El Sol y la Luna

Los derechos de los animes que use, o en este caso, libros, no me pertenecen

Hay cosas que son bellas por el simple hecho de no poder poseerlas...— dijo Naruto sin llegar a tocar su mejilla.— Hablar normal.

"¿Qué…? ¿Qué…estoy…haciendo?"— se preguntaba la diosa sin poder detenerse.— Pensamientos.

Capítulo 1: La hija del zorro

Destrucción por todos lados. Fuego cubriendo la zona. Los troncos de los árboles esparcidos por el terreno. Grandes cráteres en la tierra. Los cuerpos de mujeres esparcidos por el suelo.

En medio de esa zona de destrucción, dos personas estaban de pie.

Una de ellas era una mujer muy hermosa, con cabello negro azabache hasta los hombros y llamativos ojos plateados, que fácilmente podrían competir con la luna. Piel blanca y tersa, pero esa piel poseía unas manchas de suciedad. En su mano, un cuchillo estaba empuñado mientras que miraba a la persona frente a sus ojos. Sus ropas eran una camiseta plateada apretada a su cuerpo de cuello alto con un carcaj de flechas y el respectivo arco en su espalda, una funda para su cuchillo en la cintura y sandalias de cuero en sus pies. La mujer tenía la apariencia de ser una bella joven en sus dieciocho o diecinueve años.

La persona frente a sus ojos era un hombre joven, con cabello rubio dorado salvaje y despeinado, ojos tan azules como el cielo, piel con bronceado natural, y una mueca en su guapo rostro mientras que sostenía una espada en su mano. El hombre estaba cubierto con unas cuantas heridas, siendo cortadas y suciedad, respirando pesadamente a la vez que observaba a la mujer frente a sus ojos. La característica más destacable del hombre eran las marcas de nacimiento en forma de bigotes en su rostro.

Con un grito consecutivo, ambos saltaron hacia el otro, rompiendo el suelo donde pisaban.

El hombre grito cuando llego frente a la mujer, levantando su espada para bajarla, causando que la mujer elevara su cuchillo para bloquear, seguido de ello, ella levanto su pie para tratar de acertar una patada, pero el rubio dio un paso hacia atrás, esquivando y volviendo al ataque.

La espada y el cuchillo chocaron, liberando chispas por su choque, pero ellos continuaron forcejeando por su contacto. Separándose, el rubio dio un corte a los pies de la mujer, causando que ella saltara alto para dirigir su cuchillo al rostro del hombre, pero cuando este llego a la mejilla, cortándolo un poco, el rubio movió la cabeza, tomando el cuchillo con su mano y moviéndolo para tratar de dirigir su espada hacia la mujer, pero ella soltó el cuchillo para agacharse y saltar girando, dando una patada al pecho del hombre, causando que este suelte el cuchillo mientras que retrocedía clavando sus pies en la tierra.

Tomando el cuchillo que aún estaba en el aire, la mujer lo giro un poco mientras que comenzaba a correr hacia el hombre.

Deteniéndose, el rubio levanto su espada bloqueando un tajo de la mujer, y seguido de ese provinieron otros más, donde el rubio bloqueaba los tajos interminables que provenían de todos lados.

Retrocediendo y evitando los tajos y cuchilladas de la mujer, el hombre se iba acercando a los árboles en su espalda.

Chocando su espalda con un árbol, el hombre inmediatamente salto y rodo por el suelo, evitando una poderosa cortada que dividió el árbol en dos.

Levantándose rápidamente, el hombre comenzó a correr hacia la mujer, saltando mientras que elevaba su espada en busca de acertar un poderoso golpe, pero la mujer solo lo bloqueo con su cuchillo sosteniéndolo con una mano, provocando que el suelo se rompiera por la presión.

Saltando hacia atrás, girando y haciendo volteretas, el hombre se detuvo, estando agachado en el suelo, jadeando levemente, mirando como la mujer lo miraba con seriedad pura en su rostro.

Realmente…no quiero pelear contigo.— dijo el hombre con cansancio.

Me temo…que eso es imposible.— respondió la mujer mirándolo a los ojos.

