Gui: Y esto es el Amigo literario, para Annie de Odair, en el foro Hasta el Final de la Pradera. Un FinnickJoanna friendship.

Disclaimer: Gracias Collins por crear estas cosas tan geniales.


Miradas

Cuando se mira en el espejo se parece un poco a Finnick. Ella también es guapa. Ella también puede desnudarse, para quien quiera. Aunque en realidad, en el fondo de las cosas, son completamente opuestos. Finnick los seduce a todos por obligación. Joanna era más mayor, estaba atenta a esas cosas. Los vencedores viejos no le interesaban (salvo los amargados, como Haymitch, como Chaff...), los jóvenes le daban rabia. El guapete con tridente ganó como un banal profesional. Los mató a todos después de aliarse con ellos. Ella también los mató a todos, pero surgiendo entre las sombras, sin patrocinadores de peso ni nadie para darse cuenta de que aún seguía viva.

Luego, Finnick siguió sus pasos: pasó de Snow. Y claro, el hermano de Joanna también había entrado en los juegos. Y había muerto en el baño de sangre de la Cornucopia, como los demás, porque Joanna no le dijo que se alejase. Le miró pelear, le dio el visto bueno (como quieras y se encogió de hombros) y el chico murió. Snow no tuvo tiempo de explicarle a la ocupada mentora novata que era Joanna que lo hacía para chantajearla. Luego hubo accidentes en casa, incendios propagados deprisa por los bosques, miseria, en fin, todo, hasta tal punto que Joanna, huérfana y sin nada, se alegraba de que su hermano hubiese muerto como un héroe (eso habría pensado él, seguro).

Pero Finnick era un blandengue. A Joanna le daba rabia y una envidia malsana. Esa estúpida, esa loca de Annie, que exclavizaba a Finnick, estaba viva.

La primera vez que hablaron, como mentores, ella le dijo que la dejase morir. Él contestó que mientras sus manos supieran a sal, no podría dejarla. Hasta le dio a probar el meñique. Joanna se enfadó. Nunca se enfadaba, era demasiado importante para esas cosas, pero se enfadó y desde entonces, le saludaba siempre igual: "¿a qué te saben las manos?". Él se metía el meñique en la boca y contestaba variantes de "a sal" como "sabroso" o "se me ha ido la mano con la sal". Muy gracioso.

Tenían muchas de esas. Coñas creadas en esquinas oscuras y sacadas a la luz del día. El Capitolio no te encierra por decir que las manos te saben a sal. Poco a poco, muy poco a poco, empezaron a apoyarse el uno en el otro. Por juegos estúpidos y ese tipo de cosas. Palabras encadenadas, piedra, papel, tijeras... Nadie mira, nadie sabe.

Y de vez en cuando había alguna mirada, de esas que encierran cosas que nadie más entiende. Como cuando se han mirado, hace nada. Finnick arrebatador, Joanna desnuda. Y Katniss, la chica en llamas, el Sinsajo, la chispita que lo ha encendido todo y aún no lo sabe, en medio. Enfadada, perdida. Violenta. Una de esas que no ha entendido ni entenderá que todo esto no es más que un juego, ¿eh Finnick?

¿Eh Joanna?


Y estoy orgullosa de haberlo conseguido a tiempo.

Gui
SdlN