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Este es el relato de una amenazante pesadilla en el fragmento de inmortalidad perfecta en la vida de los Cullen. En especial, para Bella y Edward.

Reneesme, sufre. Alguien ha logrado burlar la barrera perfecta de su madre y apagar la vigilancia constante de su padre. Sin sus dones, frente algo

enteramente desconocido, ¿qué pueden hacer Bella y Edward Cullen para proteger su fragmento de perfecta inmortalidad?. Una vez más sus destinos

se ponen a prueba, su fortaleza y confianza deben mantenerse firmes para salir victoriosos.

Esta historia camina de la mano de "Blanco (en) silencio" descrito desde el punto de vista de Bella Cullen.

"Silencio (en) Blanco" su complemento, tal como Bella y Edward, describe bajo las palabras de Edward lo que sucedió a partir de que su pequeña

hija sufre terror invadida por algo o alguien en sus sueños. Su mayor fortaleza es también su mayor debilidad, pero ¿qué más es esta pequeña inmortal

en relidad para esta familia?...

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S i l e n c i o (en) b l a n c o

Por CrisSP

UNO.- Pesadilla en blanco

P.O.V. Edward Cullen

-"Lo peor es que no nos dice nada cuando despierta"- entonó dolorosamente Bella a mi lado. Una lágrima resbaló por el rostro de Nessie en su cama.

–"Edward..."– soltó su madre aterrada, buscando mis ojos.

Intente -más por viejo hábito- mantener la calma ante mi esposa. Sólo por un breve instante sentí la tensión en mis hombros, y mis cejas unos milímetros más juntas de lo habitual. Todo, era consecuencia de las pesadillas. Pesadillas, que nuestra pequeña hija sufría ya por tres noches. Que la hacían llorar y despertar con terror en sus ojos, que provocaban que Bella y yo viviéramos el sufrimiento de Reneesme.

La pesadilla era de un blanco silencioso, porque cuando ella ponía su manita en nuestros rostros sólo veíamos un campo de nieve; también era la de un silencio blanco al que yo mismo me enfrentaba, ya que no era capaz de escuchar los pensamientos de mi pequeña. Hacía mucho tiempo que no me sentía así de impotente.

Tuve la necesidad de acercar a Bella a mi cuerpo, deslizando mi brazo sobre su cintura. Su presencia a mi lado, me daría la fortaleza para que mi voz no sonara tan distorsionada.

El silencio en aquel cuarto, -que antes era tan cálido con la vocecita de esa pequeña rondando constante en mi cabeza- me parecía un infierno.

Creía, antes de encontrar a Bella, que sería una bendición no escuchar aquel bullicio constante e inevitable. Imposibilitado a enmudecerlo, aprendí a sobrellevarlo diariamente. Jamás fue más sencillo al siguiente día. Si, más monótono y comatoso.

Cuántas veces no desee -en vano- ser capaz de darle su privacidad a esas seis voces con las que compartía esta vida. Ahora que por fin obtenía silencio, me sentía alterado y disgustado al no poder hacer nada por estas dos presencias que conformaban mi existencia. Impotente.

Intenté acomodar de nuevo el discurso que creí sería el más indicado, aunque una parte de mí ardiera en rabia interna por no poder ofrecer más para calmar a mí esposa.

-"Debemos confiar Bella," - la apreté más. Estaba seguro que era lo que Carlisle diría. –"En estos años," -pretendí explicar mi razonamiento. Ganar algo de seguridad, persuadirme. – "yo he podido entrar a la mente de todos, claro, menos la tuya"- Algo de humor. Un poco para ver su sonrisa. – "pero mi padre no podía entrar en la mía. Debemos confiar en Renesmee, mi amor"- murmuré esperando que mi discurso fuera suficiente.

Vi a mi hija y apreté ligeramente los ojos. Aquella lagrima, aquel dolor que exhalaba su rostro, era más intenso que el que tuve que soportar al aspirar por tanto tiempo la embriagante fragancia de Bella.

Sentir magma impregnarse en mi garganta estando a su lado. Sólo podía compararlo, con el dolor al mantenerme alejado de mi único amor. Impotente, indeciso.

Escuche su pregunta. Solidificaba poco a poco la confianza que deseaba inducirme.

–"¿Crees que sería bueno si Carlisle la examina?".

Bella parecía un poco más tranquila. Tarde un segundo más del que usualmente me tomaba para responderle, pretendiendo descifrar su rostro. Desde su transformación, sus rasgos y transparencia humana se habían desvanecido, pero aún me sentía lo suficientemente capaz de entenderlos.