Ella es nuestra…no, ella es mi hija.— dijo el hombre entre jadeos, mirando a la mujer con determinación en sus ojos— Si no vas a decirme porque te la llevaras…entonces no lo harás.

Naruto...eso es algo que ya sabes.— susurro la mujer con su cabello cubriendo sus ojos, para levantar sus ojos algo húmedos y gritar furiosa— ¡Ya lo sabes! ¡Sabes porque me la llevare! ¡Y no puedes hacer nada para detenerme!

Ambos se miraban a los ojos.

Ojos húmedos chocaban con ojos azules impresionados.

Con un grito de parte de la mujer, ella comenzó a correr hacia el hombre conocido como Naruto, movimiento imitado por el rubio.

El cuchillo y la espada chocaron por última vez antes de que un grito se escuchara.

("Ahora imaginen Looking Glass Brandy de fondo. La misma canción que se usó para hacer Los Guardianes de la Galaxia 2")

There's a port on a western bay... ("Hay un puerto en una bahía del occidente")— susurro una niña sentada en un autobús.

Los gritos y la charla de los demás niños hacían que los susurros de la niña pasaran inadvertidos, por lo que la niña seguía susurrando la canción.

And it serves a hundred ships a day… ("Y sirve a un centenar de barcos al día")— era una bella niña, no tendría más de nueve años.

Los rasgos de la niña eran su corto cabello rubio dorado hasta por debajo de sus hombros, piel bronceada natural, pero sus ojos permanecían cerrados mientras que su cabeza estaba en la ventana del autobús. Lo más destacable de la niña eran un par de marcas en sus mejillas, con forma de dos pares de bigotes.

Lonely sailors pass the time away… ("Los marineros solitarios pasan el tiempo lejos")— susurro con una leve sonrisa en su rostro— And talk about their homes ("Y hablan de sus hogares")

La ropa de la niña consistía en un simple vestido gris plateado de cuello alto con mangas cortas. Pantalones cortos blancos y sandalias negras. En las orejas de la niña, un par de auriculares se hallaban, por la cual sonaba una canción que la niña amaba.

El autobús se detuvo, y la niña se levantó tomando su mochila, callando los susurros y comenzando a caminar hacia la salida del autobús.

Al salir del autobús, este se fue con los gritos de los niños, y la pequeña rubia abrió sus ojos, mostrando su particular color plateado.

The sailors say «Brandy, you're a fine girl» ("Los marineros dicen «Brandy, eres una buena chica»")— dijo la niña con una sonrisa en su rostro mientras que comenzaba a caminar por la calle.

Con esa sonrisa, la niña demostró cuan hermosa y adorable era.

Menos de un minuto luego, la niña llego a su hogar.

Era una gran casa blanca, con una gran puerta doble y ventanas a sus lados. ("No se cómo describir casas. Pero imaginen una enorme casa para no decir mansión")

Sacando unas llaves de su mochila, la pequeña abrió la puerta y al entrar se sacó sus sandalias para ponerse unas pequeñas pantuflas plateadas.

Un suspiro escapo de la boca de la niña mientras que se dirigía a la sala de estar, donde se sentó en un gran sofá gris y encendió la televisión.

Pasando canales y sin nada interesante que ver durante un par de minutos, los ojos de la niña brillaron cuando encontró una película en particular.

La saga de Los Juegos del Hambre era una serie de películas que siempre le han gustado. La protagonista principal, Katniss, en particular.

Un suspiro escapo de la boca de la niña mientras que observaba la película.

"Espero que Papá llegue pronto"— pensó la niña con aburrimiento, pero sus oídos se tensaron cuando escucho una puerta abrirse.

Nueva York, un lugar muy importante, un hogar para muchos, un centro para otros, pero el pilar económico de una importante empresa para uno en especial.

Ese alguien en especial ahora mismo se encontraba en un enorme edificio en el centro de Manhattan, combatiendo contra un adversario invencible, alguien que lo ha torturado desde el inicio que creo su gran imperio.

El papeleo siempre fue alguien contra quien él nunca pudo luchar. Nunca se acababa, era invencible porque siempre vendría por más, y lo más importante, era aburrido.

