¿Alguien me extraño? O lo que es más importante ¿Alguien extraña mis historias Shino/Hina? Porque traigo una que destila miel por donde quiera. Estoy enferma de un ojito y al parecer va para largo, así que tendrán que tenerme paciencia para la próxima historia. Siento mucho si decepciono a alguien. En fin los dejo leer.

Naruto no me pertenece ni sus personajes, solo los utilizo para beneficio de esta historia que publico sin ningún fin de lucro.

Personajes con leve OoC (o mucho).


SONREIR

¿Cómo es que había llegado a la situación en la que ahora se encontraba? Ni siquiera lo sabía, y aunque recordaba todo lo que había pasado por la noche, cada detalle y minuto transcurrido, no lograba entender como de una simple plática pasaron a donde se encontraba ahora. Y aseguraba que su acompañante se estaba haciendo la misma pregunta. O al menos trataba de hallar una solución al "Problema" que tenían ahora.

La noche anterior había descubierto al amor de su vida, teniendo intimidad con su prometida en medio del bosque. Sabía que él no la amaba, lo sabía perfectamente. Pero en su interior guardaba una estúpida esperanza de que él se diera cuenta de todo lo que ella le amaba. Naruto siempre tendría ojos para su compañero de equipo, ella había sido su compañera, amiga y ahora sería su esposa y madre de sus futuros hijos ¿Y ella que? ¿No había nadie que sintiera un mínimo de interés por ella?

Sabía que no era fea, aunque tampoco era tan atractiva, según su parecer. Su modo de vestir que rayaba en lo mojigato disminuía mucho su atractivo, además aunque poseía uno de los doujutsus más poderosos de la aldea escondida entre las hojas, también era cierto que no tenían una belleza espectacular. Y lo que más la molestaban eran sus enormes senos. Siempre batallando en conseguir sostenes de su talla, corpiños que le permitieran usarlos para su labor de ninja y cuando usaba sus exquisitos kimonos, estos siempre se abrían demás del busto por lo enormes que eran y atraían miradas de hombres tanto jóvenes como ya adultos.

Había estado entrenando en el bosque cuando escucho ruidos extraños y vio a la pareja más conocida de toda la aldea en un momento que solo ellos deberían de compartir. Los sonidos que salían de la peli rosa fueron los que atrajeron su atención hacia ellos, pero encontrar semejante espectáculo hizo que la poca esperanza que tenia se fuera al caño. Sin que la pareja se diera cuenta se fue de ahí sin hacer el menor ruido y sin proponérselo fue a dar a los terrenos que le pertenecían a la familia Aburame.

Había estado llorando por las siguientes cuatro horas siguientes desde el espectáculo visto. Sintió a los insectos que Shino estaba entrenando para la vigilancia de la aldea cercas de ella y uno que otro habían subido por unos de sus brazos mientras estaba recargada en un gran cedro y se deslizaba sobre la corteza hasta caer sobre el pasto y juntar sus rodillas con su pecho mientras escondía su cara y abrazaba sus piernas.

Cuando se encontraba mucho más calmada y cansada por derramar tantas lagrimas empezó a jugar con los insectos y hablar con ellos. Por su compañero sabía que ellos la escuchaban, aunque ella no podía comunicarse con los insectos con desahogarse un poco se sentía mucho mejor. Sin poder evitarlo empezó a sentir demasiado sueño y aun recargada sobre la corteza se quedó dormida.

No supo cuánto tiempo estuvo dormida, pero cierto olor a madera y hierbas inundo su olfato, además de cierto calor que la rodeaba. Fue cuando se dio cuenta que ella misma abrazaba a esa fuente de calor y que dicha fuente aunque no le abrazaba con fuerza era firme. Al abrir los ojos se dio cuenta que el sol ya se había ocultado y que algunas pequeñas luces flotaban alrededor del bosque. Levanto su vista y reconoció las gafas oscuras de su compañero de equipo, quien al parecer no se percataba que ella había despertado ya que se encontraba distraído con una luciérnaga sobre su dedo índice en la mano derecha.

Shino la tenía rodeada con sus piernas que estaban flexionadas y su otro brazo descansaba en su rodilla izquierda. Ella se encontraba apoyada en su pecho mientras lo abrazaba, en su rostro salto un rubor al darse cuenta que Shino había abierto su acostumbrada gabardina y chaleco jounin para darle calor debido a que la noche estaba un poco fría. Sin querer se abrazó un poco más a él y Shino se dio cuenta que Hinata había despertado.

