Hola, eh aqui una nueva historia de nuestra pareja favorita: Haruka y Michiru, espero que les guste y me den su opinion, este fic esta inspirado en los acontesimientos de la segunda guerra mundial, los personajes no me pertenecen (mas que obvio) pero igual los tomo PRESTADOS para crear este fic. Bueno, los dejo con la lectura.
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Capitulo 1: Temores.
Ciudad libre de Dánzig, Polonia, 31 de Diciembre de 1938.
Todo permanecía en calma dentro del hogar de unas de las mejores familias, lo único que rompía el silencio era el sonido de una hermosa melodía. Michiru Kowalsky, una joven de dieciocho años se encargaba de dar la despedida al año junto a su familia interpretando una de sus composiciones, a pesar de su joven edad la chica había demostrado ser todo un prodigio tanto en la música interpretando fantásticas melodías con su preciado violín como en la pintura realizando grandes obras, todas dignas de admiración.
Permanecía de pie a mitad de la sala mientras su familia se embelesaba con su interpretación, nadie sabia como describir aquel sentimiento, la melodía era tranquila y fuerte a la vez, sin duda alguna un manjar para los oídos, tanto que una vez que finalizo la pieza los presentes aun seguían ensimismados.
"Magnifico" pronuncio el hombre mas grande de la familia sacando a todos de sus cavilaciones.
"Gracias abuelo" dijo la chica mostrando una leve sonrisa.
"Mi hija… sin duda alguna será la mejor violinista de todo el mundo" dijo el señor Kowalsky con orgullo.
"¿y yo que seré papa?" pregunto un pequeño de no mas de 6 años.
"Bueno… eso ya lo veremos, en cuanto sepamos cuales son tus habilidades… pero lo mas seguro es que te encargaras de los negocios familiares" dijo el señor tratando se subir el animo del pequeño el cual en cambio termino haciendo un gran puchero.
"¡No quiero, no me gustan!" se quejo el pequeño.
"Tu serás lo que quieras ser hermanito, no importa lo que sea, solo no dejes de creer y querer" dijo Michiru abrazando a su pequeño hermano para que no llorase.
"Si, gracias hermana" sonrió el pequeño abrazándose a ella.
El sonido del enorme reloj anunciando las doce de la noche llamo la atención de todos logrando sobresaltarlos, tomando una copa cada quien festejaron la llegada de un nuevo año.
"Espero..." comenzó a decir el padre de Michiru captando la atención de todos "y deseo que este año que llega este lleno de bendiciones y alegrías para cada uno de nosotros, salud" dijo levantando su copa siendo seguido por el resto.
Alemania, 15 de Agosto de 1939.
Un joven rubio de escasamente veintiún años caminaba por un obscuro pasillo de una base militar, llego hasta una de las puertas la cual se encontraba al final del pasillo, suspiro con pesar y toco a la puerta dos veces esperando a que la persona que se encontraba al otro lado le diera la indicación de pasar.
"Adelante" escucho decir.
"¿Me buscaba señor?" pregunto el joven manteniendo su postura firme mientras aquel hombre revisaba unos papeles sentado tras su escritorio.
"Asi es Theiss, supongo que debes saber para que te llamaba" dijo el hombre sin levantar la vista de sus papeles.
"¿Es un hecho?" pregunto el chico sin mas.
"Asi es, el primero de Septiembre se llevara a cabo lo planeado, tu y tu tropa se concentraran en Dánzig".
"Ciudad libre de Dánzig" corrigió el chico.
"Jajajaja da lo mismo muchacho, dentro de poco no será nada así que el nombre es lo de menos" se burlo el hombre lo que causo el enojo del joven lo cual fue notorio para hombre "mira muchacho… ¿sabes por que estas aquí? ¿Crees que estarías aquí sino fuera por tu padre? Claro que no, sino fuera por el…"
"Coronel, lo buscan señor" interrumpió otro hombre ingresando al lugar.
"En seguida voy, te quiero a ti y a tus tropas listas para ese día, ¿te queda claro?" pregunto el hombre con enojo.
"Claro" dijo el chico saliendo de la pequeña oficina.
"Hey… Hey… Theiss… Theeeiss… ¡¿Haruka Theiss que demonios no estoy hablando?" grito un chico llegando hasta donde se encontraba el rubio.
