ESPECIAL HALLOWEEN BY LADYMUKUGE.

NOCHE EN EL BOSQUE.

Ven amiga mía, ven, siéntate al lado del fuego, y escucha, escucha la historia que quiero contarte. Ocurrió hace unos años, en la noche de Halloween, muy cerca de este pueblo, allí en el bosque, donde nadie ya pasea ni camina, escucha la historia de dos chicas que conocieron el terror más puro y la pasión más ardiente.

Bosque de Kowa. 31 de octubre de 2014. (12:35 pm)

El viejo coche de Misao había decidido pararse en medio de aquel bosque horripilante y oscuro, habían decidido coger el atajo del camino de tierra para llegar antes al pueblo vecino donde se celebraba una fiesta gigantesca de disfraces en casa de un amigo.

-¡Maldita sea Misao, llegaremos tarde a la fiesta!

Misao rodó sus ojos con enfado y miró enojada a su amiga, la cual estaba sentada en el asiento de copiloto con un atrevido disfraz de (lo que se suponía) Van Helsing versión sexy femenina con unos pantalones negros ajustadísimos, corsé de cuero y botas de charol con tacones altos.

La conductora, Misao, llevaba de igual manera un mini vestido de Caperucita roja: un corsé blanco con lazos rojos que le alzaba el pecho, una falsa tirolesa y una capa roja.

Kaoru se quitó el cinturón de seguridad y abrió la puerta para salir. Misao la imitó. Entre ambas abrieron el capó del coche y un humo negro del motor las rodeó haciendo que empezaran a toser como locas.

-sería mejor que llamemos a la grúa, Misao.

Misao asintió sin dejar de toser y con su celular marco el número para emergencias en la carretera de su seguro de auto. SIN LINEA.

-genial, no hay cobertura.

Kaoru chasqueó la lengua con fastidio y miró su celular, tampoco tenía línea ¡genial! La noche que se suponía que iba a ser la fiesta del año, donde se desataría con el primer tío bueno que viese para olvidarse del idiota de su ex novio, se estaba convirtiendo en una mierda muy grande.

-¿por qué no intentamos subir a aquella colina? – dijo Misao señalando una zona de tierra elevada sin arboles que se veía cercano. – tal vez allí tengamos algo más de cobertura.

Kaoru asintió y se miró los pies.

-¡Si llegamos sin caernos hasta allí con estos tacones, nos contratan en el circo!

-jajaja, ¡pues seguro que tendría mejor sueldo que en la heladería!

Kaoru bufó y empezó a reírse al escuchar a su amiga tararear una melodía de circo mientras andaban entre barro y rocas en dirección a la colina.

Al llegar a la colina se dejaron bañar por la luz de aquella luna, quedaba un par de días para que fuera luna llena, parecía querer acompañarlas, pues no había ninguna nube en el cielo aquella noche. Kaoru miró a su alrededor arropándose con sus brazos dándose calor.

-¿Qué ocurre? – dijo Misao mientras sacaba su teléfono de su bolsito rojo.

- nada, tengo la sensación de que nos están observando. -dijo Kaoru mirando en dirección donde antes había visto una sombra en forma de persona. Había jurado haber visto una cabellera rojiza deslizarse tras un árbol. – tal vez sea un oso…

Misao observó a su alrededor y empezó a sentir un picor en la nariz, miro a ambos lados, le había parecido percibir dos olores totalmente distintos, cada uno a un lado diferente de aquel claro. Uno de esos dos olores le llamo la atención, olía a algo excitante que no podía definir. Movió la cabeza intentando pensar con claridad.

- Kaoru tranquilízate aquí estamos tu y yo, nada más. En este bosque no hay osos, ni lobos ni nada parecido.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUHHHH!

Ambas mujeres abrieron los ojos como búhos y se quedaron en silencio sin siquiera moverse un pelo.

-¿Entonces eso qué es? – dijo Kaoru abrazándose a su amiga. – ¿no dices que no hay lobos?

-y no hay, mi abuelo mató al último lobo de este bosque hace 50 años.

Algo entre los matorrales empezó a moverse.

-¿Qué… que es eso… que…?

De repente una ardillita salió despedida del arbusto y se subió a un árbol cercano, ambas mujeres dejaron salir el aire de sus pulmones aliviadas.

-una simple ardilla… cielos Misao casi me da un infarto. debe ser eso lo que vi tras el arbol-dijo llevándose las manos al pecho respirando de alivio.

- creí que se me salía el corazón por la boca.

De repente una sombra negra cayo al lado de las dos muchachas, Kaoru y Misao dejaron de respirar, horrorizadas al ver un enorme y peludo lobo de color negro y ojos verdes neón intensos que las miraba con suma curiosidad.

-¿Qué hacemos?

-shhh no te muevas Misao, tal vez se vaya.

- no es un T-Rex Kaoru, aunque no nos movamos nos puede ver, es más, nos está mirando como si fuéramos su cena.

El gran lobo negro se acercó un poco más a las dos mujeres, olfateo un poco el aire y giró su hocico hacia Misao, la observó detenidamente y se acercó algo más, tanto que metió el hocico debajo de aquella falda corta de tirolesa para olisquearla mejor, Misao observó como aquel animal empezaba a menear el rabo como si estuviera contento.

-¡fuera de aquí! – dijo Misao dándole en el hocico al animal con su bolsito rojo.

El lobo la enseño los colmillos enfadado.

