Hola! Como dije, aqui estoy de nuevo con una historia completamente diferente. Obviamente los personajes no son míos (más quisiera yo, en especial Jasper T_T) son de la señora Meyer. Es una historia bastante larga, aunque creo que es fácil de leer. Como ya la tengo acabada, intentaré ir subiendo "packs" de capítulos.
Espero que disfrutéis leyéndola, igual que yo disfruté escribiéndola^^
Introducción
Corría el año 1934 en la ciudad de Nueva Orleans. Era un día lluvioso y gris. El pequeño Jasper miraba aburrido por la ventana como las gotas de lluvia bajaban por el cristal. Sus padres habían ido a una comida con unos amigos y lo habían dejado en casa de su abuela Lucy. Jasper se aburría terriblemente ya que como llovía, su abuela no le dejaba salir al jardín a jugar y dentro de la casa no tenía juguetes. Su abuela entró en el comedor y lo vio mirando por la ventana.
-¿Quieres que te enseñe algo?-le preguntó intentando entretenerlo.
Jasper asintió.
Su abuela le tendió la mano y lo llevó hasta el piso de arriba, donde dentro de una pequeña habitación había algo tapado con una gran sábana blanca.
-Destápalo-le pidió su abuela.
Jasper le hizo caso y cuando vio lo que se escondía bajo aquella sábana, sus ojos se agrandaron. Bajo la sábana había un gran piano de madera que parecía muy antiguo.
-¿De quién es abuela?-preguntó el niño asombrado.
-Pertenecía a tu bisabuelo y lo heredó tu abuelo. Ahora pertenece a tu padre, pero como a él no le gusta tocarlo, lo guardo yo. Es un valioso recuerdo de tu abuelo.-le explicó-mira, te enseñaré como lo toco ¿te gustaría?-le preguntó mientras se sentaba delante del piano.
Jasper asintió rápidamente y se sentó al lado de su abuela.
La mujer empezó a interpretar una triste melodía que cada vez se iba haciendo más alegre. Cuando terminó de tocar se dio cuenta de que Jasper observaba las teclas, embobado.
-¿Te gusta?
-¡Mucho!, me gustaría aprender a tocarlo abuela.
-Yo te podría enseñar si quieres.
-¡Si! Vendré cada día para aprender a tocar el piano- le dijo Jasper sonriendo.
Seguramente ya no se aburriría tanto en casa de su abuela Lucy.
