Primeros Pasos

Sinopsis:Porque Dobby también estuvo presente en la crianza del joven amo y sabe que él no será del todo igual a su padre, en cierto sentido.

Disclaimer:Harry Potter y sus personajes no me pertenecen, todo es propiedad de J. K. Rowling. Si la saga me perteneciera, cambiaría por completo el Epílogo.

Este fic participa en el Mini reto: "El Calcetín de Dobby" del foro Las cuatro casas.

Notas Finales: Pues bien, en el respectivo foro mencionado arriba, el Sombrero me seleccionó en Slytherin, al lugar donde pertenezco~ Os invito a unirse, hay muchos juegos fabulosos y pronto tendremos más retos. Este drabble es uno de los tantos en los que seguramente participaré. Es la primera vez que escribo de Dobby, y ¿qué creen? Hay un pequño indicio de Drarry, que malvado :v Posiblemente tenga continuación, ¿quién sabe? :3

Espero que les guste!


Desde que el joven amo Malfoy era un bebé, a Dobby se le había encomendado la tarea de cuidarlo.

—Serás propiedad exclusiva de mi hijo, miserable. Así que más te vale tratarlo como se merece. —Ordenó el patriarca Malfoy entre dientes. Estaba sentado en su trono correspondiente de la mesa, con su mirada en alto y haciendo todo lo posible por demostrar indiferencia ante los alimentos, porque los Malfoys no se ven desesperados por comer. Los Malfoys comían educadamente y sin prisa, eso Dobby lo sabía bien. Dobby había servido a la familia Malfoy durante tanto tiempo que una vida lejos del alcance de ellos jamás se le hubiese pasado por la cabeza, porque los Elfos no son libres. Los Elfos son asignados para servir con todo su honor a una familia Sangre Pura por el resto de su vida. Y punto, no había discusiones al respecto porque no había nada más que discutir.

Por ese motivo, únicamente asintió silenciosamente al Amo Lucius Malfoy. Se encargaría de velar y proteger al pequeño heredero, aún si su vida se viera atentada en el camino.


Para cuando el niño había cumplido sus once años, Dobby estaba más que orgulloso y secretamente aliviado. Hace mucho tiempo que había dejado de mantener y preocuparse por la higiene del joven heredero y sin embargo, había ciertas cosas del cual el pequeño no podía hacerse cargo. No obstante, Dobby estaba feliz y cuando nadie lo veía, esbozaba sus sonrisas. No entiende por qué sus amos se enfurecen cada vez que sonríe, pero le pareció escuchar a la señora Bellatrix años atrás (una bruja a la que Dobby no puede ver porque enseguida comienza a llorar y golpearse), que su sonrisa era ciertamente tétrica y espantosa, y que no merece sonreír porque no tiene motivo alguno, o en su opinión, no debería tenerlos. Eran sirvientes, parte de la escoria del mundo mágico y cada vez que Dobby escucha eso, siente poco a poco su corazón romperse en mil pedazos. Porque lo habían educado así, ese era inevitablemente su mundo y parecía no tener fin.

Así que fingía no escuchar tales palabras, porque bastante tiene culpándose y atacándose él mismo.


Dobby lo extraña. Dobby extraña al pequeño amo Malfoy. Sabe que en el fondo es un buen chico y que en cierta manera, es diferente al amo Lucius Malfoy. Lo sabe porque ha estado presente en su crianza y primeros pasos mágicos, ha visto esos pequeños instantes en los que el joven amo no es tan malo y cruel como su padre pretende que sea. Y Dobby se siente orgulloso de eso, porque con ese pequeño cambio tal vez así pueda albergar esperanza.

Dobby no entiende qué le puede estar pasando a su pequeño amo en su Primer Año en Hogwarts. Desde que ha llegado de sus vacaciones de navidad, no ha salido del cuarto, y ha despotricado sin parar del joven Harry Potter.

Dobby no entiende, que su pequeño amo ya no es tan joven como aparenta.