Disclaimer: Los personajes que aparecen a continuación no me pertenecen
Hola gente, bien aquí les traigo otro nuevo fanfic que espero les guste. Esta historia está basada en hechos reales, obviamente cambiando algunos (muchos) detalles, pero en sí la base la historia y sus personalidades vienen de la vida real. Es universo alterno, así que espero eso no les haga inconveniente.
Por otro lado, está no actualizaré cada dos días como la anterior, ya que no la he completado, iré escribiendo a medida que voy actualizando así que espero tengan paciencia. Aunque claro está, tampoco me demoraré dos semanas para un nuevo capítulo, serán de seguido para que no se pierdan el hilo de la historia.
¿Qué más decir? Está historia la narración es muy diferente a la anterior, espero que eso no les moleste tampoco he querido cambiar esta vez y es todo. Los invito a entrar a esta nueva historia conmigo.
FICCIÓN O REALIDAD
El verano en New York este año estaba más sofocante que otros años, más de uno se quejaba por ello y Rachel no era la excepción, estaba sentada en aquella pequeña cafetería que servía a la universidad en la que estudiaba, mientras que leía los libretos y los temas que iba a llevar este nuevo año de estudio.
Su tercer año en la academia de Film de Nueva York, la NYFA había sido su elección al salir del colegio, sobre todo por los programas académicos que allí había, una combinación de enseñanza en actuación en teatro como en el cine, y creía la castaña, tener más amplio su capacidad para adaptarse a cualquier ambiente, aunque su sueño siempre había sido y era los musicales, le podrían dar más oportunidades a futuro.
Una pequeña mueca se produjo en su rostro cuando intentó pronunciar una palabra que desconocía, no podía modularla bien y eso era un problema, tenía que ser excelente en cada una de sus actividades, como en sus clases.
¿Cómo está el amor de mi vida? —Preguntó una asiática que acababa de entrar a la cafetería en donde se encontraba.
Rachel levantó la vista al reconocer la voz y una sonrisa se le formó en los labios, invitando a la chica a sentarse con un leve gesto de la cabeza.
Tina, no te vi entrar y estoy bien, gracias. —Respondió con una sonrisa la castaña, mientras tomaba un poco del agua que había pedido. — ¿Cómo pasaste las vacaciones? Yo te extrañe a montones.
Lo sé, es difícil que no me extrañen. —Bromeó la asiática después de haber ocupado la silla del frente de la mesa. — ¿Y tú? Yo también te extrañe Rach pero no me hubiese molestado si nos daban otra semana más de vacaciones.
¿Otra más? Estás loca. —Soltó un bufido desesperado, haciendo hincapié a su dramatismo. — Desde el primer día que salí de este lugar ya quería volver, no hay algo más maravilloso que estar acá –Bromeó. — Sin embargo también he disfrutado de mis vacaciones, por cierto, mis padres me han dicho que te mande sus saludos, puedes ir a la casa cuando quieras.
Tina sonrió antes de pedir un café con leche a la mesera que pasaba por allí, notando los folletos y cuadernos que tenía la castaña, sin duda no le sorprendía que de verdad Rachel hubiera extrañado la academia, aunque claro no la universidad en sí, sino estar en los escenarios actuando.
Cuando hables con ellos mándale saludos, dile a mis suegros que te cuido muy bien. —Soltó una pequeña carcajada. — Por cierto, ¿Ya te diste cuenta con quien te toco este año ser pareja?
Rachel asintió con la cabeza ligeramente, mordiéndose el labio inferior con nerviosismo y buscando un papel entre los folletos y demás papeles regados por toda la mesa, dudo un momento en uno para luego al fin cogerlo, abriéndolo y mostrándoselo a la asiática.
Con Quinn y estoy preocupada, aunque debo admitir que es una forma de demostrar mis habilidades, ya sabes, por el hecho de que sea mujer. –Contestó la castaña mientras la miraba, aunque intentaba negarlo, se le notaba un ligero nerviosismo en la voz.
¿Preocupada por qué? Rachel el año pasado fui yo y también era mujer –El ceño de Tina se frunció. — Y todo fue de maravilla, te diste cuenta que fuimos las mejores en cuanto a calificaciones de todo el curso.
Sí y no… Digo, sé que fuimos las mejores pero junto a Quinn y Brittany ¿Lo olvidas? Además es Quinn, es diferente. —Un bufido se le escapo. — Y sé que el año pasado fuiste tú pero tú y yo somos amigas, tenemos más confianza y ya, olvídalo.
