Notas de Autora:
Pues me dieron los Feels del Pariging, y me pareció escribir desde como se conocieron hasta como acabaron cudiando de Gon en mi Fanfic "High School Never Ends". (Se recomienda encarecidamente leer eso primero).
Este será un Fanfic corto de unos 3 capitulos, incluido este. Asi que espero que lo disfruten, tanto como yo lo hice escribiendolo.
AVISO:
-BASTANTE OOC. MUCHO. DEMASIADO. INTENTÉ QUE NO FUESE ASÍ PERO...
Era una mañana nublada en el Instituto Hunter. Se acercaba el final del mes de Enero, lo que significaba que ya casi pasaría el frío. Pariston Hill bajó del coche de su padre con esa sonrisa alegre que le caracterizaba. Se ajustó la corbata de su camisita rosa, y se giró para agarrar su mochila. Se arregló el perfecto pelo dorado con la mano derecha, lanzándole una mirada a su padre que parecía de mal humor hoy también. Pero eso no iba a borrar su sonrisa. ¡Por supuesto que no! ¡Pocas cosas podían hacerlo entristecer! O al menos hacerle parecer triste. Puede que eso molestase a algunas personas que le rodeaban. Pero eso no le importaba.
- ¿Luego vendrás a recogerme? -Preguntó con emoción a su padre, sin dejar de observarlo detrás de la ventana con esos ojos oscuros. El hombre hizo una mueca.
- No lo se, niño. -Fue lo último que dijo antes de arrancar el coche y marcharse.
Si su padre decía eso probablemente no vendría. ¡Pero no le importaba caminar! ¡Así hacia ejercicio! Siempre podía tomar el bus, si se le hacia muy largo el camino... Y es que aunque el hombre viviese en la otra punta de la ciudad, no siempre venía a por él cuando le tocaba, por lo que se acostumbró a llevar dinero allá donde fuese. No es como si no confiase en él. Era sólo por si acaso. A sus 14 años ya había aprendido que si sus padres decían "No lo se" era un no. Lo mismo con expresiones similares como "Tal vez" o "Ya veremos". Puede que fuese un poco decepcionante... ¡Aunque no le importaba! Ahora lo que le interesaba era otro día más en el Instituto que tanto le gustaba.
El pequeño rubio iba caminando con esa enorme sonrisa en su rostro, saludando a sus compañeros que parecían incordiados por su energía matutina. Pero ya estaban acostumbrados... Todos en ese sitio conocían a Pariston Hill, y Pariston Hill los conocía a todos. Por eso estaba tan seguro de que ese año ganaría las elecciones a delegado del curso. ¡Patearía el trasero a su enemiga mortal Chedale Yorkshire! Esa niña se creía que podía superarle académicamente, pero él y su racha de 10 en todos los exámenes la aplastaban.
Unas risas y un grupo de niños reunidos en un círculo delante de su clase llamaron su inocente atención. ¿Podía ser...? ¡Un niño nuevo! ¡Esto era alucinante! ¡Tal vez haría un nuevo amigo! No dudó ni un momento en acercarse al grupo de chicos que parecían uno o dos años mayores que él. Reconoció a Silva Zoldyck, el chico chino de 17 años que llegó hace un par de años y también a List y Wdwun, junto a las gemelas de la otra clase. El resto no era digno de su mención. Pero en medio de todos ellos, estaba ese niño nuevo que parece que asistiría a su curso. Tenía el pelo peinado hacia arriba, con una especie de pañuelo en la frente. Su piel comparada con la del resto era morena, lo cual le hizo pensar que tenía que venir de un sitio del sur. ¡En seguida le cayó bien! ¡Se veía tan guay!
- ¡Hola! -En cuanto el rubio se presentó, todos le miraron con una cara de asco increíble. Incluido el niño nuevo. Ignoró esto, y le ofreció la mano sin borrar la sonrisa. -Mi nombre es Pariston. Bienvenido al Instituto.
Lo primero que hizo el niño nuevo, al tener las miradas de los demás puestas en él nuevamente fue sonreír de lado. Esto confundió un poco a Pariston, pero en seguida volvió a su expresión de siempre. Una risita molesta se le escapó al nuevo, mientras rechazaba su mano.
- ¿No te da vergüenza sonreír así con esos dientes? -Soltó cruzándose de brazos. La risa se expandió al resto de los que formaban el círculo, haciendo que por primera vez la boca del rubio se relajase a una mueca de confusión. -Pareces una rata.
- ... ¿Rata?
Ahora era el moreno de pelo hacia arriba el que sonreía con esa dentadura perfecta, y Pariston el que tenía una expresión de horror absoluto. Las risas no hicieron más que aumentar al igual que la sonrisa del niñato que tenía en frente. ¡Él no parecía una rata! ...¿Verdad? Sólo tenía las paletas un poco separadas del resto de dientes pero... Aún así... No era para tanto.
