hola! aki me tienen con un nuevo fic ^^ la vdd espero ke sea de su agrado, no me pude contener a escribirlo aunke sepa ke tengo varios sin terminar, pero les prometo no descuidar ninguno
espero este fic les gute, habra comedia, romance, accion, tal vez un poco de drama ^^
espero tambien les guste el op que hizo mi imoto kaoru ^^ lo preparo ella solita para este animee
aki les dejo la rola ke por cierto es de un anime muy bueno *o* ame la segunda temporada sobre todo el final... eeste es el enlase por si kieren escuchar la rola mientras lo leen
http : / www . youtube .com / watch?v = oy14IuYo0eQ
ya saben solo junten los espacios ^^
Monochrome no Kiss – SID
En un fondo negro cae una gota de sangre, creando círculos concéntricos en la superficie, al desaparecer los círculos, un círculo de luz celeste formando por los kanjis de roca, agua, fuego, viento, rayo, arena, metal, hielo y naturaleza. Dentro se dibuja una estrella de cinco picos.
Deai ni iro wa nakute monokuro fukinukeru.
Sasuke camina por una plaza de noche, con las manos en los bolsillos, los ojos cerrados y el ceño levemente fruncido.
Suzushii yubi temanaku mama ni.
La toma se acerca a su rostro y lentamente va abriendo sus ojos con su usual expresión fría e indiferente.
Toketa ato no yakkaina
En un fondo negro se abren un par de ojos jade, sucedido por la toma de una persona a la cual sólo se le distingue la boca, esboza una sonrisa de medio lado. Sasuke acostado en medio de la oscuridad, dando la impresión de que su cuerpo tuviera luz propia, la toma empieza por su rostro, empezando a bajar lentamente.
Koori mitai na watashi wo.
La toma sigue bajando lentamente por su cuerpo, hasta llegar a sus pies. Poco a poco va cayendo.
Yasashiku sukutte
Nuevamente se aparece la misma persona sonriendo de medio lado y extiende sus manos, Sasuke entreabre sus ojos y estira sus manos hacia arriba tratando de alcanzarlas.
Uwakushibiru de asobu.
En un fondo negro con piso de roca marrón, está Sakura haciendo una reverencia a Sasuke, el cual voltea hacia la cámara y la toma se acerca hasta enfocar su rostro serio y con el ceño fruncido.
Soredemo hitotsu no
Parados en un punto de la ciudad, Sakura crea un muro de roca protegiendo a Sasuke el cual está atrás de ella mirando hacia el frente sin expresión alguna en el rostro.
Ai no katashi wo sagasu.
La pelirrosa corriendo a través de la ciudad lanzando pequeñas rocas a gran velocidad.
Tooku yori mo ima wo musunda kareta hitomi wo.
En un fondo negro sale Sakura sonriendo de medio lado, mientras gira hacia la izquierda en el momento que Sasuke viene girando desde la derecha hasta quedar al frente, abre sus ojos mostrándolos de un color rojo carmesí a la vez que el símbolo del elegido se dibuja en su frente.
Derikeba konomama
Sale Kakashi peleando y derrotando fácilmente a un grupo de sombras demoníacas.
Tsutsumarete owaritai.
Aún peleando salta quedando parado en la azotea de un edificio con la luna llena detrás de él, alumbrando su silueta con su luz, el cual hace que sus platinos cabellos brillen meciéndose con la tenue brisa, el peliplata sonríe de medio lado arrogante.
Sono negai wa yoru wa munashiku
Toma aérea de la plaza de noche, se ve a Saku caminando tranquilamente,
Asa wo tsuretekuru.
La toma se acerca a su rostro el cual está serio y apacible.
Yasashikute
En un fondo negro sale Mikoto de perfil izquierdo mirando al frente sonriendo y con un cucharón en su mano derecha.
Atsukute
Mikoto desaparece y sale Ino al costado derecho de perfil mirando al frente sonriendo pícara mientras guiña su ojo.
Hikyou na kisu de
Desaparece Ino y aparece Itachi de frente sonriendo de medio lado mientras lleva su dedo índice derecho a los labios en señal de silencio.
Irodotteyo
Sale Kakashi arregostado en un pilar leyendo un librito naranja y su otra mano metida en el bolsillo, con pose despreocupada.
Saigo no yoru
Sakura con su apariencia de nerd sentada en su pupitre en la escuela de noche viendo despreocupada la luna llena.
Tsuki ga terashiteru.
En una banca de la plaza de noche, Sasuke sentando en el medio con las piernas abiertas, sus codos apoyados en sus piernas con sus dedos entrelazados y su barbilla recargada en éstas. A su lado izquierdo Kakashi sentado con las piernas cruzadas, con el librito naranja tapando la mitad de su rostro, mirando hacia el frente por encima del libro. Al lado derecho del pelinegro, Sakura sentada con las piernas cruzadas, su codo derecho apoyado en su pierna derecha y la barbilla recargada en su mano sonriendo de medio lado. Parado atrás de Sasuke, Itachi sonriendo de medio lado con las manos apoyadas en el respaldar e inclinado levemente. Atrás de Kakashi, está Mikoto parada con las manos entrelazadas a la altura de su cintura sonriendo con los ojos cerrados. Y atrás de Sakura, Ino sonriendo pícara haciendo el símbolo de amor y paz con su mano derecha.
Te encontré
En una noche nublada se ven enormes llamas quemando una mansión estilo europea. Un hombre delgado, que mide aproximadamente uno setenta y cinco, encapuchado que no se le veía su rostro, estaba parado frente l mansión.
-(¡no puede ser que haya llegado tan tarde!) –pensó temeroso. – (¡siento su aura!… ¡aun vive!) –sorprendido corrió hacia la mansión brincando el barandal.
Sorprendentemente por donde él caminaba el fuego se iba abriendo como haciéndole camino. Se adentro en la mansión y subió con prisa las escaleras hasta entrar en una de las habitaciones del tercer piso.
Miro con desesperación hacia todos lados y detuvo su vista en la puerta de un armario que comenzaba a quemarse. Estiro su mano con su palma abierta en dirección al armario y la movió con brusquedad hacia la izquierda y al instante el fuego que estaba quemando la puerta se disparó hacia la pared.
El hombre corrió hacia el armario y abrió la puerta de golpe viendo que sentada en cuclillas escondiendo su rostro entre sus piernas estaba una pequeña niña de unos dos años de edad, de cabellera corta color rosa, algo despeinada. Vestía un lindo vestido estilo muñeca de color verde con holanes blancos.
