara de angustia mientras estiraba su mano y decía.-Que haces… devuélvemelo… devuélveme a mi bebe.-

El hombre le dio una mirada triste.-Kushina… (Bum)… tengo que hacer esto… (Bum)… lo siento.- mientras el hombre hablaba, se escucharon varias explosiones afuera de la habitación.

-Devuélvemelo…-pero el tipo ya no estaba.

Ella se mantenía temblando abrazándose a sí misma mientras lloraba y repetía devuélvemelo una y otra vez. Después de un tiempo las explosiones cesaron, pero ella solo se mantenía en ese estado. Duró así hasta que entró un grupo de personas, al frente de ellos se encontraba el ex hokage.-Donde… está… mi bebe.- kushina preguntó con cara de demente.

-Yo… no sé cómo decir esto…Minato falló en el sellado…-Empezó a decir el viejo.- El kyubi mató a tu hijo antes de que lo sellaran y Minato en un ataque de ira… no sé qué hizo pero se sacrificó y detuvo al…- kushina de repente empezó a gritar como loca.

El lugar cambió y kushina se encontraba flotando en un oscuro lugar. Ella no se daba cuenta de eso y solo flotaba y flotaba, hasta que apareció un figura de un bebe durmiendo. Sonriendo con lágrimas intentó agarrarlo, el niño se encontraba durmiendo y luego abrió los ojos.- ¿Por qué dejaste que me llevara? ¿Por qué no pudiste contener más al kyubi?, es tu culpa que ahora esté muerto.- Kushina empezó a llorar mientras gritaba que no, se intentó acercar y cuando lo iba a tocar una gigantesca pata aplastó al niño.

Kushina abrió los ojos mientras sudaba y respiraba fuertemente. Otra vez el mismo sueño, desde la muerte de su hijo, tenía el mismo sueño todas las noches sin falta. Se sentó en la cama y miró el reloj 1:45.-Dormí 2 horas, es un record.- se levantó y salió del cuarto, podía escuchar fuegos artificiales explotando en el cielo.

Llegó a la sala y miró por la ventana hacia el cielo, la pirotecnia formaba el rostro del yondaime hokage. Bajó su mirada y alzó una ceja, había un grupo de aldeanos golpeando a un animal. Los aldeanos probablemente estaban borrachos ya que kushina al no querer estar cerca a nadie se mudó al bosque, uno de los más peligrosos de la aldea y gracias a que ella se lo pidió, el hokage había puesto esa zona prohibida para cualquiera que no estaba autorizado. A kushina esto no le importaba después de todo un animal más grande se los comería y ella podría estar en paz, pero se le hizo bastante curioso algo y es que esa escena estaba bajo un genjutsu que había creado un ambu el cual se encargaba de vigilarla.

A kushina esto le hizo mucha gracia, después de todo, ella durante toda su vida se había hecho pasar por una patética en lo que respecta genjutsu, pero la realidad era totalmente diferente. Para explicar esto se tendría que saber su nombre completo el cual era kushina uzumaki, el clan uzumaki era muy conocido en la aldea ya que era uno de los clanes fundadores junto a los uchiha y senju. Eran conocidos por sus grandes dotes en fuinjutsu, cuando se trataba de sellados, nadie se comparaba a ellos. Pero también había algo que prácticamente nadie sabía y es que esto no era la única especialidad de ellos, sino también los kinjutsu y genjutsu. Ellos eran un clan muy reservado y no les gustaba tener que contar las cosas con gente fuera del clan, sus habilidades de fuinjutsu eran una excepción ya que era algo que ellos estaban dispuestos a compartir con tal de generar alianzas.

Analizando el genjutsu se dio cuenta que estaba en el rango en el que un chunin alto podría detectarlo, kushina no deshizo la técnica, no porque no pudiera, sino que no quería que el ambu se enterara, después de todo, tenía curiosidad del porqué hizo eso. Usando la cantidad correcta de chakra en sus dedos índice y corazón, tocó rápidamente su sien. Habiendo hecho eso, ella todavía seguiría en el genjutsu, pero sería capaz de ver la realidad.

