Rivaille entreabrió los ojos y miro por la ventana de su habitación que era de noche, noto de pronto que algo le estaba incomodando bastante: estaba atado de brazos y piernas con sogas en su cama.

El joven comenzó a tirar fuertemente para zafarse pero noto que no estaba solo, su compañera amante de los titanes vestía una sugerente lencería color oscura y se hallaba sentada al borde de la cama.

-¿Que pretendes loca?-preguntó el chico en un intento desesperado y un tanto molesto por la acción de la Zoe- ¡Desátame! si sabes lo que te conviene-

-No trates de escapar pequeño- ronroneo como una gatita en celo- Me costó mucho trabajo dormirte y ahora nos vamos a divertir como nunca-¡claro! ya recordaba que momentos antes aquella demente le insistía tanto que bebiera una infusión caliente y para que cerrara el pico se lo tomo sin dejar gota, de ahí todo se volvió oscuro hasta que despertó prisionero de ella.

-Agg te lo advierto, quítame estas estúpidas sogas o me las vas a pagar-ordeno furioso el pelinegro al verse en esta humillante situación, se reirían de él si el cuartel entero se enterara que una chica estaba a punto de violarlo-

-Lo siento mucho mi amor- gimió Hanji en el oído del sargento- pero me temo que eso no va a suceder-chupo y mordisqueo su oreja de forma traviesa la chica mientras paseaba su mano derecha en el pecho marcado del prisionero.

En el rostro de Rivaille a penas se podía percibir un rubor en su rostro, provocado claro por tanto manoseo. Cierta parte de su cuerpo que se encontraba entre sus piernas comenzaba a despertar; esa mujer le estaba provocando una molesta erección.

-¡Vaya!-dijo sorprendida-Con solo una caricia y ya está excitado heichou-bajo su boca lentamente a su cuello pasando su lengua y sus labios en esa deliciosa piel.

El pene del chico se apreciaba muy bien a pesar de que aun lo cubría esos bóxers color azul marino, la castaña descaradamente dejo varios chupetes en el cuello de su compañero como si tratara de marcar su propiedad ahí mismo.

-¡Ah cuatro ojos!-cerro fuertemente los ojos por una fuerte mordida-¡Ya deja de jugar y desátame de una maldita vez!-

Ella rio por lo bajo y beso aquella zona herida.

-Más vale que calles pequeño o ¿quieres que todo el mundo despierte?-su voz sonaba un tanto sensual en ese susurro y aunque no lo quería admitir pero le parecía muy atractivo ese lado lujurioso de su compañera, si no fuera por el hecho de estar inmóvil podría ser todo diferente.

Sin que Rivaille lo notara ella bajo hasta aquel lugar que necesitaba mucha atención y con una navaja corto su ropa interior dejando libre su miembro. Sorprendida soltó un gemido al ver lo enorme que era, nada que ver con su estatura: tenia la punta enrojecida y algo húmeda por el liquido pre seminal, las venas se marcaban un poco por todo lo largo, estaba más que comprobado que estaba más que listo para una sesión de sexo intenso.

Hanji de una forma juguetona movió su lengua en el pene de Levi como si fuera una golosina rica, la pasaba por arriba y por abajo; lamia sus testículos mientras con su mano derecha lo masturbaban.

-Detente- luchaba con todas sus fuerzas para que no se escapara un gemido.

La científica separó sus labios del lugar que disfrutaba jugar.

-Tu amiguito me dice lo contrario-sonreía de una forma pervertida y su voz seguía despidiendo lujuria en cada palabra-Si me disculpas voy a continuar con lo que tengo pendiente-poso sus ojos hacia la entrepierna, lamio el glande y encerró aquella erección con su boca.

Rivaille soltó un gruñido cuando sintió la calidez de su compañera chupándolo, succionándolo y lamiéndolo con su lengua. No creía las placenteras sensaciones que le estaba dando la joven, se sentía en el paraíso. Primero empezó lentamente para luego aumentar la intensidad con la ayuda de sus manos: la izquierda acariciando los testículos y la derecha lo apretaba ligeramente.

