El listón rojo
RE-EDICIÓN 2012
Capítulo 1 "Eriol Hiraguizawa y Syaoran Li"
Su mirada azulada determinada y audaz se perdía en el horizonte, reflexionando sobre lo recién acontecido. De esta forma cualquier chica y hasta alguno que otro chico podría describir esos ojos como poseedores de una belleza nocturna comparada con la de las estrellas. El nombre del dueño de esa mirada: Eriol Hiraguizawa.
Era capaz de causar reacciones devastadoras en más de una fémina y por qué no también de hombres, aunque otros también podían mirarlo con envidia y respeto a la vez, lo que era certero, era que este chico de 24 años provocaba muchas reacciones incapaces de ser ignoradas por cualquier persona. Cabellos con matices de un azul oscuro, contrastantes sobre su blanco rostro varonil, enmarcaban a la perfección la jovialidad de sus frescos años, aún a pesar del uso de anteojos, estos terminaban de consolidar con sutil elegancia su porte, digno de un inglés. Sin embargo, todos sabemos que la perfección en este mundo, no existe, y él no era la excepción, al final de cuentas era un ser humano, mortal como cualquiera.
-¡Hey, hey! Eriol, no tenemos toda la vida, si no nos apresuramos, nos dejan
-Si allá voy
-Hiraguizawa Eriol, si no te conociera... otra vez ¿Buscando a tu musa?
-No molestes niño
-¡Oye! no me gusta que me trates como lo hace mi "lindo cuñadito"
-Jajajaja, eso es para que no molestes
Ambos estaban en las afueras de una cabaña en la lejana Europa, más precisos, en Francia. Al ser los alrededores poco habitados, nadie supo que era lo que había sucedido hace unos momentos, pero la de por sí el maltrecha construcción, ahora solo se limitaba a tener algunas tablas de pie y la fachada intacta, siendo la parte trasera la que terminaba de ser consumida por las brasas que eran apagadas por diversas personas. Algunas otras en las afueras, cerca de Eriol y el otro joven, estaban acomodando distintos objetos, armas, radares y chalecos antibalas. Un hombre fue acercándose a ambos chicos.
-Al parecer, es hora de marcharnos, como todo en la vida, no siempre existen buenos días
-No puedo creerlo, otra vez se nos escapó – dijo frustrado el castaño
-Ya será la próxima vez Syaoran
-Tú siempre tan optimista Eriol
-Aja, niño
-¿Eriol?
-¿Qué?
-¿Dónde está tu musa?
-Ahora si ven acá niño
Mientras 2 chicos observaban la persecución de la que era víctima Syaoran, con una gota de sudor en la cabeza, justo antes de subir a un helicóptero.
-No importa la situación en la que nos encontremos, siempre son así, esos dos no van a cambiar
-No
Syaoran Li, nacido en Hong Kong y un joven de la misma edad que la de su compañero de trabajo de Eriol.
Sus ojos castaños eran vivaces y muy característicos debido a que en ellos se reflejaban la pasión por la vida. Sus cabellos compartían el color café de sus ojos, conjugando su rostro apiñonado de forma agradable. Si bien su físico no era parecido al de Eriol, el cual era más sobrio y con un tipo más felino, no era negable su atractivo, Syaoran tenía un estilo más de la forma desenfadada. Al igual que su compañero y amigo, tampoco pasaba desapercibido ante las personas sobre todo ante las chicas, sin embargo, en este caso, su corazón le pertenecía a una chica japonesa a la cual adoraba más que a su propia vida. Era una relación de mucho tiempo, por lo que no eran extrañas sus llamadas por teléfono, ya casi rituales a su amada Sakura Kinomoto, a quien había conocido cuando comenzaron a cursar el primer grado de preparatoria, su relación se intensifico y terminaron como una pareja que actualmente se adoraban el uno al otro.
Con Eriol se habían conocido aún antes de que el aliento hubiera sido probado por sus pulmones; sus familias eran muy unidas además de estar emparentadas por cuestiones de negocios, y aunque Eriol vivió en Inglaterra por mucho tiempo, al igual que Syaoran en Hong Kong, los padres de estos se visitaban cada vez que podían hasta que, cuando ellos tenían 10 años, se mudaron a Japón y pudieron compartir mucho más tiempo juntos que antes, hasta convertirse en hermanos, aunque los lazos de sangre no los unieran.
