Los Personajes son de , aunque algunos son de mi autoría.

La historia es enteramente mia.

Hola a Todos. Para los que siguen esta historia desde los inicios les cuento que he decidido editarla y mejorarla para mayor disfrute, asi que los invito a darle un vistazo nuevamente, tal vez se lleven alguna que otra agrable sorpresa.

Para los lectores nuevos, ¡Un gran Saludo!

Los invito a disfrutar de esta historia que me sale del corazón.

Capítulo 1

Edward Cullen

Yo soy Isabella Swan. Para mis amigos Bella, y para mis enemigos... también.

En mi mundo las reglas son simples y claras; o estás de mi lado... o del lado enemigo. Y claro, yo hago lo que quiero, cuando quiero y dónde quiero. Soy rebelde lo acepto, pero no me culpen, todo lo hago por un fin bueno...

Molestar a mi madre y a Phil Dwyer, su nuevo esposo.

Si, asi como lo escuchan... cuando yo era pequeña mi querido y amado padre tomó la sabia desición de dejar a mamá, y claro que no le culpo. Yo ya me habría matado hace tiempo por el terrible castigo que implica vivir con ella bajo el mismo techo, pero no le daré ese gusto a mi queridísima (Nótese el sarcasmo) hermana Jessica.

Con menos neuronas que un feto promedio, mi hermana Jessica ocupa el primer lugar en personas indeseadas que jamás quisieras conocer, o como yo la llamo Jessitonta. Se podría decir que yo soy un poco normal, pero como lo normal es aburrido entonces pues no.

Vivo en las afueras de Forks, un pueblito de Washington. Mi familia es millonaria y yo soy la menor de la familia con mis preciados y muy envidiados (por la anciana de mi madre) 17 años. Mi mejor amigo es Cedric, lo conocí hace un par de años y desde entonces somos inseparables.

Hoy, para mi desdicha, podria decirse que es un día especial ya que el inepto de Phil nos quiere obligar a casarnos. De solo recordarlo siento un calor subir por tomo mi rostro debido a la ira, ¡A mi nadie me da órdenes y menos ese!. Yo sé porque lo hace, a mi ese maldito mantenido no me engaña. Si una de nosotras se casa primero que la otra obtendrá la herencia que dejo mi abuela Marie y cuando digo que es mucho es porque es mucho.

En realidad mamá quiere que Jessica se case primero porque sabe que si me caso yo, si por mi fuera la dejaba en la calle. En esta maldita casa todo era apariencias así que para parecer una madre modelo traerá a un tal Edward Cullen para que elija a una de nosotras y no, segun ella, negarme la oportunidad de ser feliz con un desconocido...

De igual forma sabe, y yo también, que ese fulano no me va a elegir porque soy un desastre, según ella, así que todo está bien. Lamentablemente tengo una fiesta hoy y no me puedo quedar perdiento el tiempo esperando a este tonto para fingir que deseo con todo mi corazón convertirme en su amada esposa.

Isabella Swan siempre tiene un plan de escape, si señor.

-Isabella- dijo Jessica sacándome de mis pensamientos-Mamá te dejó esto para que te lo pongas, en dos horas viene Edward ¡Y más vale que no me dejes en ridículo!- Dejó un vestido azul horrible en la cama, era obvio que lo eligió para que yo luciera horrible y darle más puntos a la niña de mamá.

-Imposible- puntualicé cuando se fue. Tomé el vestido entre mis manos y lo contemplé, era largo y con mangas largas... al estilo abuelita de blanca nieves, el peor que había visto. Y como complemento, ya que estabamos en plan "Convertir a Bella en una solterona", unos zapatos dorados con joyas de adorno.

Tal vez unos arreglos no lo harían lucir tan mal, puede que no me interesara agradarle a Edward Culo, es decir Edward Cullen, pero tampo haría el ridículo frente a él. Tomé unas tijeras y lo corté para me quedara sobre las rodillas, le corté las mangas y le hice algunos agujeros al estilo Vintage, he de admitir que quedó genial.

Las horas se pasaron volando mientras desataba mi lado artistico en mi nuevo atuendo, así que llamé a Cedric para que me esperara afuera de la mansión

-Bella ¡Baja ahora mismo!- me gritó Phil con premura.

-¡Ya voy!... jodito imbecil- Gruñí susurrando lo último- ¡y no me des ordenes!- le grité, me puse el vestido y me maquillé con lápiz azul y brillo, me hice una colleta desordenada y bajé. pero no sin antes llevarme la cajita que había llenado con cosas para arruinarle la estancia en mi casa a Cullen.

Bajé las escaleras rapidamente con mi mejor cara de niña buena y cuando Jessica me vio casi le dió un infarto. No sé si por cómo había cambiado mi vestido o por celos porque se veía mejor que el rosado brillante que llevaba ella, es que claramente era dos tallas más pequeño de lo que debería y se veía como un gusano regordete atrapado en un feo vestido.

-¿Que le hiciste a tu vestido?- tartamudeó incrédula-... Luce...-

-Fantástico, lo sé- dije pagada de mí misma.

-El señor Cullen está llegando- dijo Phil dirigiéndome una mirada sebera- compórtense- añadió y supe que lo dijo más para mí que para Jessica que se pintorreteaba para ocultar unos barritos que tenía en la cara. Me senté en el sillón lo más discretamente que pude y comencé a organizar mis armas.

