El reflejo de la luna llena se distorsionaba con el violento oleaje de una calurosa noche de verano; las ahogadas notas de un gastado piano resonaban en la cubierta de un viejo barco, aquella era la sonata favorita del capitán. Las velas del barco estaban recogidas, el ancla ya hacia sumergida en el fondo del mar, la proa estaba dirigiendo su vista hacía una pequeña isla.

El capitán miraba su vaso de ron como si fuera la cosa más interesante del mundo, suspiró profundamente y recargo los antebrazos en el barandal del barco, sabía que el día de mañana dirigiría a sus hombres a una misión extraña a su causa; aquellos piratas rudos que estaban acostumbrados a atracar a la fuerza por primera vez tenían que actuar diplomáticamente por el bien de su mejor amigo.

-Confías demasiado en estos sinvergüenzas- le sonrió un rubio colocándose a su lado- estas aquí tan tranquilo y nosotros en cualquier momento podríamos hacerte un motín- le pico las costillas con el pomo de la espada.
-Hmm- fingió dar un sorbo al vaso con ron, mientras fijaba su vista en la isla que tenían enfrente.
-Sé lo que te preocupa- despeino su rubia cabellera y posó ambas manos en la barandilla del barco- es esta isla, lo juro- hizo una pausa dramática- lo juro por la memoria de mi padre, fue aquí a donde trajimos a mamá cuando…
-No tienes que repetirlo- lo interrumpió el pelinegro, sabía cuánto le costaba a su amigo aquel recuerdo- El que me preocupa eres tu… Espero no estés equivocado Naruto, porque no hemos viajado cinco días en vano para llegar hasta aquí, sabes que no estarán contentos si no es el lugar indicado.
- Sasuke… sé que no todos estuvieron de acuerdo en ayudarme, que me estoy arriesgando demasiado, pero sabes que lo hago por ella ¿verdad? –tomó a su amigo por el brazo para obligarlo a que lo viera a los ojos- accedería a hacer lo mismo por cualquiera de ustedes, son como mi familia.
-Somos amigos, pero antes que todo sigo siendo el capitán de este barco, y si es necesario el código de conducta pirata será aplicado- con brusquedad se zafó de su agarre y caminó con dirección hacia su camarote- Si harías lo que fuera por nosotros, llévate al pelmazo de Sai- se detuvo por un momento y observo a su amigo- tienes dos personas en tu contra esperando cualquier error para desplazarte de tu rango, ten cuidado.

El rubio asintió, se dirigió al piano que se había mantenido en silencio desde que habían comenzado su conversación; el chico que cumplía la función de músico por las noches ya hacía dormido sobre las teclas, el alcohol había causado estragos en él. Naruto sabía que su amigo no era tan duro como pretendía serlo pero ser el capitán del Leviatán era una responsabilidad que no podía descuidar, además aquella decisión de viajar a la isla no había salido de improvisto se había planeado cuidadosamente desde hace medio año, y era verdad lo que Sasuke decía, en caso de que su memoria le hubiera traicionado y aquella isla no fuera la que el recordara; ya habían perdido cinco días y eso sus compañeros lo podían considerar como traición, en especial esas dos personas que lo tenían en la mira, nada lo salvaría del código de conducta ¿Y si su destino era terminar en una isla desolado? El chico tembló de solo pensarlo, pero suspiro cansado al sentarse en la pequeña cama de su camarote, mañana sería el día decisivo. El día en el que sabría si podría salvarla a ella…