Era una gran oficina, con un escritorio donde una gran cantidad de papeleo estaba esparcido. Un hombre se hallaba detrás del escritorio, mirando con calma en sus ojos el papeleo y escribiendo con tranquilidad en su computadora portátil.

Era un hombre alto, si estuviera de pie mostraría al mundo su altura de 1.82 y su gran musculatura. Su cabello era rubio dorado algo despeinado, estando en un estilo tapando algo de su frente y un poco de sus cejas, pero permaneciendo elegante ("Imaginen un estilo a lo Gilgamesh de Fate, solo que algo más alborotado") Sus ojos eran de un color azul cielo, tan igual que el cielo mismo, que tenían un brillo juguetón que ahora mismo no estaba presente por estar en su trabajo. Su piel tenía un bronceado natural, una piel color canela. Su vestimenta ahora mismo consistía en un costoso traje de vestir negro con camisa blanca debajo y corbata azul oscuro, el traje que siempre usaba para su trabajo. En su guapo y atractivo rostro algo destacaba, siendo tres marcas de nacimiento, con la vaga apariencia de bigotes. El llevaba algunos accesorios, lo único que se podía notar eran un anillo en su mano derecha y un reloj en su muñeca izquierda.

En la oficina, muchas cosas estaban repartidas, siendo unos sofás y una mesa de café, y en las paredes lo que más destacaba.

Varios animales estaban en las paredes, siendo cabezas de animales disecados, jabalíes y leones americanos, eran el grupo que estaban en las paredes. Pero había algo que acompañaba a los animales en las paredes.

Grandes fotos enmarcadas por madera decorada, siendo cuatro fotos de hombres similares al rubio, pero con características diferentes.

En las cuatro fotos había cuatro hombres muy similares, diferían en rasgos faciales y cortes de cabello, porque en rasgos como piel, cabello y ojos, comparan el mismo color, siendo azul para los ojos, piel bronceada y cabello rubio dorado.

El hombre rubio estaba perdido en su trabajo, decidido que su vida acabaría a manos del infernal papeleo, pero su salvación vino en la forma de una mujer que entro por la puerta doble de la oficina.

Señor Uzumaki.— la voz de la mujer era suave y amable— Ya son las cinco de la tarde, Señor.

Ya veo.— el Señor Uzumaki elevo la cabeza con una bella sonrisa, causando que la joven asistente se sonrojara levemente— Gracias, Lilith.

Ya eran las cinco de la tarde, solo faltaban dos horas para que su princesa llegara a casa. Debía aprovechar el poco tiempo que tenía.

Levantándose lentamente de su asiento, el Señor Uzumaki se aproximó a la puerta.

Al abrirla, vio cómo su asistente, Lilith, estaba sentada en su escritorio principal, escribiendo unas cosas en un cuaderno.

Una mirada conflictiva apareció en el rostro del Señor Uzumaki mientras que temblaba un poco, mirando a Lilith con detenimiento.

Un suspiro escapo de la boca del Uzumaki.

No queda de otra.— tomando aire y poniendo la cara más seria que pudo, el Uzumaki salió de su oficina, caminando con un porte elegante hasta que se detuvo de pie frente al escritorio de Lilith, causando que la joven chillara un poco, escondiendo su libro de la vista de su jefe— Lilith, acaban de llamarme desde…desde el primer piso.— dijo el jefe con un rostro seguro que escondía nervios— Debo ir a verlos urgentemente.

¡P-Pero, Señor Uzumaki! ¡Usted tiene una reunión en treinta minutos!— grito Lilith levantándose, solo para taparse la boca avergonzada— ¡Lo-Lo siento!— Lilith inclino la cabeza arrepentida.

No te preocupes.— dijo el hombre negando con sus manos, teniendo una sonrisa amable en su rostro— Debo ir a verlos…me necesitan.

No era del todo una mentira. En dos horas su princesa lo necesitaría y debía cumplir con su rutina diaria.

Pero...— dijo Lilith tratando de ser seria y severa.

Por favor...— el Uzumaki apoyó sus manos en el escritorio de Lilith, sonriendo mientras que inclinaba un poco la cabeza. Fue ahí cuando Lilith perdió la voluntad.

