Los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a Marvel.


La lluvia caía con fuerza, pero eso no le impediría llegar a su destino.

Tras adelantar a un camión aceleró la Harley hasta ponerla a la máxima velocidad que las inclemencias del tiempo le permitía.

Una sonrisa lobuna apareció en su rostro cuando pasó a toda velocidad ante el cartel de entrada a Salem. Unos poco kilómetros más...

Entró en los terrenos de la Mansión en una esalacción, directo al garaje donde aparcó de mala manera y salpicando de barro el impoluto deportivo de Remy. Ya limpiaría la moto mañana. Y lo del coche del Cajún, bueno, simplemente le encantaría verle la cara cuando lo viese.

Entró en la cocina dando un fuerte portazo y asustando a la gente que cenaba.

-¡Logan, -exclamó Kitty desde una de las mesas -qué bien que estés de vuelta! Tenemos algunos asuntos que...

-Luego -gruñó. Y desapareció por la puerta de vestíbulo.

Subió las escaleras de dos en dos y al llegar a la segunda planta corrió hasta el final del pasillo donde derrapó hasta pararse ante una de las aulas.

Se detuvo un segundo a observar por el cristal.

Ahí estaba ella, de pie junto a la ventana observando ausente la lluvia caer. Llevaba una amplia camiseta burdeos dejando un hombro y uno de los tirantes del sujetador al aire. La parte baja la recogía en una falda de tubo gris y unos botines de piel negros. Únicamente llevaba de adorno una enorme pulsera de madera africana y se había recogido la parte baja del mohawk en una larga trenza con la que jugaba distraída.

Sin poder resistirse más abrió de golpe la puerta y se lanzó hacia ella como un depredador.

Ella se volvió sorprendida y antes de que poder decir nada tenía sus labios atrapados por los de él en un cálido y profundo beso.

-¡Logan! -consiguió susurrar.

-¡Ni una palabra! -gruñó él cogiéndola y echándosela al hombro como un saco.

-¡Pero Logan! -se resistió ella viéndose arrastrada a la puerta. -Estamos en medio de un examen de recuperación.

Logan se detuvo, y aún con ella en el hombro se volvió al aula. Cinco chicos les miraban entre expectantes y divertidos. Todos en silencio.

Tras unos segundos de silencio por parte de todos Ororo preguntó divertida. -¿Me dejas en el suelo entonces?

Él recapacitó un momento.

-No, y estáis todos aprobados. A disfrutar que es viernes -exclamó ante de salir veloz de la clase hacia su dormitorio con Ororo aún golpeándole.

-¡Bieennn! -gritaron todos.

-¡Logan, soy la Directora! ¡Muestra un poco de respeto! -reía Ororo en su hombro.

-Como he dicho Ro, es viernes. Y toca divertirse, no? -preguntó mientras cerraba la puerta de su dormitorio de un portazo.