Antes que nada, me gustaría pedir disculpas a la gente que ha entrado en este fanfic y como muy bien ha observado que había un problema técnico. Disculpan las molestias y gracias, especialmente al user que me ha dejado una review advirtiéndome.

CAPÍTULO 1

Desperté molesto por los rayos del sol que se asomaban por la ventana. Por fin viernes. Abrí los ojos y me encontré con la desagradable sorpresa de encontrarme con la chica que había estado follando toda la noche aún en mi cama. ¿Es que no pueden pirarse después de todo?

-Oi, despierta y vete ya que tengo clase. - le dije de mal humor.

-Nee Daiki, no seas tan borde. - dijo con tono juguetón.

-Te dije que no me llamaras Daiki. - respondí. -Y acaba ya que llego tarde. -añadí a lo que ella contestó con cara de pocos amigos.

Cuando se fue, fui a darme una fría ducha, me puse los pantalones, la camisa y la corbata del uniforme. Cogí una tostada y salí de casa. Justo cuando iba a cerrar la puerta principal vi a Satsuki que estaba esperándome.

-Buenos días Aomine! - dijo sonriendo.

-Buenos. - respondí de mal humor

-He visto a una chica saliendo de tu casa. Estaba a punto de llorar, ¿no deberías dejar de jugar con ellas? - me preguntó con cara de pena.

-Ese es MÍ problema, no el tuyo. - me miró como si estuviese a punto de llorar. -Oi Satsuki, no quería que sonase así de borde, es sólo que hoy no he despertado muy bien, lo siento. - y se tranquilizó.

Las clases eran tremendamente aburridas. Solo quería jugar, jugar y tener sexo. Decidí saltarme las siguientes clases y subí al tejado a dormir. Tenía muchísimas ganas de jugar y aún más si era con el pelirrojo. Kagami. Él era el único capaz de jugar contra él cuando jugaba seriamente. Muchas veces jugar contra él era millones de veces mejor que tener sexo con esas chicas.

Desperté cuando el timbre sonó, simbolizando la finalización de clases y me dirigí hacía el pabellón a entrenar cuando en la puerta había un grupo en medio. Seirin. Hoy será un día muy divertido por lo que veo...

-¡Aomine Daiki! - escuché una voz femenina por detrás que me llamaba y todos los de Seirin se giraron para ver qué pasaba. -¿Dónde has estado?, te he estado buscando por todo el instituto! - dijo bastante enfadada y aún más cuando vio que no le estaba haciendo caso. ¿Dónde estará? ¿Habrá venido él también?

-Oi Ahomine. - esa era la voz que quería escuchar. -¿podrías por lo menos hacer más caso a Satsuki cuando te habla? - me giré pasa asegurarme de que realmente era ÉL y efectivamente, ahí estaba Kagami.

-¿Que haces tú aquí Bakagami? ¿Tenías tantas ganas de verme que has venido corriendo a mí? - le pregunté sabiendo que se molestaría.

-¿PERO QUE MIERDAS DICES AHOMINE? - y picó. -HEMOS VENIDO AQUÍ PARA ENTRENAR Y HE SIDO PRÁCTICAMENTE ARRASTRADO. -acabó.

-Si bueno... mientes fatal... por lo menos sé sincero y admite que tenías unas ganas tremendas de verme.

-SERÁ... -fue interrumpido.

-¡BASTA! - chilló el capitán de Seirin. -Si quieren flirtear háganlo cuando tengan tiempo y no estén delante de otros.

-NO ESTAMOS FLIR... -dijimos al unísono pero ambos fuimos interrumpidos, esta vez por Kuroko.

-Ya basta. Hyuuga tiene razón y ahora muévanse, no pierdan el tiempo.

-¿Se puede saber qué estás mirando? - pregunté mirando a Aida, la entrenadora de Seirin, que nos miraba con ojos que literalmente brillaban. Al darse cuenta de la situación hizo como si nada y se limpió el hilo de saliva que le caía por el contorno de la boca. Obedecí a Kuroko y fui a encontrarme con los míos dentro del pabellón.