Ahh...— un suspiro escapo de la boca de Lilith mientras que ella casi perdía el equilibrio— Es-Esta bien, Señor Uzumaki…puede irse… ¡Pero regrese en unos minutos, por favor!

Gracias.— una sonrisa sincera apareció en el rostro del rubio, causando que los colores del rostro de Lilith pasaran del blanco al rojo puro.

Comenzando a caminar, el jefe subió al elevador, donde apretó el botón para ir al subsuelo, saludando a Lilith mientras que la puerta se cerraba.

Esta era parte de su rutina diaria, una rutina que no le gustaba mucho porque casi siempre tenía que mentirle a Lilith. Pero su mejor amigo le dijo una vez que mentir y robar no siempre es malo, más si lo haces por una buena razón.

Desde que Lilith tomo el trabajo como su secretaria, ingenio una manera para escaparse de ella.

Su mejor amigo siempre le decía que le sonriera. No le dijo el porqué de eso, solo que a ella le gustaría que sonriera. Por esa lección de vida por parte de su amigo, el Uzumaki aprendió que las mujeres aparentemente tenían una debilidad por las sonrisas, algo extraño en su mente.

Lilith siempre reaccionaba igual cuando le sonreía. Su rostro se pondría rojo, le sonreiría con una extraña expresión en su rostro, y lo que más lo confundía, se mordía los labios cuando ella creía que no estaba viendo.

Le había contado las extrañas reacciones de su secretaria a su amigo, pero el solo se reía a carcajadas mientras que le decía que en un tiempo aprenderá lo que esas reacciones significaban.

Cuando el elevador se abrió, el Uzumaki salió para comenzar a caminar. Caminando hasta el subsuelo del edificio, el Uzumaki miro los diferentes autos en la redonda, sacando sus llaves de su bolsillo y abriendo su auto.

Era un simple auto plateado, siendo uno normal para una persona normal ("Lo que significa que se lo imaginan ustedes, pero es un auto caro, eso sí"). O eso le gustaba pensar al Señor Uzumaki.

La verdad era que él no era normal. Era todo menos normal.

Una explosión de humo ocurrió al lado del hombre rubio, y de esa explosión, una copia idéntica al Uzumaki se formó.

Ve con Lilith, tenemos una reunión.— dijo el Uzumaki rascándose la nuca.

Kuso Bossu ("Maldito Jefe")…siempre dejándonos las tareas a nosotros.— dijo la copia maldiciendo en japonés, estando de brazos cruzados y haciendo un puchero.

Oye, al menos me ocupo del papeleo.— dijo el Uzumaki indignado, para luego estrechar sus ojos— ¿O ustedes quieren hacer el papeleo mientras que yo voy a las reuniones?

¿Estás loco? Eso nunca.— dijo la copia negando rápidamente con la cabeza, teniendo un rostro incrédulo.

Malditos perezosos.— dijo el original mientras que se subía al auto.

Su nombre era Uzumaki Naruto, pero sus empleados siempre se dirigían a él como Señor Uzumaki.

Era dueño de la gran empresa llamada Uzumaki Company ("Muy original, ¿no?") o Uzumaki Co, una empresa de fama mundial que se hizo conocida hace tres siglos.

La empresa se ha pasado de primogénito en primogénito, pero debido a su caso especial, se ha pasado a él durante todas las generaciones.

Él fue el jefe de Uzumaki Company desde el día que fue fundada. Desde el día que Uzumaki Company hizo su primer trámite, él estuvo presente. De hecho, él fue quien hizo el primer trámite.

Todos los anteriores jefes de Uzumaki Company solo duraron hasta los cincuenta años. Eso fue una simple mentira, un engaño que pudo efectuar gracias a su amigo. La verdad era que los anteriores jefes de Uzumaki Company estaban más vivos que nunca.

Todos pensaban que era una tragedia que los anteriores jefes de Uzumaki Company murieran en extraños accidentes o enfermedades entre las edades de cincuenta y sesenta años, pero la verdad es que él era todos los jefes.

