Siento estar tan desconectada, y no traer la traducción, pero estoy con las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU, je) y estoy muy estresada y liada, y dudo que pueda subir en algún tiempo... pero no os preocupéis, no pienso dejar ningún fic a medias, ¡LO PROMETO! sólo pido, como siempre, mucha (muchísima) paciencia. Espero que podáis entenderlo, me juego la vida (oc, no, la vida tampoco) pero sí que es importante para mí. Bueno, espero colgar la siguiente parte el domingo, será cortito, es un mini-two-shot c: espero que os guste ;) Por cierto, me gustaría saber si querríais que escribiera de alguna pareja de Naruto, en particular... si alguien tiene alguna petición, ¡no os cortéis y hacedla! :) Aunque no sea cannon (hago NaruSakus, oiga, a 3 euros el NaruSaku! ¡Oye niña, oye! Que se me acaban los KibaIno. ¡SASUHINAS EN OFERTAAAAA, PRUEEEEEBEN NUESTROS PRODUCTOS SASUHINA!)


Paseaba por la aldea con mi hermana pequeña, nos habían dejado salir aquel día porque hacía muy bueno y ella me insistió en que quería un helado.

Caminamos, y vimos cómo un niño rubio tenía abierto un paraguas de color verde, con forma de rana. La gente le miraba y se reía de él, e incluso mi hermana dijo que era raro, yo sólo pensé que era curioso, ¿por qué aquél chico llevaría abierto el paraguas? No pude evitar sonreír, y creo que él vio cómo lo hacía, porque se sonrojó un poco.

Después de eso, me fijé, de nuevo, en el resto de personas, que miraban con desaprobación al chico, había odio en sus ojos; volví a fijar la mirada en el chico, ¿por qué se me hacía tan familiar?

Cierto, era aquel niño que proclamaba a los cuatro vientos que sería Hokage algún día, aquel día, fue el primero que escuché hablar sobre el Kyuubi, el responsable de la destrucción de la aldea hace 6 años... Yondaime Hokage salvó a la aldea, pero no pudo evitar las muertes que tanto y tanto daño hicieron mella en Konoha.

Según había escuchado entre los mayores del Consejo, aquel niño era el contenedor del Kyuubi, un Jinchūriki... pensé que debería estar sufriendo mucho, de hecho, así era; pero sé que él era una persona tenaz, valiente, y sobre todo, estaba segura de que era muy buena persona.

.

De repente, algo frío en mi nariz, me interrumpió los pensamientos.

-¿Pero qué...?- Antes de que pudiera formular mi pregunta entera, empezó a llover a mares, como si la naturaleza hubiera puesto todo su empeño en que así lo hiciera; era una lluvia bastante fuerte, esas típicas de verano en la que había una gran tormenta, que olía a tierra húmeda y a hierba fresca.

-¡Nee-san!- gritó Hanabi cubriéndose bajo un árbol.

Las dos nos encontrábamos debajo del árbol, y suspiramos.

-Ahora papá se enterará que salimos antes de entrenar y se va a enfadar con nosotras- dijo Hanabi- ¡Tenemos que volver a casa!

-No, Hanabi, aunque sea verano, te puedes coger una enfermedad muy grave si sales con esta lluvia, tendremos que esperar a que escampe un poco.

.

Aquel árbol no era un buen resguardo, al menos para mí, dejé que Hanabi tuviera el mejor sitio que resguardara de la lluvia. De repente, el agua dejo de caer sobre mí, y me vi envuelta en algo de color verde.

Me giré para encontrarme a aquel chico de ojos azules.

-Toma mi paraguas- ttebayo.

-P-Pero... ¿y tú? Te vas a resfriar...

-Mi casa queda cerca de aquí, nada que una buena carrera no pueda hacer- me sonrió, a mí, y pensé en ese momento que era una sonrisa preciosa. Debería sonreír más veces, y llorar menos, pienso que era lo que merecía.

-¿Por qué...?- traté de formular mi pregunta, pero mis inseguridades no me dejaron terminar... cómo siempre...

-Porque has sido la primera persona en sonreírme- dijo tapándose la boca con una mano, estaba colorado hasta las orejas.

.

Cogí el paraguas con temor, no estaba bien que yo lo tomara y él... en fin, él se quedara bajo la lluvia... antes de rechazar su propuesta, el chico salió corriendo, y no hizo caso a ninguno de mis gritos.

-¡Qué suerte Nee-san!- dijo sonriente Hanabi.

Aquel día, no tuvimos ninguna bronca de nuestro padre, llegamos relativamente secas... y yo le conocí a él.

Le conocí en un día de lluvia... a partir de entonces, mi vida cambió radicalmente.

¿Quién me iba a decir que me enamoraría tan rápidamente de él?


Continuará.