-¿SE PUEDE SABER DÓNDE MIERDAS ESTABAS? - gritó Wakamatsu alterado. -Umm... no digas más.. puede que... DURMIENDO EN LA AZOTEA COMO CADA PUTO DÍA? - el rubio aún se enfadó más cuando vio que pasaba de él.

-Basta, Wakamatsu, y tú, vete a cambiar y calienta. - ordenó Imayoshi.

Cuando fui al vestuario me encontré con el pelirrojo que ya se había adelantado y se estaba cambiando.

-Pff.. ¿Aún no te has cambiado? ¿Si que eres lento, no? Espero que esta lentitud mental no te afecte en la práctica - dijo sonriendo siendo consciente de que me estaba provocando y me acerqué a él hasta el punto en que nuestras narices estaban prácticamente rozándose. -Oi Ahomine, no te lo tomes tan a pecho, era una broma. - cerró los ojos al ver que levantaba el brazo pensando que le pegaría.

-Obre los ojos. -obedeció y le rocé mi pulgar derecho con su labio inferior -Cierra esa linda y adorable boquita que tienes porqué ya sabes lo que pasa cuando me provocas, Taiga - dije arrastrando la última palabra que salió de mi boca y al instante se sonrojó.

En la práctica a Kagami y a mi nos pusieron juntos y decidimos hacer un 1 vs 1. Como siempre, iba ganando pero justo cuando iba a encestar, le cogí de la camiseta provocando que los dos cayéramos, yo encima de él.

-¿PERO QUÉ MIERDAS HACES? PODRÍAS HABERME MATADO.

-Has sido tú que has tropezado y me has arrastrado en tu caída. - me justifiqué sabiendo que era mentira.

-Y UNA MIERDA. ERES UN IMBÉCIL, AHOMINE.

Cuando me levanté vi a Momoi y a Aida mirándonos cómo había hecho anteriormente la última, solo que esta vez Satsuki estaba sangrando por la nariz. Cuando se dieron cuenta de que los chicos las estábamos mirando se fueron corriendo al baño.

-¿Pero que mierda?, ¿por qué han hecho eso? - preguntó sin la más mínima idea.

-Probablemente fuera al ver la escenita que habéis montado y encima teniendo en cuenta de que entre vosotras hay una tensión que prácticamente se puede cortar... -explicó Hyuuga. -así que es mejor si os mantenéis alejados entre vosotros. Mierda, ahora que estaba disfrutando tanto.

Cuando acabamos la práctica salí del pabellón dirigiéndome hacia casa cuando Imayoshi me paró.

-Hay algo que aún no te hemos contado. Ya que Seirin se ha tomado la molestia de venir aquí, decidimos pasar el fin de semana con ellos y hospedarnos en una habitación todos juntos. - dijo el capitán.

-¿Qué? Perdona, es que no te he escuchado bien, acabo de oír que dormiremos juntos con ellos, ¿puedes repetir, por favor? - pregunté aún sin creérmelo.

-Guau Ahomine, ¡si sabes pedir las cosas con educación! - ´dijo Kagami mofándose y apoyándose en mi hombro para provocarme pero al mirarle con cara de pocos amigos paró.

-Lo has escuchado perfectamente bien, Aomine. Y ahora vamos.

Miré hacia Kagami y le respondí al de gafas. -Imayoshi, ten por asegurado que nunca más voy ha hacerte caso bajo ninguna excepción. - a lo que él respondió con una sonrisa.

Nos dirigimos a una tiendo 24h y compramos bebidas alcohólicas y fuimos directos a casa. Después de cenar empezamos a beber. Aproximadamente, al cuarto de hora Kuroko ya estaba piripi y iba abrazando y dando besos en la mejilla a los otros. Continué bebiendo cada vez más y más hasta que empecé a ver mal y fui al baño a refrescarme la cara. ¿Por qué tengo que estar aquí? Además está ÉL. De repente entró alguien en el baño balanceandose al no poder controlar los efectos del alcohol. Sonreí.