- ¿Ni siquiera vas a defenderte, rata? Que aburrido. -Se encogió de hombros, mientras entraba a clase seguido de Wdwun y List. -Al menos has dejado de sonreír como un idiota ridículo.
A Pariston no era fácil arruinarle el día, o hacerle sentir mal. Pero ese niño lo había conseguido.
Ging Freecss fue un capullo con él desde el momento en el que lo conoció. Pariston podría meterse perfectamente con su sucia cara, con lo bajito y estúpido que era o incluso con lo mal que olía. Pero por algún motivo, nunca le salían las palabras para hacerlo. Sólo hicieron falta dos semanas para que todo el Instituto le conociese como "Niño Rata". Todo culpa de ese pedazo de imbécil. ¡Encima que había sido amable con él! Su sonrisa de siempre se veía rota cada vez que alguien lo llamaba por ese estúpido mote, hasta que acabó por simplemente no hacerlo. Pensó que tal vez así lo dejarían en paz. Pero el daño ya estaba hecho.
Un viernes lluvioso Pariston salió de clases agradeciendo a Dios que mañana no hubiese instituto. No sabía en que momento había llegado a acabar por odiarlo. Se sentó con una pequeña sonrisa en el porche de la salida, esperando a que llegase el coche de su padre. ¡Hoy iba con él! Era el fin de semana en el que su madre no tenía su custodia, y la verdad es que siempre lo pasaba bien con su padre así que todo era genial. En cuanto la gente empezó a salir, se aseguró de adoptar una expresión neutral, aunque no era fácil. ¡No podía esperar!
Un par de chicos, entre ellos Ging Freecss se sentaron también en el porche, tal vez esperando a sus propios padres, pero ignoraron a Pariston. Por algún motivo esto le hizo suspirar de alivio.
Empezaron a pasar los minutos, y los amigos de Ging iban marchándose en distintos vehículos, pero el tonto no se iba, y tampoco llegaba su padre. Pasada media hora los únicos que quedaban en el porche del instituto eran ellos dos. Pariston suspiró con algo de molestia y Freecss pareció notarlo.
- ¿Te han dejado tirado, Rata? -El rubio hizo su mayor esfuerzo por no apartar la vista de la lluvia, ni responder. Pero era difícil.
- Espero a mi padre. Está ocupado trabajando. -Mintió. Su padre nunca trabajaba... Al menos que él supiese. Su madre era la que se esforzaba en su familia. ¡Pero eso le daba más tiempo para estar con su padre! O eso pensaba...
- Oye... ¿Te gustan los videojuegos?
Ging tenía que estar muy aburrido para intentar hablar con "Rata" Hill. A día de hoy ni siquiera recordaba su nombre. Algo como la Capital de Francia... Bah, tampoco era interesante. Ese niño era un repelente que probablemente venía de una familia pija. Aburrido.
- No... Nunca he probado ninguno.
- Que triste tiene que ser tu vida, entonces. -Ahora el rubio se sujetó las rodillas sin responder. Ging se aburría demasiado, por lo que decidió pincharle un poco más. -¿Tus dientes enormes te ayudan a abrir agujeros o algo de eso?
- Eres molesto. Ni siquiera son tan grandes. -Murmuró Pariston irritado. El moreno empezó a reír.
- Claro que no.
El silencio volvió a invadirlos, lo cual ponía al moreno de malhumor. No tenía sentido meterse más con el rata, porque no había nadie que le riese las gracias, y ese niño parecía muy molesto con él. No entendía como podía tener tan poco sentido del humor. Y si tenía que esperar a que dejase de llover para volver a casa, porque sus padres no podían ir por él, prefería hacerlo divirtiéndose. De otra forma sería igual que si estuviese solo.
No hizo falta despegar los labios para hablar, porque el patético rubio se levantó repentinamente de un salto.
- Ahí viene mi padre... -Señaló de forma distraída. -Es extraño... -Murmuró, llamando la atención de Ging. -No entiendo por qué no viene en su coche.
El moreno levantó una ceja y miro hacia delante. Sin embargo, lo que vio más que sorprenderle le puso los pelos de punta.
Ese tipo realmente parecía el padre del rata. Tenía el pelo rubio y esos mismos ojos oscuros y raros. Pero lo que le asustó fue primero, la expresión de psicópata en el rostro del tipo. Parecía un zombi o algo así. Y segundo, en una de sus manos portaba una navaja o algo por el estilo. Iba caminando dando tumbos, como si hubiese bebido en exceso. ¿Ese hombre estaba loco? Eso explicaría que el rata fuese tan raro.
