Pesadillas.
Chester's Mills
Llovía a cantaros a fuera, Julia estaba sentada en el sofá de la sala esperando a que Barbie llegara a casa. Dijo que no tardaría pero, ya había pasado una hora. Ella caminó con cuidado de no lastimarse la pierna o volver a abrirse la herida de hace dos días atrás hacía el estudio y tomó un libro al azar, pues se quedó sin uno que leer. De vuelta al sofá, inició su lectura. Después de llevar dos capítulos y medio, el sueño la venció y cayó rendida en el incómodo sillón.
Barbie, por su lado estaba solucionando unos cuantos problemas en el instituto pues una sección de los casilleros se derrumbó con los sismos que hubo el día anterior y algunas personas se habían lastimado un poco, nada grave. Luego, pasó por casa de Andrea para asegurarse de que estaba bien. Apenas se dio cuenta de que eran pasadas las once de la noches, se subió en el auto y a toda velocidad, llegó a casa. Entró con cuidado de no hacer mucho ruido, antes de subir por las escaleras, echó una mirada rápida al living y vio a su chica dormida en el sillón.
"Se ha quedado dormida esperándome" murmuró para sí mismo.
Sintió que el alma le cayó a los pies cuando escuchó unos sollozos y murmullos estrangulados provenientes del mismo lugar donde se encontraba Julia. Rápidamente, se acercó a ella y se percata de que estaba dormida.
"¿Una pesadilla? Julia nunca tiene pesadillas" pensó "Quizá, nos conocemos poco para saber exactamente"
"Julia, cariño" le llamó, moviéndola suavemente por los hombros "Julia, despierta"
"Barbie, no. No. No lo hagas" su voz era apenas audible.
"Estoy aquí. Cariño, despierta. Julia" le llamó un poco más fuerte.
Ella despertó un poco sobresaltada y se sentó, como acto reflejo. Vio a Barbie a su lado y lo abrazó fuertemente, dejando escapar un sollozo. Él, no comprendió nada, solo se limitó a abrazarla y consolarla acariciando su espalda y cabello.
"¿Qué sucede, nena?" preguntó Barbie un poco preocupado por el silencio, después de que Julia se hubo calmado.
Él, en las tres semanas que llevaba conociéndola, nunca la había visto tan frágil. Siempre había sido fuerte y había soportado todo los retos que le había impuesto el domo. No sabía cómo consolarla, ya que nunca lo había hecho con alguien o alguna mujer ya que, eran lío de una noche, nada que no estuviera en sus manos.
No sabía qué hacer y sentía una fuerte impotencia, Barbie tomó aire y lo dejó escapar en un suspiro lento e hizo lo que sus instintos le ordenaban en ese momento. Suavemente, limpia las lágrimas que se habían quedado en las mejillas de Julia, y le acarició los labios.
Julia sorbió por la nariz y soltó el aire que retuvo durante unos segundos. Barbie la sentó sobre su regazo en un movimiento rápido y cuidadoso, pues no olvida el accidente y las consecuencias. La rodeó con sus brazos y ella hundió su cabeza en el hueco del cuello aspirando su olor a hombre.
Ella se siente segura en sus brazos, y nadie lo puede evitar, ni siquiera ella misma. Las suaves palabras de Barbie, la hacen recordar las tristes imágenes que fabricó su subconsciente mientras dormía. No estaba segura de querer contarle pero, puede sentir la preocupación de su héroe.
"Tuve una terrible pesadilla…" murmuró lentamente. Él se quedó en silencio esperando a que continuara "Eres tú cayendo por el precipicio y la imagen se repiten una y otra vez..."
Sus murmullos fueron acallados por un tierno beso de parte de Barbie.
"Nunca, escúchame bien, nunca en mi vida te volvería a dejar. Soy un desastre sin ti" sonrió y volvió a apoderarse de los labios de Julia, asegurándole que sus palabras eran totalmente ciertas. Julia sintió exactamente lo que él quería transmitirle y creía en que él no la va dejar nunca. Ella no sería la misma sin él, no se imagina un día sin su cariño, su voz, sus palabras románticas aunque él no quiera serlo. No podría, el sólo hecho de pensarlo le resulta intolerable.