–"¿te ha explicado si es posible que Nessie pueda llegar a enfermarse?- Ésta me estremeció. Fuerte, sé fuerte. Ya había discutido con Carlisle la posibilidad, mas hasta ese momento, nuestra pequeña había sido muy sana. Recordar que no era enteramente inmortal y que había una posibilidad de que enfermara era insoportable. Acaricie con mis dedos su costado donde descansaba mi mano.

De nuevo infundiéndome fortaleza.

Débil.

Mi otra mano la movía hasta alcanzar la suya y atraparla en la mía.

–"Lo mejor será comentar a Carlisle en cuanto regrese de caza. Por los conocimientos que poseemos de las historias de Nahuel, él nunca ha enfermado. Pediré a Alice y Jasper que vayan a buscarle si Carlisle no logra hacer nada, pero preferiría tratarlo con… sigilo"- sabía que sonaba egoísta, pero no deseaba preocupar a mi familia. Si se enteraban de nuestra pesadilla y el pánico se recorría, seguramente Reneesme pasaría aún más tensión al tener a todos alrededor de ella alertados. –"Primero le comentaremos a Carlisle, después pediré a Alice que vaya o yo le traeré si es necesario."- Haría todo lo que estuviera a mi alcance para proteger a estos seres que lo eran todo para mí. –"Te prometo mi amor, que todo estará bien" –susurré, acercando mi cabeza a su cabello para embriagarme con su fragancia -"Saldremos de ésta juntos"- insistí.

-"Siempre ha sido así, preguntemos a Carlisle entonces"- accedió, apartándose sólo para acomodar uno de los bucles de Nessie.

Su mano aferrándose a la mía, interrumpió mi adoración por ambas. Me sumergí en un extraño y al mismo tiempo conocido dolor. Si tan solo fuera capaz de leer los pensamientos de mi pequeña como lo hice desde que estaba creciendo en el vientre de su madre, si tan solo no fracasara justo cuando más me necesitaba Bella... Pero entonces sus palabras detuvieron de golpe el proceso de mis pensamientos.

–"Edward"- pronunció con una entonación de absoluta confianza abriendo su mente a la mía, como lo hizo esa primera noche en la que extinguió su barrera para permitirme escucharla. –"¿Y si es culpa mía?"-. Ella también se preocupaba demasiado. Pero, ¿cómo podía siquiera pensar que era su culpa? "-A lo mejor Reneesme está siendo invadida por algún problema genético mío, o por algo relacionado con el bloqueo que hacía que no pudieras leerme la mente desde que era humana, ya sabes, el 'escudo', aunque, bueno... Nessie ha demostrado tener un don opuesto a lo mío... ¡no sé qué pensar!"-.

Le di media vuelta, al tiempo que yo lo hacía para situarnos uno frente al otro. La miré a esos ojos ya dorados que tanto amaba y con seguridad expuse también lo que estaba en mi mente.

–"Bella, esto no es tu culpa,"- Nada podía serlo. Mi voz sonó seria, más de lo que me habría gustado, pero no podía evitarlo. Sus pensamientos me herían y molestaban, –"es gracias a ti que nuestra pequeña este viva, ¿lo recuerdas? Cómo yo..."- sentí que mi expresión se movía por un breve instante para pincelar repulsión de mí mismo, -"¿cómo yo pensé en un principio?" -murmuré con la voz quebrada, grave, nauseabunda. –"Nunca pero nunca pienses de esa forma. Yo,...yo soy quien está fallándonos por no ser capaz de escuchar a nuestra pequeña, amor. Si esto es una evolución de su poder, tal vez,...tal vez,..."- me perdí en mis pensamientos por unos momentos. Regresé a la profundidad de sus ojos y le sonreí. Confianza. Recuerda, fortaleza. –"Lo descifraremos de alguna forma".

Lleve mi mano libre hasta su mejilla acariciándola. Recorrí su mentón y en una línea subí hasta sus ojos y sus cejas que estaban torcidas en temor. Las acaricié de nuevo e incliné mi cabeza para depositarle un beso en el centro de su frente. En ese momento era lo único que podía hacer. Como disculpa, y como único y mínimo intento de tranquilizarla, de protegerla.

