Hola, una vez más aquí me tienen... este no será un one-shot pero tampoco va a ser muy largo, tal vez dos o tres capítulos... no cre que dure más.


Un vociferador para Draco

-Otra interminable reunión- pensó el hombre cuando al tomar su agenda se dio cuenta de que su siguiente cita se llevaría a cabo en Gringots- por que los duendes no pueden entendérselas con alguien más, si tengo que asistir a otra de sus aburridas reuniones para escuchar sobre los precios del excremento de Dragón y las subida de los calderos Búlgaros, juro que me lanzo un Avada yo mismo- se recostó sobre la cama del lujoso hotel y paseo su vista sobre los hermosos muebles, la decoración ostentosa y al volver su atención a la cama se encontró deseando tener alguien con quien compartirla- alguien con quien hablar para no tener que halar solo- dijo en vos alta recostándose despacio esbozando un bostezo.

Se sentía solo, hacía tanto tiempo que no tenía esa sensación de vacío en el pecho, de estar perdido en medio de la multitud, rodeado de todos pero a la vez de nadie- contrólate, estas exagerando solo han pasando cuatros días- se dijo a sí mismo.

Cuatro días de aburridas reuniones, fiestas de sociedad en las que se veía obligado a mostrar su mejor sonrisa fingida, todo para cerrar un trato; tenía que reconocerlo su padre tenía razón él era bueno en eso, simplemente se le daba bien, lograba muy buenos contratos y estaba a punto de cerrar un negocio muy lucrativo con el que finalmente la fortuna de su familia no solo volvería a ser la misma de antes sino que aumentaría bastante.

Un leve plop interrumpió el silencio de la habitación y un elfo de orejas dobladas, piel arrugada y vestido con un traje negro se apareció en te él- Señor Malfoy, esto llego para usted hace unos momentos- informo el elfo, le tendió un sobre rojo, hizo una reverencia y desapareció.

-¿Un vociferador?- se pregunto extrañado y abrió el sobre antes de que este le ardiera en las manos.

- ¿Cómo diablos funciona esta cosa?, ¡mamá!- se escuchaba la vos del pobretón de Weasley

- ¿Qué haces Ron?- ahora era la voz de San Potter y se escuchaban algunos pasos apresurados

- ¿Qué pasa hijo?- la señora Weasley y su vos cariñosa resonaba en la habitación del hotel, mientras Draco extrañado se preguntaba internamente si alguien no habría puesto mal la dirección al sobre.

- Harry, Ron ya dejen eso y vengan a ayudarnos, además que se supone que están haciendo, el vociferador no va a morderlos no es necesario que le hablen de tan lejos- exclamo uno de los gemelos Weasley

- Tu hermano tiene razón Ronie ve ayúdalo a cargar a Hermione- se apresuro a decir la matriarca Weasley

- Ronie, la comadreja - pensó el rubio, pero un grito atrajo su atención al vociferador.

- ¡Harry!- la vos de Hermione sonaba asustada y luego solo se podía escuchar pasos subiendo las escaleras y los gritos histéricos de Granger y la pelirroja menor, algo así como que les lanzaría a todos el moco-murcielago si no dejaban de comportarse como niños.

Los gritos y la respiración entrecortada de Hermione logro angustiarle, algo raro estaba sucediendo, porque justo ahora él tenía que estar de viaje en Londres, en ese hotel mientras su Hermione estaba pasando unos días en la Madriguera, rodeada de esos inútiles que seguramente no la estaban cuidando bien.

- Mira Hermione, como crees que deberíamos decírselo, comenzamos con hurón botador o hurón albino por que rubio oxigenado me parece muy trillado- otra vez el pobretón.

- ¿Ron eso esta encendido?- grito la castaña al tiempo que volvía a emitir un quejido de dolor.

- Que alguien más le tome la mano la mía ya debe tener un par de huesos rotos - se hiso escuchar la vos de Harry.

- Lo siento amigo pero tú querías ser el padrino así que te aguantas- replico el pelirrojo.

- Déjense de estupideces y salgan de una vez- grito la señora Weasley mientras de fondo se podía escuchar a Ron preguntarle una vez más a Hermione como le gustaría que lo llamara.

A esas alturas Draco estaba a punto de salir como pudiera de aquel hotel, no podía quedarse muy tranquilo mientras su mujer parecía estar sufriendo tanto, ¿le habría pasado algo? ¿Por qué parecía que la estuvieran torturando?

- Ron sal de una maldita ves Hermione necesita tranquilidad como va a dar a luz contigo preguntándoles tonterías- replico Giny.

-¿Dar a luz?- pensó el rubio-¿acaso se había adelantado el parto?- y los nervios hicieron presa de él tomo el vociferador y corrió hacía la chimenea tomo algunos polvos Flu y alzando la voz más de lo necesario dijo- la Madriguera- desapareciendo entre las llamas, salió de la chimenea de los Weasley lleno de hollín, sin saber hacía donde ir corrió escaleras arriba y encontró a todos los habitantes de la casa rodeando la cama de la castaña.

Hermione descansaba entre las sabanas con la cara todavía roja por el esfuerzo y un pequeño bulto entre sus brazos, sonreía con aparente cansancio y su mirada se clavo en la suya al verle entrar.

- Perdóname, no pude llegar a tiempo- se apresuro a decir el rubio apartando a George para acercarse a la cama y entonces el vociferador en su bolsillo salió y comenzó a gritar.

- Hurón botador tu hijo está por nacer, Hermione entro en labor de parto- la vos de Ron resonó por toda la habitación acallando los murmullos de todos.

-Ven a conocer a tu hijo- dijo la señora Weasley y arrastrándolo lo llevo más cerca a de Hermione, la cual sonreía cansada-¿No es el bebé más hermoso que has visto en tu vida?.

Draco se acerco a la cama y con cuidado deposito un beso en la frente de su esposa, dirigió su mirada hacía el bulto de mantas y cuando estaba a punto de ver la cara de su hijo una vos muy familiar atrajo su atención.

-Señor Malfoy… Señor Malfoy… disculpe que lo despierte pero su reunión comenzara pronto se excuso el elfo y desapareció en el aire.

Se había quedado dormido y para colmo soñó que tendría un hijo con la insufrible de Granger y en su sueño sentía que aquello era correcto, incluso recordaba la sensación de felicidad que sintió cuando vio a la sangre sucia con su hijo en los brazos, el hijo de ambos. ¿y por que llamarla sangre sucia ahora no le parecía bien? ¿Por qué de repente sentía muchas ganas de salir corriendo a buscarla? ¿Tener con hijo con ella no podría ser tan malo, después de todo es una bruja inteligente y no tan fea? En realidad ahora que lo pensaba la encontraba sumamente atractiva, sacudió la cabeza intentando borrar esos pensamientos perturbadores y con desgano salió del cuarto para dirigirse a la reunión.

-Definitivamente ese hurón se ha vuelto loco- pensó Hermione al notar que el rubio estaba recostado sobre una de las paredes del Ministerio.

- Ya era hora, si llegabas a tardar cinco minutos más habría entrado a sacarte yo mismo- exclamo el rubio alzando la voz para luego cambiar su tono por otro más dulce- trabajas demasiado Hermy, necesitas un descanso.

- En primera mi trabajo no es tu problema, en segundo no me llames Hermy y si necesito un descanso pero un descanso de ti, déjame en paz Malfoy ya te he …

- Solo me llamas Malfoy cuando estas molesta… - dijo el rubio la interrumpiéndola- tienes razón ya no te llamare Hermy, de ahora en adelante serás mi amor.

- No sé qué diablos te traes entre manos Malfoy pero esto me está cansando, llevas más de dos meses siguiéndome a todas partes, invitándome a salir y hablando puras tonterías- repuso exasperada la castaña.

- ¿Cuales tonterías mi amor? - replico con expresión dolida el rubio.

- Eso de que de pronto estas enamorado de mi, que me llames mi amor e insistas en que vamos a casarnos…esas tonterías y por si fuera poco hasta lo publicaste en el Profeta- grito Hermione al borde de una crisis nerviosa- ¿a qué estás jugando?, tu y yo nos odiamos, tú me odias, soy una sangre sucia y tu el sangre pura más egoísta, egocéntrico, manipulador y racista.

- Yo no te odio te amo y ya te dije que estoy dispuesto a cambiar porque no puedes creerme, tu siempre has sido la salvadora de las causas perdidas, yo puedo ser una muestra viviente de que el cambio es posible- respondió el rubio sonriente.

- Sinceramente prefería la forma en la que te comportabas las primeras semanas, eras más tu mismo pero tus tácticas de conquistas no funcionaran conmigo- repuso Hermione cansada del constante acoso del exslytherin.

Y claro que tenía razón, después de haber tenido aquel sueño él intentó sacarla de su cabeza, dejar de pensar en ella pero al parecer eso era imposible y termino aceptando que sentía algo por ella, algo que llevaba mucho tiempo dormido y que ya no podía permanecer oculto. Draco había intentado de todo, le mando flores y regalos que habrían impresionado a cualquier otra chica pero ella no era como las otras, eso era más que evidente. Intentó darle celos dejando que lo viera con otras pero al parecer eso no causo ningún efecto en la castaña y tuvo que desistir, había empleado todos y cada uno de sus bien ensayados rituales de seducción y ninguno parecía funcionar en ella.

Estaba enamorado de ella, lo supo cando vio la vio almorzando con el pobretón de Weasley en el Caldero Chorreante, sonriéndole, luciendo tan hermosa, definitivamente no podía permitirse perderla. Y desde entonces mando su dignidad y orgullo al infierno para dedicarse a encontrar la forma de conquistarla, esa mujer estaba enloqueciéndolo. El anuncio de su compromiso en el Profeta había sido el último intento por llamar su atención, si eso no funcionaba nada lo haría.

- ¿Entonces qué quieres que haga, dime qué quieres que haga para demostrarte que en verdad estoy siendo sincero?- replico Draco con un suspiro cansado y acercándose a ella.

- ¿Es que de repente despertaste una mañana y decidiste que estabas muy aburrido y sería muy entretenido burlarte de mí?- pregunto la castaña con cansancio.

- No estoy burlando me de ti, vamos ponme a prueba- pidió Draco sintiéndose bastante ridículo por la situación, ¿él rogándole por una oportunidad? Merlín debía estar disfrutando mucho ese momento.

Por un momento Hermione pareció estar a punto de decir algo pero su expresión molesta cambio de pronto y con vos seria dijo- Libera a tus elfos y únete a la P.E.E.D.O., si lo haces aceptare cenar contigo.

- ¿La P.E.E.D.O.?- pregunto confundido.

- Es un movimiento en pro de los Derechos de los elfos, esas pobres criaturas son tratadas como esclavas - replico la castaña-¿Entonces lo harás?

- ¿Sabes que no tengo la autoridad para liberar a todos los elfos de Malfoy Manor? - exclamo el rubio pensando en que esa mujer debía de estar jugando, los elfos eran muy felices sirviendo a los magos.

- ¿Por qué no?- pregunto dudosa.

- Porque aunque mi padre este en Azkaban y yo ya he cumplido la mayoría de edad aún no soy el dueño legal de los bienes de los Malfoy, mi madre aún es la señora Malfoy y solo ella puede disponer de la casa…a menos…bueno… si yo... contrajera matrimonio… por derecho de sangre… los bienes pasan a mis manos.

- Estas inventándolo - reclamo Hermione.

- Es un hechizo antiguo para obligar a los hombres Malfoy a contraer matrimonio y asegurar descendencia - explico Draco tratando de ocultar su sonrisa de satisfacción.

- Esta bien me conformo con que liberes a los que están a tu servicio y te unas a la P.E.E.D.O.- acepto la muchacha.

Ella nunca espero que Draco llamara a los elfos allí y los liberara delante de ella, las criaturas no parecían estar de acuerdo con su liberación, ninguno de los tres elfos quiso abandonar a Draco y tuvieron que aceptar que continuaran sirviéndole a cambio de un sueldo fijado por Hermione.

- Bueno ahora solo me falta eso de la P.E.E.D.O. y luego podemos ir a cenar- dijo el rubio cuando hubo liberado al último elfo.

Hermione saco de su bolso el pergamino que siempre llevaba con ella y se lo extendió para que firmara, le cobro la tarifa por unirse al movimiento y le dio la insignia.

-¿Donde se supone que debo ponerla?- replico Draco con inocencia fingida.

- Dámela te la pondré yo- se ofreció la castaña feliz por haber conseguido la liberación de tres elfos y sin notar la mirada embobada del rubio cuando ella se acerco a él para ponerle la insignia.

- ¿Donde quieres cenar?- pregunto el rubio ignorando sus impulsos de abrazarla al tenerla tan cerca, realmente esa mujer lo estaba trastornando.

-Eso será una sorpresa, pero primero debes cambiarte de ropa no puedes usar esa túnica a donde vamos- dijo Hermione divertida, si él quería una cena, ella se encargaría de que fuera una cena que nunca olvidaría.


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