—idiota... Estúpida... Inútil... Tarada... Mejor muérete... No deberías de haber nacido... No sirves para nada...
Me levanto de golpe cuando escucho el sonar de mi despertador, lo apago y me levanto de la cama. Me dirijo al baño y me doy una ducha, me pongo el suéter de siempre, azul con rayas rosas. Al terminar de bañarme, bajo al comedor.
En la mesa encuentro un papel arrugado, me acerco a éste y lo leo rápidamente.
Frisk, el desayuno esta en el microondas, calientalo y come. Nos vemos en la tarde. Te quiere tu madre.
Arrugo el papel y lo dejo en la mesa, me dirijo al aparato y caliento los waffles. Rato después como y miro el reloj de pared, faltaba diez minutos para ir al colegio, me levanto del asiento y lavo lentamente el plato. Me voy hacia la sala y tomo mi mochila, sin mirarla camino hacia la puerta y salgo de casa.
Camine por la vereda a paso lento, no me preocupaba mucho llegar tarde al colegio, era lo de menos.
Llego al colegio y como deducía, todos habían entrado, doy un suspiro y entro al establecimiento, me dirijo al cuarto piso y golpeó la puerta. Al abrir veo como la profesora frunce el ceño y con una mueca me deja entrar.
—¿lo de siempre niña?, me esta cansando que siempre llegues tarde... ¿Qué está pasando contigo? —baje el rostro y no dije nada, ella dio un bufido—Vamos ve a sentarte... Hagan la tarea de la pizarra.. Ya vuelvo, hablaré con el director...
Asiento y camino hacia mi pupitre, pero antes de llegar a éste, caigo al suelo, después escucho como empiezan a reír. Miro hacia arriba y veo como mi compañero de adelante me había puesto el pie, solo sonrió más, bajo la mirada y sin decir nada me siento en mi asiento correspondiente. Saco mi carpeta de la mochila y empiezo a copiar, ignorando los comentarios de todos.
La profesora de naturales volvió y empezó a pedir la tarea, antes hubiera sido la primera en ir y entregárselo, pero ahora no quiero moverme de mi asiento. Ella camino hacia mi y me extendió su mano.
—la tarea Odam..
Le di las hojas y miro hacia abajo, ella toma mis hojas bruscamente.
—llame a tus padres por tu retraso...
Aprieto los dientes y asiento débilmente, ella vuelve hacia adelante.
Mis ojos empiezan a picar pero no lloro, golpeó la puerta del armario pero solo escucho risas del otro lado, me siento en el suelo y abrazo mis rodillas.
—¿por qué?
Un profesor me encontró en el armario y me saco de ahí, sin decir nada corrí hacia la salida, era la hora de irse. Camino por la misma vereda de siempre y antes de pensar en algo, siento como me agarran la mochila y me caigo al suelo.
De mi boca sale un grito ahogado y levanto la mirada encontrándome con ellos otra vez. Otra vez.
Cierro la puerta de mi cuarto y camino hacia el baño, tenía que tapar mis heridas. El labio estaba partido, tomo agua oxigenada y empiezo a desinfectarlo.
Cuando estaba por ponerme una curita en mi ceja, la puerta se abre y segundos después alguien golpea la puerta del baño. Rápidamente guardo todo, con torpeza.
—¡Frisk abre la puerta ahora! —escuché la voz de mi padre, empiezo a temblar y la abro, encontrándome con él—¿qué es lo que te paso? —preguntó serio.
—me caí...
Él negó.
—que torpe eres niña... Siempre metiéndote en problemas... Me llamo la escuela y nos citaron a tu madre y a mi... ¿Qué es lo que has hecho?
—nada... —susurré en voz baja.
Suspira y pasa sus dedos por su cabello, frustrado.
—¿qué hicimos mal? —lo escucho decir, se da la vuelta y cierra la puerta en un golpe fuerte que me hace saltar en el lugar.
Camino hacia mi cama y me tiro en ésta, cubriéndome entre las cobijas. Lentamente siento como las lágrimas salen a flote.
—Otra vez me pegaron...
—Frisk escuchame...no puedes con esto...
—puedo aguantar...
—no, no podrás...¿Por qué no me haces caso?
—no quiero hacerlo... Se que ellos son buenos...
—deja de ser así Frisk... Hazlo, dame tu cuerpo y me encargaré de ellos...
—no Chara... No lo haré... Ya calla, déjame en paz... Largo...
—se que quieres... Pero bueno... Esperaré...
—no pasará...
Siento unas carcajadas y con mi almohada tapo mis oídos, tratando de acallar esas voces, pero no podía, ya que esas voces venían de mi cabeza.
—¡oye Frisk!, vayamos a jugar a la pelota...
Levanto mi mirada y veo a un chico de cabello rubio, antes de hablar, veo como grita a los demás que yo sería el arquero. Sin saber que hacer me dirijo al arco. Atajo como podía pero miraba con tristeza como se abrazaban por haber metido un gol al equipo contrario, solo me quede ahí, en el arco.
Los próximos pelotazos eran más rápidos y fuertes, me dolían las manos y los brazos, como podía me cubría, nadie me defendía, nadie.
Aprieto mis puños y sin decir nada corro hacia el baño, me miro en el espejo y me lavo la cara. Siento como caigo hacia atrás, golpeándome contra la puerta del baño, miro hacia arriba y veo a unas chicas, las mismas que jugaban en mi equipo.