"¿Qué quieres Darien? No molestes" se quejo el chico evitando a su amigo.
"¿Cómo que que quiero? ¿Para que te quería el Coronel?... no me digas que…" dijo el moreno cambiando sus facciones a una de completa seriedad.
"Si... el primero de septiembre" respondió Haruka sin detener su paso.
"Malditos bastardos, tenia la esperanza de que…"
"Vamos Darien, hay que ser honestos, el ataque ya era todo un hecho desde que se nos fue informado" dijo con enojo.
"Si pero… bueno, ni hablar, es una lastima" dijo cabizbajo.
"Hay que alistar todo para el día, encárgate de la tropa… nuestro objetivo es… Ciudad libre de Dánzig".
"Como ordene mi Teniente" respondió el chico dirigiéndose en sentido contrario al de su rubio amigo.
"Señor" llamo el chofer al rubio abriendo la puerta del auto para que ingresase.
"Gracias Arnold pero iré caminando"
"¿Esta seguro?" pregunto el chofer.
"Claro, nos vemos" se despidió comenzando a caminar.
Mientras caminaba recordaba con enojo las palabras que le había dicho el Coronel, no seria nada de no haber sido por su padre ¿era eso cierto? Llevo una mano a su pecho, justo a la altura de su corazón.
"No, claro que no, mi padre no ha sido mas que una maldición para mi" se decía a si mismo mientras detenía su paso. El choque de un balón en sus piernas le saco de sus pensamientos, se agacho y lo tomo en sus manos viendo como unos pequeños se acercaban a él.
"¿Es su balón?" pregunto a los pequeños.
"Si señor, es nuestro" dijo temeroso el mas chico mientras se ocultaba tras uno de sus amigos.
"Bien, toma" dijo extendiendo el balón hasta el pequeño quien salió de su escondite para tomar su pelota "Anden, diviértanse" dijo sonriéndoles.
"Gra... gracias" dijeron alejándose.
"No recuerdo que mi infancia haya sido así" susurro mientras veía a los pequeños jugar alegremente con su balón.
…. Flashback….
"¡Haruka... Haruka!" llamaba el señor Theiss al pequeño.
"Dígame señor" dijo el pequeño llegando junto a su padre.
"Prepárate, me acompañaras hoy a la base" le ordeno su padre.
"Pero…"
"¿Pero que?" pregunto el hombre con enojo.
"Nada, en un momento regreso" dijo el pequeño retirándose.
"Amor, no deberías llevar a Haruka a ese lugar, no creo que con su inocencia sea debido además creo que bastante es que ocultes ante la sociedad que…"
"¿Me estas diciendo que debo hacer con mi hijo?" pregunto el señor viendo a su esposa.
"No, claro que no, solo digo que…" comenzó a decir con temor
"Mejor cállate y no digas nada, yo hago y dejo de hacer con mi hijo lo que se me de la gana" dijo el hombre interrumpiendo lo que su esposa decía
"Ya estoy listo" dijo el pequeño bajando por las escaleras.
"Bien, vámonos" dijo saliendo de la casa.
"Si… adiós mamá" se despidió de su madre depositando un beso en su mejilla.
"Cuídate… mi Haruka" dijo una vez que la pequeña criatura desaparecía tras la puerta.
… fin del flashback…
"Gracias a él nunca tuve infancia… por él no se lo que en verdad soy… gracias a él soy un ser con las manos manchadas de sangre y lo odio por eso"
"¿Qué de no haber sido por mi padre no seria nada? No, mas bien, gracias a mi padre no soy nada… pero yo me encargare de ser algo, por mi" dijo con firmeza siguiendo con su camino.
Llego a su casa, donde fue recibido por una señora de aproximadamente cincuenta años quien corrió hacia la puerta en cuanto lo escucho llegar.
"Haruka, mi vida ¿Qué paso?" pregunto la mujer.
"Hola madre, pues… lo que temíamos, eso paso" dijo el rubio caminando hacia la sala seguido de su madre.
"Entonces la guerra es un hecho" dijo la madre asustada.
"Si, así es" respondió el rubio quitándose el abrigo y la chaqueta de su uniforme militar.
"No…" dijo la mujer comenzando a derramar lagrimas "dime… dime que no iras, dime que no te harán ir a esa horrible guerra" suplico la mujer abrazándose a Haruka.
"Soy teniente madre… tengo que ir" respondió al tiempo que correspondía el abrazo.
"Pero… ¿Qué pasara si se enteran que tu…"
"No tienen por que enterarse… y si lo hacen, habré muerto para entonces" dijo separándose del abrazo.
"¡NO… no digas eso, tienes que regresar!, por mi, eres lo único que me queda… si algo llegara a pasarte yo… no se lo que haría" grito la mujer mientras tomaba una de las manos de Haruka "prométemelo… promete, que regresaras a casa".
"Prometo… que hare todo lo posible madre" dijo besando las manos de su progenitora.
"Haruka… mi Haruka" abrazo a su hijo y comenzó a llorar sobre su pecho a lo que Haruka no pudo mas que corresponder el abrazo mientras que en sus ojos se dejaban ver destellos de lagrimas sin embargo ninguna se aventuraba a abandonar su refugio.
Ciudad libre de Dánzig, 31 de Agosto de 1939.
La joven Michiru se encontraba dentro de su habitación sumida en sus pensamientos mientras interpretaba una triste melodía, tanta era su concentración que no había notado que alguien llevaba rato tocando a su puerta y no fue hasta que escucho la voz de su madre hablándole que despertó de sus cavilaciones.
"Michiru… vaya hija, no entiendo como es que te puedes alejar tanto del mundo real" dijo la mujer sentándose sobre el borde de la enorme cama de la chica.
"Lo siento madre" dijo la joven de forma mecánica lo cual preocupo a la señora.
"¿Sucede algo hija?" pregunto la mujer.
"No, es solo que… no se, tengo un mal presentimiento" dijo mientras llevaba su mano al pecho.
"¿Un mal presentimiento?"
"Si… pero… mmm no, olvídalo, son locuras mías… solo, no me gustan las guerras" dijo mientras veía directo hacia una de sus ventanas.
"¿Las guerras dices?... ah entiendo, lo dices por la guerra que existe entre Japón y China ¿no es así? Sumando el conflicto equivocado que parece hay entre nuestro país y Alemania, supongo debió afectarte esa cabecita, pero no te preocupes hija, veras que todo estará bien… lo prometo" dijo la mujer mientras besaba la frente de su hija para tranquilizarla.
"Si… supongo me asusta un poco todo eso, bueno madre, ya es tarde"
"Entiendo, te dejo descansar entonces, buenas noches hija"
"Buenas noches madre" dijo la chica mientras veía a su madre salir de su alcoba.
Dirigió por segunda vez su atención hacia su ventana, algo le preocupaba y no estaba segura de que era, en el fondo sentía una desesperación sabiendo que algo esta por suceder.
"¿Qué es? ¿Por qué siento esta frustración? Javeh por favor protégenos" pidió la chica colocando una de sus manos sobre el frio cristal.
…..
"Todo listo Teniente" dijo Darien llegando al lado de Haruka.
"Bien… " dijo dudando "… da la orden" cerro los ojos "y que Dios nos perdone".
….
1 de Septiembre de 1939.
Un pequeño niño dormía plácidamente en su cama sintió los rayos del sol dar directos en sus ojos acompañados de un fuerte estallido, con pesar el pequeño niño se incorporo en su cama mientras veía fijamente por su ventana, aquello que parecían ser los rayos del sol no eran otra cosa mas que fuertes llamaradas de las casas vecinas, se estaban incendiando, y aquel fuerte ruido que escucho pertenecían a las mismas explosiones que habían acabado con los hogares.
El niño se separo de su cama y camino en dirección hacia la venta para poder ver mejor lo que pasaba, tomo las cortinas pero antes de que pudiera apartarlas su madre llego apartándolo de la ventana
"¡Calev… rápido hijo ven!" lo jalo fuera de la habitación.
"Madre, ¿Qué sucede? ¿Qué son todas esas explosiones?" pregunto el pequeño completamente asustado sin obtener respuesta de la señora.
"¡Rápido debemos ocultarnos" grito con desesperación el señor Kowalsky.
"¿Papá que suce… ahhhh!" grito Michiru al escuchar una fuerte explosión.