Cuando la pequeña oyó que abrían la puerta asustada levanto el rostro dejando ver sus enormes y verdes ojos jades llenos de lagrimas que demostraban el miedo que sentía. Asustada se puso de pie y se hizo todo lo que pudo hacia atrás abrazándose a si misma permitiéndole al hombre que la observara bien y notara que no estaba herida. La niña era de cuerpo pequeño y delgado, pero para su edad estaba bien. Sus facciones eran finas, delicadas y hermosas.
El hombre camino hacia ella con cautela y se puso en cuclillas quitándose la capucha permitiéndole ver su rostro para que ya no le temiera dejando ver a un hombre de cerca de veinte años. Sus facciones eran masculinas y la vez delicadas y apuestas. Tenía el pelo de color plata en un extraño peinado en picos hacia arriba. Solo se divisaba uno de sus ojos porque encima del ojo izquierdo tenía un parche color negro y se lograba divisar una enorme cicatriz en diagonal, su único ojos visible era de color negro y levemente rasgado. Su tono de piel era claro.
-No te haré daño. Vine a salvarte. –dijo con amabilidad y calidez en el momento que le extendía su mano. Su voz era ronca y varonil.
La niña dudosa estiro su temblorosa manita hacia él y cuando la toco el hombre cerro con delicadeza su mano trasmitiéndole seguridad.
-Mi mami y papi me dijeron que no saliera de aquí porque unos hombres malos me querían llevar con ellos. –dijo con voz llorosa mostrando el miedo que sentía. Su tono era suave, delicado e infantil.
-Lo sé, yo vine a salvarte de esos hombres, pero no llegue a tiempo para salvar a tu mami y papi. –dijo con culpabilidad y los ojos de la pequeña se llenaron más de lagrimas.
-Entonces ya estoy sola. Ya no tengo a nadie. –dijo con tristeza derramando mas lagrimas.
-No estás sola. Me tienes a mí, que desde ahora seré tu familia. –dijo con calidez sonriéndole sincero.
La niña hizo un puchero y se mordió sus labios para después echársele encima abrazándolo llorando con más ganas. El peli-plata le acaricio la espalda en forma de consuelo, pero oyó como la casa comenzaba a derrumbarse, así que la abraza mas fuerte cargándola.
-Tu sostente fuerte que saldremos de aquí. –dijo con seriedad sintiendo como los brazos de la niña se abrazaban más a su cuello y él se puso de pie dando media vuelta corriendo hacia la ventana, la cual atravesó rompiéndola y protegiendo a la pequeña con su cuerpo.
Quince años después
Pov
Mi nombre es Uchiha Sasuke, tengo diecisiete años y justamente este día me mudo a Kyoto con mi madre Uchiha Mikoto que es ama de casa y mi hermano mayor Uchiha Itachi que es universitario.
¿La razón por la que me mudo?... pues es que hace un par de meses falleció mi padre Uchiha Fugaku. Solíamos vivir en Osaka y tras la muerte de mi padre, mi madre decidió mudarse a donde solía vivir cuando era joven, según ella porque le hace feliz regresar a la ciudad donde creció y en donde conoció mi padre. Por esa razón no me opongo, si a mi madre le hace feliz a mí también, aunque debo de admitir que no deseo mudarme. En Osaka ya tenía mi vida y pues amigos no porque no soy muy sociable, pero al menos haya sabia como escaparme de las molestas chicas que me acosan desde que tengo memoria, solo espero que aquí no pase igual.
La verdad no conozco mucho Kyoto, de hecho solía venir aquí a visitar a mis abuelos cuando vivían, pero eso fue cuando tenía como cinco años de edad, así que lógicamente no recuerdo absolutamente nada… ¡bueno! La verdad es que solo recuerdo el templo donde vivían mis abuelos, recuerdo que solía jugar ahí junto a mi hermano. Mi abuela era ama de casa y mi abuelo solía cuidar el templo que pertenecía a su familia desde hace muchos años, ya que recuerdo que solía platicarme que todos sus ancestros solían ser monjes y dueños del templo. Lógicamente cuando mi abuelo lo heredo no era monje, el era un simple empleado en una empresa, pero ponía de todo su esfuerzo porque el templo estuviera en perfectas condiciones, además que permitía que la gente entrara a rezar o alguno que otro turista lo visitara, ya que después de todo es un lugar hermoso e histórico. Lógicamente ese templo ahora esta descuidado desde que mis abuelos fallecieron y fue heredado a su única hija, ósea mi madre, pero ella al vivir en Osaka porque mi padre tenía su trabajo ahí pues no podía cuidar el templo como se debe, pero ahora tomo la decisión de arreglarlo, limpiar y tratar de hacer que regrese a ser lo que fue cuando mis abuelos vivían para vivir ahí en paz. En pocas palabras desde ahora viviremos en un mugriento y viejo templo lleno de telarañas.
Un taxi se estaciona enfrente de una enorme puerta de madera que en sus costados tenía dos enormes muros que la sostenían, aun así se dejaban ver enormes y frondosos árboles que las paredes y enorme puerta no podían ocultar.
Del taxi salió una mujer hermosa, tenía una larga y lacia cabellera negra trenzada hacia atrás con unos rebeldes mechones cayéndole al rostro. Su tono de piel era claro, sus facciones eran delicadas, femeninas y agraciadas. Unos ojos grandes de color negro. Su mirada era cálida, amable y sincera al igual que su sonrisa. Su estatura era media y su complexión era delgada con sus curvas donde deberían estar, en si estaba bien proporcionada. Vestía un sencillo vestido color azul que le llegaba debajo de las rodillas que tenia botones y era de magas cortas, unas zapatillas color negras y un enorme bolsa colgaba de su hombro derecho. Las únicas joyas que la adornaban eran un anillo en su dedo anular y una cadena colgando en su cuello que tenía un relicario. La mujer miraba con emoción y nostalgia la enorme puerta.
Seguido de la mujer se bajo un adolescente muy apuesto. Su cabello negro peinado en picos algo alborotado dándole un aire sensual con unos cortos mechones cayéndole en el rostro. Su piel era más clara que la de la mujer, pero no al grado de verse pálido. Sus ojos rasgados de color negro lo hacían ver más provocativo. Tenía una mirada aburrida llena de arrogancia. Sus facciones era finas, delicadas pero masculinas y apuestas, en si algo parecidas a las de la mujer. Su porte era igual de elegante que el de la pelinegra. Su estatura era alta, aproximadamente uno setenta y dos. Su complexión era delgada, pero ejercitada, con brazos bien torneados y espalda ancha. Vestía unos jeans desgastados azules, una playera blanca ceñida al cuerpo y encima un chaleco de color negro sin mangas de zíper con un gorro cayéndole en la espada, unos tenis negro y en sus muñecas habían una que otras pulsera de cuero. El adolescente miraba con fastidio el mismo lugar donde miraba la mujer manteniendo sus manos dentro del los bolsillos de su chaleco.
