Hola todo mundo!
En lo personal me gustan las historias de zombies y como era de esperarse ahora estoy haciendo una, pero con como entrenar a tu dragón.
Ya se que no son muy atractivas este tipo de tramas, pero no se, conforme a lo que he visto me he inspirado.
Así que aquí esta el primer capítulo.
Que lo disfruten
Dormir ocho horas, hace que el cerebro este en sus mejores facultades mentales. No eran ni las seis y media de la mañana cuando el despertador sonó con un chirrido que a cualquiera le chocaría de inmediato.
¿Por que había escuela hoy?¿Para que no esperarse otra semana más de vacaciones?
Eran las palabras que pensaba Hiccup Horrendo Abadejo III, ya que aquel fatídico día de comenzar de nuevo las clases era hoy.
- Hijo, ya levántate. Todavía necesito pasar a la casa de tu abuela para pintar la puerta de la cocina.-
Quería seguir durmiendo, pero sino hacia lo que su papá le pedía estaría en serios problemas.
- Ya voy!.-
Se cayó de su cama de manera perezosa para poder despertar. Y sintió una lengua rasposa que le recorría por toda la cara.
- Chimuelo, sabes que eso no se quita.- Acarició al gato, y en consecuencia solo mallo por muestra de su afecto.
- Enserio tengo que ir, digo no es que odiara la escuela, pero había tenido un excelente verano con todos sus amigos, jugando video juegos y pasando tiempo de calidad con su fiel acompañante gatuno.
Terminó de hacer su rabieta dentro de su mente, no merecía seguir con ello. Le gastaría más minutos que le faltaban.
Habilidosamente se puso una camiseta de manga larga verde, pantalones color café, botas con poco empeine, y para darle un aspecto más rudo, una chaqueta hecha por él desde hace más de medio año, aunque apenas había quedado lista un día anterior.
Pasó al baño y se vio en el espejo. Baba reseca estaba por todos sus labios, además de que su cabellos se encontraba hecho un revoltijo .
Abrió el grifo y esparció agua por toda su cara. Se la restregó con su mano en busca de borrar todo registro de esta. Sacó el peine dentro de su buró y peine su melena retorcida. Lo pasó una y otra vez, sin embargo no dio resultado, viéndolo decidió dejarlo así.
- Vamos amigo.- Mostró su hombro derecho para que Chimuelo se subiera en el.
Bajo rápidamente las escaleras, con cuidado para que no tropezara como aya le había pasado anteriormente.
- Ya vine papá.-
- Por fin llegas.-
- Lo siento por la tardanza, me entretuve con varias cosas.-
- Si se nota, y más por que te pusiste la camisa al reves.-
- Pero que...- Vio si estaba como decía su padre, pero estaba bien.
- Jajaja caíste.-
- Que gracioso.- Dijo con sarcasmo.
- Por cierto, creo que ya va a ser hora de hacerle una casa a este animal.- Señaló al gato que dormía plácidamente en el microondas.
- Pero si hace poco que lo hice.-
- Bueno, está claro que tendrás que volver a hacerlo. Aunque yo pienso que deberías racionarle bien la comida, poco a poco está quedando más gordo de lo habitual.
- Eso lo veremos cuando vuelva.-
Comió el cereal que estaba servido en la mesa. Estaba crujiente y la leche hacia que se incorporaran a la perfección.
Pasaron los minutos de silencio, por lo que Hiccup encontró que algo estaba pasando mal.
- Entonces me lo vas a decir, o tendré que sacárselo a Bocón.-
- Soy tan obvio verdad.-
- Un poco, si.-
- Como te lo diré...- Empezó a dudar, por que lo desilusionaría al hacerlo. - Te acuerdas que el señor Frederick vendría de Madrid para hacer un trato de comercio con nuestra compañía, pues hace tres días acabó de pedirme de ir hasta allá, ya que se le ha presentado un desafortunado accidente a uno de sus familiares. Es decir, que me iré hoy tendré que tomar el primer avión a Madrid.
Ya se lo suponía, otro viaje más de su padre. Por lo menos ahora no tendría que acompañarlo.
- No pasa nada.- Lo tranquilizó, detestaba que cualquier persona se preocupara por lo que sentía.- En la noche te llamaré desde la casa, y es más, tal vez vaya a la casa de Astrid y los gemelos.-
- ¿Seguro?.-
- Por supuesto.- Mintió.- Ten mucha suerte y cuídate.-
Sin previo aviso Estoico le dio un gran abrazo, cosa que lo sorprendió.
Como última actividad mañanera que se les había hecho común últimamente, era ver el noticiario de las siete.
La mujer que decía las nuevas de último minuto mencionó algo interesante, pero solamente pudieron ver el final.
-Así es Patrick, como podemos ver desde el helicóptero, una persona acaba de ser atropellada. Sin embargo, sigue estando viva.- Dijo en tono de sorpresa. La cámara se posicionó cerca del auto y la víctima.- Al parecer una de las costillas está fuera del su lugar y la cara esta cubierta de sangre. -
- Me parece que los paramédicos ya están en camino.- Contestó Hiccup.
La imagen se veía un poco prometedora.