"Maldición, llegaron mas rápido de lo que imagine" dijo el señor con desesperación al escuchar varios disparos en la calle "¡Vamos vamos, corran!" dijo tomando a su hijo en brazos mientras este lloraba victima del pánico y el desconcierto, corrió hacia la cocina acompañado de su esposa e hija quienes se encontraban en iguales condiciones que el pequeño, bajo al niño de sus brazos se acerco a una alfombra la cual se encargaba de ocultar una pequeña puerta en el piso, rápidamente se agacho y la abrió, permitiendo así que su familia descendiera, por ultimo bajo el señor cerrando la puerta y jalando un pequeño cordón el cual se encargo de colocar la alfombra nuevamente sobre la compuerta.
"Aquí estaremos bien" dijo el señor acercándose a su familia mientras era abrazado por los tres.
"¿Papá que sucede?" pregunto el pequeño completamente asustado.
"Nada… no te preocupes hermanito, todo estará bien" le conforto Michiru al ver que su padre no tenia palabras para responder a su pequeño hijo.
"Tengo miedo" dijo abrazándose de su hermana.
"Yo también, yo también" dijo correspondiendo al abrazo mientras veía a sus padres buscando un poco de aliento en ellos, sin embargo ambos se veían preocupados, temerosos, no menos que sus hijos.
Paso largo rato en que los disparos siguieron escuchándose, gritos de gente pidiendo ayuda, gente que no había tenido tiempo de huir o si quiera ocultarse. Y sin mas, silencio, ni un disparo mas, ni un grito mas, ya no se escuchaba el llanto desesperado de la gente.
"¿Crees… que se han ido ya?" pregunto la señora separándose del hombro de su marido.
"No lo se, pero esto no me gusta nada" dijo el señor pegándose a la pared junto con su esposa e hijos.
"Papá…" sollozo el pequeño al sentir el crujir de los maderos sobre sus cabezas.
"Shhh" pronuncio el señor cubriendo la boca del niño.
"Parece que no hay nadie" se escucho decir la voz de un hombre sobre ellos.
"No, no, espera Darien, se que hay alguien aquí, lo siento" dijo otro hombre recorriendo todo el lugar en busca de algo.
"Vamos Bingham no hay nadie mas aquí, vámonos ya, es una orden" pidió el moreno al otro sujeto el cual parecía no escucharle.
"¿Ahh no? ¿Quieres ver que si hay alguien aquí?" pregunto levantando su vista hacia el chico.
Sin esperar respuesta tomo su arma y comenzó a disparar hacia el piso causando el sobresalto en la familia, la cual solo atino a taparse los oídos mientras sentían como caían sobre ellos los pedazos de madera.
"Jajajaja ¡¿vez? Te lo dije, te lo dije" gritaba enloquecido bajo la mirada atónita de su compañero.
"¡Vamos ustedes! Salgan de una vez de ahí" ordeno el hombre apuntando a la familia con su arma.
El señor Kowalsky dudo un poco pero finalmente salió de su escondite seguido de su familia quienes sollozaban muertos de miedo mientras imaginaban lo peor.
"¿Ves Darien? A mi nadie se me escapa" dijo el hombre sonriente mientras veía la cara del chico "deberían darme tu puesto por esto" dijo mientras regresaba su atención a la familia, en especial hacia la mujer mas joven.
"Ahh pero mira que hermosura tenemos aquí" se acerco hacia la chica recorriéndola de arriba abajo con la mirada "Creo que… me divertiré contigo antes de matarte preciosa" dijo mientras colocaba una de sus manos sobre el pecho de la chica a lo cual el padre no pudo resistir y se lanzo contra el sujeto.
"¡Maldito te matare!" grito el padre soltando un golpe en contra del soldado alemán el cual pareció no hacer efecto dado que este tomo al señor del cuello y lo azoto fácilmente contra el piso asustando al resto de la familia.
"¿Qué vas a hacer que maldito?" se burlo el soldado.
"¡Deja a mi papa!" lloro el niño abrazándose de la pierna de su madre la cual se sentía impotente al no poder ayudar a su esposo.
"Ahh el niño llora por su papi mmm que lindo" dijo levantando la cabeza del señor para que pudiera ver a su hijo. "Que escena tan conmovedora ¿no crees?" dijo al oído del señor.
