Disclaimer: Este Fic es de mi autoria, pero los personajes de Shingeki No Kyojin son de Hajime Isayama.

Nota: Este fic va dedicado a una de mis mejores y mas queridas amigas, Ichinose o Marcia, espero que sea de tu agrado este fic y lo disfrutes leyendo, así como también yo lo escribí para ti, eres mi musa y fuente de inspiración.


Despertó de su sueño con inmediatez notando como su respiración estaba agitada, su frente sudorosa y los pálpitos de su corazón acelerados ¿Desde hacia cuanto ocurría esto? Desde la última vez que pudo verla, sin más remedio, se levanto de su cama, solo para recorrer sus aposentos hasta el balcón y asomarse hacia la vastedad de su reino, reino que no heredo, un reino que básicamente obtuvo con guerra, con acero y sangre, con la vida de innumerables personas, la vida de sus más preciados amigos, solo por el bien de la humanidad o al menos eso creía.

Todo estaba tan tranquilo, tan pacifico que se preguntaba ¿Cuánto duraría esa paz que construyo a coste de su felicidad? Porque si, a pesar de que muchos sacrificaron todo más preciado que tenían cada uno, nadie a parte de ella entendía el valor de lo que habían puesto sobre la mesa, todo para garantizar un futuro. Por que para ella cuando perdió a Ymir delante de sus ojos todo cambio cuando intento protegerla a ella y a Eren de los demás titanes.

Flashback.

¿La misión? Escoltar a Historia y a Eren a una nueva localización, por que las murallas habían caído y solo era un montón de ruinas, por lo que su traslado era importante y es que ¿Quién pensaría que habría otras personas capaces de convertirse en Titanes a voluntad y más que todo deseaba eliminar a la raza humana por completo? Nadie lo supo, nadie hasta que ese día que vino como relámpago y la tormenta se desato sobre todos ellos. Y ella siendo de linaje noble, sabía lo importante que era, era la última reina de la humanidad, era un autentico símbolo viviente y mientras viviese, la humanidad tendría esperanza, ese era el por qué debía vivir.

Se supone que este desfiladero estaba libre de titanes – Dijo Eren quien estaba mirando como unos titanes de menor tamaño asechaban al pequeño grupo.

Si porque desde que lucho contra Rhodes ya no necesitaba protección, ya no dudaba de si, y era capaz de defenderse por sí mismo, por lo que esta misión era de solo tres personas, de la Reina Historia, la ultima de los Reiss, Ymir la Titán reformada y autoexiliada y el, Eren el Cazador de Titanes.

¿Crees que los otros estén bien? ¿Por qué nos han alcanzado? – Pregunto preocupada, mientras escuchaba los gritos agudos y graves de los titanes.

Los otros… – La mirada de Ymir se ensombreció – Estos… Son del tipo Asechador.

¿Qué dices? ¿Cómo sabes eso? – Volteo a mirarle Eren e Historia.

Se eso porque yo lo fui en el pasado – Dijo seriamente.

Ymir comenzó a explicarle lo que fue durante su exilio fuera de las murallas, los Asechadores eran Titanes de menor estatura entre tres y siete metros, eran los más agiles, los más letales, ya que eran algo como fuerzas especiales, un escuadrón de asesinato.

Maldición – Golpeo las rocas enojado, Historia solo podía ver a Eren enojado, entendía su reacción – No creo poder convertirme en Titán, no en este lugar tan pequeño, mi cuerpo de 15 metros no cabria… Estamos perdidos.

¿Acaso ese sería el fin? Se pregunto ella misma ¿Acaso no verían la luz del día? Alzo su vista solo para ver la luna llena en su máximo apogeo, y luego miro a Ymir quien sonreía con pesar… Conocía esa sonrisa, algo en su interior se removió, tomo el impulso para detenerla.

¡Te lo prohíbo! – Eren e Ymir miraron sorprendido, mas esta ultima que el primero – No lo harás, no dejare que te sacrifiques… Debe haber otra manera.

No hay alternativa… – Su mirada fue apagándose hasta que recupero ese brillo nuevamente, esta vez destilaba seguridad, convicción.

Fin de flashback.

Siempre deseo que todo no terminara allí, porque ese día a pesar de ser trágico, ese día fue el más hermoso de su vida, fue cuando sintió saberse amada por ella y fue ese mismo día cuando sintió un dolor inconmensurable en su corazón luego de ver aquel sacrificio.

Flashback.

Ambas se miraron tanto como el aguamarina y el café claro se quedaron estáticos, había tanto que hablar, tanto que decir y que hacer, pero no había tiempo, por lo que Ymir en un arrebato se acerco a ella con una actitud que nunca se espero, ella siempre fue fría, de tacto algo tosco pero amable. Pero esta vez era diferente, era como si se estuviera despidiendo.