No quería hablar más del tema porque en realidad, no sabía cómo se iba a llevar con la rubia con la que tendría que hacer de grupo este año. NYFA intentaba recrear escenas de películas o de obras muy a menudo, queriendo que la experiencia fuera lo más real posible y que sus estudiantes sintieran como si de verdad estuvieran en escena.
Cada año, en la clase de adaptación y formación al teatro actual, la profesora aparte de lo teórico y práctico que enseñaba, les dejaba un trabajo que debían realizar a final de año con suma perfección y que se viera lo más real posible. De ello dependía más de la mitad de la nota final y era casi una obligación pasar su curso ya que otras materias dependían de él, sobre todo porque en los cinco años de carrera, había Adaptación y formación al teatro actual I, II, III, I todos, menos el último, lo enseñaba ella y era uno de los requisitos.
El problema yacía, que la profesora estaba medio loca y le gustaba, realmente le gustaba, poner en aprietos a los estudiantes. Recreaba los mejores escenarios de obras reales o inventadas por ella misma con el pensamiento que a futuro, sus alumnos no tuvieran la posibilidad de rechazar ningún papel por el qué dirán, la enseñanza era bastante buena.
La enseñanza era buena sin duda, a Rachel el primer año le había tocado con Finn Hudson, al principio fue bastante extraño, ya que era primeriza y le sorprendió empezar con todo el circo maroma y teatro en el primer mes hasta el último de ese año. Le fue bien, aunque no tan perfecto, pero lo mismo no pudo decir a su compañero, la relación de los dos se veía tan tosca y obligada por parte de él, que agradeció que Rachel fuera su compañera, ya que por ella había salvado la materia.
Su segundo año le había tocado con Tina, una relación de lesbianas que se querían e iban a casar. A Tina la conocía desde el colegio y era casi su mejor amiga, así que la actuación fue tan natural con ella, que el hecho de que tuviera que protagonizar a una lesbiana poco le importaba, besarla era como besar a alguien que quieres mucho pero sin la tensión de saber que alguna de las dos le iba a molestar, además que su crecimiento como actriz había mejora y mucho luego de esa mala experiencia con Finn. Por ello la asiática aún bromeaba diciéndole "amor" o a sus padres "suegros."
Y ahora su tercer año, Quinn era junto a ella, las mejores estudiantes, por eso la profesora había decidido juntarlas ¿Qué mejor que actuaran en el mismo enredo las mejores actrices y hacer una disputa, disputa buena para ambas, que esa? La cuestión era de nuevo, el hecho de que iba a recrear una lesbiana, una lesbiana que aún no había salido del closet y la confianza que le tenía a Tina no la tenía con Quinn y eso, sin duda le preocupaba.
Si permites mi opinión, creo que lo harás excelente. — Le dijo Tina antes de beber lo último que le quedaba en su vaso donde antes había café. — Sé profesional, no es como que Quinn fuera lesbiana de verdad y se enamorará de ti por tus increíbles besos. —Otra risa por parte de la asiática que hizo que la tensión y el nerviosismo de Rachel se disolviera. — Por lo pronto yo me voy, tengo clases, nos vemos Rach.
Tina desapareció por la puerta que había llegado, dejando nuevamente a Rachel sola, la cual solo pudo soltar un suspiro. Su amiga tenía razón, debía ser profesional y además, Quinn parecía buena gente, solo habían hablado un par de veces y había sido bastante bien. La rubia, era amiga de casi todos los del grupo, a diferencia de la castaña, que solía ser poco reconocida entre los más amistosos, pero sin duda de que sabían quién era Rachel Berry, lo sabían.
Otro suspiro más se le escapo esta vez por frustración, volvía a leer mal esa palabra que no sabía que significaba y la frustración que había sentido antes que llegara Tina había vuelto, sí o sí tenía que arreglar aquello antes de que ella también tuviera que ir a clases.
A las seis de la tarde Rachel ya no tenía ninguna actividad y su día se podría decir que estaba concluido, solo pensaba en llegar a casa, estudiar un rato, darse un buen baño, ver una película y dormir. Las cosas habían ido bastante bien estos primeros días y aunque su emoción no desaparecía cada vez que subía al escenario y cantaba, sin duda era desgastante.
Un sonido en su bolso hizo cortar el pequeño bostezo que se le escapaba. Busco el sonido del mismo, sacando su celular y notando que un mensaje con un número desconocido le había llegado.