"Bingham… basta" ordeno Darien haciéndose notar, hasta ese momento había sido solo un espectador, pero odiaba la manera de comportarse de aquel sujeto.
"Ahh Darien, se me había olvidado que estabas aquí, por que no me haces un favor y te retiras, quiero divertirme un rato con esta… Hermosa familia" dijo el hombre enfatizando su burla al pronunciar la penúltima palabra.
"Olvídalo, yo me encargare, tu los encontraste ¿no? Déjame a mi hacer el resto" dijo el chico firmemente.
"Mmm no, yo los encontré y son míos" dijo Bingham poniéndose de pie para estar de frente a Darien.
"¿Qué sucede aquí?" se escucho la voz de alguien mas entrando al lugar.
"Teniente" dijeron los dos al unisonó haciendo el saludo correspondiente al superior.
"Pregunte que sucede" dijo mientras depositaba su mirada en la familia y sobre el señor que se encontraba tendido en el piso.
"Nada mi teniente, aquí mi amigo Darien y yo disputamos quien se encargara de aniquilar a esta familia… pero le digo, que yo los encontré, entonces yo debo hacerlo" explico Bingham como si se tratara de un niño pequeño disputando el derecho de posesión de un juguete.
"Ya veo…" dio unos cuantos pasos recorriendo el lugar mientras posaba su atención en su amigo, Darien guardo silencio y solo se dedico a asentir con la cabeza "retírese soldado" ordeno sin mas.
"¡¿Qué? Pero… pero" se quejo Bingham.
"¿Pero? ¿A caso va a contradecir mis ordenes soldado?" pregunto Haruka.
"Mmm no señor, con su permiso" dijo saliendo del lugar hecho una furia.
"Síguelo" le ordeno a Darien.
"Si mi teniente" saliendo tras el hombre.
"Póngase de pie" ordeno al señor que permanecía aun sobre el suelo.
Con dificultado y con algo de ayuda logro levantarse del suelo. El rubio lo contemplo por unos segundos a lo cual el señor correspondió con una mirada llena de odio.
"¿Qué es lo que quiere? Si va a matarme hágalo… pero no delante de mi familia" dijo el señor Kowalsky lleno de rabia.
"Jajaja ¿cree… que esta en condiciones de dar ordenes señor? Si yo quiero matarlo, será en el momento que yo quiera, delante… de quien yo quiera" dijo viendo hacia las mujeres y el pequeño mientras se recargaba en la mesa.
"Por favor" pidió el señor comenzando a llorar cosa que llamo la atención del rubio, aquel hombre demostraba un amor inmenso por su familia, algo que jamás noto en su propio padre "se lo suplico, déjelos ir… haga conmigo lo que quiera, pero a ellos déjelos ir"
"Tu nombre judío" pidió Haruka.
"Kowalsky, Ernest Kowalsky" respondió el señor.
"Bien señor Kowalsky, ¿sabe que haya afuera acaba de dar inicio una guerra no es así? Y que si yo cometiera el error de dejarlos escapar es muy probable que no duren ni cinco minutos, ¿es consiente de eso?" pregunto el rubio.
"Si señor"
"Entonces… ¿Por qué los dejaría escapar? ¿No valdría la pena o si?" pregunto sonriendo mientras sacaba un revolver de entre su abrigo.
"¡Señor, por favor!… Javeh protégenos" susurro el hombre mientras veía como el rubio le apuntaba con el arma.
"¿Javeh? Mmm tu Dios no esta aquí ahora… en este momento el único que da la vida… o la muerte… soy yo" dijo frunciendo el seño sin dejar de apuntar…
En las calles solo se veía la destrucción y la muerte sumidas bajo un profundo silencio, el sonido de cuatro disparos retumbar en los oídos de Darien y Bingham indicaron el fin una familia más…
"Eh aquí mi logro… padre, esto es lo que has hecho de mi…"
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Bueno espero haya sido de su agrado si fue asi haganmelo saber sino pues tambien ñ.ñ ... quedan algunos secretos por revelar (creo todos saben cual es ese secreto) sino pues a esperar jajaja ... espero sus comentarios que son de gran inspiración.
Hasta la proxima!