-Estabas hecha un ovillo y tus labios se estaban poniendo azules.- Dejo que la luciérnaga se fuera y centro su atención ahora en Hinata.- Te lo explico, para que no haya malos entendidos por la posición en la que nos encontramos.

-Jamás pensaría mal de Shino-kun ¿Cómo supiste que estaba aquí?- Pregunto refiriéndose al lugar en específico, no al bosque que era propiedad de su clan.

-Los insectos me lo dijeron. Venía a seguir con el entrenamiento pero fui interrumpido cuando me dijeron que estabas aquí durmiendo.- Lo decía manteniendo la vista al frente.- ¿Qué fue lo que te llevo a estar en estas condiciones en este lugar?

-Gomen Shino-kun, yo no quería molestar. Gomen.- Tapo su rostro el torso de Shino y al darse cuenta de lo que hacía enrojeció violentamente, pero aun así no se separó de él.

-No me molesta que estés aquí. Pero me causa curiosidad encontrarte en ese estado. Se nota que has estado llorando ¿Tu clan aun te molesta?- Esta vez sí bajo su vista para verla y estudiar su reacción.

-No, no se trata de eso. Desde que deje el liderazgo del clan y abandone el complejo Hyuga no se me han acercado. Hanabi-sama me manda mensajes cuando puede para saber cómo esta y me da noticias de Oto-sama.- Sintió una corriente de aire golpear un costado de su cuerpo y se dio cuenta que su chaqueta estaba un poco mojada. Quizás el lugar en donde durmió estaba mojado o había un charco.

-Si no quieres decirme no hay problema. Recuerda que eres mi camarada y entre camaradas nos apoyamos.- Quiso dejar zanjado el tema, no quería presionarla para que dijera que le ocurría. Sintió como Hinata buscaba más su calor y se dio cuenta que parte de su chaqueta estaba empapada.- Mi casa queda cercas, si te quedas más tiempo en la intemperie así enfermaras.

-¡No es necesario Shino-kun! ¡No quiero causarte molestias! Puedo llegar a mi departamento y me preparare un baño.- Se levantó inmediatamente y le dio una pequeña referencia. Cuando iba a emprender la retirada la voz de su compañero la detuvo.

-No es conveniente. Tu departamento está retirado, mi casa esta cercas. Si te dejo ir a tu casa posiblemente enfermaras y si mañana nos mandaran llamar para una misión te encontrarías indispuesta.- Imito a Hinata y se puso de pie, aun no cerraba ni su chaleco ni su gabardina, por lo tanto ella tenía una excelente vista del buen estado físico de su compañero, lo que causo de nueva cuenta un sonrojo.

Por todos era bien sabido, que los Aburame siempre vestían bastantes ropas encima, ya sea para mantener ocultos los orificios de donde salían sus insectos como para mantener una temperatura constante para ellos. Pero Hinata nunca se imaginó que su compañero tuviera un físico espectacular. Había estado de misión un par de veces con el vengador reivindicado de Uchiha y a este no le molestaba que ella lo viera andar solo con pantalones y el torso desnudo. Hinata no sentía ningún tipo de atracción hacia él, pero había detallado muy bien su físico y la verdad es que Shino no tenía absolutamente nada que envidiarle al Uchiha.

Su torso estaba muy bien formado sin parecer exagerado al igual que sus abdominales que estaba bien definidos. Como diría su amiga Ino, "En ese tallador si lavaba a mano todos los días". Cuando su mente cayó en cuenta lo que se había dicho a sí misma, sintió que se desmayaba. Y casi vio el suelo si no fuera porque su amigo que la sostuvo por la cintura y la pego hacia él estaría saludando al suelo.

-Lo vez. No estás bien. Sera mejor llevarte a mi casa.- No dio lugar a replica y la cargo estilo princesa.

El camino fue bastante corto, la oji perla no tenía idea que de verdad estaba muy cercas de los terrenos Aburame. No fueron más de diez minutos de camino cuando vio el sencillo complejo del clan de los insectos, no era ostentoso y frio como el de los Hyuga, de echo a Hinata se le antojaba bastante cálido, muchas flores para que sirvieran de hogar a los insectos que iban de un lado a otro.

