Una cena de ensueño por América Andrew. Personajes de Nagita e Igarashi.
Una joven dama de unos 26 años, ojos verdes, menudita, no más de 1.60 cm de estatura. Después de una larga jornada laboral decidió ir al gran café de Chicago, es un lugar pequeño tranquilo y acogedor, la mayoría de los visitantes van en compañía de sus familiares a deleitarse con una rica y deliciosa cena típica de Escocia ¿Qué menú recomendaría de este lugar? Hm. Pastel de salmón y de beber Hot Toddy. Los trabajadores de este fascinante lugar visten con ropa de su región; consta de Kilt, tartán, sporran (es como un bolsito). En la tarima se suben tres muchachos muy simpáticos van a tocar la gaita, el último en salir entona a capela una hermosa melodía popular (en su idioma original gaélico) de su país.
No sé que me atrajo más a él, ¿sería verlo portar un hermoso atuendo que le hacía ver celestial o escucharle cantar? Sus ojos me invitaron a recordar el azul del cielo despejado, sus finas facciones y porte propios de un hombre elegante de casi 1.90 cm de estatura, cabellos rubios como el sol, se grabaron en mi memoria. Suspiro al decir que el gran café Scotland es un pedacito de Escocia dentro de la ciudad del viento…
Se te olvidó colocar que la dueña es una experta repostera.
Eres un mentiroso aún no me sale el cranachan.
Lo que cuenta es la intención.
¿Me vas a dejar terminar el artículo?
Claro. ¡Te amo, Candy!
Yo también, Albert.
¿En dónde me quedé? Hm. Este maravilloso lugar te invita a soñar con las praderas de un espacio Bendecido por Dios. No dejes de visitarlo te encantará el trató y los distintos platillos.
-Candy, ahora te voy a enseñar a preparar un rico embutido con sangre.
-¡No! Déjame terminar ¿Quieres?
-Ja, ja, ja, ja, ja… de acuerdo no intervendré más.
-Hm.
Al caer la noche, te permiten pasar al área de coctelería (diferentes bebidas preparadas a base de Whisky), ubicada en la terraza principal donde observarás toda la constelación sentado en una cómoda butaca reclinable ergonómicamente diseñada para relajar tu musculatura.
-Y para que tu esposo se ponga a tus pies para darte ricos y deliciosos masajes.
-Bert, mi pequeño Bert ¿Hasta cuando me vas a interrumpir? ¡Faltaste a tu promesa!
-Lo siento. Me agrada la forma que tienes para lograr que tus lectores viajen por el mundo sin salir de sus hogares.
-Tus ocurrencias hacen que me inspire más.
-Dame un beso.
-Pero breve porque tengo…que terminar…Hm… que rico besas… ¿Qué estabas comiendo…? No, no me digas… tus labios… tu lengua… Hm y, tu paladar saben a Jaket relleno de atún y… mayonesa.
-Le faltó un ingrediente…señora Andrew…
-Ah, sí tienes… razón… lechuga fresca… Albert, sino paramos este juego de ¿Adivina qué comí a través de besos tan ardientes como lo que nos estamos dando? Nunca terminaré la columna… y… recuerda que es parte de la publicidad.
-Sí, amor… como tu digas que tal si tú me dictas y yo escribo lo que sigue…
-No creo que funcione…bueno, escribe… en el cielo se observan unas estrellas que si la miras bien forman un águila.
-Un águila que clava su… mirada… en su presa como yo.
-¡Albert!
-Mi preciosa princesa.
-Albert, definitivamente solo escribiré en mi oficina tu… me distraes con… tus besos y caricias…
Fin.