Por último se bajo un joven muy apuesto. Tenía una cabellera lacia de color negra que llevaba amarrada en una coleta baja dejando que varios mechones rebeldes y más cortos cayeran en su rostro. Tenía unas facciones finas, apuestas, varoniles y un poco más toscas, tenia leves parecido con el adolescente y la mujer. Su piel era de un tono levemente más oscuro que los otros dos. Sus ojos eran rasgados de color negro y tenía unas extrañas marcas debajo de ellos. Su mirada era arrogante, burlona, y firme al igual que su leve sonrisa. Era el más alto, media aproximadamente uno setenta y siete. Su complexión es delgada, pero ejercitada, con brazos torneados y espalda ancha. Vestía una camisa de botones color negra con cuello estilo polo, unos jeans celestes y unos tenis color negros, en su muñeca derecha adornaba una pulsera echa de hilos de diferentes colores. Nada mas salió del auto el joven junto con el taxista caminaron hacia la parte de atrás del auto dejando que el taxista abriera la cochera y ayudarlo a bajar varias maletas.
-¡Ay, pero que calor! –exclamo la mujer pasándose una mano por su frente limpiándose el poco sudor que tenia ahí. Su tono de voz era melodioso y delicado.
La mujer miro de reojo hacia la parte de atrás del coche cuando escucho que cerraban la cajuela viendo a su hijo mayor de pie con varias maletas a su alrededor y al taxista encaminándose hacia la puerta del conductor.
-¡Sasuke! ¡ayuda a tu hermano con las maletas! –dijo en forma de regaño apuntando al adolescente, el cual suspiro resignado y camino hacia donde estaba su hermano e inclinándose para tomar unas cuantas.
-Si Sasuke, no seas vago y ayúdame. –dijo con burla el pelinegro mayor inclinándose para tomar el también las demás maletas.
-Tks… ¡no molestes Itachi! –dijo con fastidio enderezándose cargando dos maletas en cada brazo y el mayor sonrío socarrón.
La mujer se encamino hacia la puerta y con una llave que tenía en su mano derecha abrió el enorme candado que amarraba dos cadenas. Lo quito al igual que las cadenas, después abrió con algo de esfuerzo la puerta oyéndose un rechinido señal de falta de aceite.
Cuando las puerta se abrieron se dejaron ver un camino de escalones enormes que en sus costados tenia adornados varios árboles grandes y frondosos.
La mujer empezó a subir los escalones con el brillo de melancolía y emoción en sus ojos, los jóvenes comenzaron a seguirla, el menor con leve curiosidad miraba sus alrededores y el mayor con melancolía recordando su niñez en ese lugar.
-¡Uf…! ¡Finalmente llegamos! –dijo Mikoto cuando subió el ultimo escalón mirando con melancolía la enorme casa con paredes de madera estilo oriental que estaba a unos metros de ella.
-Unos cuantos arreglos y estará igual que antes madre. –dijo con emoción Itachi parándose a su lado.
-Parece casa abandonada. –dijo con fastidio el menor pasando a su lado provocando que los otros dos lo miraran con ojos entrecerrados.
-Ese chamaco. –gruño Mikoto apretando su puño derecho a la altura de su barbilla mirando a su hijo menor alejándose.
-¡Déjalo Oka-san! –Mikoto miro a su hijo. –es un amargado que no aprecia las cosas hermosas y antiguas. –dijo resignado encogiéndose de hombro y Mikoto asintió dándole la razón.
Todo ese día la familia Uchiha se dedico a darle una buena limpiada a la casa y Mikoto no se compadeció porque sus hijos tendrían escuela mañana y los puso a hacer las cosas más pesadas que por algo eran los hombres de la casa. Sasuke se quejaba cada dos por tres mientras que Itachi lo hacía con gusto al ser mas servicial y gustarle ayudar a su madre en esas cosas.
Se ve a Sasuke de pie vestido con una bermuda de mezclilla, una playera roja con un dragón chino en medio de color plata, unos tenis blancos y las pulseras de cuero adornando sus muñecas. No hay nada más que oscuridad rodeándolo.
-¿Dónde estoy? –pregunto mirando confundido hacia todos lados viendo solo oscuridad y su voz sonó con eco.
Oyó unos pasos atrás de él haciéndolo voltear con brusquedad y solo vio unos ojos grandes levemente rasgados de color verde jade que brillaban llenos de superioridad y un poco más arriba donde estaría la frente una estrella de cinco picos y en medio el kanji que significa roca brillando en color marrón.
-¡Finalmente te encuentro! –oyó que le decía formando eco de manera tétrica, pero le sorprendió más el oír lo melodioso de la voz, sobre todo que era femenina.
-¿Quién eres? –pregunto dando un paso hacia adelante.
-¡Pronto nos veremos Master! –dijo con burla y de pronto los ojos desaparecieron estando nuevamente en ese espacio vacío y oscuro.
-¡Espera! –grito corriendo, pero por más que corría no volvió a ver esos ojos y pareciera como si no avanzara. – ¡espera!—volvió a gritar estirando su mano.
En una habitación mediana con pisos y paredes de madera, teniendo solo una cama a mediación, un escritorio cerca de la ventana, un ropero cerca de la puerta y varias cajas a su alrededor se ve a Sasuke acostado en la cama completamente dormido, vestido con solo un bóxer con sus sabanas blancas tiradas en el piso. El pelinegro se removía inquieto de un lado a otro.
-¡Espera! –grito despertándose y sentándose de golpe en la cama, en sus ojos se mostraba sorpresa y estaba todo sudoroso. Un largo suspiro salió de su garganta al comprobar que estaba en su nueva habitación. –solo fue un sueño. –dijo con fastidio tocándose la frente limpiándose el sudor.
Al día siguiente en otro lugar de esa misma ciudad, en un barrio sencillo se aprecia una muy, pero muy humilde casa pequeña, con sus paredes pintada de celeste y unas cuantas plantas adornando el porche. En si la casa era común, simple y sencilla.
En la segunda planta de esa casa se deja ver una habitación sencilla y pequeña que solo la adornaba un peinador con algunos objetos personales, a mediación una cama con un buró en su costado derecho y un closet que estaba alado de la ventana pequeña que tenía unas cortinas rosas y las paredes eran pintadas de un color beige. De ahí ya no tenía más adornos.
Sobre la cama se divisa un bulto cubierto por las sabanas blancas que solo dejaba ver una larga, lacia, pero alborotada cabellera color rosa.