Concéntrate. Tal vez no estaba haciéndolo lo suficientemente bien, tal vez podría escucharla de nuevo. Nada, absolutamente nada. El pánico entro en mi, cuando la pequeña replica de mi amada Bella despertó con la carita trastornada.

–"Oh, Nessie, todo está bien, ¡tranquila! "-La intentó tranquilizar Bella con un abrazo.

Fortaleza. Recurrí a abrazar a las dos, las rodeé para al menos hacerme creer que de esa manera las protegía. Ya no podía esconder el dolor lo sentía agrietándose cada vez más, a cada sollozo de mi pequeña y cada gemido sordo de mi esposa debajo de mi protección.

–"Nessie estamos aquí. Siempre estamos aquí contigo mi pequeña, tranquila"- me uní a Bella. Sabía que en ese momento era lo único que podía hacer. Las apreté hacia mí y comencé a acariciarles delicadamente. La canción de cuna de Bella cruzó mi mente y recurrí a este último recurso para tranquilizar el pánico en los tres corazones: el impetuoso de mi hija, y los congelados nuestros, que se burlaban del tiempo.

Logramos que nuestra pequeña volviera a dormir al cabo de algunos minutos. La melodía la había tranquilizado y los brazos de su madre le sostuvieron protectoramente, como los míos lo hicieron por el resto de la oscuridad.

Finalmente el sol brindó sus primeros rayos y al instante inicié el plan que había acomodado durante ese interminable instante en el que entonaba la melodía. Primero: iría con mi padre. Él estaba siempre ahí, dispuesto a darlo todo por nosotros. Él siempre sabía qué hacer. Puedes confiar en Carlisle.

Me separé muy a mi pesar de Bella y Nessie.

–"Iré en este instante con Carlisle." -Murmuré al oído de la primera lo más tranquilizador que fui capaz de modular. –"Avisaré a Alice que no debe saberse nada aunque supongo que ya lo dedujo por nuestra decisión"- me dolía separarme, dejarlas solas, pero debía hacerlo. –"Te juro que no tardaré."-

Era más una promesa para tranquilizar mi propia inseguridad. No pude evitar mi último movimiento. Tome el mentón de Bella y acaricié sus labios con los míos. Los necesitaba para completar mi plan y tener su recuerdo por unos instantes en los que me separaba de ellas. Su piel cálida, su fragancia perfecta, robaron de mí una sonrisa. Sí, lo son todo. Me recordaron que era el ser más afortunado y ahora era momento de proteger esa perfecta suerte que me sonreía sin titubear.

-"Te amo"- le murmuré –"son mi vida"-, acaricie con cuidado a mi pequeña para no despertarla y me alejé con cautela hasta separarme lo suficiente como para no alzar siquiera una corriente que alterara el sueño de Nessie, salí a toda prisa.

La voz de Bella pidiendo mi regreso a mis espaldas resonó transformándose en una especie de combustible que hacía mis piernas avanzar con una velocidad que habría jurado era una nueva marca personal.

En los pocos instantes que me tomó llegar a la puerta trasera de la casa, acomodé las palabras que dirigiría a mi padre.

Para mi suerte, nadie interrumpió mi llegada. Una parte de mi atención se dirigió a la tarea de vigilar sospechas en esas voces tan familiares. Ninguno pareció sorprendido por mi visita y continuaban con sus "actividades".

Tan solo Carlisle me esperaba al juzgar por el recibimiento. No se encontraba observando el libro en su escritorio, si no observaba la puerta. Recordé que eso ya había sucedido con anterioridad. Al cerrar la puerta tras de mí, él mencionó:

-"Alice pasó a decirme que deseabas hablar conmigo, antes de que convenciera a Emmet, Rosalie y Jasper y Esme de salir, agregando que deseaba pasar tiempo con ellos".

Ese pequeño Monstruito no dejaba de sorprenderme con su peculiar forma de ser, le agradecería de nuevo con algún regalo cuando todo se tranquilizara.

"¿Qué sucede Edward?"

Los pensamientos de mi padre tenían una entonación preocupada cuando veían mi rostro, que no ocultaba en mis facciones el temor por lo que ocurría.

Repentinamente la memoria de mi padre recordó las ocasiones en que había visto en mí aquel semblante quebradizo, por lo que los recuerdos galopados de los Vulturi se mostraron para ambos.

Carlisle prosiguió con su evaluación y su mente se detuvo en la respuesta correcta: aquel dolor, solo lo había observado en mí cuando Bella o Renesmee estaban en peligro.