Paso Uno: Dejar debajo del cojín del sillón de Phil un globo de bromas que cuando te sientas en él suena como si tuvieras un gas.

Listo.

Paso Dos: Apagar el ventilador para aumentar los problemas de sudor de Jessica.

Listo

Paso Tres: Picante altamente explosivo (Lo dice la etiqueta, no yo) en el Té y cucarachas debajo de las galletas.

Oh si, Super Listo.

Sería una escena épica.

-¡Ya está aquí!- dijo Phil muy emocionado, parecia casí como si él fuera el que esperara su principe para casarse. Mientras se dirigía a la puerta ansiosamenrte, yo me senté al lado de Jessica, la cual ya olía bastante mal pero no se daba cuenta. Unos momentos después la puerta se abrió y dejo ver a una persona...

Cullen, para ser exactos.

Era alto y delgado, con el cabello Rubio y despeinado, también tenía los ojos azules, se veía demasiado maduro para tener 22.

Se secreteó con Phil un momento haciendo señas raras y luego se giró hacia nosotras. Le dediqué una mirada fría que no pareció notar y luego miró horrorizado a Jessica. Me giré hacia ella y el olor a sudor me golpeó de lleno en la cara causándome nauseas, la idiota de Jessica tenía el brazo levantado y se estaba oliendo la axila, que por lo visto no se afeitaba desde hace mucho. Al percatarse del nuevo invitado bajó el brazo de golpe y se ruborizó dándole a su cara un tono más grasiento. A veces me preguntaba si aquella chica tenia un puto retraso mental.

-Siéntese, por favor- le dijo Phil para distraerlo de aquella perturbadora escena. Cullen se sentó dejando ver un ligero estremecimiento en sus delgados hombros.-Bueno mis queridas señoritas, se ven ustedes encantadoras, tengo el placer de presentarles a...- cuando se sentó un sonido a pedo que provenía de su silla corto su oración.

-¡Dios santo!- Exclamé exageradamente colocando una mano en mi pecho, tan teatral como pude.- Pero que mal educado- le dije en tono reprobatorio, a lo que me dió una mirada sebera.

-Disculpe... no fue mi intención- dijo Phil apenado y un tanto nervioso, tanto que ni se le ocurrió echarme la culpa por aquello que evidentemente era mi culpa. Seguramente por temor a desalentar al invitado- Por favor, tome algo de té y galletas- Sinceramente a este punto no podía esperar a que lo hiciera, ese maldito lamentaría haber venido a comprarnos como ganado.

-Chicas él es el señor...- cuando estaba a punto de decirlo Cullen pegó un gritó demasiado agudo para un macho respetable, había encontrado una cucaracha en las galletas pero lamentablemente, para él, ya era muy tarde...ya la había mordido.

No podía aguantar la risa así que aproveché el revuelo y salí sigilosamente por la puerta mientras veia como Phil y Jessica se asercaban a Cullen, quien tenía la cara roja y tocía fuertemente.

Me solté el cabello y lo despeiné moviendo la cabeza de un lado a otro luego cambié los zapatos por unas botas y me quedé quieta para escuchar un poco. A pesar de que tenia urgencia por irme no podia perderme el hermoso final de mi tan magnifica obra.

-¡Rápido!- le gritó Phil- tome un poco de té- Mordí mi labio con fuerza para evitar soltar la mayor carcajada de mi vida cuando enseguida se escuchó un grito mayor.

-¡Quema!- gritó Cullen. Ya era suficiente, si no me iba ahora me atraparían; tomé las llaves de mi hermoso Jeep negro y corrí hacia él. Pero una muralla de hombres con uniforme me cortaron el paso.

-¡Pero qué demonios hacen aquí!- les grité a todos, seguramente venian a protejer el culo de Cullen- Me obstruyen el paso.- A pesar de mi mirada envenada ninguno de ellos contestó

-¡Muévanse!- Les ordené otra vez tratando de no perder mi buen humor pero ni se inmutaron.

-Discúlpe...- me dijo una voz aterciopelada- ¿Usted es Jessica?- Me indignó tanto ese comentario tan horrible que me giré encolerizada, todo para encontrarme con unos ojos verdes tan profundos que por poco casi me olvido de insultar al desconocido. Puede que Cullen fuera un mariquita, pero este... no estaba tan mal, no señor.

-Mire, quien quiera que sea- le dije al chico alto de ojos verdes, tenía el pelo cobrizo y sus facciones eran perfectas...¿Que estoy diciendo? eh, esto... perfectas para una tonta sin cerebro. No es que el tipo estuviera tan mal pero el amor es realmente una tontería- Si no estuviera tan de buen humor lo demandaría por semejante insulto. Tengo cosas mas importantes que hacer así que con su permiso o sin el me voy de aquí- me di la vuelta pero unos guardias me trataron de sujetar.

-Entonces... ¿Eres Isabella?- me preguntó el desconocido interesado. Jalé mi brazo con fuerza para deshacerme de un agarre indeseado de uno de los grandotes y suspiré frustrada.

-Y usted quien es ¿Juanito sabelotodo?- Ante mi brillante comentario sonrió de lado un tanto asombrado, mostrando su perfecta dentadura. Vaya, este chico traia todos los juguetes.

-No. Yo soy Cullen, Edward Cullen.-