Uzumaki Company era una gran empresa de dulces de fama mundial, teniendo comercios en gran parte del continente, siendo América su central económica, pero teniendo otras centrales en diferentes países, Europa, Asia, Australia.

Conduciendo por las calles de Manhattan, Naruto siguió con su camino, dirigiéndose hacia los bosques de Long Island.

Luego de un tiempo de viaje, Naruto se detuvo al adentrarse entre los árboles.

Abriendo la puerta de su costoso auto, Naruto se sacó la corbata y se quitó el traje negro, dejándolo dentro del auto. Quedando solo en sus zapatos negros, pantalones negros y camisa blanca, Naruto comenzó a quitarse la ropa.

Al final, la ropa quedo dentro del auto, y Naruto solo usaba un bóxer color negro.

Algo curioso era que no se quitó el anillo ni el reloj, pero ahora que estaba semi desnudo, se podía ver como el hombre llevaba un collar de plata en su cuello con palabras escritas en japonés. Pero el collar no era lo único que se podía ver en su cuerpo, porque en lugares como sus muñecas había diferentes marcas de tatuajes japoneses.

El hombre estaba de pie, viendo los árboles, hasta que una gran sonrisa apareció en su bigotudo rostro.

Comenzando a correr con una risita, el hombre salto entre la maleza.

Árboles y troncos estaban esparcidos por el terreno, pero el hombre rubio que solo usaba un bóxer de vestimenta no le importaba, eligiendo correr por el bosque semi desnudo, saltando los troncos, hasta que llego a un árbol empinado por donde subió para comenzar a saltar entre los árboles.

El hombre saltaba entre las ramas de los árboles, saltando de árbol en árbol como un mono, usando sus manos para ayudarse a saltar y viajar de árbol en árbol, teniendo una gran sonrisa en su rostro mientras que saltaba y corría entre las ramas de los grandes árboles.

Naruto salto a un árbol, tomando con su mano la rama para impulsarse y saltar hacia otro árbol.

Todo el parkour y epicidad de la escena era borrado por como el hombre sonreía ampliamente a la vez que solo estaba en un bóxer.

Saltando de árbol en árbol, el hombre salto al suelo, comenzando a correr de una manera extraña.

Un hombre normal correría con sus dos pies, pero hombre en particular corría con sus manos y pies a la vez, como lo haría una especie de animal.

Algo aún más extraño comenzó a ocurrir. Pelaje dorado comenzó a salir por las manos y piernas de Naruto, y el cuerpo del Uzumaki comenzó a cambiar y crecer.

Sin importarle eso, Naruto continúo corriendo hasta meterse entre los arbustos.

Lo que salió desde los arbustos segundos después impresionaría a cualquiera.

Un gran zorro dorado, pero no era un zorro cualquiera, sino que este zorro poseía un gran tamaño, siendo el tamaño de un gran lobo adulto. Teniendo un particular pelaje dorado y ojos azules, brillantes de alegría mientras que corría con gran velocidad por la tierra. Pero había algo que destacaba en el zorro, la cantidad de colas.

Nueve grandes colas ondeaban en la espalda del zorro dorado.

El zorro continúo saltando y corriendo con gran velocidad entre los árboles y arbustos, continuando así hasta que se detuvo abruptamente.

Olfateando aire, Naruto zorro miro el suelo.

Huellas frescas, grandes huellas que se dirigían hacia delante.

Las orejas de zorro escuchaban los sonidos a la distancia.

Inclinándose en el suelo, Naruto comenzó a caminar lentamente, empezando a acechar a la presa en la lejanía, que podía ver perfectamente gracias a su vista superior.

El viento traía el olor de su presa.

Asechándola y caminando lentamente agazapado.

Mientras que más se acercaba, el olor se hacía más fresco.

Escondiéndose entre la maleza y los arbustos, Naruto zorro vio un grupo de alces a la distancia.

Sus ojos azules se afilaron.

El aire permanecía inmóvil. Y él era un cazador.

Los ojos del gran zorro permanecían puestos en un gran macho.

"Él es perfecto"— pensó Naruto mientras que comenzaba a acercarse lentamente, sin hacer el menor ruido, sin que el aire delatara su posición, sin que sus pasos fueran escuchados por los alces.

