Insoportablemente irresistible
1. Un largo año
La pelirroja no tardó en abalanzarse al cuerpo de su mejor amiga cuando la vio en la estación. No la había visto durante todas las vacaciones, ya que la morena se había ido a Francia de viaje, y la única vía de comunicación eran las lechuzas.
-Joder, Lily. Un poco más y me caigo al suelo- dijo la Gryffindor con una risa, mientras se incorporaba.
-Lo siento, abrazarte por el hecho de no haberte visto durante todos estos meses es una tontería.- dijo con los ojos entrecerrados. April soltó una carcajada y abrazó aún más fuerte a Lily.
Este era su último año en Hogwarts, y no podían estar más entusiasmadas. A April la trasladaron de Beauxbutons en cuarto año, y desde ese momento se volvieron inseparables, tan inseparables que lo sabían todo de la una y la otra, ya se conocían como si hermanas de sangre fuesen.
-Un momento...- meditó la pelirroja mientras examinaba a su amiga. Sus ojos se abrieron de golpe- ¡Te has cortado el pelo!- April puso los ojos en blanco, con una pequeña sonrisa en su rostro.
-Genial Einstein, gran observadora.- El pelo de la morena había pasado de llegarle hasta un poco por debajo de media espalda, a llegarle por un poco por debajo de los hombros. Para los ojos de Lily, ella estaba guapa con todo lo que se hiciese. April tenía esa belleza natural por la que muchos chicos caían a sus pies: piel fina y blanca, ojos azules cristalinos, pelo envidiable y unos labios carnosos. Era alta y con unos pechos que hasta la mismísima Bertha envidiaría. Pero April no era tan facilona como ésta.
Las dos brujas decidieron ir a buscar algún compartimento libre, pero el hecho de haberse pasado hablando una hora les había hecho perder tiempo, y ahora estaban todos ocupados. Excepto uno. Y para su suerte, lo ocupaban los chicos más insoportables y molestos de Hogwarts.
-Pero bueno, mirad a quién tenemos aquí, chicos. Evans y Murray.- dijo Sirius Black con un tono vacilón. James abrió los ojos y acto seguido dejó ver una sonrisa picarona en su cara. Este iba a ser un viaje bien largo.
-Este es el único vagón libre, así que espero que os comportéis.
-Ya has oído a Evans, Remus. Compórtate.- dijo James mientras el susodicho rodaba los ojos y fijaba de nuevo la vista en un libro.
Entraron y se sentaron junto a Remus, quien era el único agradable. De repente Sirius miró a April detalladamente, ésta tenía la vista fija en la ventanilla, pero sabía que la estaba mirando, y le ponía los pelos de punta.
-Joder, Murray. ¿Y ese cambio de pelo? Veo que estos meses te han sentado bien.- La morena lo miró por primera vez a los ojos, con una expresión dudosa.- Te han crecido las tetas y todo.
Ante ese comentario rodó sus ojos y con las mejillas coloradas cerró la cremallera de su abrigo. Cosa que hizo que Sirius lanzara una carcajada.
-Siguen siendo igual de infantiles que siempre, no les hagáis caso.- soltó de repente Remus. Lily y April sonrieron.
Después de varias horas con ellos decidieron salir de allí y ir a cambiarse.
-¿Pero no os cambiáis aquí? Oh venga, hay confianza.- soltó Sirius en tono provocador. Peter, quien no había hablado hasta ahora, rió ante el comentario de su amigo. April le lanzó una de sus sonrisas más falsas y levantó su dedo corazón hacia el moreno. Éste se hizo el ofendido llevándose una mano al corazón.
April y Sirius se odiaban, incluso más que Potter y Evans. Sirius la veía como una aburrida insoportable- posiblemente porque era amiga de la pelirroja- pero además era una chula prepotente, cosa que no le hacía ni pizca de gracia. Y April lo veía a él como un mujeriego sin corazón e insoportable y además era un chulo prepotente. Tal para cual...¿no?
Salieron del compartimento y entraron a los lavabos del tren a cambiarse. No era el lugar más amplio del mundo pero preferían cambiarse allí que delante de los merodeadores.
Justo al salir, se toparon con ni más ni menos que Evan Rosier. Evan era un arrogante y un seductor nato. Era como una versión de Sirius Black pero en rubio y de Slytherin, cosa que a April le hacía menos gracia aún. Intentaron pasar desapercibidas, pero fracasaron, ya que el rubio ya les había echado el ojo.
-Vaya, ¿April Murray? ¿Eres tu?- ésta sonrió falsamente y, sin más remedio, se dispuso a mantener una conversación con la serpiente.
-Sí, Rosier. Soy y...
-No me llames Rosier.- dijo algo más serio.
-Como iba diciendo...Rosier, sí, soy yo. Y si nos disculpas- el rubio miró a Lily- ya nos íbamos.
-Aún no entiendo como puedes rodearte de gentuza- Lily lo miró desafiante. Nunca se habían llevado bien, aunque siendo ella hija de muggles, y estando él tan obsesionado con la pureza, era algo normal. April era sangre pura, por eso no le molestaba tanto.
-Creo que puedo decidir por mi solita mis amistades, ¿no crees?- Evan iba a contestar pero algo por encima del hombro de la morena captó su atención. Sirius Black venía hacia ellos con el ceño fruncido.
-¿Qué hacéis hablando con éste?- por un momento hubo un silencio incómodo y una batalla de miradas entre el Gryffindor y el Slytherin. April decidió romper el hielo.
-Podemos hablar con quien nos de la gana- soltó, haciendo que todos la miraran sorprendidos, incluso Evan, el cual sonrió orgullosamente. El rubio cogió la mano a la morena y depositó un beso en ella.
-Espero que nos volvamos a ver. Y haz caso de mi consejo, y no te juntes con más gentuza.- Sirius lo miraba con desprecio, al igual que Lily. Murray se quedó callada y de nuevo, volvió al compartimento.
Este iba a ser un largo año.
N/A:Bueno, hasta ahí el primer capítulo. Es más bien corto, ya que he decidido hacer como una introducción. Pero los siguientes capítulos serás más largos jjjjj. No seáis crueles, soy nueva aquí ._./ Espero que os guste esta historia, os aseguro alguna que otra risa y momentos en los que muráis de amor.
Besos,
La chica de un Merodeador.
