Disclaimer:Todos los personajes de Shingeki no Kyojin que aparecen en esta historia pertenecen a Hajime Isayama.
Advertencias: Yaoi. Reencarnación. Palabras altisonantes. Universo Alternativo.
.
Prefacio
.
— Heichou... Lo siento, yo...
— No te disculpes, esto aún no termina. Debemos llegar con los otros y salir de aquí.
— Pero… No tengo piernas y las heridas no están sanando… Será mejor que se vaya y se salve.
— Cállate. Ni ahora puedes dejar de decir estupideces. Mejor concéntrate en empezar a curarte y deja de hablar.
— Heichou, por favor...
— ¡Cállate y déjame pensar!
— Levi... Lo siento...
—Te dije que dejes de hablar. No ayudas.
— Sé que no ayudo… Lo siento…
— ¡Ya deja de disculparte!
— Levi, yo…
— Guarda tus energías. No hables.
— Pero… Ya no hay tiempo…
— ¡Claro que hay tiempo! Sólo espera…
— No puedo esperar… Levi, te amo… Yo… Te am…
— Eren, no es momento para eso.
— …
— ¿Eren?
— …
— Eren, responde.
— …
— ¡Eren! ¡Oi, Eren! ¡Eren!
—Demonios…
Todo había sido un sueño, justo como todas las ocasiones anteriores. No había ni una sola noche en que el recuerdo de la última vez que vio a Eren no se posara tortuosamente en su cabeza.
Para ese entonces ya no tenía caso intentar quitar el recuerdo de su mente; en todas y cada una de sus reencarnaciones sufría el mismo destino. La única diferencia en esta vida era que finalmente se encontró con él, aunque este no recordaba absolutamente nada.
Levi se removió pesadamente en la cama, despeinó aún más su negro cabello y suspiró cansado. Lo único que le apetecía era dormir por más tiempo, para siempre de ser posible, pero su sentido de responsabilidad, ese que jamás había desaparecido, no le permitía desatender sus obligaciones; además, él prometió estar cerca cuando el chico de ojos verdes recuperara la memoria, aunque bueno, eso podría no pasar jamás.
Su teléfono recibió un mensaje como nuevo recordatorio de que debía levantarse. La luz de la pantalla lo deslumbró al contrastar terriblemente con la oscuridad que dominaba su habitación.
— "Enaníiiiin... Necesito tus notas de literatura, dámelas en el segundo descanso".
Bufó con molestia y aventó el teléfono a su cama. Odiaba que Hanji le pidiera sus notas porque siempre las devolvía con alguna mancha de comida, o eso quería pensar, y porque a pesar de los años no perdía la costumbre de recordarle, de una forma u otra, su estatura.
Tuvo que darse por vencido, se sentó en la cama y frotó sus azules ojos en un intento de despabilarse. Se levantó y caminó al baño para asearse y, quizás, atender en la regadera la erección matutina que amenazaba con romper su bóxer.
El día tenía el clima perfecto, nublado, frío y con neblina a lo lejos, su favorito; aunque claro, si pudiera disfrutarlo de una manera diferente a estar encerrado en un salón de clases sería muchísimo mejor, pero bueno, ese era el maldito destino de un estudiante de 18 años.
Observó su teléfono y calculó el tiempo que le tomaría caminar hasta la escuela. Decidió ir a pie, le podría ayudar a levantar, aunque fuera un poco, su cabizbajo ánimo; además seguramente se encontraría con Erwin y podría distraer un tanto su mente.
Recorrió las calles conocidas por haber sido vistas en demasiadas ocasiones anteriores. No podía decir que esa época era su favorita pero al menos era mucho más tranquila que la de los titanes; obviamente había peligros pero tenía la seguridad de que no moriría devorado por un ser monstruosamente grande.
La rutina escolar se repetía incesantemente igual que todos los días anteriores. Sus amigos eran los mismos que antes. Todo se desarrollaba igual, de la forma que debía ser.
— Maldita sea, esto es aburrido y estúpido...
— Otra vez quejándote, Levi.
No tuvo la necesidad de girar la vista para saber que Eren le hablaba, también eso era parte de la rutina.
— Como siempre. Debo quejarme para ser yo.
— ¿Así lo hacías cuando eras el "Capitán Ackerman"?
— Sí, ¿Acaso lo recuerdas?
Un leve rayo de esperanza brilló en los ojos de Levi.