En un instante, Naruto comenzó a correr, alertando al grupo de alces, pero aun así, Naruto continuo corriendo, siguiendo al alce que trato de huir inútilmente, pero no pudo escapar cuando Naruto salto sobre él, con su boca abierta y sus dientes destinados a su cuello.

Atrapando al alce en una mordida de hierro, Naruto arrojo al alce al suelo, sin despegar sus dientes del cuello, y girando un poco, lo rompió.

Todos los alces corrían y huían, dejando atrás al zorro de nueve colas y al cuerpo del alce.

Naruto permaneció viendo el alce por unos instantes, cerrando los ojos y estando sentando en el suelo, rezando en silencio.

Gracias, Señora Artemis, por la caza de hoy.— susurro Naruto mientras que se acercaba para tomar al alce por su cuello con su boca y comenzar a arrastrarlo.

Luego de treinta minutos de arrastrar el cuerpo del alce, Naruto llego a la entrada de una gran cueva, en la cual entro para suspirar con una sonrisa mientras que soltaba al alce.

Era una gran cueva con diferentes dibujos en los muros. Dibujos que por su apariencia serian hechos por un niño pequeño.

Los dibujos eran de un pequeño niño con bigotes, una cola en su espalda y orejas de zorro, teniendo una gran sonrisa en su rostro. El niño siempre estaba acompañado de una niña mayor que él, seguramente una adolescente de trece años que tenía un arco en su mano y una flecha en la otra. La niña llevaba una leve sonrisa en su rostro, contraria a la gran sonrisa en el rostro del niño.

Los dibujos variaban, en los cuales el niño y la niña siempre estaban juntos, o persiguiendo animales en la cacería.

Aun en su forma de zorro, Naruto observaba los dibujos con nostalgia en sus ojos.

Volviendo a posar sus ojos en el alce, Naruto camino hacia el animal muerto para clavar sus dientes en la pierna, arrancándola y comenzando a comer como un lobo hambriento.

Terminando de comer su pierna de alce, Naruto zorro camino hacia uno de los muros de la cueva, donde algo se hallaba reposado sobre una roca.

Un famoso reproductor de música antiguo comúnmente conocido como Walkman, un Walkman de Sony con los auriculares conectados.

El pelaje dorado de zorro poco a poco comenzó a retroceder, volviendo a la piel bronceada natural.

Levantándose completamente, estando totalmente desnudo, el hombre mostro al mundo sus músculos. Un cuerpo por el cual los hombres matarían, teniendo cada parte de su cuerpo perfectamente tonificada pero sin exagerar.

Una sonrisa estaba presente en el rostro del zorro cuando se encamino hacia el Walkman para tomarlo con su mano y colocarse los auriculares.

There's a port on a western bay... ("Hay un puerto en una bahía del occidente")— canto el hombre con una sonrisa, escuchando Looking Glass - Brandy.

Brandy era una canción muy importante para él. Fue uno de los regalos que ella le dio. Por lo tanto, lo atesoraría por siempre.

Acostándose en la roca, Naruto reposo su cabeza en sus manos y los pies en una piedra, escuchando la canción perdido en sus pensamientos.

El hombre no sabría decir cuánto tiempo estuvo perdido en sus pensamientos, recuerdos del pasado, pero volvió a reaccionar cuando la alarma de su reloj se escuchó.

Hime ("Princesa") debe estar por llegar...— dijo Naruto abriendo levemente los ojos, notando como estuvo perdido en sus pensamientos por un buen rato.

Caminando hacia el alce, el Kitsune llevo su mano a su muñeca derecha, en la cual una pequeña explosión de humo ocurrió.

De la explosión de humo un rollo antiguo apareció, y Naruto solo coloco el rollo en el torso del alce.

Mordiendo su dedo y escribiendo con su sangre en el rollo, una serie de marcas negras se esparcieron por el suelo y el cuerpo del alce, y en una buena explosión de humo, el alce desapareció, quedando el rollo en el suelo.

Tomando el rollo y colocándolo en su muñeca, el rollo desapareció en una explosión de humo.