-Oi Bakagami, no me digas que ya vas mal. - le pregunté curioso.

-Déj *hip* ame. No voy mal aún. Pero si casi no puedes ni sostenerte. - dije acercándome a él para ayudarlo y le rodeé mis brazos alrededor de su cadera. Se sonrojó. Tan adorable.

-Déjame, *hip* no me toques.

-Si no te cojo te caerás, y no quieres eso, ¿verdad? - dije con sonrisa socarrona acercándome más a su cara para poder ver mejor su sonrojo. Me dio un cabezazo y huyó de mis brazos. Jodido cabronazo... qué daño, joder.

Cuando volví en la sala donde estaban los otros me quedé literalmente alucinado. Sakurai estaba besando a Kuroko, Imayoshi a Hyuuga, Wakamatsu a Kiyoshi y los otros estaban tirados al suelo. Las chicas estaban tan asombradas como yo, pero era una asombro diferente.

-Neeee Aominee~ - dijo Kuroko. - ¿Por qué pones esa cara? - preguntó pero no le contesté, seguía en shock.

-Neeeeeee Aomime~~~~~ - dijo esta vez Sakurai. - ¿A que no te atreveees aaa besar a Kagaami? - ¿Perdona? ¿Intenta provocarme? ¿Se piensa que soy tan tonto como Bakagami como para caer en su provocación?.

-Oi Sakurai, para de decir estupideces y deja de una vez el alcohol, que ya has bebido mucho. Y no pienso besar a eso. - Kagami iba tan mal que no contestó a mi provocación, sólo se acercó para darme golpes sin fuerza en el pecho. ¿Cómo puede ser tan jodidamente adorable? Sólo quiero besarle. Le cogí las muñecas con una mano y con otra el mentón y deposité un pequeño y suave beso, esperando respuesta alguna que no hubo. Ante la impasividad del otro, seguí dándole pequeños besos en los labios hasta que finalmente los movió y correspondió el beso. Fue dulce y cálido, experimentando sensaciones muy deseadas. Los dos movíamos lentamente los labios para encontrarnos con los del otro. Tenía una labios suaves y muy agradables. Querría estar así para siempre. Empecé a sentir más de lo normal, seguramente por el exceso de bebida. Solté sus muñeca y le rodeé como había hecho en el baño antes, acercándolo más a mi. Deslicé la lengua, lamiéndole los labios tiernamente y a la vez pidiendo permiso a lo que él, lentamente, abrió la boca para encontrar nuestras lenguas. Éstas danzaban entre si, pidiendo más. Estuvimos por un rato jugueteando con nuestras lenguas, enlazándolas. Quería más, necesitaba más. Necesitaba saberlo todo de su cuerpo. Metí mi mano dentro su camiseta disfrutando del roce de nuestras pieles desnudas, la cadera, la cintura, el abdomen definido... Enlacé perfectamente mi pierna con su entrepierna, rozándole.

-Mnnhh... - Kagami depositó un suave gemido en mi oreja haciendo que algo de mi entrepierna despertara. ¿Cómo podía tener esa voz tan sexy? ¿Y ese gemido? Quiero sacarle más, pero.. y si la gente lo escucha? ¿LA GENTE? Detuve el beso para ver donde estaban los otros. Todos nos estaban mirando anonadados, menos las chicas que estaban por el suelo delirando, casi desmayadas.

-¿Ya habeis acabado? ¿o os lo montareis aquí delante de todos? - dijo Hyuuga de mal humor.

Desperté y aún era de noche. Miré el reloj para ver qué hora era. Las 4.20 aún. Sentí como si mi brazo estuviera siendo aplastado por algo y cuando me giré, vi a Kagami usándolo de almohada. Estúpido Bakagami. Y le diposité un suave beso en los labios.

Y hasta aquí el primer capítulo, habrá más!.