La puerta de la habitación se va abriendo poco a poco con absoluta cautela, cuando está completamente abierta entra por ella un apuesto peli-plata de cerca de veinte años. Sus facciones eran masculinas, la vez delicadas y apuestas. Tenía un extraño peinado en picos hacia arriba. Solo se divisaba su ojo derecho porque encima del ojo izquierdo tenía un parche color negro y se lograba divisar una enorme cicatriz en diagonal, su único ojo visible era de color negro y levemente rasgado. Su tono de piel era claro. Su cuerpo era torneado y ejercitado, pero no al grado de exagerar. Iba vestido con un pantalón de vestir color negro, una camisa de botones, con cuello estilo polo color camel y encima tenía un delantal rosa con holanes que en medio tenía unas letras que decían "Mamá Kakashi"
El hombre de puntitas y con cautela camina hasta posicionarse alado de la cama. Con cautela se inclina quedando algo cerca de donde estaba el rostro de la persona debajo de las cobijas.
-Oye. –susurra muy quedito, casi inaudible. –oye. –vuelve a susurra levemente más alto., al no recibir respuesta se endereza. –conste que intente hacerlo de forma normal. –dijo despreocupado encogiéndose de hombros restándole importancia y su ojo visible brillo con mas maldad.
De quien sabe dónde saca un megáfono que se pone cerca de sus labios, agarra aire para gritar y está por hacerlo justo en el momento que mueve suavemente su mano libre en dirección donde está el jarrón de agua que está en el buró. La mano esta a la altura de su cintura, la levanta un poco y el agua comienza a levitarse, con lentitud movió su mano hacia el bulto y el agua se movió igual cayendo en la persona dándole de lleno en su cara escondida bajo las sabanas.
La persona en la cama se despertó de golpe sentándose en la cama por lo que las sabanas se le cayeron dejando ver a una hermosa peli-rosa, de facciones delicadas, agraciadas, finas y exquisitas. Ojos grandes levemente rasgados color verde que en ese momento se encontraban abierto en par a par. Su larga y despeinada cabellera se encontraba empapada al igual que su rostro. Su piel era clara, su nariz respingada. Su complexión delgada con busto de tamaño promedio para su edad. La parte que se alcanzaba a divisar de su pijama era una simple playera algo vieja color café con letras rojas enfrente.
-¡SAKURA! –le grito el peli-plata con el megáfono en el mero oído retumbándole todo a la pobre chica.
Pasando el susto la chica bajo su rostro y su cuerpo fue rodeado por una enorme aura oscura y siniestra.
-Emm… ¿Saku? –dijo nervioso y su cara se coloreo de azul mirándola asustada cuando ella empezó a tronarse los dedos.
-Ka-ka-shi. –susurro tétrica.
-¡patitas para que las quiero! –sin pensarlo mas salió corriendo cerrando la puerta tras de sí.
Corrió hacia las escaleras y cuando iba a mediación se empezó a sentir un temblor en toda la casa que lo hizo caer de trasero hasta llegar a la planta baja.
-¡Eso dolió! ¡Mis pompitas! –dijo parándose con lagrimas en los ojos y sobándose su trasero mientras caminaba hacia la cocina.
Se ve al mismo peli-plata de hace un momento en la cocina acomodando la mesa mientras tararea una canción y movía sus caderas al son de su desentonado ritmo. En su ojo se le veía feliz al igual que en su sonrisa.
-Así pareces marica Kakashi… ya te lo he dicho. –dijo desde la entrada una voz delicada y femenina con un tinte de fastidio y molestia.
Kakashi volteo hacia donde provenía la voz viendo a la misma peli-rosa que antes fue a despertar con su cabellera más alaciada, pero con el mismo pijama, solo que ahora se le veía que usaba un pantalón flojo de tela delgada. Su estatura era mediana, aproximadamente uno sesenta y ocho. Aunque su ropa holgada no dejara ver tenía unas caderas anchas, piernas largas y torneadas.
-¿Así es como le hablas a tu papi hermoso? –dijo mártir mirándola ofendido.
-¡Tú no eres mi padre! –dijo con fastidio entrecerrando sus ojos y una gota de sudor resbalando por su frente.
-Pero es como si lo fuera. –dijo dramático con lagrimas en los ojos, de pronto pone una mirada melancólica. –te crié desde bebé y tu para mi siempre serás eso… mi bebé.
-Si, lo que digas. –dice Sakura ya sentada en una de las sillas de la mesa. –ahora sírveme de comer. –orden mientras se sirve jugo de naranja en un vaso.
-¿Cuándo aprenderás a respetarme? –dice molesto mirándola con ojos entrecerrados. –de perdido comienza a decirme papito lindo. –dijo mirándola suplicante.
-Nunca y jamás te diré así. –dice cortante para después darle un trago a su vaso de jugo.
Kakashi suspiro derrotado siendo rodeado por un aura oscura y triste, así que mejor se dispuso a seguir sirviendo el desayuno.
-Saku… ¿no crees que es algo tarde y tú aun no te has vestido? –pregunto preocupado ya sentado en la mesa mientras se servia café en una taza azul que decía "papa" (la de Sakura decía "hija").
-No iré. Ya me arte de ir a esa escuela llena de estúpidos. –dijo despreocupada preparándose una tostada con mermelada.
-¡No digas eso niña! Tienes que estudiar y como padre te obligo que vallas. –dijo con firmeza mirándola severo.
-Aja. –la peli-rosa lo ignoraba poniéndole más atención a su desayuno.
-Estos chamacos ya no respetan. –dijo deprimido siendo rodeado por un aura triste y solitaria. Unos dos segundos después la depresión de Kakashi pasó y se puso de pie mirando a Sakura con seriedad.
-(okey, ya me asusto, no es normal que este viejo se ponga serio de verdad) – pensó mientras mordía su tostada miraba de reojo al peli-plata que no le quitaba la mirada de encima.
-Hablo enserio Sakura. Tienes que ir a la escuela. Recuerda tu misión. Sabes que yo trato de ayudarte en lo que puedo, pero aun así eres tu la que puede darse cuenta de su presencia –dijo severo y Sakura suspiro con cansancio.
-Llevo un año desde que llegamos a esta ciudad y desde que entre a esa escuela de pacotilla de él ni sus luces. –dijo con fastidio. –no creo que lo encuentre en este lugar.
-Jiraiya vio en su visión este lugar y la escuela, muy bien sabes que él nunca se equivoca. Tarde o temprano aparecerá. –dijo con sabiduría.