Hola Rachel, sé que de pronto estas ocupada pero era importante. Soy Quinn, necesitamos hablar sobre la obra que debemos interpretar, ya sabes, no tiene que ser ahora pero te agradecería si me envías un mensaje para saber cuándo te conviene bien.
Por cierto, conseguí tu número a través de Tina, no te asuste, espero tu respuesta.
Se había olvidado de la obra todo el día desde que había estado en la cafetería y el mensaje de Quinn, aparte de sorprenderla la hizo de nuevo ponerla nerviosa, jugó con el celular antes de entrar a su departamento, tirando el bolso en el sillón y pensando por un momento cuando tenía un tiempo libre para quedar.
Mañana tengo receso de dos a tres ¿Te queda bien?
Cinco minutos exactos fue el tiempo en que el celular volvió a sonar, con una respuesta.
Perfecto. Entonces nos vemos en el teatro 5, a las tres de la tarde, te espero.
Se quedó muda porque ya parecía que Quinn había planeado todo desde mucho antes y como si supiera que la respuesta de Rachel iba ser positiva, sin embargo la castaña no quería darle más vuelta al asunto así que con un simple Allí estaré dio terminada la charla.
A las tres de la tarde, tal y como le había escrito Quinn, Rachel aparecía en el teatro preparada para todo y con el guion que debía actuar que le había pasado la profesora en la clase de ayer. Sin embargo Quinn no había aparecido, por un momento pensó que la rubia llegaría tarde pero apenas y había pasado unos minutos cuando llegó agitada, con el pelo revuelto y con un claro signo que había corrido hasta allí.
Lo siento, tuve un inconveniente y creí que no iba a llegar a tiempo. —Se disculpó Quinn intentando tranquilizarse y recuperar el aire perdido.
No te preocupes, acabo de llegar también. —Le respondió Rachel, la cual se acercó al borde del escenario para sentarse allí y esperar a que su compañera se le fuera la agitación.
Rachel la admiraba en cierta forma a la rubia, había llegado en segundo año en un traslado desde una de las universidades de teatro de La Florida y desde que estaba en la academia, su presencia era más que evidente en donde pasara. Era compañera de todos, respondía a las preguntas si alguien le consultaba algo, tenía una sonrisa bonita, todo de ella era bonito al decir verdad y daba ese aura de respeto, que difícilmente alguien podía desautorizarla si así quisiera.
¿Estás bien? —Preguntó luego de un rato la castaña, moviendo sus piernas en un vaivén, notando como la rubia se le acercaba y asentía con la cabeza.
Perfecto, además que la obra debe continuar ¿No es así? —El gesto de diversión de Quinn hizo que Rachel sonriera, estando completamente de acuerdo con ella. — Bien, ¿Has leído ya el libreto?
Para sorpresa de Rachel, a pesar de la seguridad en la que siempre se le notaba a la rubia lo había preguntado con nerviosismo, de seguro es que sabía ya el extraño enrollo en que la profesora había metido a las protagonistas.
Sí, lo he leído ayer y me ha parecido bastante bueno. —Respondió con un gesto de duda, recordando partes del mismo. — Debemos hacer una muy buena actuación, así ahora no tengamos a nuestras amigas.
Quinn entendió a lo que se refería y asintió de nuevo con la cabeza, sentándose a su lado.
Lo sé, lo que me preocupa realmente es la forma en que vamos a llevar esto. Me dijeron que no tuviste mucha química que digamos con Finn —Le recordó Quinn y aunque era cierto, Rachel no pudo evitar una pequeña mueca al escucharla. — Y sé que no eres mala, te vi el año pasado con Tina y fuiste excelente Rachel, pero creo que si queremos que este año nos vaya igual de bien, hay que tener confianza.
¿A qué te refieres?
A que creo que los protagonistas deben hacer creer a la audiencia que todo es real y para eso, los actores son los primeros que deben conectar. — Quinn hizo una pequeña mueca cuando notó que Rachel seguía sin entender. — Viste mi actuación el año pasado ¿Verdad?
Sí, sí la ví. —Contestó la castaña.
Bien, fue buena porque Brittany y yo estuvimos… relacionándonos bastante bien durante el año, ya sabes, hablamos, nos encontrábamos de vez en cuando, nos volvimos amigas. —Intentó explicarse lo mejor posible. — A ti te fue bien con Tina porque eran amigas ¿No? Al menos no se sentían incomodas.
Quieres decir… ¿Qué quieres ser mi amiga? —Preguntó intentando comprender a donde quería llegar la rubia y con bastante curiosidad. Si bien, Quinn era una chica grandiosa y bastante amistosa, nunca pensó en que ellas dos pudieran ser amigas.