Una sonrisa nostálgica estaba en el rostro de Naruto mientras que se acercaba a una de las paredes de la cueva, posando su mano en uno de los dibujos.

En el dibujo, el pequeño niño con cola, orejas y bigotes de zorro y la niña estaban tomados de las manos.

Desprendiéndose del muro, Naruto comenzó a caminar hacia la salida, volviendo a su forma de zorro en el trascurso de su recorrido.

Al llegar a su auto, se vistió y entro en el asiento, encendiendo su auto para salir del bosque.

El paisaje natural del bosque pronto comenzó a ser cambiado por el paisaje urbano de la ciudad, y Naruto continuo con su viaje, dirigiéndose a su hogar.

Al llegar a una gran casa blanca, Naruto se detuvo y entro su auto en el garaje.

Ahí, el Kitsune salió por una puerta que lo llevo al jardín, un gran jardín, pero uno que daba paso al bosque al final de este.

Flores, arboles, cualquier tipo de vegetación estaba en el jardín del Kitsune, dando una visión hermosa y bella. Pero a los lados de los árboles del bosque, un par de dianas estaban presentes.

Caminando y sonriendo por la vista, Naruto se dirigió a su casa, por la cual vio un par de arcos ahí con flechas en sus carcajes colgados en la pared.

Abriendo la puerta de su casa, el hombre inmediatamente escucho un grito.

¡Papá!— grito una pequeña niña y Naruto pudo ver como al final del pasillo, una pequeña rubia corría hacia él.

¡Hime!— grito Naruto extendiendo sus brazos, atrapando a la niña que lo abrazo por la cintura.

¡Ya te dije que no me llames princesa!— la niña dejo de abrazarlo para golpear la cintura de su padre, causando que el hombre riera.

Digas lo que digas, siempre serás mi Hime. Acostúmbrate.— dijo Naruto con una gran sonrisa.

¡Llámame por mi nombre!— grito la niña haciendo un puchero, desprendiéndose del abrazo para voltear y darle la espalda a su padre. Pero solo escucho una risita, causando que gruñera enojada— ¡Hazlo! ¡O no te volveré a hablar! ¡¿Entendiste?!

¡O no...!— dijo Naruto dramáticamente, colocándose de rodillas con una mano en su corazón— ¡Mi pequeña Hime ya es una rebelde!— luego de decir eso, coloco una de sus manos en el hombro de la niña— Si te comportas así por un niño…Dime quien es así lo destruyo.

¡No me comporto así por un niño!— grito la niña avergonzada y enojada, volteándose para patear la pierna de su padre.

¡Ite!— grito Naruto saltando para colocar sus manos en el área afectada, pero al hacerlo, la niña lo empujo, causando que Naruto cayera de espaldas— ¡¿Hime?! ¡¿Por qué?!

El dolor de la traición le quemaba el pecho.

Viendo su oportunidad, la niña salto al pecho del hombre, cayendo con sus manos en los pectorales de Naruto y sus rodillas en su abdomen, sacándole el aire a Naruto con su caída.

Los ojos de Naruto eran blancos mientras que luchaba por recuperar el aire perdido.

Ahora no me voy a levantar hasta que me llames por mi nombre...— dijo la niña sentada en el pecho de Naruto, estando de brazos cruzados y teniendo una sonrisa arrogante en su rostro.

Jooo...— Naruto sonrió divertido, levantándose lentamente, causando que la niña se tensara enredando sus brazos en el cuello de su padre.

Ahora Naruto estaba de pie, teniendo a su princesa colgada de su cuello. Una gran sonrisa estaba en el rostro de Naruto mientras que la niña luchaba para no caerse.

¿Quién es mi Hime?— pregunto Naruto con aire altivo.

¡Nadie! ¡No soy tu princesa! ¡Baka Oyaji! ("Viejo Idiota")— grito la niña indignada, maldiciendo en japonés y comenzando a perder la fuerza en sus pequeños brazos.

Acéptalo…Solo tienes que decir, "Soy tu princesa, Daddy ("Papi")"— dijo Naruto moviendo lentamente sus brazos.

¡Nunca!— grito la pequeña comenzando a caerse.