—oye tonta... No dijimos nada de que te podías ir...
—no quiero jugar más —susurré.
Ella sonrió.
—¿crees que me interese si quieres o no? —me tomo del brazo bruscamente y me tiro hacia la pared de cerámica—sera mejor que no hables, es mejor verte callada... Niña estúpida... —me da una patada en la costilla—sería mejor que no hubieras nacido... Eres una escoria...
Veo hacia el frente y veo por la ventana como mis padres hablaban con el director y esa profesora. Bajo mi mirada y aprieto mi brazo, hago una mueca y bajo la manga de mi pullover. Un grupo paso frente mio y al verme empezaron a reírse, susurrando palabras, susurrando insultos.
—son buenos chicos... Son buenos chicos... —aprieto mi short y empiezo a temblar.
La puerta se abrió y salieron mis padres, no le di importancia de lo que decían y mi madre se acerca a mi.
—vamos a casa Frisk..
Asiento y camino a su lado, miro como mis padres hablaban y bajaban la mirada para mirarme, después negaban sucesivamente, estaban decepcionados. Yo también estaría decepcionada de mi.
—¿por qué lo hiciste?
—yo solo... Yo solo...
—me das pena Frisk... Nunca creí que llegarías a cortarte... Que decepcionante...
No dije nada, solo llore en silencio, apoyando mi espalda en la pared fría de mi baño.
—son buenos chicos... Son buenos chicos...
—ni eso te la crees... Déjame tomar el control.. Déjame sacar todo tu rencor... Déjame... Frisk...
—no lo haré... Se que son buenos chicos... Se que no lo hacen por mal...
—deja de ser tan compasiva... No ves lo que te hicieron hacer...
—yo...
—hazlo...
—yo... No entiendo qué es lo que he hecho mal...
Hoy había una prueba, pero no hacía falta que estudiase, ya lo sabía, pero tenía miedo de ser la mejor. Tengo miedo de entregar la hoja.
La profesora me saco el examen de la mano y se fue a buscar a las demás hojas, empecé a temblar en el lugar.
Pasaron unos minutos y la profesora nos dio la prueba, se acercó a mi y me lo puso en la mesa.
—bien, al menos tienes algo de bueno Odam...
Miro la hoja y tenía un 100, aprieto mis manos y esta desaparece, el de atrás lo había tomado.
—ja... De seguro haces trampa... Una idiota como tu no puede sacarse esta nota...
La profesora tomo sus cosas y se fue del salón, bajo la mirada y escucho como una hoja se rompe, mi pupitre se llena de pedazos de papel, pedazos de mi prueba.
Escucho como empieza reírse y los demás hacen lo mismo, guardo todo de golpe y salgo del salón, ignorando a todos. Cruzo el pasillo con la cabeza gacha, risas son los que inundan mis oídos. Risas.
—Hazlo... Vamos... No seas un cobarde... Se fuerte... Déjame hacerlos sufrir... Frisk... Vamos...
Niego repetidamente mi cabeza y salgo del colegio, corro hacia mi casa, pero como siempre, ellos estaban ahí, esperándome.
—son... Buenos... Chicos...
—Frisk... Te entiendo... Yo también pase por esto... Pero por favor... Déjame hacerlo...
—son... Buenos... Chicos... Son...
—Frisk...
—Chara... Yo...
Me miro en el espejo y veo el moretón de mi ojo.
—se pasaron de la raya... De mi raya...
Sonrío al espejo y corro a la sala, tomo mi mochila y salgo de mi casa, camino al colegio y veo como nadie había entrado. Ellos estaban ahí.
Estos me ven y se acercan a mi, la misma rutina.
Caigo al suelo y veo como se reían de mi estado, otros no se movían del lugar y unos solo apartaban la mirada. Bajo la mirada y sonrío.
Ya no lloraré.
—vamos golpeenme... Ya no lloraré... Ya no me quedan lágrimas... Solo venganza...
Pov Narradora.
Frisk, no, Chara sonrío mostrando ese brillo demencial en sus ojos rojos. Los alumnos entraron al colegio y ella se dirigió al baño, espero a que todos se fueran y al ver que no había nadie. Ella solo saco un cuchillo de la mochila de Frisk y con una sonrisa, salió del baño, escabulléndose por los pasillos.
Chara camino al cuarto piso y con una sonrisa más grande, abrió la puerta de golpe, asustando a todos. Cerro la puerta con la llave que robo del conserje anteriormente y rápidamente corrió hacia la profesora y la apuñaló en el estómago. Sin dejar de reírse a carcajadas, empezó a matar a cada uno del salón.
Pasaron unos minutos y Chara sonrió mirando hacia el techo, la puerta se abrió de golpe y vieron con horror la escena, la joven dejo de sonreír y los miro seriamente, sus ojos rojos se volvieron marrones.
Pov Frisk.
Después de lo que paso no he vuelto a casa ni al colegio, mejor para mi, no me molestaran más. Ahora estaba en un cuarto gris, un cuarto frío, pero no me importa. Me encanta. También me daban unas pastillas que me mantenían tranquilo.
Pero hay un problema.
Esa enfermera ya me tiene harta.
—tendría...que
—¿Matarla?
—no puedo hacer eso... Sino, no saldré de aquí nunca...
—te puedo preguntar algo?
—¿qué?
—¿te arrepientes?...
—si me arrepiento...
—¿mm?
—JA...¿a quién quiero engañar?.
MARIAANGELZ.