Respecto a la familia de Syaoran, su padre era dueño de un emporio ejecutivo grande dedicado a diversas ramas de la tecnología en Hong Kong y en el cual el padre de Eriol era socio, pero cuando ellos se mudaron a Japón, unos años después tuvo un accidente, del cual no salió con vida, dejando devastada a la madre de Syaoran, quien años después enfermó de cáncer, enfermedad que con el paso de los años comenzó a complicarse. Justamente cuando Syaoran cumplió los 15 años ella murió dejándolo huérfano de padres; sin la amistad de Eriol y la amistad recién surgida con su actual novia, él no hubiera podido salir adelante.
Los padres de Eriol, en cambio, no es que fueran malas personas, porque realmente no lo eran, sin embargo en el papel de progenitores no era algo que pudiera decirse, destacable. Eriol nunca conoció lo que era una familia realmente, un abrazo ni una dulce palabra, la pareja estaba demasiado ocupada con sus vidas sociales y de negocios como para prestarle atención, por ello cuando Syaoran se quedó solo, decidió sin ningún titubeo, irse a vivir con su amigo de la infancia. A partir de ese momento pudo sentirse más aliviado mentalmente. Desde que ambos jóvenes decidieron irse a un departamento y se mudaron, Eriol nunca volvió a hablar de sus padres. Syaoran pensaba que había algo más, para que cuando el tema de la familia era tocado fuera evadido por Eriol, sin embargo respetaba la decisión de su amigo de no querer contarle nada.
Respecto a cada uno, como se dice, cada uno eran diferentes el uno del otro, Syaoran era un chico abierto y con una manera de ser más libre y desenfadada, disfrutaba de la vida cada segundo ya que su profesión era peligrosa y arriesgada, en cualquier momento podía dejar de existir. En su tiempo libre le gustaba hacer deporte (por ello su físico digno de un deportista) y por las noches salir por ahí, a bailar o simplemente a pasar el rato. Eriol era un poco más reservado, gustaba de leer y muchísimo más escribir, esa era su gran pasión. Cada que llegaban a un nuevo país, mientras Syaoran adoraba ir a ver los lugares para practicar algún deporte extremo, Eriol disfrutaba de los bellos y culturalmente ricos lugares. Aunque ambos disfrutaban asistir a restaurantes, Eriol lo hacía únicamente para degustar la comida y Syaoran para darse ideas de platillos, para el mismo ponerlos en práctica.
Pese a sus diferencias, ambos eran inseparables y su trabajo, bueno eso era lo que los hacia diferentes a los demás:
Eriol y Syaoran eran agentes secretos.
Después de subir al helicóptero y media hora después trasladarse al aeropuerto, emprendieron el viaje a Japón, el cual, duró varias horas, las cuales aprovecharon para descansar aunque solo fuera a medias. Se dirigieron a su departamento justo cuando comenzó a atardecer, fue que llegaron.
-Hemos llegado
-Hogar dulce hogar
-Sé que descansar en un avión durante un vuelo tan largo, no es algo confortable, pero, ¿Me acompañarías?
-¿A dónde?
-A ver a mi novia... pronto esposa
-Hasta que se te va a hacer… pues que me queda, te acompañaré
-Si... entonces espérame deja me doy un baño
-De acuerdo, yo haré lo mismo
Ambos chicos se dirigieron a sus respectivas habitaciones donde se ducharon y arreglaron. El baño les quitó un poco del cansancio que tenían después de una semana tan agitada. Se dirigieron a ver a Sakura, llegaron a su destino y tocaron la puerta.
Se hicieron notar los pasos aproximándose, cosa que puso ansioso a Syaoran.
-¿Si? – la castaña abrió la puerta y al divisar las dos figuras, ensanchó su sonrisa que se reflejaba, entusiasta en su mirada – ¡Ah! Que alegría verlos
Sakura Kinomoto era 3 meses mayor que Syaoran, era una chica sumamente dulce y alegre.