Comenzaron a curarlo, pero no dejaba de moverse. Lo sujetaron, creyendo que se calmaría, aunque la cabeza y los brazos del curandero quedaron descubiertos, haciendo que este lo mordiera.
- Lo veo y no lo creo.- Comentó la reportera.- A que se debe esa conducta tan inapropiada, debe de tener alguna enfermedad o síndrome, como esquizofrenia.
- Ya es suficiente, demasiadas noticias amarillistas por hoy.- Estoico apagó el televisor.
Recogieron los platos usados, para dejarlos que la ama de llaves los lavara.
El chico pelirrojo tomó su mochila, acarició al gato y con su padre salió al garaje.
- Rayos, se me está haciendo tarde, crees que tu puedas conducir está vez tu carro que te di en tu cumpleaños.-
- Si, por que no. Empezaría bien el ciclo escolar ir por mi cuenta.- Sonrió.
- Que tengas buen día hijo.-
Se metió al auto para cuatro pasajeros. Todavía olía a plástico sin usar y el tanque estaba casi en su totalidad completo.
El camino fue bastante tranquilo, poco tráfico había, algo extraño para la hora que era. Era el último año de preparatoria y la mayoría de los estudiantes ya tenían su transporte propio, por lo que el estacionamiento estaba bastante saturado.
Bajo del automóvil.
Caminó con fluidez, ya no estaba tan tenso a comparación del primer día que se presentó con todos sus libros en mano y sumamente confundido.
- !Hiccup!.- Le gritaron en la oreja.
- Hey Astrid, te estaba buscando.-
- Si, se notaba más por tu mirada pérdida.-
- Mira como has crecido y ese bigote, has empezado a mejorar últimamente.- Insinuó la rubia con una mirada picarona.
- Tu tampoco estás tan mal.-
- Gracias, no es para tanto.-
- ¿Donde está la pandilla?.-
- Gracias a tu puntualidad, ellos ya están en sus respectivas aulas, gran jefe.-
- Oye, sigues con lo mismo del verano.-
- Claro que si mi general, es mi trabajo después de todo.- Se burló, haciendo enojar a Hiccup.
- Como sea mi lady.- Sabía que eso haría rabiar a su amiga.- Me acompañarías a la dirección, necesito que me den la información de todo el año.-
- Claro jinete.-
Campantes se dirigieron por los pasillos. Ahora que estaban en tercer grado ya no estaban intimidados por los otros salones, a excepción de ciertos patanes que acechaban la escuela.
- Pero miren quien ha venido un año más.-
- Hola primo, es bueno volver a verte.-
- Que hay de nuevo Astrid.- Insinuó con su mirada.
- Que no te vas a rendir en intentarlo, digo primero con Heather y como no te hizo caso empezaste conmigo. Es enserio?.-
- Tranquila linda, no es para tanto.-
- Déjense de pelear.- Intervino el castaño.
- Creo que es buena idea.- Una maestra que estaba observando la conducta de sus alumnos no omitió esto.
- En seguida, es más ya nos íbamos.- Espetó Hiccup empujando a Astrid.
Llegaron su destino sin más percances.
- Creo que sería de gran ayuda que te bayas a tu clase, nos vemos en el receso.-
- Claro.-
El castaño le dio la espalda.
- Disculpa Meredid, me podrías dar mis papeles.-
- Ahh Hiccup eres tu. Espera en un momento te los imprimo.-
Se sentó en la sala de espera, la radio estaba prendida a alto volumen, y pese al movimiento de la habitación se oía bastante bien.
- Me gustaría saber lo que ha pasado alrededor de todo el día. Los sucesos de un señor en el estado de Oregon que fue atropellado y mordiera al médico, así como, la niña que se paró de su lecho en la morgue ocho hora después de la su hora de muerte y escapará, es bastante extraño.-
¿Que estaba pasando? Se cuestionó Hiccup.
- Chico, tus papeles ya están aquí.-
Lo sacó de su intriga.
- Gracias.- Contestó y se fue sin decir nada adicional.
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Matemáticas era su materia favorita y le tocaba a la segunda hora. La cual se estaba pasando de volada, no por nada le agradaba tanto descifrar cifras con puntos decimales infinitos.
Ruidos a gran escala irrumpieron el ambiente de paciencia.
- ¿Pero que está pasando?.- Los muchachos se apretujaron para ver por la ventana que daba al parque de juegos de primaria.
- ¿Acaso ese niño está loco?.- Exclamó un chico de tez blanca y ojos agua, quien no se creía lo que acababa de ver.
Hiccup y Patapez se vieron al mismo tiempo, e hicieron lo mismo que sus compañeros. Sin embargo había mucha gente, por lo que tuvieron que moverse entre patadas y trompicones a la esquina del tragaluz.
Mucha sangre estaba esparcida por una resbaladilla azul, pero no había nada. Su visión se limitaba a unas cuantas cabezas y dos columpios ya discontinuados.
- Alumnos vuelvan a sus asientos, no creo que nada de lo que este pasando allí sea muy interesante.-
No le presentaron atención, pero no faltó mucho para que perdieran el interés.
Y justo cuando comenzaban a adquirir el mismo nivel de antes, un cuerpo se estrelló con la ventana.
Una mancha de sangre se grabó en el vidrio, dejando horrorizados a todos.