Rodeo con su brazo derecho su espalda y con su mano izquierda se dirigió a su rostro para quitar aquellas hebras doradas de su cara, para poder apreciarlo mejor, para llevarse poder contemplar lo hermosa que era una vez más. Su sonrisa fue dulce como ninguna que había visto en su vida.

Su corazón estaba palpitando a millón, sentía que se le saldría en cualquier momento de su pecho o peor aún, se pararía, su rostro comenzó a encenderse, las caricias que recibían la extasiaban, la confortaban y le decían "Todo estará bien"

Ymir solo acerco su rostro al colorado de ella y sonrio nuevamente.

Eres tan mona cuando estamos tan así cerca – Carcajeo, pero antes de dejar que hablase la beso, sus bocas se unieron en lo que parecía extrañamente a un beso de despedida, tan dulce y tan cargado de emociones inexplicables para el momento, pero deleitables en ese mismo instante, se separaron.

Ella se encontraba suspirando ante el beso que se habían dado, era tan profundo, tan lleno de significados pero mezclados con un extraño aire de nostalgia, de despedida.

Siempre te he amado y amare… – Dijo finalmente mientras acercaba su rostro y ambas frentes quedaban unidas para verse solamente a los ojos – Tiempos difíciles vienen y tú tienes que ser fuerte, prométeme que lo serás y harás lo correcto…

Historia abrió los ojos de par en par ¿Acaso era una despedida? ¿Acaso? ¡No!

No te atre…

Fue interrumpida por el tirón fuerte de su cintura, Eren con una magistral maniobra se la llevo entre sus brazos, mientras huían con el único equipo tridimensional que poseían, se alejaban de ella.

¡Ymir! – Grito profunda y desgarradoramente, sentía como si le arrancasen parte de su corazón, parte de sí misma.

De entre todos los titanes, Ymir era el más ágil, el más veloz, y más mortífero debido a su estatura, a su complexión física, podía atacar lugares que otros no podían y escapar con la facilidad de una gacela. Ahí a la distancia se balanceaba como un mono de un lugar a otro, de titán a titán, despedazándolos con sus garras, como si fuesen cuchillos cortando la mantequilla.

Ya su figura de por si era diminuta, habían logrado escapar de esa emboscada y ahora se encontraban en un lugar seguro, un pequeño puesto de control de rebeldes abandonado y oculto entre ese desfiladero.

Lo siento – Le dijo mientras revisaba las estanterías.

¡Te odio, maldito! – Dijo furiosa mientras lloraba el haber abandonado a Ymir, odiaba desde ese momento a Eren como nunca antes.

Fin de Flashback

Lo odio por algo que era inevitable y ella sabía en el fondo que la única forma de escapar era esa, por lo que siempre le deseo la muerte, siempre deseo que muriese en el campo de batalla, que pagara cada maldito segundo, cada momento por lo que hizo, siempre rezaba a su Dios que lo matara. Pero justo el día en donde el murió se dio cuenta que una parte de Ymir había muerto, porque después de todo tanto Eren como Ymir eran compañeros, se habían hecho cercanos y se respetaban, desde ese momento se sintió más sola que ninguna otra persona.

¿Acaso su vida valía mas que las de otras personas? ¿Por qué todo tenía que ser así? ¿Por qué otra persona no reinaba en su lugar? ¿Por qué ella no podía ser feliz? Esas preguntas siempre la asechaban cada día desde hacía años de haber finalizado esa maldita cruenta guerra que casi los consume a todos y que de no ser por el motor de la venganza y el esfuerzo de otros, la humanidad no se habría levantado, había matado a cada uno de los malditos titanes y revolucionarios contra la humanidad, se había encargado de hacerlo, pero en el transcurso de su campaña y finalización de esta, Historia Reiss solo fue una cascara de lo que una vez llego a ser.

Suspiro derrotada, resignada y por curiosidad subió el barandal solo para ver los cuarenta metros de su castillo y sentir como el vértigo se apoderaba de ella ¿Sería capaz de saltar y acabar todo de una maldita vez?, justo cuando iba a hacerlo sintió su presencia, sintió el susurro de ella en el aire.

"No te salve para que te suicidaras, te salve por que creí en ti, porque sé que nos sacarías de ese maldito agujero infernal… Y lo estás haciendo… Bien"

Dio un respingo ante tales palabras por lo que perdiendo el equilibrio cae hacia atrás del susto, solo para levantarse y mirar a la nada ¿Qué demonios significaba eso? Por más que buscara la procedencia de esas palabras no encontraba ningún lugar. Algo dentro de sí misma se calmo, era como un bálsamo y era algo que le calmaba su atormentado espíritu.

– Quizás… Tengas razón – Suspiro extrañamente con un ánimo renovado, sabiendo que lo estaba haciendo bien.

Se adentro a lo que era sus aposentos sabiendo aunque sea que Ymir en el mas allá la estaba viendo y que a pesar de todo siempre la acompañaría.