Se escuchaban gemidos por parte del sargento, aquellos sonidos le encantaban a la soldado. La hacía sentir sexy y muy caliente; tanto que su intimidad estaba muy húmeda y su interior buscaba un miembro a cual aferrarse.

-"Esta palpitando mucho"-pensó ella y se apresuro con el sexo oral, minutos después se escucho un grito de placer del sargento. Había llegado al orgasmo y con ello lleno la boca de la chica de su semen.

Aprovechando que la Zoe se bebía los jugos de su reciente actividad rompió las sogas que lo tenían inmóvil de sus brazos y piernas, en un rápido movimiento Levi se encontraba arriba de la mujer que lo había torturado momentos antes.

-Hanji -dijo de forma amenazadora-Espero que lo hayas disfrutado- acerco su rostro- Ahora me toca vengarme de ti y créeme que no vas a levantarte en días después de esto-entrecierra los ojos y con ambas manos aprieta sus senos

Se escucho un gemido femenino de dolor por aquel trato tan rudo hacia las gemelas. Con la misma navaja que fue usada para dejarlo desnudo le rompe el sostén en tiras dejando su pecho libre. Quien iba a imaginar que tenía un buen par, descarto la teoría de que Hanji era plana. Sus senos no eran muy pequeños pero tampoco muy grandes, eran de un tamaño que cabían muy bien en sus manos.

Con su mano izquierda comienza acariciarle el seno izquierdo y su boca amamantaba el otro como si fuese un bebé hambriento. Saboreaba ese dulce pezón que se endurecía entre sus dientes, la punta de la lengua lamia suavemente al ritmo de la mano que le acariciaba el izquierdo.

-Pequeño detente-suplico entre gemidos la de ojos cafés. Aquella tortura no la soportaba, entre más caricias recibía mas se mojaba.

-Mmm no lo creo-dijo dándole un mordisco y un jalo de pezón al mismo tiempo-Te dije que iba a vengarme de ti, voy a hacerte pagar por haberme drogado y por querer abusar de mi a la fuerza-La chica sintió un escalofrió por aquellas palabras-Y ahora serás violada, tú te lo buscaste querida-

Chupo el otro seno y una de sus manos descendió desde su estomago hasta internarse dentro de las bragas oscuras, sonríe entre mordidas al comprobar lo excitada que estaba la intimidad de su chica.

Hanji cerró fuertemente los ojos por los movimientos de dedos que sentía en su vagina, el maniaco de la limpieza tocaba con su clítoris sin piedad. Mordió fuertemente los labios para no gritar por el placer. Aquel hombre le estaba volviendo loca y en un movimiento brusco Rivaille introdujo un dedo dentro de ella.

-No toques ahí ahhhh- echó la cabeza hacia atrás y a la vez cerró los ojos. El sentir ese dedo entrar y salir era demasiado, estaba perdiendo la razón-¡Levi!-lo llamó entre gemidos.

El chico con una sonrisa arrogante sube su rostro y sin dejar de mover el dedo la mira.

-¿Quieres que me detenga?-ella negó con la cabeza-Dime lo que deseas-roza los labios con los suyos incitándola a un beso. Bombea profundamente en la vagina mientras espera ansioso la respuesta.

-Y...o qu...ier...o-difícilmente podía hablar-¡Te deseo dentro de mi ahhhh!-el de ojos oscuros sonríe en forma de victoria, había conseguido que la loca se rindiera ante él.

Cerro su boca con un beso hambriento y pasional, aquella sensación le encantaba a la mujer. Abraza su cuello para profundizar la unión de sus bocas y el no deja de tocar su interior. Siempre había soñado con besar esos labios, sus lenguas peleaban acompañadas de mordiscos, sin dar tregua las mordidas fueron intensificándose a tal grado que los labios de ambos amantes comenzaron a sangrar; aquel sabor metálico hizo al sargento sonreír, degustar la sangre de su compañera lo excitaba y continuando con su labor profundizo su dedo haciendo que Hanji sacara un gemido reprimido.