Superficial.

Toshiro estaba completamente hastiado.

No soportaba ni un minuto más de aquella ruidosa fiesta.

Era su cumpleaños número dieciocho, y Matsumoto (su prima) había insistido, demasiado, en hacer una "súper ultra mega fiesta" en su mansión para celebrarlo.

Toshiro era hijo de un exitoso empresario y el hombre más rico de su ciudad, por lo que todo el mundo quería ser su amigo.

Era el rey de su preparatoria y todas las chicas se le arrojaban encima, pero a él nunca le gusto ser el centro de atención.

Claro que eso a su prima no le importó en lo más mínimo y simplemente invitó a toda la preparatoria, aun sabiendo lo mucho que odiaba las fiestas, la música a todo volumen, y en general, a los lambiscones interesados.

Cansado del acoso femenino y la desesperación masculina por caerle bien, se había marchado a su habitación a mitad de la fiesta.

Pero la muy maldita de Rangiku había osado colocar todos los regalos encima de su cama, por lo que no podía simplemente dormirse hasta que la fiesta acabe.

Se había sentado en su sillón, solo mirando la enorme pila de regalos de las centenas de personas que habían sido invitadas.

Bufando, se decidió a ojearlos, solo para pasar el rato.

Todos tenían envoltorios tan coloridos que casi le provocaban ganas de arrojarlos al fuego y reducirlos a cenizas.

Siempre era lo mismo.

Ropa, perfumes, ropa, joyas, ropa, chocolates, bocadillos, ropa, videojuegos, relojes, chucherías, ropa…

Todos los años que Matsumoto se salía con la suya en hacerle una fiesta, él siempre se largaba, y los regalos y la gente siempre eran lo mismo. Superficiales. Estaba harto de estar rodeado de gente así.

No pedía que todos se gastaran la vida pensando en un buen regalo para alguien como él, alguien que lo "tenía todo", solo quería encontrar, en todo ese mar de personas iguales, a alguien diferente, alguien que valiera la pena.

Desechando un perfume y una camiseta en la pila que había armado para colocar los regalos ya vistos, y así de paso sacarlos de su cama, sus ojos se posaron en una caja blanca que ni listón tenía, y la tapa estaba pegada únicamente con cinta.

Alzó una ceja.

La caja parecía decir a gritos un "no soy interesante, lo que hay en mí no es en absoluto algo que pueda interesarte", y justamente por eso Hitsugaya se interesó.

Tomó la caja entre sus manos, revisándola en todos los ángulos con ojos curiosos, antes de sentarse en el sillón y decidir abrirla.

Dentro, se sorprendió al hallar un libro.

Había una pequeña nota también: "Realmente no sé si te guste leer, pero si eres de los que dice que leer es aburrido, por favor, no deseches el libro, solo devuélvemelo. Soy Kurosaki Karin, seguramente no me conoces, yo solo vine a esta tonta fiesta por mi hermana, pero si me enteró de que tiraste el libro, créeme, me conocerás. Y no será agradable. Así que si no lo quieres, ya sabes a quien buscar."

No pudo evitar que una sonrisa tirara de sus labios.

Esa chica no parecía para nada superficial.

Kurosaki Karin… no, realmente no la conocía. Pero la verdad es que amaba leer y verdaderamente agradecía el regalo. Quizás pronto la buscaría… solo para agradecerle.

Fin.

Aquí algo cortito solo para joder :v

Bue, los personajes de Tite y espero que les haya gustado! :D

Espero que este OS no haya estado demasiado raro o_O Usen su imaginación xD

COMENTEN! *O*

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaa!