Hasta el fin

Personajes

Coronel Roy Mustang, el "alquimista de Fuego"

Teniente Primera Riza Hawkeye

La historia se sitúa justo después del "Día del Eclipse" en el manga de "FullMetal Alchemist" (FMA). Siempre me gustaron estos dos personajes, se notaba que se querían… pero nunca pasó nada durante toda la historia, como que quedó inconcluso si entre ellos llegaba a haber algo. Así que me inspiré en hacer una historia de la parejita ^^

Espero les guste, será una historia corta ^^ lo escribí hace un par de años.


Capítulo 1: Despertar

Abrió los ojos casi de golpe. Lo siguiente que sintió fue dolor en todo su cuerpo. Dolor e incomodidad. Por unos segundos la teniente Riza Hawkeye se sintió mareada y confundida… no sabía dónde estaba, no sabía que estaba haciendo ahí. Sólo sentía dolor, el cuerpo parecía estar en llamas. Casi no pudo soportar la luz, pero hizo un esfuerzo por mirar a su alrededor. Estaba en una camilla, no era la única, alrededor habían otros heridos como ella. La habían puesto en una improvisada carpa, alrededor no había tanta confusión como lo recordaba. Porque ahora recordaba todo… el horror, el desastre, los cuerpos mutilados, los espectros, los soldados sin alma… ahora recordaba todo. Había sucedido muy rápido, tanto que aún no podía asimilarlo y quería creer que no era cierto.

Se llevó la mano al cuello para confirmar que eso era verdad. Claro que lo era, ahí estaba la venda que le cubría la herida del cuello, la herida que le hicieron para obligarlo a que la resucitara. Pero no fue necesario, igual esa pequeña alquimista médico llegó para solucionar todo y evitar desgracias mayores. Todo había sido cierto… ahora ciudad Central debía de ser una desgracia verdadera… sólo esperaba que los civiles estén a salvo. Habían liderado la batalla más grande de toda la historia de su país Amestris. Y no por el número de soldados, sino por el poder que se usó… o mejor dicho el poder que se intentó detener. Muchos habían peleado contra sólo uno y al final este había perecido… lo habían logrado.

Al menos eso le dio un poco de alivio, volvió a cerrar los ojos, se sentía muy cansada. Después de un rato la dura teniente supo que podía soportar el dolor de su cuerpo, no era la primera vez que era herida en combate y sabía bien como aguantar todo. Cómo llegó ahí? Recordaba que después del primer momento de júbilo por haber derrotado a "Padre", llegaron muchos soldados y un pequeño equipo de médicos. Luego no recordaba nada más… quizá el cansancio la hizo desmayarse, había peleado por más de un día y eso no era todo. Cuánto tiempo habría pasado? Debía de ya ser el día siguiente, a pesar que la carpa de atención médica donde se encontraba no era de las mejores, tuvo la certeza que el ejército había tenido el tiempo suficiente para organizarse una vez más pasado el pánico.

Dónde estaría él? Qué había sido de Mustang? Tenía que verlo, tenía que volver a su lado al instante. No podía permitirse un momento más de debilidad, ya bastantes problemas había ocasionado sin querer su presencia. Intentó sentarse, pero aún estaba cansada. Lo intentó una vez más, tuvo que esforzarse más de lo que creía… pero al fin lo logró. Ahora buscó con la mirada su uniforme, lo halló a su lado en una silla. Iba a ser toda una aventura vestirse, pero no podía quedarse más tiempo ahí. Él la necesitaba. Él siempre la necesitaba.

Riza! – escuchó de pronto una voz familiar, era Rebecca, una vieja amiga del ejército que había ayudado mucho a pasar información en secreto – vaya! Me alegra saber que estás bien.

Hola… - dijo despacio. Eran las primeras palabras que pronunciaba – cómo me encontraste?

Todos saben que estás aquí, no te preocupes. Disculpa que no te hayamos podido enviar a un hospital… todos están repletos. Todos nos preocupamos mucho cuando te desmayaste.

Ya estoy bien – respondió intentando incorporarse.

No, no… nada de eso Riza. Debes descansar al menos un par de horas más.

Estoy bien – respondió tratando de no darle importancia a aquello – qué ha sucedido?

Que no ha sucedido! Ha pasado de todo amiga, no tienes idea.

Claro que tengo idea, recuerdas? Estuve ahí cuando FullMetal derrotó a Padre, no me perdí de nada.

No es eso… - Rebecca se sentó a su lado un momento. Al notar el esfuerzo que hacía su amiga la ayudó a sentarse, incluso a sacar los pies de la camilla – es Mustang…

Qué pasó con Mustang? – preguntó tratando de ocultar su preocupación. Aunque pensándolo bien ya casi no importaba, a esas alturas todos debían de saber lo que sentía por él.

Ha hablado con todo Amestris por radio – explicó – habló sobre las causas del levantamiento… aunque claro, como comprenderás no muchos están de acuerdo con que se haya atacado al King Bradley.

Era un homúnculo Rebecca, era de los malos. Sólo trabajaba con su "Padre" para destruir el país, para usarnos de sacrificio a todos.

Pero eso no lo sabe Amestris querida. En fin… aunque algunos no entienden lo que pasa, todo el ejército estaba de acuerdo con que él tomé el mando como general de las fuerzas armadas.

Si, eso era obvio… quién si no él? – no pudo evitar que se le escapara la sonrisa. Ese era su sueño, él siempre lo había querido. Esa era su meta, ser el más alto mando de ese país para guiarlo y darle el futuro que merecía. Al fin, a pesar de la tragedia, ese sueño se hacía realidad.

Riza… - dijo Rebecca en voz baja. Algo en su mirada y expresión le dijeron que no todo estaba bien – él ha anunciado que tendrá el poder provisionalmente… ha dicho que hasta que todo esté en desorden será el jefe, pero luego dejará el mando a Grumman. Dijo también que se va a retirar del ejército.

Qué?! – exclamó la teniente. Incluso se puso de pie de un solo golpe, cuando pasó la impresión sintió que las piernas la flaqueaban y tuvo que sostenerse de la cama – cómo es que ha hecho eso?

No lo sé. Está muy raro desde ayer. Lo llevaron al cuartel central… ahí curaron sus heridas. Desde ahí es que ha dado el mensaje a la nación. No ha salido de la oficina principal… tampoco quiere recibir a nadie.

Tengo que irme… ayúdame a vestirme – dijo con decisión.

No, cómo crees? Riza, tienes que descansar. Sabes que no estás bien.

No me importa, él me necesita ahora mismo – Rebecca no hizo nada, pero ella misma decidió dejar de lado el dolor y tomó su uniforme. En realidad no era de ella, era uno nuevo y limpio. Se puso las botas, los pantalones azules, la camiseta negra y el saco. Su amiga sólo la miraba, quizá la sorprendía que sea tan tonta para ponerse de pie cuando más descanso necesitaba – mi arma… dónde está mi arma?

La habrás perdido – contestó Rebecca – no hay forma de detenerte… verdad? – preguntó con una sonrisa triste que pronto ella devolvió.

Él me necesita – contestó Riza. "Él siempre me necesita", pensó.

Quizá tú seas la única capaz de hacerlo entrar en razón. No ha hablado con nadie Riza, ha recibido al sargento Breda… y sólo para que le dé algo de comer. No sabemos que le pasa, él no es así.

Claro que no… - "y no volverá a ser el mismo", pensó Riza. Quizá nadie lo sabía aún, quizá no lo habían notado. Y ella era quien más lo entendía, ella era a quien más necesitaba en ese momento, no podía quedarse quieta.

Ve, él te necesita… no quieres que te ayude? Estás un poco débil aún,

Gracias, pero puedo hacerlo sola. Esto es algo entre él y yo.


La ventana estaba cerrada, las gruesas cortinas no permitían pasar siquiera un poco de luz. Y él estaba solo, sentado en el sillón que alguna vez le perteneció al Fuhrer, el más alto rango de la nación de Amestris. Un puesto que sin dudas deseo más que nada en el mundo durante mucho tiempo, pero que en ese momento parecía no tener mucha importancia. Tampoco es que hubiera luchado mucho para llegar a esa decisión, era obvio lo que tenía que hacer, era más que obvio. No podía asumir el mando de una nación así, después de todo lo que había pasado. Quizá muchos no lo entendieran, pero él sabía perfectamente que era lo mejor.

Roy sabía que la oficina principal estaba completamente a oscuras, pero ya ni eso tenía importancia. Ya era la mañana después del ataque final a Padre y había sido muy duro tratar de tomar el control. Siendo el de más alto rango en ese momento, o mejor dicho, el de más alto rango con heridas menores y capaz de actuar con coherencia, lo único que pudo hacer es tomar el mando. Gracias a sus siempre fieles subordinados logró hacer que se mantuviera la calma después de tanta tragedia y decidió informar a la población de lo sucedido. Al menos una parte, al menos todos debían saber que él y los aliados habían derrotado al King Bradley por el bien de la nación.

Pero cómo explicarles a todos que ese Bradley no era más que un peón? Un homúnculo, un ser sin alma creado con la alquimia. Él sólo seguía ordenes de alguien superior, de "Padre", y ese era el verdadero enemigo. Le tomó mucho tiempo saber todas las mentiras y engaños en los que se basaba su país, y sólo un día para destruir todo. Pero era mejor, él lo sabía. Habían hecho bien, actuaron con justicia, pusieron a todos a salvo. Y por eso mismo, por el bien de su país él sabía que era mejor dar un paso al costado.

No me interesan sus malditas ordenes, yo voy a verlo ya! – la fuerte voz de aquella mujer lo hizo volver a la realidad. No pudo evitar sonreír, conocía esa voz. Era la ahora general de Brigada Olivia Armstrong. Una mujer nada sutil, firme, dura, luchadora, tenaz y valiente… apodada por sus seguidores en el norte como "la reina del hielo". Una mujer hermosa a quien había deseado en el pasado, a quien intentó seducir de mil maneras pero siempre terminaba perdiendo y muy mal parado. Ahora escuchaba sus pasos acercándose y algunas voces de soldados tratando de impedirle el paso – me vuelves a decir lo que tengo que hacer – decía colérica – y te mato sin contemplaciones! – el silencio se hizo y la puerta se abrió. Igual Roy Muntang sabía que en el mundo no podía existir alguien que se opusiera a las órdenes de Olivia. A veces hasta daba miedo – maldito seas Mustang… qué demonios fue todo eso?

De qué hablas?

No te hagas el imbécil conmigo! Eso que anunciante, que dejarías el mando a Grumman.

Grumman es un militar de mucha experiencia, podrá hacerse cargo perfectamente del futuro de Amestris… - la general Olivia tenía herido el brazo derecho, pero eso no fue impedimento para que se acercara a él de manera intempestiva y lo tomara de la camisa con una sola mano.

Basta ya Mustang! Qué te sucede? Sé lo que pasó con "Padre", sé lo que te hicieron hacer, pero ya basta maldita sea! Qué es esto? Estás encerrado como si no hubiera mañana!

Si sabes lo que pasó entonces sabes perfectamente porque renuncio a ser el Fuhrer – contesto con voz calmada, eso al menos logró apaciguar un rato a Olivia. Lo soltó y suspiró hondamente.

Por qué te rindes?

No me he rendido, estaré a cargo hasta que todo esté en orden. En un par de días me voy a retirar.

Eres un maldito cobarde Mustang, jamás pensé eso de ti – la voz cargada de rabia de Olivia logró hacerlo sentir mal. Esa era la razón por la que no salía ni quería recibir a nadie. Porque sabía que todos los que lo conocían iban a decir lo mismo.

FullMetal por ejemplo, aquel brillante y joven alquimista a quien tantas veces inspiró para que lograse alcanzar su sueño y que al final había sido quien salvó a todos. Cómo iba a enfrentar a ese mocoso? Ya casi podía escuchar su chillona voz diciéndole que como se había atrevido a renunciar al cargo de Fuhrer, que lo había decepcionado, que no era el alquimista de fuego al que todos admiraban… era un cobarde. Pero más importante aún… qué pensaría ella? acaso Riza iba a enojarse cuando supiera lo que hizo? Acaso lo comprendería? Riza debía de estar pensando lo mismo que todos en ese momento, que era un cobarde. Y sinceramente, eso era lo que menos soportara. Que ella lo viera rendido y acabado… eso dolía más que todo.

Aunque todos lo llamen de esa manera, él sabía que había hecho lo correcto. Estaba renunciando a su sueño, claro que si. Pero no había pensado en él cuando decidió aquello, había pensado en el bien de su nación. Amestris se merecía a alguien que en verdad pudiera hacerse cargo… lamentablemente él ya no podía. Ellos jamás comprenderían lo duro que era renunciar a algo que siempre quiso por el bien de todos.

Déjame Olivia – se atrevió a decir al fin – tengo que ocuparme de otros asuntos.

Como quedarte aquí compadeciéndote de ti mismo? No sientes nada de vergüenza?

Tú no puedes entenderme.

Claro que no puedo! No puedo entender como el hombre que me convocó para esta guerra y que me inspiró a luchar por el futuro de Amestris se rinda de esta manera! yo confié en ti Roy… maldita sea, todos confiamos en ti! Por qué quieres dejar a todos en el aire?

Yo sé lo que hago – la general había agotado sus energías. Ella tampoco había descansado desde el día anterior y al parecer era inútil insistir.

Sabes una cosa? – dijo antes de salir – me alegra que no hayas sido Fuhrer, que hayas renunciado a tiempo. Qué hubiera sido de esta nación si el jefe máximo es un tipo que no tiene el valor suficiente para luchar por sus sueños?

No contestó a eso y Olivia se fue con la certeza de que esas palabras le dolieron. Cuando escuchó la puerta cerrarse y se encontró solo una vez más se llevó las manos al rostro para tratar de contenerse. Todo eso era demasiado para él, demasiadas cosas en tan poco tiempo.

Porque el día más terrible en la historia de Amestris o quizá del mundo entero había sido también el peor día de su vida. El día en que ella casi muere, el día en que lo obligaron a hacer lo que no quería, el día en que tuvo que pagar por errores que no quiso cometer. El día en que tuvo la certeza que jamás volvería a verla a los ojos… que supo que jamás volvería a ver su sonrisa ni todo lo bello que la rodeaba. El día más terrible de la historia de Amestris fue el día en que le quitaron la vista para siempre.


Si lo leen, gracias 3 No imaginé resucitar este fic después de milenios XD