-no creo que fuera una buena idea, Misao.

- lo hice sin pensar- dijo retrocediendo a la par que Kaoru.

El lobo avanzaba hacia ellas mostrando los colmillos y gruñendo.

Misao tropezó con una piedra y cayó de culo contra el suelo. El lobo se detuvo y movió las orejas hacia atrás como sintiendose culpable e intento acercarse más lentamente a la chica del vestido rojo.

Misao aprovecho para tomar un poco de tierra con sus manos y lanzárselo a los ojos del animal que aulló de rabia mientras que con sus patas delanteras se limpiaba los hocicos.

-¡KAORU CORRE!

Ambas mujeres tomadas de la mano dejando a aquel lobo gigantesco atrás, corrieron entre los arboles tropezándose de vez en cuando haciéndose desgarros en la ropa. Kaoru estuvo a punto de caerse y darse con una roca en la cabeza pero algo la ayudó. Le pareció sentir un fuerte brazo que la sujetaba de la cintura impidiendo aquel horrible accidente. Kaoru se giró para poder ver a la persona pero allí no había nadie, había jurado que alguien le había ayudado. Aun podia sentir la presión ejercida en su estómago.

-Kaoru, no te detengas ¡vamos!

- Misao alguien ha impedido mi caída.

-habrá sido una rama de un árbol, tenemos que seguir adelante.

Kaoru a lo lejos diviso un camino de tierra y a lo lejos un puente que cruzaba el rio.

-¿Qué es eso?

-¡Debe ser el puente que va en dirección de la mansión Himura!

-¿La vieja mansión abandonada?¿ La que dicen que esta embrujada?

-lo que menos me preocupa ahora es un fantasma, me da más miedo el bicharraco que nos persigue.

Kaoru asintió, dándole la razón y ambas corrieron en dirección al puente antiguo de piedra, que aún se sostenía en pie de puro milagro.

Misao no podía más y menos con esos tacones, Kaoru se detuvo.

-Misao ¿Qué haces? Debemos seguir.

- no puedo con estos tacones – dijo mientras se apoyaba en el muro de piedra para quitarse los zapatos.

La piedra no aguanto el peso de la muchacha y cedió, Misao que estaba apoyada en el muro salió despedida hacia abajo.

-¡Misao!

Kaoru se asomó al rio rezando por su amiga. Si no hubiera agua se habría abierto la cabeza y no le apetecía hacerle la autopsia de su mejor amiga. Misao salió a flote. Y como pudo llegó a la orilla. No había corriente, el agua parecía estancada, al menos era agua limpia.

-¡estoy bien Kaoru! –dijo alzando la mano y tosiendo el agua que había tragado.

Kaoru miró a todos lados intentando averiguar por donde podría subir su amiga sin problemas. Había acantilado a los dos lados del rio, no había manera de trepar.

-Kaoru, no te preocupes – dijo adivinando los pensamientos de su amiga – ve hacia la mansión, yo buscare un sitio por el que trepar, pero no te quedes ahí sola.

- no pienso dejarte…

-¡haz caso por una vez en tu vida!

-pero... - dijo Kaoru mirando los muros semi derribados de la vieja mansión.

-¡por el amor de dios Kaoru! ¡Eres la ayudante del forense, trabajas con muertos! ¿Te da miedo las historias de fantasmas?

Kaoru frunció el ceño enojada pero sabía que Misao tenía razón, ahí quieta en el puente era un blanco fácil para aquel lobo.

-¡Está bien pero si tardas más de 10 minutos salgo en tu busca!- vio a Misao asentir.

Kaoru cogió aire y echo a correr hacia la entrada de la mansión que ya se veía entre los tenebrosos árboles secos. Saltó una verja de hierro negra oxidada por el tiempo y se hizo un corte en el hombro.

-¡Mierda, mierda! –dijo Kaoru mirándose la herida. Tendría que buscar algo en esa casa para limpiársela.

Observó la gran mansión, que antaño fue una concurrida masía, era una gran casa estilo europeo construida en plena era Meiji, de ladrillo rojo ennegrecido por el abandono con adornos en marmol blanco. Subió las escaleras de la entrada como buenamente pudo y al poner la mano en el pomo de la puerta un escalofrió recorrió su espalda. Miró a una de las ventanas de la torre más alta, había jurado que de soslayo había visto una figura observándola. ¡Imposible! ¿Tal vez un mendigo? Respiro hondo y la puerta cedió cuando giró el pomo. Entró en el recibidor de la mansión y cerró la puerta tras de sí.

Querida amiga, aquí es cuando la historia se divide en dos ¿tienes una heroína favorita en esta historia? ¿Prefieres adentrarte en lo profundo del bosque? O en cambio… ¿entrar al refugio de la vieja mansión Himura? ¿Cuál de las dos opciones te parece la correcta? Si ya has elegido entonces eres libre de pedirme la historia que quieras que te cuente, tuya es la elección.

Si quieres saber lo que le paso a Kaoru en la mansión, tendrás que leer el capítulo 2

Si quieres saber lo que le paso a Misao después de su caída por el puente, lee el capítulo 3.

LA HISTORIA FINALIZARA EL 31 DE OCTUBRE.

Notas de la Autora:

Este fic el 31 de Octubre pasara a ser categoría MA, aunque no esté disponible en el índice principal será actualizado el día señalado. Si eres mayor de edad dale a Follow si quieres ser avisado cuando se actualice.

Buena suerte y feliz Halloween.