-Shino-kun, puedes bajarme ya me siento mucho mejor. Además no sé si a tus padres les parezca bien que llegues conmigo en brazos, agregando no tengo otra ropa que ponerme. De nada sirve que me hayas traído a tu casa.- Hinata se encontraba más avergonzada que de costumbre. Por estar viendo los alrededores del hogar Aburame no se había puesto a pensar en esas sencillas e importantes cosas.

-Mis padres no están. Y mi madre de joven también era kunoichi, no le molestará que tome alguna de sus ropas y prestártelas ¿segura que puedes sostenerte en pie?- Casi a la puerta de su casa Shino la bajo al verle asentir suavemente.

-¡Shino-kun!

Se escuchó un grito a espaldas del Aburame y después como una chica se abrazaba del cuello del Shino. La chica era de piel bronceada y hermosos ojos miel, cabello lacio y de un chocolate brillante con una sencilla yukata de color azul marino y un obi celeste.

-Asumi-san, por favor le pido que no haga eso. Mis insectos pudieran interpretar sus acciones como un ataque y lastimarla.- Con delicadeza aparto los brazos de la chica pero ella inmediatamente se abrazó a uno de las extremidades superiores casi cortándole la circulación.

-Estuve buscando a Shino-kun todo el día sin poder hallarlo.- Pegada al nombrado se balanceaba hasta que noto a la ex heredera del clan Hyuga.- ¿¡Quién eres tú y que haces con mi Shino-kun!?- Le apunto con el dedo en medio de los pechos de la Hyuga.

Hinata no había intervenido en nada porque se encontraba muy sorprendida de la aparición de la chica llamada Asumi. Por lo que parecía era miembro del Clan Aburame, ciertos rasgos en ella se lo confirmaban y al parecer era novia de su amigo o al menos esa era la impresión que daba por el modo en el que actuó Asumi al verla junto al Aburame.

-Me llamo Hyuga Hinata. Soy compañera de equipo de Shino-kun. Un gusto conocerte.- Dio un paso hacia atrás y ofreció una elegante reverencia.

-Aun no me dices que haces con MI Shino-kun, Hi-na-ta.- Afianzo el agarre que tenía con Shino fulminándola con la mirada. Hasta que el futuro líder del clan Aburame intervino.

-Asumi-san. Lo que haga o no haga con Hinata-san no es algo que a usted deba interesarle. Soy libre de ir y venir a placer con quien yo guste. Se lo he dejado en claro varias veces, si esto continua me veré forzado a tomar otras medidas. Si nos permite íbamos entrar a mi casa. Adiós.- Se soltó del agarre de la chica que lo miraba entre sorprendida y mortalmente enojada.

Hinata se dio cuenta que Shino en verdad estaba molesto al escucharlo hablar tanto y el tono tan firme que uso para con la chica llamada Asumi, quien creyó era su novia. Cuando vio a Shino dar dos pasos para abrir el shoji la chica de pelo chocolate exploto.

-¿¡Es que acaso me cambias por ella!? ¡No tiene ninguna gracia, ni siquiera sus ojos son bonitos y esa ropa que usa de seguro oculta una horrible barriga!- Grito viendo directamente a Hinata quien llevo directamente su mano a su pecho.

Si una chica pensaba así de ella, que podía esperar Hinata de los chicos. Seguramente lo que Asumi decía era cierto y en verdad resultaba repulsiva a la vista de los demás. Quizás ese era uno de los motivos por los que su padre jamás hizo nada por ella, no tenía ninguna de las características de los Hyugas. Por eso Naruto siempre la vio tan solo como una buena compañera y nada más. La voz de Shino la trajo de vuelta a la realidad.

-Hinata tiene cualidades que van más allá del físico. Posee una belleza interior extraordinaria, su empatía es impresionante, una excelente kunoichi, hermana ejemplar.- Aunque Shino enumeraba cada una de esas cualidades que según ella poseía, seguía sintiéndose poco atractiva.- Eso sumado a sus bellas facciones, según mi manera de ver no hay ninguna otra mujer en la aldea o cualquier otra que compita con su belleza. Y conozco muchas aldeas.- Shino tomo el brazo de Hinata que estaba en sock por las palabras dichas y por fin entraron a la casa del Aburame.