Desde Syaoran y Eriol se mudaron a uno de las regiones japonesas llamada Tomoeda y entro, junto con Eriol, a la preparatoria, ambos chicos hicieron muy buenas migas con la chica, ya que, en esa época, el estado anímico del castaño era deplorable, sin embargo, con solo ver la belleza ingenua y dulce sonrisa que solo quería consolarle, le calentaba el corazón destrozado y maltrecho por el dolor y la negación ante la muerte cercana de su madre. Sakura no solo era hermosa por dentro, lo era también por fuera, cabellos cortos castaños, solo 2 mechas sobresalían hacia su rostro; ojos verdes y una sonrisa que el día en que se dejara de ver, no sería buena señal, el cuerpo de una mujer de 24 años, con sus curvas y sus tonos joviales. Sakura compartía la pasión por el deporte y su amor por la vida, sonriéndole a todo el mundo, fueron las cualidades que derritieron el corazón de su ahora alma gemela, Syaoran, con el que desde cuatro meses estaba prometida en matrimonio. Modelo en su tiempo libre, ya que los gastos no se pagan solos, y estudiante de universidad a punto de graduarse de gastronomía, vivía con su padre, Fujitaka y su hermano mayor Touya.
-Mi dulce cerezo ¿Cómo estás?
-Tan feliz de verte, estos dos meses fueron una eternidad. Eriol ¿Cómo estás?
-Muy bien gracias por preguntar Sakura
-¡Ay! Que torpe, pasen siéntanse cómodos, iré por té
-Muchas gracias – dijeron ambos
-Y… - habló Sakura desde la cocina- ¿Qué tal la misión de esta vez?
-Nos fue mal – dijo pesadamente el castaño
-Vaya que mal
-Pero le atraparemos, por algo me llaman el "lobo audaz"
-Yo más bien diría, el "perro sarnoso" jajajaja
-Jeje, muy gracioso Eriol – miró con reto al peli azul
-Ustedes no cambian, ¿verdad? – dijo sonriente la castaña, regresando de la cocina y con una charola con todos los aditamentos para poder servir el té
-El té como siempre, huele exquisito
-Muchas gracias Eriol... por cierto ¿Si te dijo Syaoran?
-¿Sobre qué? – la mano del inglés miraba con curiosidad a ambas parejas, mientras se preparaba su té verde
-No le dijiste nada, ¿Verdad Syaoran? – la esmeralda miró recriminante a su novio, aunque no con mucha seriedad
-¡Cierto! Lo olvidé, perdón, con tantas cosas en la cabeza, lo pase totalmente por alto
-Ay Li Syaoran, en fin, nada puede hacerse ya, y ya que estás aquí Eriol, te lo diré ¿Te gustaría ser el padrino de la ceremonia de nuestra ya anunciada boda?
-Claro, me encantaría
-¡En serio! Que gusto que aceptes
-No es nada, te tengo mucha estima Sakura, eres una de mis mejores amigas después de todo, no podría negarme, al contrario, es un honor que me tomes en cuenta para una parte tan importante
-Entonces, deberías empezar a buscar a la madrina
-Ay niño, niño, el hecho de que tú te cases, no significa que yo, deba hacerlo
-Oye pero tengo tu misma edad
-Pues no parece
-Ya, ya tranquilos – dijo después de reírse un poco de las ocurrencias de ambos chicos - de todos modos, la madrina ya está seleccionada
-Oh, no me habías comentado nada Sakura, ¿a quién escogiste?
-Pues a quien más sería, a mi amiga Tomoyo
-Oh, la famosa Daidouji, por fin se me va a hacer conocerla, haz hablado tanto de ella que estoy muy intrigado
-Soy yo el único que desconozco de quien hablan
-Es verdad, lo siento Eriol, lo que sucede que si la he mencionado, pero con algunos asuntos, Syaoran sabe un poco más de ella. –Sakura dio un pequeño sorbo a su té y prosiguió- Tomoyo es una amiga de la infancia, mi mejor amiga, ustedes ya no la conocieron porque cursó la preparatoria y la universidad en el extranjero.
-¡Ah! Ya veo, espero conocerla también entonces
Se oyó entrar a alguien a la casa
-¡Ya vine!
-Hermano, ya llegaste ¿Qué tal tu día?
-Muy bien, oh pero miren quien esta aquí, mi querido y adorado cuñadito- dijo con tono sarcástico el joven. Era alto y moreno, de cabello castaño más oscuro que el de Syaoran, casi negro con destellos cafés. Tenía 32 años de edad, y a Touya Kinomoto, no le gustaba… le encantaba molestar a su cuñado. Se iba a llevar a uno de sus tesoros más preciados y no quedaba otra opción, sin embargo que mejor que aprovechar hasta el momento de que la ceremonia nupcial terminara para hacerle bromas y molestarlo lo más que pudiera. De todas manera así era él, era su manera, ligeramente torcida, de demostrarle que aceptaba que era digno de su hermana menor.