-Lo sé. –dice suspirando con pesadez. – pero aun así no sé porque solo yo debo trabajar en encontrarlo y ese par de caprichosos se escabulleron de su responsabilidad. Ellos al igual que yo también lo pueden sentir, pero los muy mimados se encapricharon con no cambiar su modo de vida hasta que yo lo hallara. –dijo rencorosa y una vena hinchada en la frente mientras se pone de pie. –aunque en cierta parte es mejor que no estén aquí o hubieran terminado matándome antes de encontrarlo. –dice con fastidio dándose media vuelta.
-¿A dónde vas?
-A cambiarme para ir a la escuela. –dice cortante y sin detenerse.
-Mi bebé es muy responsable. –dice admirado mirándola salir.
Un rato después se ve a Sakura bajar las escaleras con toda finta de nerd, vestía la falda negra de tablones del uniforme, pero la llevaba hasta los tobillos cuando normalmente a todas las chicas les llegaba unos centímetros arriba de las rodillas, suéter holgado color café de lana encima de la blusa, sin importarle que afuera este haciendo un calor de los mil demonios por estar en mero verano. Cabello complemente trenzado y todos hacia atrás haciéndola ver más frentona. Lentes enormes y de fondo de botella que le tapaban casi todo el rostro.
Kakashi que la esperaba en al final de las escaleras desencajo la mandíbula y ensancho los ojos horrorizado.
-Aun no me acostumbro a tu disfraz. –dijo resignado. –te ves horrible. –dijo con desagrado. –no sé porque ocultas tu belleza en eso. –dice apuntando de manera despectiva su atuendo.
-No me gusta llamar mucho la atención y mi cabello no ayuda mucho en eso. –dijo encogiéndose de hombros restándole importancia. –además que es cómodo. –dice tranquila. –me voy. –dice arrebatándole su maletín que lo tenía Kakashi y caminando hacia la puerta.
-¿Y mi beso? –grita pero solo recibió como respuesta el sonido de la puerta al ser cerrada haciendo que cayera deprimido al piso, pero de pronto se paró de golpe quitándose su delantal. – ¡yo también tengo que ir a la escuela y se me hace tarde! –dijo espantado subiendo las escaleras para ir en busca de su saco y maletín.
Sasuke iba caminando tranquilamente hacia su nueva escuela, llevaba puesto el uniforme de esta que consistía en un pantalón de vestir color negro, una camisa de botones blanca con cuello estilo polo y el escudo de la escuela en la parte izquierda de su pecho. Tenía su mano izquierda dentro del bolsillo de su pantalón y la derecha la tenia flexionada hacia arriba apoyando su mano en el hombro tomando su maletín.
El pelinegro levanto con aburrimiento la mirada hacia el cielo justo en el momento que siente que alguien choca con su espalda y oye cómo se cae al suelo. Rodo los ojos con fastidio al oír un quejido femenino atrás de él.
Con fastidio voltea viendo tirada en el piso con la cabeza agachada sobándose la frente a una chica desalineada con ningún atractivo, extraño pelo rosa trenzado hacia atrás con finta de nerd y para acabarla frentona. El pelinegro la iba pasar de largo y seguir su camino hacia la escuela antes de que se le hiciera más tarde, pero recordó a su sacrosanta madre viniéndole a la mente las palabras que siempre le dice "Sasuke siempre debes ser educado con una mujer y si me llego a enterar de que no lo eres te castro cabrón", el pelinegro oía esas palabras en su cabeza e incluso veía la cara de psicópata asesina que ponia su madre cuando le decía eso haciéndolo estremecer del miedo y que pasara saliva con dificultad.
-(¡ya!... pero si mi mamá no lo ve no se entera) –pensó triunfante por ganarle una a su madre y dispuesto a dar un paso que detuvo en el aire cuando la imagen de su madre volvió a aparecer en su mente diciéndole "¡Sasukito a mí nunca me engañas, siempre me enterare de las cosas!… ¡tengo ojos en todos lados mocoso!". Sasuke suspiro resignado sabiendo que eso era verdad, quien sabe como su madre siempre terminaba enterándose de las cosas malas que hacía. – ¿estás bien? –pregunto cortante estirándole la mano a la pobre chica que seguía tirada en el piso limpiando sus anteojos.
Sakura no había visto con quien choco, estaba más atenta limpiando sus lentes que por ir corriendo un pájaro la cago manchando el cristal y no alcanzo a detenerse para limpiarlos provocando que chocara contra alguien. Con fastidio frunció el entrecejo cuando oyó que con el que choco le hablaba, y limpios sus anteojos, se los puso y levanto la mirada viendo a un muy puesto pelinegro mirándola con superioridad, estaba por insultarlo, pero suspiro con pesadez.
-Si, gracias. –dijo indiferente y no siendo mal agradecida tomo la mano que le ofrecían, pero cuando se tocaron se soltaron rápidamente a causa de que un solo rose les provoco un corrientaso eléctrico en todo su cuerpo.
Ambos miraban sus manos impresionados
-(cuando lo encuentres tu mismo ser te lo dirá) -se repitieron las palabras que le dijo el año pasado Jiraiya antes de venir a ese lugar haciendo que sus ojos se ensancharan, sin pensarlo dos veces Sakura se puso de pie y tomando su maletín, corrió pasándolo de largo dejando a un extrañado pelinegro que no dejaba de mirar su mano.
Sakura llego justo cuando el timbre sonó, entro en su salón de clases ignorando a su rubia amiga Yamanaka Ino, era la única chica con la que se juntaba y no porque quisiera sino porque la chica desde que le prestó la goma de borrar el primer día de clases del año pasado no se le despegaba y cada que la veía le empezaba a hablar y hablar de quien sabe cuantas cosas. Debía de admitir que todos ese tiempo le había agarrado algo de aprecio, así que solo la dejaba hablar ignorándola y solo contestándole cosas como "si, no, tal vez".
Ino era una chica hermosa, pero al no ser una zorra pero ser hermosa todas las mujeres de ahí la envidiaban y no le hablaban, tal vez por eso siempre estaba con ella, pues aunque tuviera amigos masculinos es mejor una amistad femenina. Era una chica de estatura media, complexión delgada, curvas definidas, cintura pequeña, pecho grande, caderas anchas y piernas bien torneadas. Su piel era de un tono claro, tenía unos enormes ojos color azules, su larga y lacia cabellera rubia que llevaba amarrada en una coleta alta dejándose un flequillo de lado que le tapaba uno de sus ojos.
-¡Frentona! –grito emocionada la rubia al verla levantando su mano para llamar su atención, cosa innecesaria pensó Sakura ya que su gritote no solo llamo la atención de ella sino de todos en el salón.
Con fastidio la peli-rosa se encamino hacia la rubia y se sentó en el asiento vacío atrás de ella que seguro se lo había apartado.