Aquel hombre tal vez no podía leer los pensamientos como yo lo hacía, pero me conocía tan profundamente que me asombraba.

Asentí apagado.

-"Es Renseesme..."-murmuré con la voz rasposa. –"No estamos en peligro de nuevo, padre. No están implicados los Vulturi en esta ocasión. Pero, mi hija..."- me dolía recordar el blanco en sus pensamientos y el silencio de su alegre mentecita. Carlisle se acercó a mí me tomó por los hombros y me miró fijamente.

"Hijo, qué ocurre, por favor sabes que haré lo que esté a mi alcance pero no puedo leer tu mente."

-"No sabemos por qué, no sabemos nada, no puedo escucharla, no puede transmitirnos sus pensamientos y no desea hablarnos al respecto. Ha tenido pesadillas en sus sueños por el último par de días, despierta llorando, aterrada; la pequeña despierta aterrada y ni Bella ni yo podemos comunicarnos, cuando nos toca con su mano, solo observamos un blanco y su mente está en silencio, aún para mí. No...No sé qué ocurre."- Mis palabras eran desordenadas para mi gusto. Control Edward, control. Quería mostrarme más tranquilo frente a él, pero no pude hacerlo.

Carlisle no daba crédito a lo que escuchaba. Él también comenzó a preocuparse al pensar que Nessie estuviera llorando o aterrada, que sus ojos chocolate mostraran temor, jamás lo habían hecho.

-"¿Podrías venir a revisarla? Bella se pregunta si ha enfermado".

Carlisle tomó de su habitación su maleta negra con los utensilios que se le ocurrían útiles. En su mente repasaba las posibilidades, las hipótesis, e intentaba encontrar una razón tan sólo con mi historia, pero sabía que necesitaría más. Tomó un cuadernillo donde había anotado los datos de Nessie desde su nacimiento y agregó datos que le habían parecido relevantes de la historia del otro semiinmortal que habíamos conocido. Sabía que los conocimientos se encontraban aún frescos en su cabeza, pero aún así llevó el documento para rectificar sus propios conocimientos. Su seriedad, su compromiso, me permitía calmarme hasta donde podía lograr la incertidumbre y mi impotencia.

En el camino continuó analizando y dedujo de nuevo acertadamente. Si Alice había alejado a los otros y yo había acudido a él discretamente, significaba que deseaba mantener todo ello en secreto.

"Aceptaré su decisión", se dijo, pero pude percibir su preocupación escuchar como estipulaba la opción de involucrar a la familia.

"Rosalie, Emmet, Esme y Jasper querrán ayudar, les preocupa Nessie tanto como a nosotros."

-"Lo siento, no deseo alertarlos hasta no tener más remedio que hacerlo." - Carlisle suspiró.

"Somos una familia y nos apoyamos en todo, hijo".

-"Lo sé, lo sé, es solo que" - observe mis ojos dolidos en la mente de Carlisle. Casi al instante intenté aferrarme a la fortaleza que él inspiraba en mí en ese momento. No deseó aumentar mi pena y como siempre me comprendió silente.

-"Respetaré tu decisión." -Reafirmó sus pensamientos en palabras. –"Haré cuanto esté a mi alcance para ayudar a Nessie, pero probablemente lo mejor será pedir la ayuda de la familia, Edward".

Esta vez yo asentí.

-"Gracias".- agregue algo contrariado, algo vencido y algo agradecido. Algo distinto. Una mezcla de las tres.

Ya nos dirigíamos, al paso más veloz de Carlisle, rumbo a la cabaña de Bella y mía. Carlisle continuaba repasando conocimientos y posibilidades. Cuando por fin llegamos, abrí la puerta y me dirigí a la habitación de Nessie con mi padre detrás de mí.

Encontré a mi pequeña en el regazo de su madre llorando amargamente, lo que fragmentó mi corazón muerto al no escuchar más que sus sollozos. De nuevo me pregunté, si un corazón muerto podía romperse en pedazos. Me concentré en vano para intentar escucharla. Sólo estaban ahí los pensamientos de Carlisle. Logré mantener la expresión lo más tranquilizador que pude esculpir en mi rostro y sonreí a mi esposa.

-"Lamento haber tardado"- me acerque a su lado y acaricie su cabello y el de mi pequeña en sus brazos.