Lo que dijo Shinono eran mentiras, él no tenía esa necesidad. Siempre exteriorizaba sus ideas y su sentir, esta vez no era la excepción. Aunque sabía que su amiga sufría de auto estima baja, muy pocas veces la ayudaba a subirlo, pero no soporto que Asumi, quien lo perseguía a sol y sombra, insultara de esa manera a su amiga.

-El baño esta por aquí, hay unas toallas grandes dentro. Buscare la ropa de mi madre y la llevare a la habitación de al lado.- La dejo enfrente del cuarto de baño de tamaño medio y le mostro la habitación donde podría cambiarse.

-Muchas gracias por todas las molestias Shino-kun.- Llevo sus manos a su pecho y empezó a jugar con sus dedos índices chocándolos entre si.- Y gracias por esas palabras tan bonitas, no tenías que molestarte.- Sonrió forzadamente a su amigo que inmediatamente se dio cuenta que la sonrisa era fingida.

-Me molesto la manera en cómo te hablo. Asumi-san se ha dado atribuciones que no le corresponden. Solo porque mi madre sugirió un posible compromiso, pero eso no quiere decir que ya se ha decidido. Además ella no te conoce y no sabe de tus cualidades.- Cuando iba a dar media vuelta para dejar que la oji perla se asease una pregunta echa por Hinata lo hizo girarse nuevamente hacia ella.

-¿De verdad Shino-kun piensa eso de mí?- Un sonrojo se apodero de sus mejillas. Pero en verdad estaba sorprendida de que Shino pensara así de ella. El jamás le había dicho nada por el estilo.

-No tengo ningún motivo para mentir. Lo veo innecesario.

-Gracias de verdad Shino-kun. No tienes idea lo que significa eso para mí.- Le sonrió ahora si sinceramente y él solamente asintió.

Ahora si Hinata se adentró al baño y se despojó de sus ropas. Se dio cuenta que su chaqueta estaba empapada de todo un lado incluyendo su pantalón. Afortunadamente su ropa interior y su blusa de malla se encontraban secas, así las podría volver a utilizar e incluso salir con ella. Dejo que el agua se llevara la frialdad en su espalda y extremidades. Pero aún le daba vueltas al asunto de Naruto y del porque si tenía todas las cualidades que Shino le había mencionado a Asumi nadie se acercaba a ella de manera romántica. Y de nueva cuenta su ánimo decayó un poco.

Mientras Hinata tomaba su ducha, Shino se dio cuenta que su gabardina también estaba mojada, pero al ir tan empalmado no se percató de eso. Mientras buscaba la ropa de su madre se despojó de la gabardina y también del chaleco, no quería arriesgarse a pescar un resfriado. Hayo lo que buscaba y le pareció que su madre vestía un poco ligera en su tiempo de kunoichi para las costumbres de su clan. Así que eligió un short ninja en color negro y medias ninjas negras a medio muslo, unas blusa de malla y otra blusa de tirantes que supuso iba sobre la de mallas en color negro con bordados de su clan en color rojo y para finalizar una gabardina que también iba a medio muslo y muy, muy ajustada. Hinata se tendría que conformar con esto ya que fue lo único que encontró que le pudiera quedar a su amiga. Lo importante era que no enfermara.

Fue hacia la habitación en donde se cambiaría Hinata y dejo las prendas de vestir ahí, iba a salir de la habitación para él ponerse otra ropa ya que, aunque estaba acostumbrado a andar así en su casa, sus compañeros jamás lo habían visto así y lo incomodaba un poco que Hinata lo hiciera. Los orificios en su cuerpo no eran para nada atractivos y seguramente a Hinata le desagradaría verlo. No es como si le importara la apariencia física, para él siempre el deber shinobi estaba sobre cualquier otra cosa, pero siempre que había una presencia femenina cercas no sabría cómo reaccionaría esta, así que mejor se evitaba problemas.