— No, obvio... ¡Ja! Levi eres tan predecible cuando hablo de eso.
— Idiota. Sabes que no gusta que juegues conmigo.
— Lo siento, es imposible no bromear sobre nuestra "reencarnación", me encanta que siempre lo tomas en serio.
— Y a mí me parte los huevos que lo tomes a juego. De haber sabido que te portarías como un niño, jamás te habría dicho sobre esos sueños.
— No te enojes. No volveré a jugar, lo prometo.
— No te creo. Ahora lárgate, me quitas el tiempo.
— ¿Irás a tu práctica de Kendo?
— Sí, ya lo sabes.
Levi comenzó a caminar hacia donde se encontraban los casilleros para tomar su vestimenta deportiva.
— Sinceramente no sé qué le encuentras de divertido a pegarle a las personas con un palo...
— No seas idiota, no se trata de eso.
Eren hizo un puchero y se limitó a caminar detrás del pelinegro.
— Entonces explícame de qué se trata, quizás me interese.
— Te lo he explicado muchas veces, pero como siempre, no prestas atención a menos que se hable de tu estúpido hockey.
— No seas cruel, siempre te pongo atención, por eso eres mi sempai.
— Ridículo, sólo soy un año más grande que tú.
— Por eso, eres mi sempai.
— Ya cállate. Tengo que irme.
El castaño de ojos verdes siguió al pelinegro por algunos metros más, hasta que fue despedido de nuevo. Levi se dirigió al gimnasio en el que entrenaría mientras las vivencias anteriores con Eren se agolpaban en su mente haciéndolo perder la concentración más de una vez.
Al terminar su entrenamiento observó el horizonte, el sol se escondía a lo lejos y otra idea persistente regresó a su cabeza.
Lo sabía, hacía meses que lo pensaba pero no podía aceptarlo así como así. Desde el momento en que Eren no hizo más que burlarse de todo lo mencionado acerca de sus vidas pasadas, supo lo que debía hacer: Olvidarse de todo, dejar de insistir con los recuerdos que jamás llegarían de una vida que nunca pasó para Eren.
Debía borrar de una vez por todas los sentimientos que aún guardaba por el mocoso de antes y que se reflejaban incesantemente en su, casi, igual de edad actual, debía concentrarse en la vida que estaba frente a él, debía, quizás, intentar un poco con la heterosexualidad, posiblemente sería menos tortuoso que ser homo.
Y a pesar de saberlo, no podía. Las sensaciones aún se guardaban en lo más profundo de su memoria, sólo necesitaba cerrar los ojos para sentirse abrazado por los inexpertos pero fuertes brazos de Eren, podía sentir sus labios paseando por su cuello y susurrándole palabras con indescriptible entrega.
Podría parecer ridículo para todos, incluso para él, pero el gran Capitán Levi Ackerman seguía enamorado de él, de la primera persona que logró hacerlo abrir su corazón después de tanto dolor, de la última persona con la que juró luchar para vivir juntos y, principalmente, de la persona que murió a su lado en la última misión en que la Legión de Reconocimiento fracasó antes de lograr sus objetivos.
Eren significaba demasiado en su vida como para querer olvidarlo pero también sabía que él no recordaría jamás el pasado, así que sería mejor que dejara de vivir atado a la esperanza de algo completamente imposible.
Definitivamente era el momento de seguir con su vida y eso significaba olvidar por completo a Eren, su vida juntos, su amor y todas las promesas inconclusas perdidas en el aire.
Todo debía cambiar, a partir de ese día todo debía ser diferente.
Aunque, el mundo no siempre funciona a nuestra voluntad.
.
¡Hola!
Sí, aún existo. xD
Antes que nada les diré que habrán varias parejas por aquí, por eso no quise marcar alguna en específico, aunque la obvia es Ereri.
Desafortunadamente debido a mi circunstancia de vida actual (y a mi nene hermoso), en este momento no puedo decirles la frecuencia de actualización, espero al menos poder darles un capítulo por mes, pero si en algún momento me tardo más lo siento por adelantado.
La extensión de los capítulos es algo que tampoco les puedo decir ahora, considero que dependerá del capítulo en sí y de lo que tenga que abordar en él.
De verdad espero que les guste y disfruten el enredo novelesco que se me ha ocurrido.
Y eso, creo que es todo por ahora.
Entonces, ¡hasta la próxima!