-"Lo importante es que ya están aquí"- me respondió ella con un tono seguro, en el fondo quebradizo. Observaba agradecida a mi padre que se había quedado en el marco de la puerta. Pude escuchar cómo Carlisle interceptaba cada ademán, cada dato relevante e irrelevante que pudiera descifrar este nuevo problema. Le dediqué una mirada a mi pequeña mientras asentía agarrando todo el valor que le permitía su corazoncito, al cual escuche acelerarse –"¿Verdad Nessie?"-insistió mi esposa.

Nessie había bajado su carita por unos momentos. Ganando fuerzas asintió y alzó su bracito para tocar con su manita perfecta mi cara. Me incliné para quedar a su altura. Nada. No podía ver nada. Habría jurado que en ese instante las fuerzas se me iban de no ser porque sabía era imposible y tuve que recurrir a todo mi autocontrol para no caerme en el suelo en ese mismo instante. Yo era el pilar ahora. Mi criaturita comenzó a llorar al sentir el silencio entre nosotros dos, su madre la abrazó y le infundió valor.

-"Todo está bien"- la escuche decir valerosamente, mientras por otro lado escuchaba a Carlisle aumentar su preocupación. El hecho de que incluso yo estuviera sordo a su don, lo sorprendía. Por supuesto él continuó con su aura compasiva y pasiente mientras daba unos pasos dentro de la habitación.

Acaricie a mi pequeña en los brazos de su madre e intenté con cuidado abrazarla para facilitarle la revisión a mi padre.

-"Nessie, Carlisle ha venido a ayudarnos, ha notado lo que nos ocurre"-, le alce la carita con cuidado, limpie sus lagrimas y le bese la frente. –"Todo estará bien, mi pequeña. Ahora, trabajemos todos juntos para ayudarte; nos tienes a todos, mi amor, y no permitiremos que derrames una lagrimita más" .

-"Nessie, pequeña, ¿qué tienes?"- le preguntó mi padre con una voz cálida, mientras le sonreía cariñoso y ligeramente preocupado.

-"¿Te sientes mal? ¿Te duele algo?"-prosiguió Carlisle, hablaba con calma y pronunciaba lentamente las tres preguntas para no confundir a la niña, sin embargo, al mismo tiempo le daba ánimos para que respondiera al menos una.

Sentí en mis brazos como Nessie, intentaba ayudarnos. Escuché el viento vacilante entre sus labios, mientras intentaba romper el silencio. Se esforzaba, en su carita se leía que le costaba pronunciar cada palabra. Odie el silencio. Odié ese abismo entre nosotros sin lograr evitar que una parte de mí siguiera culpándose. Pero su dulce voz, su dulce esfuerzo me mantuvo atado a no darme por vencido.

-"Nggh..."-, toda mi atención se centró en ella mirándola de forma tranquilizadora para infringirle ánimos. –"No..."- su carita se tiño de rojo tal como antes le sucedía a su madre. –"...qui-quiero perderlos"- pronunció insegura y lo repitió más segura con claridad.

Sus pequeños ojos idénticos a los de Bella cuando era frágil, se cerraron para mi suerte, pues mis cejas se retorcieron dolorosamente, por unos instantes yo también cerraba los párpados: perdido -por una fracción de segundos-. Lo único que hice fue abrazarla, protegerla, tratar de mimarla. Escuche su respiración aumentar, la sentí escondiendo su carita en mi cuerpo, por lo que la apreté más contra mí.

Si tan solo si el silencio cediera.

Si pudiera sentir su dolor.

Si lograra tranquilizarla y no solo abrazarla.

–"Nessie, nunca nos separaremos de tí ¡jamás permitiré que eso suceda!"- susurre casi sin aliento.

La idea simplemente surgió. Mi mirada debió perderse por algunos instantes, contemplando la posibilidad. Carlisle que me observó detenidamente. Pareció leer algo que creía imposible en ese momento. Algún atisbo de esperanza. Al instante escuche preguntarme silente.

"Qué sucede hijo". Respondí con un movimiento minúsculo, dando a entender que sabría cuando estuviéramos solos.

Estuve ensimismado unos segundos, pero luego hice conciencia de todo lo que ocurría a mi alrededor: Bella tenía las manos a nivel de su rostro, después apretó la cabecita de Reneesme más a mi cuerpo, acariciando su cabello, recargándose en mí. Mi fortaleza. Liberé una mano instintivamente, y con algo más -aunque solo era una pizca- de ánimo, la abracé con fuerza, sujetándola contra mí. Intenté unir esos dos fragmentos a mí.

Ellas eran mi complemento, lo que me hacía uno.