Por el hecho de que ella estaba encima de cualquier escalón social de la academia, era increíble, hasta su forma de expresarse y sus gestos, todo, absolutamente todo generaba un aura de superioridad que era increíble no notar y no era de esa superioridad de creerse superior o mejor a todos, sino era el hecho de lo realmente buena que era.
Rachel se sentía pequeña al lado de la rubia y nada tenía que ver con su estatura, era por todas las cosas que Fabray había conseguido en tan poco tiempo y el hecho de que Quinn era realmente hermosa. Rachel no era lesbiana, como alguna de sus compañeras, pero sin duda la rubia tenía algo, un no sé qué que provocaba que todas las miraran sin ni siquiera proponérselo.
Desde que la vio en el escenario había querido actuar con ella, aunque nunca lo había dicho. La rubia no tenía la mejor voz de todas, Rachel lo sabía, había muchísimas más chicas vocalmente buenas, que hacían solos mucho más altos pero Quinn, sin duda le daba su toque y era eso lo que hacía especial la escena, la dulzura y belleza con la que solía hacerlo.
Sin embargo, como había dicho Quinn, ellas no se conocían más de lo que habían hablado un par de veces en el aula, una que otra palabra, por amigos en común y nada más. Casi unas desconocidas en una obra que tendrían que verse como dos mujeres que se amaban con todo lo que eso implicaba.
Sí, creo que tienes razón… Entonces, ¿Qué propones? —Preguntó la castaña mientras jugueteaba con el libreto que tenía entre las manos.
Propongo que nos sigamos viendo de vez en cuando, que no sea solo en alguna que otra clase y hablar más. —Propuso con una sonrisa. — ¿Qué te parece?
Me parece buena idea. —No lo dudo Rachel y le devolvió la sonrisa. — Hemos empezado bien ¿Eh? Si te debo ser sincera, estaba un poco preocupada antes por tener que actuar contigo.
¿Enserio? ¿Por qué? —La rubia parecía sorprendida y con un aire de ofendida por lo dicho, había malinterpretado el comentario de la castaña.
¿Sabes la cantidad de personas que quieren actuar contigo Quinn? Todo el grupo lo quería y bueno, eres asombrosa. —Un rubor difícil de notar apareció en las mejillas de Rachel, sobre todo porque sabía que Quinn la estaba observando. — Sé que yo soy buena, pero, no sé Quinn, tu demuestras que todo lo haces fácil y me preocupaba eso, que no pudiéramos… acoplarnos.
La mirada seria de Quinn solo le hacía pensar que su intento de excusa no había servido y la había hecho enojar. Rachel estaba a punto de abrir la boca, pedirle perdón y disculparse por ser una tonta imprudente pero la risa de Quinn la hizo detenerse, la rubia parecía divertida.
Rachel nada de lo que yo hago es sencillo, solo busco la manera de hacerlo más fácil de sobrellevar. —Le aseguró con una sonrisa, haciendo que la tensión nuevamente se disolviera por completo. — Y te agradezco por tu alago pero tú también actúas increíble, te he visto no lo olvides.
No pudo evitar volverse a sonrojar, le gustaba que le dijeran que era buena sus compañeros, Tina le había dicho lo mismo más de una ocasión pero era diferente con Quinn, la rubia estaba en los primeros lugares de todo y eso hacía que ese alago, fuera más especial.
Gra… Gracias. —Rachel carraspeó intentando quitar el sonrojo que se apoderaba de sus mejillas. — ¿Empezamos ya? Creo que solo nos queda media hora.
Oh, cierto. —Murmuró Quinn al recordar que en realidad, iban era a actuar una de las muchas escenas de aquella obra. — ¿Empezamos desde que las chicas se conocen?
Perfecto. —Abrió el libreto en la primera parte, leyendo la frase que le tocaba decir.
Mira, no sé lo que haya pasado pero mi hermanito estaba muy asustado y creo que merece una disculpa, chica.—Dijo Quinn al leer su línea, metiéndose en su personaje de inmediato.
No soy chica, soy Marie.— Refunfuño apenas la rubia terminó. — Y no me pienso disculpar por algo que no hice, chica.
Elizabeth, mi nombre es Elizabeth. Y si no quieres meterte en problemas Marie, es mejor que lo hagas o conocerás mi furia…— Amenazó.
He aquí el prologo ¿Les ha gustado? Espero sus reviews. :)