-¡Ya se te está pegando lo impuntual de Kakashi-sensei, por algo eres su hija! –dijo burlona y Sakura solo suspiro con fastidio, nunca había desmentido sobre si Kakashi era su papá o no y su amiga se dejaba llevar por lo que le dijo Kakashi la primera vez que ella visito su casa. – ¿Que tal las vacaciones frentona? –pregunto animada volteando a verla.
-Normal. –contesto cortante.
-¡Pues yo me la pase genial! ¡fíjate que fui con mi familia a casa de mis abuelos en…!
-(y aquí vamos) –la peli-rosa rodo los ojos ignorando el parloteo de su amiga.
El salón comenzó a llenarse poco a poco y como siempre Hatake Kakashi llego tarde a su clase saludando a sus alumnos con su tan acostumbrada pose despreocupada y aburrida. En la escuela se portaba como maestro con Sakura, la trataba igual que a sus demás alumnos.
-Este semestre tendrán un nuevo compañero. –dijo con aburrimiento y todos los alumnos miraron curiosos a excepción de Sakura. – ¡pásale! –dijo un poco más fuerte mirando hacia la puerta al igual que todos, incluso Sakura miro de reojo sintiendo las misma aura del chico con el que choco esta mañana.
Con su aire indiferente entro Sasuke y las chicas al verlo suspiraron soñadoras mirándolo embobadas a excepción de Sakura que solo lo miraba de reojo de manera analítica. El pelinegro se paro alado del peli-plata y miro con indiferencia sus ahora compañeros de clases deteniendo su mirada en la peli-rosa que había puesto su atención en su cuaderno. El pelinegro aun seguía intrigado con lo que paso esa mañana y no podía apartar sus ojos de esa chica sin nada de atractivo, cosa que Kakashi noto y frunció el entrecejo celoso.
-¡Preséntate! –dijo con molestia el peli-plata consiguiendo que dejara de mirar a su linda hija. –(ni ese horroroso atuendo logra ocultar tu belleza de pervertidos como este bebé T.T)
-Uchiha Sasuke. –dijo con indiferencia y las gran mayoría de la chicas suspiraron soñadoras.
-Bien Uchiha, siéntese en el asiento desocupado que esta atrás de Inuzuka. –dijo señalando a un castaño con facciones rebeldes, apuesta y salvajes que levantaba la mano sonriendo enormemente.
Sasuke camino hacia donde le dijeron y se sentó con tranquilidad.
-¡Inuzuka kiba! ¡un gusto conocerte Uchiha! –dijo amigable volteándolo a mirar y Sasuke solo hizo una leve inclinación de cabeza.
-Bien, este día solo daremos un repaso de lo que vimos el semestre pasado para ver que tal andan. –dijo con tono despreocupado Kakashi sacando un libro de matemáticas y todos lo miraron con aburrimiento.
Comenzó la clase y Sasuke no pudo apartar su mirada curiosa de la peli-rosa que escuchaba con aburrimiento a su sensei. Ella sentía su penetrante mirada pero aparentaba no darse cuenta. No solo ella se dio cuenta de que Sasuke no dejaba de mirarla sino también Kakashi que ya comenzaba a agarrarle coraje a ese niñato por mirar tanto a la niña de sus ojos. Otro que se dio cuenta fue Kiba, ya que cada que volteaba para decirle algo según él a su nuevo amigo lo notaba viendo con atención y curiosidad a la fea de Hatake Sakura, se encogió de hombros pensando que cada quien con sus gustos, después de todo bien dicen que es muy común que las personas apuestas se sientan atraído a las feas, como bien dicen la suerte de la fea la bonita la desea.
Cuando la primer clase termino Kakashi salió del salón inseguro de dejar a su pequeña junto con ese pervertido nuevo, pero ya estaba planeando como ponerlo en su lugar en la siguiente clase que le dé para que no la siga viendo tanto que se le puede desgastar.
Nada más saliendo del salón el maestro, Ino se volteo hacia Sakura para seguirle platicando de lo que hizo en sus vacaciones mientras que la peli-rosa suspiraba fastidiada. Los demás alumnos también se pusieron a platicar aprovechando que el maestro no venia y Kiba tampoco desaprovecho y rápidamente volteo hacia su compañero viendo que nuevamente tenia la vista en la rara peli-rosa de la escuela. Una sonrisa burlona adorno su rostro y se inclino levemente para quedar cerca del oído del pelinegro.
-Hatake Sakura. –le susurro burlón haciendo que el pelinegro volteara a verlo levantando una ceja dándole a entender que no le entendió. –la nerdota que te has pasado viendo toda la clase se llama Hatake Sakura, es hija del maestro de matemáticas, así que si te la ligas seguro pasas matemáticas con facilidad ya que pienso que el sensei se pondrá contento al saber que su hija no se quedara solterona y alguien se fijo en ella. –dijo burlón levantando sus cejas de arriba abajo de forma insinuante. Sasuke frunció el entrecejo con molestia, ahora resulta que no podía mirar a alguien que le provocaba curiosidad porque resultaba que ya le gustaba, rodo los ojos ante lo idiota que es la gente que lo rodea. –jamás me imagine que tuvieras malos gustos. –dijo mirándolo como si fuera un extraterrestre. –es una chica fea y rara. No miento que su única cualidad es ser toda una cerebrito, ya que es la más inteligente de toda la escuela, incluso se dice que sabe más que la mayoría de los maestros. –dijo pensativo. – no le habla a nadie más que la hermosa de Ino que yo digo que se junta con ella para resaltar más su belleza, porque estando juntas sin duda Ino resalta mucho. –dijo burlón. –se cree superior a todo el mundo y suele mirar a todos con desprecio a excepción de Ino, es como si para ella fuéramos basura, se da sus aires de grandeza cuando no es más que una fea frentona, pero al ser hija de uno de los maestro nadie se mete con ella por miedo a que los castiguen y no está para más, aunque veas como un vago a Kakashi-sensei sus castigos son de miedo. –dijo estremeciéndose y Sasuke rodo los ojos ante lo superficial que era. –pero pues cada quien con sus gustos. –termino de decir encogiéndose de hombros restándole importancia.
-No me gusta, solo me provoca curiosidad. –dijo con indiferencia y Kiba lo miro con burla pensando que le daba vergüenza admitir que le gustaban las feas frentonas, pero no puedo seguir burlándose porque el maestro de la siguiente clase llego.
-(el nuevo es raro u.u… pero bien dicen que raro con raro se llevan u.u) –Kiba se encogió de hombros restándole importancia y puso atención en la clase, ese semestre seria el último y no quería dejar materias pendientes así que trataría de ser buen alumno.