-"Carlisle....por favor, ayúdanos"- pronunció dolorosamente mi esposa. Deslicé mi brazo hasta su cabeza. La guié para que se recostara en mi pecho e incliné ligeramente mi rostro para besarle el cabello, para afianzar la pequeña esperanza con su aroma.

Pude escuchar a Carlisle sumergirse en su búsqueda.

-"Bella, haré todo lo que esté a mi alcance, tranquila." - Respondió mirándola con cariño. Acarició también el cabello de Reneesme.

-"Saldremos de ésta juntos." - Añadió dirigiéndose a los tres, que ahora conformábamos uno.

-"Reneesme..."-comenzó Carlisle, ocultando su tristeza. ¿Cómo lo hacía? Ése era el pilar que deseaba conformar, ése que puede dar seguridad y confianza sin titubear ni un instante. -"Pequeña, estamos aquí contigo, escucharemos pacientes cada una de tus palabras y tus temores, escucharemos cada letra hasta borrar ese miedo en tus ojos, nunca nos perderás, lo prometo. Estamos aquí, puedes escucharnos, puedes sentirnos ¿no es así?" - Entonces le sonrió, cerrando con ello el pacto que había establecido con la niña. –"¿Puedes decirme un poco más? ¿Crees que puedes contarme que es lo que sucede?".

Casi arroje mi escudo cuando escuche Nessie responder. Me encontré con los ojos de mi padre. Ambos pares -pues vi mi rostro en sus pensamientos- abiertos, perplejos. Apreté instintivamente a la pequeña protectoramente.

–"...N-no puedo porque él lo sabrá... pe-perdón."-

Había alguien implicado, pude leer casi mis propios pensamientos en los de Carlisle, casi idénticos a los míos.

¿Los Vulturi? ¿Habrían regresado? ¿Harían encontrado a alguien más? O era alguien más quien amenazaba en esta ocasión. Necesitaba hablar con "ella". Esperaba que estuviera sondeándome en este momento. Apagué un gruñido en mi garganta. ¿Era mi pequeña quien intentaba soportar toda la carga para protegernos?, ¿acaso no podía hacer nada de nuevo? No, esta vez haría hasta lo imposible. Más que lo imposible.

Un par de voces en mi mente me interrumpieron avivando un nuevo plan.

-"Mami,"- le pregunto la pequeña –"¿Puedo dormir?"-

Aspiré rasposamente una vez y solté el aire calmando del zumbido que creía escuchar.

-"Mi pequeño gran corazón,..."- susurré a Renesmee condescendiente y con ternura. –"...duerme un poco. Pero, quisiera que alguien te cuide mientras descansas."-

En ese momento escuche los pasos de ambos en la entrada.

-"Carlisle," -le anuncié, -"será mejor que regreses a casa, Esme, Rosalie y Emmet están de vuelta y me parece que desean hablar contigo. Te seguiré en un par de minutos."

Mi padre no titubeó. Se arrimó hasta donde estaba Renesmee acarició su mejilla y le deposito un beso en la frente.

–"Espero esto pueda proteger tus sueños, pequeña valiente. Te prometo que estaremos aquí."- Dio media vuelta y se alejó. Por el umbral traspasaban dos siluetas que esperaba ya apremiante.

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Éste es mi primer Fic. Espero sea de su agrado. Así mismo espero haber sido capaz de meterme en la cabeza de un Edward cazado y maduro con todo qué perder y aún más por proteger. Aceptaré con mucho gusto cualquier crítica para mejorar con el tiempo.

CrisSP lo conformamos un par de escritoras aficionadas que decidimos conjuntamente realizar un fic de nuestro reciente hallazgo y vicio la serie de Twilight. Decidimos en una de nuestras pláticas, realizar un Fic donde abordáramos el punto de vista de ambos. Así una escribe bajo los ojos de Bella y otra bajo los de Edward. Dado que un ser –aún inmortal (si...aún Edward xD)- no puede encontrarse en varios lugares al mismo tiempo, hay ocasiones en que esta historia necesita del complemento de la otra si desea uno enterarse de detalles y hechos que la primera persona no puede contemplar.

Así pues son un complemento y versiones distintas, a pesar de la unión entre ambas por sus personajes principales. Esperamos sea de su agrado y les agradecemos todo su tiempo y palabras! Sin más que decir, …

que tengan dulces sueños y otros más por hacer realidad con el poder de la escritura!

CrisSP