La mirada azul de Barbie se suavizó al encontrar la de Julia. Le volvió acariciar la mejilla.
"Recuerda: te quiero en mi vida aquí y en el fin del mundo" repitió las palabras que había dicho días anteriores en el Sweetbriar Rose.
Volvió a besarla y sonrieron los dos al recordar el día. La tomó en brazos, levantándose rápido y ella chilló al sentir un leve cosquilleo en el estómago. Él rió al escuchar esa risa que tanto ama. La llevó escaleras arriba informándole lo sucedido en el instituto después de que ella le hubiese preguntado por su tardanza.
"La noche está extraña" comentó Barbie, una vez que estaban los dos acostados y abrazados listos para dormir.
"¿Extraña cómo?" cuestionó Julia y se acomodó para tener una mejor visión de él.
"No sabría explicarlo. Es como si la luna estuviese más brillante o quisiera iluminarlos más… Es extraño" soltó una risilla al ver el ceño fruncido de Julia "Parezco un desquiciado hablando de la luna"
"De hecho, sí" admitió sin remordimientos.
"¿Se está burlando de mí, señora Shumway?" ella rió al ver en los ojos de Barbie un brillo juguetón.
"No, en lo absoluto. Me divierto contigo"
Otra risilla se escapó de Julia y él aprovechó para comenzar a hacerle cosquillas en los costados del torso, su talón de Aquiles. Lo había descubierto un día cuando la abrazó por la espalda y rozó esa parte sin querer.
La habitación se estremecía de alegría solamente escuchando el sonido de las risas de ambos siendo adolescentes. En un segundo, ella intentó reprimir la risa y vio un brillo extraño en los azules ojos de Barbie, un brillo que señala amor, mucho amor. Él repitió su acción unos segundos y recordó lo increíblemente afortunado que era por tener a una mujer tan perfecta y hermosa como Julia a su lado.
"Soy un hijo de puta con suerte" dijo más para sí mismo que para Julia. Ella frunció el ceño al no entender. "Tengo a la pelirroja más hermosa y sexy del planeta"
Un sonrojo invadió las mejillas de ella.
"Con planeta te refieres al domo, ¿no?" dijo como para restarle importancia.
"No, con planeta me refiero al universo entero"
Se acercó a sus labios y volvió a besarlos con cariño, éste cariño se convirtió en deseo y todo lo demás se volvió nada cuando sus cuerpos reaccionaron. La temperatura ascendió, los cuerpos comenzaron a sudar y los corazones a acelerarse. Las risas que antes estremecían la habitación fueron remplazadas por gemidos. El deseo se adueñó de ambos convirtiéndolos en sus esclavos y cuando todo estaba a punto de terminar, el éxtasis llegó para ambos dejándolos ebrios de placer.
"Te amo" murmuró Barbie antes de quedarse totalmente dormido.
"Yo también" respondió somnolienta.
El escándalo de una rama estrellándose contra la ventana despertó a la pareja que dormía plácidamente. Ambos vieron el origen del sonido y luego, a los ojos.
"Buenos días" murmuró Julia y una sonrisa se extendió por su rostro.
"Buenos días" la sonrisa se contagió al rostro de Barbie.
Se dieron un tierno beso y ella se apoyó en el pecho de su acompañante para observarlos unos segundos.
"Es hermoso" pensó Julia y volvió a sonreír ante su recuerdo de la noche anterior.
"Un dólar por tu pensamiento. ¿Qué pasa por esa maravillosa cabeza?"
"La noche de anoche"
"La noche de anoche…" repitió. Soltó un suspiro, seguido por una sonrisa. "La mejor noche de todas. Sobre todo cuando te besé aquí" Barbie le dio un suave beso en la mejilla a Julia "Aquí" le besó el cuello. Julia soltó una risilla cuando éste se puso sobre ella, apoyando el peso necesario para no lastimarla "Y aquí" le besó detrás de la oreja "Hm, aquí es mi lugar favorito" le besó los labios y comienzan a recorrer sus cuerpo con las manos, olvidándose del estruendo de la lluvia golpeando las ventanas y concentrándose solamente en sus sentimientos y deseos.