En un segundo, la niña grito y cerró fuertemente sus ojos porque soltó a su padre al perder la fuerza en sus brazos, pero no pudo caer porque su padre la atrapo en un abrazo.

Está bien…Astrid.— los ojos de la niña se abrieron, sonriendo alegremente al escuchar a su padre llamarla por su nombre— Pero que te quede claro que nunca dejaras de ser mi pequeña princesa.

La sonrisa se perdió y Astrid suspiro al escuchar eso.

A veces creía que su padre la amaba mucho. Demasiado para su gusto.

¿Qué cenaremos hoy?— pregunto Astrid cuando su padre la bajo.

Hoy...— dijo Naruto comenzando a sonreír— Comeremos tu favorito.

¡¿Estofado de carne?!— grito la niña esperanzada, causando que Naruto asistiera con la cabeza— ¡Gracias Papá!

No hay porque...— dijo Naruto comenzando a caminar, llegando a las escaleras y deteniéndose al subir el primer escalón— Princesa.

La niña gruño al ser llamada princesa, haciendo un puchero enojado, enojándose más al escuchar las grandes risas de su padre.

Tiempo después

Naruto subía las escaleras, teniendo en sus brazos a su princesa dormida.

Habían cenado y practicado con la diana hasta el anochecer, por lo que Astrid se quedó dormida.

Llegando al segundo piso, Naruto se dirigió a la primera puerta a la derecha, una puerta blanca con un pequeño letrero color plateado con letras en negro que decían "Astrid".

Abriendo la puerta, Naruto encendió la luz y miro la habitación de su hija.

Era una habitación ordenada, con las paredes pintadas de color plata y una cama con sabanas iguales. No había juguetes, sino algunos peluches de animales esparcidos en una repisa.

En la cama de Astrid, un peluche en especial estaba, un zorro naranja.

Sacando las sabanas, Naruto metió a su hija a la cama, que ya estaba vestida con su piyama que consistían en una camiseta blanca y pantalones grises.

Sentándose en la cama, Naruto observo el rostro de su hija con una sonrisa, quitándole el pelo del rostro, inclinándose para besar su frente.

Levantándose y mirando la puerta, Naruto vio un espejo en ella, siendo su reflejo.

Ahora mismo, estaba vestido con unos pantalones vaqueros negros y una camisa blanca con los dos botones de arriba sin prender. Sus mangas estaban arremangadas hasta los codos, mostrando sus tatuajes. Llevaba pantuflas naranjas en sus pies y tenía una sonrisa en su rostro.

Apagando la luz y viendo por última vez a su hija, Naruto salió de la habitación.

Bajando por las escaleras y dirigiéndose hacia la cocina, Naruto puso la tetera al fuego.

Unos minutos después, Naruto salió al jardín con una bandeja en sus manos, que tenía dos tazas de té verde.

Sentándose en el suelo de madera, cerca de la pared donde los arcos estaban colgados, Naruto dejo la bandeja a su lado, tomando una taza y bebiendo un sorbo en silencio.

El zorro estaba mirando la luna, teniendo una sonrisa en su rostro.

Esta era otra de sus rutinas. Beber te a la luz de la luna, teniéndola a ella como única compañía.

Mientras que Naruto bebía te en silencio, no noto los ojos de una cierva en el bosque.

Nota del autor:

Gracias por leer.

Como vieron, esta es mi nueva historia, un Cross con Percy Jackson.

Me regalaron unos cuantos libros de la saga de Percy Jackson, y he comenzado a leer unas cuantas historias de Fanfiction. Me gustó mucho una historia en particular llamada A Father's Love. Esta historia está algo inspirada en esa historia. Con toques diferentes claro.

Esta historia será un estricto emparejamiento monógamo. De hombre y mujer. Sin novias o esposas. Ya sabrán quien es la madre de Astrid. Y para los que pienses que ella perdió su virginidad, no lo hizo. Sigan leyendo la historia para descubrir cómo nació Astrid.

También tengo pensado otro Cross con Percy Jackson, uno donde Naruto sea algo menor para emparejarlo con alguna semidiosa como Thalia, Silena, Bianca, etc.