Al darse vuelta vio a Hinata en el umbral de la puerta que lo miraba con un muy fuerte color escarlata en todo el rostro. Sujetaba fuertemente la toalla y lo miraba directamente, aunque al ver bien los ojos de la oji perla se percató de que Hinata lo estaba escaneando y que al parecer eso provocaba el rojo en su rostro. Su ego, algo de lo que creía carecer, se elevó a dimensiones desconocidas. Después de todo era hombre y tenía a una atractiva mujer viéndolo de pies a cabeza, aunque esa mujer era su amiga, no dejaba de ser precisamente UNA MUJER. Mujer que tenía el cabello aun goteando dándole una apariencia sexy, aunque se cubría con la toalla bien podía ver el nacimiento de sus senos cubiertos también por su ropa íntima superior que al parecer era de color negro. No sabía que Hinata tuviera hermosas piernas largas y torneadas por el ejercicio de los entrenamientos y esa bella piel de tono lechoso. Él no era un pervertido, pero daban ganas de recorrer ese perfecto lienzo de piel con manos y lengua.

Su respiración empezó a ser un poco irregular, detuvo sus pensamientos y se obligó a regresar a la realidad, tenía que controlar a las hormonas y sobre todo a los insectos que se revolvían inquietos en su interior. Mientras tanto Hinata sentía como Shino la miraba e inspeccionaba de arriba abajo y la autoestima que había bajado de nueva cuenta regresaba a ella. Tal vez y solo tal vez lo único que debía de tener era un poco de confianza en sí misma y explorar un poco más su feminidad. Además la vista que le estaba regalando Shino era por demás espectacular. Jamás lo había visto sin la enorme gabardina, ni siquiera lo había visto con su chaleco y verlo solamente con su playera de malla era un toda una revelación de la que no se podía perder. Le dio un poco de gracia que aunque Shino mostraba más piel de la que usualmente hubiera permitido, no se había quitado las gafas oscuras, pero algo capto su atención de inmediato y no fueron otra cosa que los pequeños orificios en sus brazos y parte de su cuello. No lo pensó dos veces y fue directo hacia Shino olvidándose por un momento que solo se encontraba con una toalla envolviendo su cuerpo y escondiendo la ropa de encaje en negro que llevaba puesta.

Shino la vio acercarse mientras Hinata observaba sus brazos y casi estaba seguro que lo que en verdad veía eran los orificios que había en ellos, por un momento pensó en cubrirse pero recordó que ahí no había nada con que hacerlo, además que se perdió en el suave movimiento de caderas que Hinata hacia mientras caminaba. Sintió el calor de sus delicados y delgados dedos mientras tocaba suavemente por cada uno de los agujeros.

-Nunca había visto tus brazos. Es maravilloso lo que puedes hacer con tu cuerpo para tener a tus compañeros contigo.- Y aunque la azabache casi lo dijo en un susurro él la escucho perfectamente. Hinata no se percataba de lo cercas que estaba del cuerpo de su amigo.- ¿Solo los tienes en tus brazos y cuello?- Levanto su vista a él ahora si percatándose de lo cercas que estaba y enrojeciendo de golpe pero sin quererse apartar.

-También en parte de mi pecho ¿No te causan desagrado?- Frunció su seño con evidente confusión. A cualquier otra chica le hubiera causado repulsión. En la aldea siempre se escuchaban rumores de que por eso los Aburame batallaban en encontrar pareja, ya que al someterse a ciertas técnicas dejaban al descubierto parte de su piel para que vivieran en ellos insectos y a las mujeres les resultaba algo repulsivo.

-¡Por supuesto que no! ¡Lo encuentro fascinante! ¿Podría ver también las de tu pecho? Si…si no te molesta, por supuesto.- Se abofeteo a si misma por hacer una pregunta tan atrevida pero su curiosidad había podido más. Dio dos pasos hacia atrás e iba a decirle a Shino que lo olvidara pero justo cuando lo iba a decir vio con sorpresa como su compañero se deshacía de su playera.

¡Dios! Ahora no sabía hacia dónde mirar. Si ver aquellos pequeños agujeros en el cuerpo de su compañero o ver esos bien trabajados músculos abdominales y espectaculares pectorales. Su curiosidad gano de nueva cuenta y se acercó nuevamente al castaño levantando su mano derecha para llevarla al pecho del chico Aburame. Con cuidado y delicadeza empezó a detallarlos uno por uno y acortando aún más la distancia. La piel de su compañero era suave y el contacto disparo una extraña reacción a su centro haciendo que su respiración aumentara.

