Llamado de medianoche.
Cerca de medianoche, Nick Wilde, quien era un zorro rojo de madriguera, devolvía puñados de tierra como lodo a un hoyo profundo. Judy Hopps, una tierna conejita de suave pelaje gris era su única compañía, y por tanto, la única testigo.
El suelo estaba húmedo a causa de la fuerte lluvia del sitio donde se encontraban y las ráfagas de viento calaban hasta los huesos.
-Tranquila, Zanahorias- Dijo en voz baja Nick, haciendo el máximo esfuerzo que sus brazos le permitían al levantar la pala y volcar la tierra de regreso a su lugar. - Ya casi acabo. Unos minutos más y nos habremos desecho de la evidencia.
Judy, sin embargo, no emanaba la calma que Nick parecía transmitir con su semblante tranquilo. Ella solo lo observa trabajar, desde su posición, fría y mojada completamente a pesar de estar cubierta con una gruesa manta. Le era imposible decir palabra.
"Alguien vendrá, lo presiento" -Pareció decirle con sus ojos suplicantes y llenos de terror por la situación donde ambos habían acabado y el fatídico desenlace que los condujo hasta ese punto.
-Ya, ya cariño, no hay nada que temer. -Pero ya no había vuelta atrás, Nick lo había hecho por el bien de ambos, según él lo creía. Su silencio era inevitable y el secreto de lo que ocurrió ahora solo lo sabrían ellos dos.
- "Nos descubrirán" – Susurró con su característica voz de terciopelo, quebrada por el horror del reciente crimen, que casi podía verse flotar en el denso aire que los rodeaba.
-Yo no quería hacerlo, Judy.- Respondió, apretando fuertemente la mandíbula en un gesto de dolor, gotas de agua resbalaban por su frente, por su espalda y entre sus dedos, haciendo que el mango de la pala se le resbalara por momentos.
-"Bien sé que no".-Afirmó con la total convicción que solo se adquiere con el tiempo y la confianza.- "¿Por qué tenías que hacerlo, Nick?" – El pecho de Judy se oprimió de algo más pesado que el dolor. –"Tú no eres así".
Nick asintió, cerrando los ojos al recordar el vil acto que había cometido.
Pero al abrirlos se sintió extrañamente aliviado, casi acaba de cubrir el agujero y la lluvia, en breve, terminaría el trabajo.
¡En buena hora! No tendría mucho tiempo para huir.
-Les dirías la verdad. Ibas a delatarme con la policía.- Soltó su herramienta, la misma que había sido su arma mortal, violenta y ruin.
-Solo quería salvarte. ¿No lo ves? – Su voz se desvanecía, arrastrada por el viento, sepultada por la tierra.
-No, lo arruinarías todo, todo por lo que habíamos luchado. Creo que te detuve a tiempo.
El abrumador silencio se cernió sobre ellos, y la lluvia y los soplidos del viento los acompañaron. Nick observó como el agua y la tierra trataban de sellar el parche que él había hecho.
Se mantuvo de rodillas e inmóvil, así por un instante, con la mirada acuosa y pérdida. Desolada.
-No, no lo hiciste. – Se oyó el eco triunfante.
Fue lo último que escuchó.
…Hasta que varias voces de protesta llamaron a la puerta principal de su casa.
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Notas de autor.
¡Muy buenas a todos!
Hoy quise compartirles un viejo escrito que tuve empolvado por ahí desde hace más de un año y que hasta hace poco pude recuperar. En lo personal, a mi me gusta mucho ya que es mi género literario favorito.
Bueno, no es más que un ejercicio de narrativa que, al igual que "Maestros del engaño" con sus variaciones de novela policiaca, es un intento de Thriller Psicológico. Bastante clásico, correcto y conciso y con la única finalidad de causar inquietud en el progreso del cuento hasta su desenlace inconcluso pero intuíble.
Espero haber logrado mi acometido :)
¡Gracias por leer !