-Sí, cuñadito, ya estoy aquí así que ya no vayas a seguir llorándome- correspondiendo al tono de su "cuñado"
-Hola Hiraguizawa ¿Cómo estas, pudiste soportar a mi cuñado?
-Pues te diré – Eriol se llevaba muy bien con el chico Kinomoto, y eran la pareja perfecta para molestar al castaño
-Pobre de ti
-Bueno en lo que están aquí yo iré a preparar la cena
-Yo te ayudare Sakura
-¡MOCOSO! –Syaoran miro a Touya y este a él- te estoy vigilando
-¡Va!
Los enamorados se dirigieron a la cocina y los otros dos chicos se quedaron solos
-¿Nada? – preguntó con un tono serio al ojiazul
-No, nada
-Vaya, otra vez se nos fue, esta es la segunda vez, se ve que conoce los movimientos
-Sí, pero nunca ninguna misión se me va de las manos y la próxima vez va a suplicarme que lo maté antes de capturarlo… si supiera, pobre
-Lo se Hiraguizawa... a pesar de tu juventud y la del mocoso, son el equipo más audaz y preparado de la empresa, por cierto no sabe nada ¿verdad? Sobre que soy parte del equipo de investigación
-No, ni siquiera sospecha
-Que mocoso tan tonto jajaja – ambos rieron con ganas, y continuaron charlando sobre el tema. Touya Kinomoto estaba a cargo de la parte de investigación. El y el jefe eran grandes amigos, pero para Kinomoto, el ser un agente no era parte de su idea de trabajo. A él le encantaba indagar sobre las cosas y disfrutaba mucho su división, recopilar datos y analizarlos detenidamente para después enviar la información a los agentes a cargo de distintas misiones. En este caso Syaoran y Eriol. Sin embargo, Syaoran, no sabía nada de que el moreno era parte de la misma organización
Mientras tanto, en la cocina...
-Tu hermano es tan lindo
-Se porta así pero te estima se parece a Eriol en su forma de llevarse contigo, ya que la relación con mi hermano es similar a la de ustedes
-Pero, cuando los juntas… no, no sepáralos por favor
-Jajaja
En ese momento Syaoran se acercó a Sakura, acaricio suavemente la mejilla de la chica, y le susurró al oído, con suavidad y respeto
-Te amo tanto, adoro verte sonreír
-Syaoran... pareciera que fue ayer cuando lo dijiste por primera vez y aun siento nervios. – Sakura sintió un leve calor depositado en sus mejillas. Ambos se miraron a los ojos, mientras sus rostros comenzaron a acercarse lentamente, sin embargo un grito ensordecedor proveniente de la puerta de la cocina, los hizo saltar, separándose rápidamente
-¡MOCOSO!
-AAAAAAAAAH – gritó la pareja castaña
-Te dije que estaba vigilándote – sonrió con malicia el moreno
Syaoran fue con Eriol a lavarse las manos, mientras Sakura y Touya arreglaban la mesa para comer.
-Aguas, porque la noche de bodas te lo encuentras debajo de la cama – le dijo burlonamente Eriol
-Conociéndolo, no lo dudo ni tantito –suspiró sin más remedio el castaño
Cenaron y pronto llego la hora de que Eriol y Syaoran se marchasen; Sakura los encamino a la puerta.
-Vaya paso muy rápido la cena – Dijo Sakura con un pucherito encantador
-Pero tenemos que irnos mi querida Sakura
-Por favor mocoso no te vayas... quedando
-Ay cuñadito, bueno pero no es porque TU me lo pidas, tengo que dejar descansar a mi niña
-Por cierto Syaoran, mañana habrá una reunión a la que también Eriol me gustaría que me acompañaran. Es un concierto pre-navideño en el que veré algunos amigos de la primaria. Nos reuniremos ahí para entregarles la invitación a la boda. Tomoyo es la que va a cantar en él, así que aprovechando el momento, la conocen
-Que bien, quiere decir que Daidouji ya sabe que será la madrina
-Sí, de hecho me aviso que llegaba esta noche a Japón, pero no quise molestarla, su viaje debió ser largo y pesado
-Bueno por mí no hay problema – dijo Eriol
-Yo tendría que ir igualmente, porque los novios tendrían que ir juntos a invitar a tus amigos
-¡Estupendo! Entonces nos vemos en esta dirección – Dándole un papel en la mano a Syaoran- es a las 5 de la tarde, no llegues tarde Syaoran
-¿Dudas de mi Sakura?