Los toques que realizaba Hinata en su pecho estaban mandando descargas de diferentes intensidades a todo su cuerpo y luchaba por mantener su respiración y cordura a raya, pero sentía que en cualquier momento su cuerpo tomaría el control de su mente y no se podía permitir eso. Tenía que luchar y hacer uso de todo su autocontrol para no dejarse llevar por sus impulsos, él no era como Kiba su compañero hiperactivo y compulsivo, él era analítico y mantenía siempre su cabeza fría para evitar errores. Pero por más que lo intentaba, más se convencía que en cualquier momento mandaría todo por un reverendo tubo.

Hinata levanto su mirada y observo como Shino también la miraba directamente, no necesitaba de su doujutsu para darse cuenta que él estaba igual que ella y que si no había hecho nada era porque estaba luchando con sus instintos. Tal como ella lo estaba intentando, pero la verdad simplemente ya no quería luchar. Dejo caer su toalla y tomo una de las manos de Shino para colocarla en su cintura, él como si fuera tan solo un muñeco se dejó controlar, mientras que Hinata llevaba su otra mano a las gafas de Shino y las retiraba mientras las dejaba en la cama. Después fue Shino quien actuó y bajo lo suficiente para tomar posesión de los rosados labios de su amiga.

Algo dentro de la mente de ambos les gritaba que se detuvieran, que no continuaran pero ellos por primera vez en su vida se olvidaron de la voz de la razón, conciencia o lo que fuera que les estuviera hablando. Actuaron como sus cuerpos les pedían, se dejaron llevar por la pasión del momento sin tener en cuenta de las consecuencias que eso podría acarrear, pero ambos eran valientes y luchadores, cualquier cosa que se les presentara saldrían adelante. Él la trato con delicadeza extrema y ella le recompenso con caricias, besos y palabras dulces. La mirada siempre puesta en el otro, dándole a entender que no se arrepentían de lo que hacían, que al día siguiente resolverían lo que tendrían que resolver, mientras tanto se entregarían lo que se querían entregar.

Al finalizar, solo la habitación había sido testigo de lo que ahí había pasado, respiraciones aun agitadas y un abrazo lleno de algo que no se le podía dar nombre porque no lo conocían y un beso un beso que no querían que terminara nunca mientras aún se abrazaban, un beso que los invitaba a repetir la reciente actividad, roce de cuerpos que extrañamente se acoplaban a la perfección y sueño, un sueño que también los invitaba a un mundo en donde podrían alejarse de todo y a la vez replantearse el que hacer con su vida al día siguiente.

Y el día siguiente llego llenándolos de preguntas que aún no tenían respuestas. Extrañamente no había arrepentimiento en ninguno de los dos, pero había un "¿Y ahora qué?" en la mente de ambos. Por su parte Hinata temía que su "amigo" pensara mal de ella y él tenía miedo que Hinata pensara que ella solo significara un simple acoston. Shino fue quien actuó primero y poseyó sus labios nuevamente en un suave beso.

-Quédate conmigo por favor. Permíteme mostrarte el amor, cuidado y respeto que te puedo dar. Déjame sacarlo de tu corazón.- No había necesidad de sacar nombres a la luz ya que estaba en el aire. Ojos cafés claros frente a ojos Luna. Él sobre ella en la cama esperando alguna respuesta o reacción.

-Shino-kun. – Lo nombro en un susurro. Quería decirle que sí, que ella también quería ser libre de un amor que ahora era aún más imposible porque el despertó a la mujer que se ocultaba en ella, que sus caricias ahora eran tatuajes en su piel y sus besos estaba marcados con fuego en su memoria táctil, que quería que él la tocara y ella quería tocarlo. Quería decirle tantas cosas pero solo pudo enredar los dedos en el cabello castaño y atraerlo hacia ella para besarlo como lo había hecho la noche anterior esperando que entendiera su mensaje.

Y él lo entendió y porque era un Aburame prometía que Hinata lo llegaría amar más de lo que quiso al rubio y próximo Hokage de la aldea de la Hoja, ahora ella era su mujer, se olvidaría solo por esta vez de formalismos, ella era suya ahora y nadie podría impedirlo y de nueva cuenta la amo físicamente y la vio sonreír de diferente manera. Ella sonreía feliz y él era la causa de eso. Y por primera vez Shino Aburame sonrió abiertamente. Por primera vez él sonreía feliz, porque ella era feliz por su causa.


¿One-shot? Según la cantidad de reviews que reciba.

Píquenle abajo para que me hagan sonrojar por favor */*