La situación no cambio mucho, seguían los mismo aldeanos golpeando, pero esta vez no era un animal, no, lo que se encontraban golpeando era un niño. Uno de ellos escupió al chico y luego lanzó una patada que mandó a volar al niño a un ángulo en el que kushina fue capaz de verlo. Ella se congeló, estaba segura que no estaba en otro genjutsu, pero no podía ser cierto, el niño tenía pelo rubio y ojos azules, además de 3 marcas en las mejillas, era muy parecido… no, ese era su hijo, pero era completamente imposible, él había muerto, pero… entonces porqué el ambu le había hecho el genjutsu.

Apretó las palmas de sus manos mientras le salían lágrimas. -"Soy una tonta"- le habían mentido, estaba totalmente enojada, realizó un genjutsu potente sobre el ambu y salió disparada hacia aquella escena.

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Para los aldeanos la celebración de hoy no había podido ir mejor, se habían encontrado con el niño demonio, el mismo que atacó la aldea hace 6 años y había matado a su amado hokage. Normalmente solo lo ignoraban y les lanzaban miradas fulminantes, pero hoy estaban tan borrachos y cuando lo vieron caminando por ahí como si nada, burlándose de la muerte de su amado hokage, no podían permitirlo, así que lo persiguieron hasta el bosque y empezaron a golpearle, escupirle, agredirle verbalmente diciéndole demonio. Veían como el niño lloraba y ellos se alegraban.

-Tú mataste a mi marido y a mi hijo, maldito demonio.-Decía una aldeana mientras se alzaba la falda y se echaba a un lado la panty y luego salió un líquido amarillo de ella directo a la cara del niño. Los demás aldeanos la animaban, otros hasta gritaban.- los que tengan ganas de cagar ahora es su oportunidad.- la mujer sonreía y se reía mientras le meaba la cara, pero luego se detuvo cuando una mujer pelirroja con una mirada oscura, se puso en todo el frente de ella.-Quítate de ahí zorra, puedes tener tu turno después.-

-Así que te gusta mear ¿eh? Entonces mea esto.-La pelirroja le dijo oscuramente dejando a la mujer confundida hasta que sentido algo extraño. Miró hacia abajo y se horrorizó, en su coño estaba metido un kunai empuñado por la pelirroja. Al ver la sangre bajar volvió a ver a la mujer, esta tenía una sonrisa oscura y luego movió su brazo cortándole con el kunai desde la vagina hasta la frente.

Los otros aldeanos se quedaron helados al ver a aquella mujer caer al piso y luego se mearon encima cuando la pelirroja los volteó a ver. Ella movió su brazo y lanzó el kunai el cual entró en el ojo de uno de ellos y salió por detrás de la cabeza.

El aldeano que estaba al lado, soltó un grito de dolor mientras varios kunai se clavaban en su pecho. La pelirroja no se contenía, era una carnicería completa aquella escena. Cuando el último aldeano cayó, la mujer volteó la mirada hacia el pequeño. Él chico la miró, todo su cuerpo estaba del mismo color que su cabello debido a la sangre y le dijo.- vas… ¿vas a hacerme daño también?-

Kushina miró al niño mientras le salían lágrimas, su hijo… su hijo estaba ahí, creía que había muerto y se estuvo lamentando todos esos años. Se acercó y le dijo cariñosamente.-No, claro que no.- el niño la miró y se desmayó.

Ella lo cogió lo abrazó y lloró.-No te preocupes más sochi-kun, desde ahora mama te protegerá.- y con eso ella se dirigió hacia la casa.

Lo acostó en su cama y le quitó la ropa sucia y con un trapo empezó a limpiarle todo el cuerpo. Ella tenía una sonrisa de felicidad y lo miraba con ojos de amor, se quitó la bata que tenía y también se limpió con el trapo ya que no quería ir al baño y se quedó desnuda pues no quería separarse ni un milímetro de su hijo y se acostó junto a él y lo abrazó.