-Si va Eriol, no tendría de que preocuparme
-¿Ahora tú Sakurita?
-Jijiji, pero así te amo tontito – Sakura sonrío con ojos de perrito y Syoran no se atrevió a decirle nada más, a Sakura le podía perdonar eso y más- De acuerdo entonces en eso quedamos chicos. Los veo mañana.
Los chicos se despidieron, y se dirigieron al apartamento, el cual, era un lugar bastante espacioso y en el decorado se podían distinguir decorados tanto orientales como occidentales. Aunque los dueños últimamente no estaban ahí por su no muy común trabajo, disfrutaban mucho sus cortas estancias en el, ya que era un lugar tranquilo para descansar después de sus peligrosas misiones.
Llegaron y se sentaron cada uno en su sillón favorito: Uno azul individual, y otro verde en el que cabían tres personas más o menos.
-No hay nada mejor que el descanso
-Estás feliz dentro de un mes dejas la soltería
-Sí, aunque no lo creas estoy muy contento
-Sakura es una buena mujer y bueno tu... bueno sin comentarios
-¿Qué quieres decir?
En eso sonó el teléfono, contesto Eriol, regresó y se sentó miró a Syaoran, sin pronunciar palabra alguna.
-Era Tsukishiro verdad
-Si
-Ah – suspiro relajado-, tenemos, bueno más bien tienes trabajo, ¿eh?
-Si
-Jaja, ni modo, yo estoy de vacaciones aunque conociéndote ni me envidias
-Bueno al menos no te libraras de mí
-¿Cómo, el enemigo anda por aquí?
-Sí, está en Japón, parece ser que nos siguió
-Santo cielo, por lo visto algo le hice para estar con mi tortura, adiós lindas vacaciones
-Jah jah –rio el peliazul con sarcasmo. Se estiró y se levantó del sillón azul - bien me voy a dormir estoy muerto, fue un día sumamente agotador
-Buenas noches
Hola a todos, hace tanto tiempo que no se que me da, en serio, quiero ocultarme debajo de alguna piedra xP, pero aquí me tienen.
Ante todo, les debo una gran disculpa por tantos años de dejar este fanfic en el olvido, pero tuve un bloqueo espantoso, del cual no había podido salir, y entre otras historias que escribí, perdí el hilo y el interés de continuar con El listón rojo.
Les aviso en primer lugar a los viejos y nuevos/as lectores/as, que primero reeditare esta historia, mi ortografía y las intromisiones dentro de ella son espantosas. En aquellos años (2006) no era tan cuidadosa en ese aspecto, pero he madurado mi redacción (no profesionalmente por supuesto) y he decidido primer hacer toda una re-edición de esta historia, puliendo detalles y agregando algunas cosillas, nada de importancia que rompa con la esencia y los datos importantes, pero supongo que algo que agradecerán jijiji el quitar cosas innecesarias.
En segundo lugar, necesito reencontrarme con esta historia, para continuar con el capítulo 17, porque mi estilo de escritura ha cambiado mucho, y porque no estoy muy segura como superar el bache de transición que iba a realizar para continuar con lo que yo se, iba a suceder. Se preguntarán, ¿sabías como iba a terminar esta historia?, por supuesto de hecho ahora mismo lo sé. Les diré un secreto, tengo visualizado el climax y el final, osea alrededor de 10 a 8 capítulos, pero la etapa de transición entre el capítulo 17 y probablemente un capítulo 18 o 20, me tiene aún pensando... que debería de poner.
En fin, en lo que llegó a eso, les dejo el primer capítulo re-editado y aumentado, pueden leerlo para seguirme y llegar todos al capítulo 16 :P jijiji.
Las actualizaciones serán semanales, mientras no surja algo que las retrase. Disfruten y gracias por seguir aquí.
P.D. Agradecimientos especiales a Erimi-chan, sin ella, no estaría aquí, escribiendo de nuevo. Gracias por revivir mi picor en los dedos para escribir de nueva cuenta