Pero no... Definitivamente había algo que estaba mal, porque el rubio hizo una mueca de esas que ponía cuando alguien le insinuaba que parecía un roedor, solo que multiplicado por diez.
- ¿Ese es tu padre? -Señaló Ging. -Parece un loco. Oye, ¿De verdad vas a irte con él?
No hubo respuesta por parte de Pariston, que empezó a temblar sin apartar la vista del hombre que se acercaba lentamente. Ging se había enfrentado con borrachos antes, pero no era algo agradable. Agarró su mochila dispuesto a correr lejos de ahí antes de que llegase ese tipo, pero el niño rata seguía sin moverse.
- Si te quedas aquí probablemente te hará daño. -Soltó secamente. Esta vez Pariston le miró por un par de segundos.
- Pero... -Murmuró.
Ging de verdad que no tenía ganas de aguantar esta mierda. ¡Ni siquiera le caía bien Rata Hill! Si le rajaban esa estúpida cara de roedor con una navaja oxidada no era su puto problema. Se colgó la mochila por un asa y empezó a caminar hacia un lado. No pudo evitar oír la conversación del rubio con su padre.
- Pariston... No dejaré que tu madre me saque más la sangre. -Empezó el tipo, por su tono Ging confirmó que estaba como una cuba. Hizo una mueca y se giró un poco observando al hombre que aceleraba el paso. Parecía que no se había percatado de su presencia, porque solo tenía ojos para su hijo. Suspiró con molestia.
- Papá. Creo que deberíamos irnos a casa. -Sonrió lastimosamente, con esos dientes de rata ridícula.
Puede que se arrepintiese de lo que hizo después, pero de todas formas jugó a ser el héroe un rato. En cuanto el padre de Pariston levantó la mano con la navaja, para darle a su hijo o algo así, Ging le lanzó su mochila a la cabeza. Jadeó por el esfuerzo de levantar esa monstruosidad. ¿Quién le mandaría a llevarse tantos libros?
- No te quedes ahí parado. -Soltó, acercándose al niño rubio y agarrándolo de la muñeca. -Vamos, no va a tardar en levantarse.
- Pero tu mochila...
- No es importante. ¡Vamos!
Dicho esto, sin soltarle al muñeca a Pariston, la cual tal vez agarró con demasiada fuerza, empezaron a correr por en medio de la lluvia. A Ging no le importaba mojarse, al contrario, adoraba llegar a casa hecho una sopa para fastidiar a sus padres. Pero el problema es que por el suelo mojado tal vez acabasen resbalándose, y eso le daría ventaja al tipo. Aunque iba borracho podía sentirlo siguiéndolos de cerca. Tampoco quería girarse para comprobarlo. Y en momentos como estos, no tenía tiempo de preguntarse por qué demonios ayudaba al Rata insoportable que tan mal le caía, pero ahí estaba. Miró de reojo a su compañero que parecía empapado y cansado. A menos que parasen pronto probablemente acabarían en el suelo. Giró una esquina, y encontró el lugar perfecto.
- ¡Derecha!
Casi se resbalan y cae al suelo, pero de alguna forma Ging se las apañó para empotrar el largo y debilucho cuerpo de Pariston contra la pared de un callejón en el que se resguardaron de la lluvia. Antes de que soltase algún sonido de dolor le cubrió la boca con una mano mirando atentamente por donde habían venido. El tipo pasó de largo, corriendo y tambaleándose, por lo que finalmente estaban a salvo. O eso creía.
Freecss suspiró, intentando retomar el aliento mientras se alejaba del Niñato Rata que parecía hacer lo mismo.
- Por fin... Ah... Pensé que no lo conseguiríamos. -Murmuró, pasándose una mano por el pelo chorreando de agua. -¿Estás bien, Paris? No te ha hecho daño, ¿verdad?
El rubio levantó la mirada con un destello de ilusión, casi como el que vio el día que le conoció. Esa expresión le hacía sentir incomodo de alguna forma, pero era mejor que cuando sonreía por quedar bien... Eso suponía. Aún intentaba recuperar el aliento, agarrándose de las rodillas pero respondió en seguida.
- Um... Estoy bien. -Sonrió, dejando ver esos dientones. Por algún motivo no le nació el llamarle Rata en ese momento.
- Bueno... Toma esto igualmente. -Empezó Ging, quitándose el pañuelo que siempre usaba en la cabeza, y escurriéndolo. -Creo que te he agarrado la muñeca muy fuerte...