Así transcurrieron todas las horas de clases, Sasuke no dejaba de mirar ahora más disimulado a Sakura tratando de hallarle una explicación a la rara sensación que sintió con ella en la mañana. Sakura sabía que no dejaba de mirarla, pero hacia no darse cuenta ya que estaba más concentrada pensando si ese chico es quien está buscando.
Terminaron las clases y cada uno se fue a sus hogares, a excepción de Sakura que se fue directo a la sala de maestro y pensó estar de suerte al ver que solo estaba Kakashi ahí leyendo tranquilo tras su escritorio una novela que la peli-rosa sabía bien cual era, por lo que rodo los ojos con fastidio.
Una sonrisa traviesa adorno su rostro al ver que el peli-plata estaba tan metido en su lectura que no se había dado cuenta de su presencia, así que con sigilo camino hasta ponerse atrás de él. Se inclino levemente hasta quedar cerca de su oído y le soplo.
La piel de Kakashi se le erizo de los pies a cabeza al sentir ese cálido aire en su zona más sensible y sonrojado se toco el oído.
-A ver si así estás más alerta. –dijo con burla la peli-rosa caminando hacia el escritorio y sentándose en este mientras que Kakashi sin dejar de tocarse el oído la fulminaba con la mirada.
-Chamaca irrespetuosa… ¿asi es como respetas a tu padre? –dijo en forma de regaño.
Sakura se cruzo de piernas y se quito los anteojos comenzando a deshacer su trenza mientras que Kakashi la miraba extrañado por quitarse el disfraz aun estando en la escuela.
-Creo que lo encontré. –dijo con seriedad y Kakashi ensancho los ojos sorprendido.
-¿crees? –la peli-rosa asintió.
-El chico nuevo. –dijo con seriedad y Kakashi frunció el entrecejo recordando a ese pervertido que no dejaba de ver a su linda hija. –es probable que sea él. –dijo con seguridad.
-No lo creo, puede que no sea uno de los guardines, pero puedo sentir las auras como ustedes y el aura de ese niñato es normal como la de cualquier humano normal. –dijo con indiferencia.
-Lo sé, pero esta mañana choque con él y cuando nuestras manos se tocaron sentí una descarga eléctrica en todo mi cuerpo, como si hubiera recibido uno de tus ataques rayo. –dijo con seriedad y el peli-plata la miro con más interés. –puede que él aun no despierta nada de sus poderes, por eso es que seguimos sintiendo su aura normal. –dijo pensativa. – a diferencia de mi y los otros dos guardianes que conocemos que despertamos nuestros poderes desde el nacimiento solo que no los sellaron para que no lastimáramos a nadie hasta que tuviéramos más conciencia para saber controlarlos. –Kakashi sintió dándole razón. –tú y Jiraiya dijeron que solo los guardianes podemos sentirlo cuando nos encontremos con él y yo creo que el nuevo es… hizo un pequeña pausa mirando con inseguridad y a la vez emoción por, por fin encontrarlo. –quien tanto hemos buscado por casi toda mi vida.
-Si tu así lo crees no pierdes nada con investigarlo. –dijo con seriedad y una sonrisa torcida adorno el rostro de la chica.
-Eso es lo que hare. –dijo con arrogancia. –puedo aun distinguir su aura por lo que significa que está cerca. –dijo poniéndose de pie caminando hacia la ventana abriéndola sintiendo como el viendo ondeaba sus cabellos.
-Te acompaño, tengo curiosidad de saber si en verdad es quien tanto hemos buscado. –dijo con diversión poniéndose de pie justo en el momento que la peli-rosa se había puesto en cuclillas en el marco de la ventana.
-Como quieras. –dijo con indiferencia agarrando las orillas de su falda y haciéndoles una ruptura en los lados.
-¿Qué haces? –pregunto asustado.
-Solo la ajusto para tener más movilidad. –dijo con indiferencia para después saltar de una forma elegante hacia el póster de luz que estaba enfrente, Kakashi asustado miro hacia todos lados buscando que no hubiera nadie que los haya visto y al comprobar que no, se encogió de hombros restándole importancia y se puso en cuclillas en el marco de la ventana y salto al mismo póster donde Sakura había saltado después de que esta se alejo saltando a un velocidad sobre humana por los tejados de las casas con Kakashi casi pisándoles los talones.
Ya había anochecido y desde que Sasuke llego de la escuela se sentía intranquilo, tenía la sensación de que lo observaban, era incomodo ya que hasta cuando iba al baño tenía esa sensación, pero por más que mirara a todos lados o se asomara por las ventanas de su casa no veía a nadie, esa sensación lo estaba poniendo de mal humor.
Y para agregarle más motivos a su mal humor no habían terminado de arreglar, ni limpiar la casa, así que nada mas llego a casa su madre lo puso hacer la tarea para que al terminarla le ayudara a limpiar, así que casi todo el día se la paso arreglando puertas y limpiando pisos con un trapo… ¿Que no existen los malditos trapeadores? Se preguntaba una y otra vez el pelinegro en su mente mientras fregaba los pisos, pero cuando decidió preguntarse eso en voz alta su sacrosanta e inocente madre le dijo "que se fregaba porque así se limpiaban los pisos antes en ese templo y no iba ser ella quien cambiara las costumbres" y cuando el pelinegro iba a replicar su madrecita santa lo miro con ojos de psicópata asesina que le cayó la boca antes de siquiera decir algo más… ¡así es! Su madre era de temer y tenía que admitir que jamás le replicaría en nada cuando lo mira de esa forma, tal vez por eso Itachi siempre hace lo que su madre le ordena sin replicar, porque su condenado hermano mayor es inteligente y sabe que su madre es de cuidado.
En este momento el pelinegro se encontraba limpiando el piso del salón mientras su queridísima madre estaba haciéndoles algo de cenar, que para ser sincero se moría de hambre. Vestía una bermuda de mezclilla, una playera roja algo holgada de color rojo y enfrente tenía adornado un dragón chino de color plateado. Unos tenis blancos y sus muñecas eran adornadas por unas pulseras de cuero para finalizar un pañuelo blanco cubriendo su cabeza.
El pelinegro levanto la mirada al ver unos pies enfrente de él viendo a su sacrosanta madre, pura e inocente (léanse el sarcasmo) con un delantal blanco encima de su vestido verde sonriéndole tan cálidamente como solo ella sabe hacerlo, cosa que le trajo un mal presentimiento.
-¡Sasukito! –dijo melosa y amorosa.
-(ese tono de voz me es sospechoso. –el pelinegro entrecerró los ojos. – ¿ahora que hice? ¿o que me va poner a hacer? … mi madre es una explotadora de menores) –el pelinegro entrecerró más los ojos.