- Ah... Gracias... -Ahora que lo mencionaba si que le dolía un poco. Apartándose las gotas de la cara, que no tenía muy claro si eran lágrimas o lluvia, agarró el pañuelo y se lo enrolló en la muñeca con una sonrisita. -No es mi estilo, pero esta bien supongo. -Bromeó.
- ¿Estás bien de verdad? Estas llorando y eso... Si te duele algo puedo ayudarte.
Pariston negó con fuerza, haciendo que su pelo mojado dejase caer gotas por todas partes.
- Te lo agradezco, pero de verdad no me duele nada. -Asintió. En el fondo sentía que Ging estaba siendo un poco demasiado amable, pero tampoco se quejó. -Creo que iré a casa de mi madre...
- También deberías llamar a la policía. -Hizo una mueca el moreno. -Quiero decir es tu padre, sí, pero ha intentado matarte. Quien sabe si no lo conseguirá la próxima vez. Tienes que pensar en eso, porque...
- Ging. -Le interrumpió el rubio con una sonrisa. -Tienes razón. Llamaré a la policía.
- Ah... Pues eso... -Asintió Freecss pasándose una mano por la nuca, sintiéndose incómodo de repente por algún motivo. Puede que el Niñato Rata... No, Paris se llamaba, ¿verdad? Puede que Paris no fuese tan repelente y estúpido después de todo. Debería disculparse... -Oye Paris... Me alegro de que no estés muerto.
Bueno, eso era lo más parecido a una disculpa que iba a salir de su boca. El rostro del niño se puso algo rojo, mientras volvía a mirarlo con ilusión. Probablemente porque era la segunda vez que decía su nombre y no "Rata". Era un avance.
- Gracias... Por todo, Ging. Y lo siento por tu mochila...
- Uh... No hay problema. Probablemente siga allí. Podemos comprobarlo el lunes. O al menos cuando deje de llover, y tú padre no este merodeando la ciudad. -A Pariston se le escapó una risita, y ahora fueron las mejillas de Ging que se encendieron, por vergüenza probablemente. O eso supuso. -Bueno, vamos. Te acompañaré a la casa de tu madre.
- Vale.
La excusa de que un asesino pedófilo les estaba siguiendo pareció servirle a la madre de Ging para excusar el venir sin mochila. Su hermana Mito le estuvo preguntando todo el Fin de Semana sobre los detalles de su huida con el "Niño Rata" al cual ahora exigía llamarlo por su nombre. La señora Abe Freecss simplemente se alegró de que Ging dejase de lado sus diferencias con ese niño. Al principio no se creyó su historia del todo, pero decidió dejarlo pasar.
Sin embargo... El horror les llegó a ella y a sus dos hijos cuando en las noticias locales anunciaron un asesinato de una mujer rubia de apellido Hill. Pero no decían nada de Pariston. Ni tan siquiera lo mencionaban. Ging le pidió a su madre que lo dejase salir a buscarlo, pero la mujer se negó rotundamente. "Si no dicen nada, es porque está bien" intentó excusarse.
El lunes en el Instituto, no había ni rastro del rubio en ninguna clase. Entre sus compañeros se rumoreaba que lo habían raptado o algo parecido. Pero ese mismo miércoles volvió Pariston. A pesar de que todos le preguntaban, el chico respondía con cosas simples o ni siquiera los miraba a la cara. Claro, hasta que llegó Ging.
- ¡Paris! ¡Oye! -El resto de niños se sorprendieron por el hecho de que usase su nombre, y no un mote estúpido. -¿Qué miráis petardos? ¡Despejando! Oye Paris, ¿Estás bien?
Cuando los demás al final los dejaron solos, el rubio por fin le respondió.
- No tienes que fingir que te caigo bien porque mi madre se haya muerto. -Soltó, metiendo los libros en su taquilla.
- No finjo. Quiero decir, me caes mal, claro. Pero en verdad somos amigos, ¿no? -Pariston levantó una ceja y le miró directamente. -Eres repelente y tonto. Además eres demasiado alto, ugh. Pero aún así después del viernes somos colegas, ¿no crees?
El rubio se sonrojó un poco, y luego se volvió de nuevo hacia la taquilla.
- Supongo... -Murmuró. -Mi padre se fue a la cárcel el domingo. Y ahora vivo con mi tío Netero.
- ¿El Director? Eso mola, así puedes aprobar fácilmente.
- Yo ya apruebo fácilmente.
- Ah cierto, eres una Rata de Biblioteca. -Le picó, le alivió ver una pequeña sonrisa formarse en sus labios. -¿Sabes? Realmente estaba preocupado... -Murmuró Ging mirando de reojo al rubio, apoyado en la taquilla de al lado. -Me alegra que estés bien.
- ...Gracias.
Y así, empezó la complicada amienemistad entre Ging Freecss y Pariston Hill.