-¡Fíjate que estaba haciendo una rica cena para que tú y tu hermano crezcan sanos y fuertes! –dijo cariñosa y el pelinegro entrecerró mucho más sus ojos. – ¡pero me acabo de dar cuenta que se me olvido comprar salsa de soya! –dijo con pesar.
-(lo sabía, había gato encerrado ante tanta muestra de cariño) –una gota de sudor resbalo por su nuca. –yo aun no acabo de limpiar los pisos madre. –replico con molestia.
-Pues los sigues limpiando cuando regreses. –dijo aumentando su sonrisa cálida.
-No quiero ir madre, estoy cansado… manda a Itachi. –Mikoto quito su sonrisa amorosa siendo remplazada por una mueca de enojo y ojos de psicópata asesina, cosa que le puso la piel de gallina al chico, pero no estaba dispuesto a dar su brazo a torcer o sino su madre se aprovecharía más de él.
-Itachi está limpiando el templo y arreglándolo, además yo te mande a ti. –dijo furiosa.
-Me mandas a mí porque te dio miedo y flojera ir sola hasta el templo para mandar a Itachi. –dijo con burla.
-¡Uchiha Sasuke! –dijo en forma de regaño.
-(¡Oh no! ¡me llamo por mi nombre completo y sin poner el chan! ¡esto se está poniendo peligroso! ¡debí haber abordado la misión antes, cuando aun había oportunidad!) –por fuera no lo demostraba, pero en verdad estaba muy asustado.
-¡Ve por la salsa de soya o te castro cirurgicamente con una cuchara caliente! –dijo amenazante moviendo de un lado a otro el cucharón que tenía en su mano derecha que Sasuke no había visto hasta ahora y para ser sinceros lo vio más amenazante que si fuera un cuchillo.
-¡Claro mami! –dijo como niño bueno poniéndose de pie mientras se quitaba el pañuelo en su cabeza y su madre volvió sonreír cariñosa entregándole el dinero y el nada más lo tomo y salió corriendo de la vista de su loca… cof… cof… digo linda madre.
De un pequeño supermercado va saliendo un muy puesto pelinegro que en su mano derecha tenia agarrada un bolsa de plástico que tenia la dichosa salsa de soya.
Siguió caminando con tranquilidad y se adentro en un parque que tenía que atravesar para llegar a su casa. La verdad no tenía ni un poco de miedo al caminar por un parque solitario en donde se oía el rechinido de los columpios al ser movidos por el viento.
Una corriente de viento gélido lo golpeo haciendo que se detenga y se abrazara a si mismo sintiendo sus cabellos ondearse.
-(qué raro, estamos en verano como para que corra viento así de frío) –pensó aun abrazándose y cerrando los ojos al sentir más fuerte el aire.
De pronto un escalofrió le recorre en la columna haciendo que abriera los ojos levemente sintiendo como el corrientaso de aire iba disminuyendo. Del piso se empezaron a formar una clase de sombras que el pelinegro miro entre curioso y asustado, después ensancho los ojos impresionado al ver como las sombras se iban levantando formando una clase de demonio con cuerpo hecho de gas negro con ojos tétricos y demoníacos de un color rojo.
-¿Qué demonios pasa? –pregunta entre asustado y sorprendido viendo de reojo como más de esas cosas parecían a su alrededor.
Los demonios sonrieron de forma tétrica mostrando unos puntiagudos dientes haciéndolos ver más espeluznantes. Comenzaron a moverse a una velocidad sobre humana alrededor del pelinegro, el cual solo sentía cocientazos de aire haciéndolo abrazarse a sí mismo y que entrecerrara sus ojos soltando la bolsa donde llevaba la salsa de soya provocando que se quebrara y el contenido se derramara.
De la garganta del pelinegro salieron gemidos de dolor al sentir sus piernas y brazos que le hacían cortaduras. Sasuke no entendía lo que pasaba, tenía que admitir que estaba horrorizado. Los cortes le dolían y ardían, de pronto en su frente aparecieron brillando en azul nueve kanjis que significaban roca, fuego, aire, agua, rayo, arena, hielo, naturaleza y metal formando un circulo que rodeaba una estrella de cinco picos, sus ojos se abrieron mostrando que de negro habían cambiado a rojo, su cuerpo fue rodeado por un aura azul desprendiendo rayos de este, poco a poco los rayos que salían de su cuerpo fueron haciéndose más grandes alzándose a diestra y siniestra destruyendo los demonios que lo rodeaban, no podía controlar la dirección hacia donde se disparaban los rayos, ni siquiera sabía cómo su cuerpo los había producido. Los rayos quemaron uno que otro árbol, columpio y varios se dispararon a las farolas de luz estrellándolas dejando que el parque se sumiera en absoluta oscuridad y solo el aura azul y los rayos que desprendía el cuerpo de Sasuke era la que alumbraba a su alrededor.
Los rayos azules que desprendía su cuerpo fueron disminuyendo para después ya no haber ninguno, el sello en su frente desaprecio al igual que sus ojos volvieron a ser negros.
Respirando agitado cayó de rodillas al piso con la sorpresa, curiosidad y miedo inyectado en sus ojos. Miro a todos lados buscando a las extrañas criaturas de hace un momento y se saco más de onda al ya no ver nada, no entendía que había pasado ni mucho menos la sensación que había sentido, pero suspiro aliviado al ver que todo había terminado y que esos demonios ya no estaban.
Pero su alivio duro poco. Se estremeció y ensancho los ojos al sentir nuevamente el corrientaso gélido que había sentido al principio, pero ya ni fuerzas le quedaban para abrazarse a si mismo, vio con horror como nuevamente a su alrededor se volvían a formar el doble de criaturas iguales a las de hace un momento. Vio con horror como las monstruosas criaturas se fueron juntando hasta formar una misma de enorme tamaño, media aproximadamente unos cuatro metros.
Sasuke estaba temblando del miedo, no entendía nada y mucho menos sabía qué demonios era el monstruo que estaba enfrente de él.
La enorme bestia abrió su boca y dentro de ella se formo una enorme esfera de energía negra con pequeños rayos blancos, al no poder moverse siquiera para tratar de huir los ojos del pelinegro reflejaron rendición.
-(jamás pensé que así sería mi forma de morir… mamá e Itachi se pondrán algo tristes) –la imagen de su madre sonriéndole cálidamente con su hermano mayor alado de ella sonriéndole de la misma forma paso por su mente mientras cerraba los ojos y por una extraña razón la imagen de la peli-rosa con la que choco en la mañana apareció alado de ellos.
El demonio lanzo la enorme esfera energía en dirección a Sasuke y este la esperaba rendido y decepcionado de sí mismo por no poder hacer nada para defenderse. En eso el pelinegro siente como la tierra tiembla haciéndolo abrir los ojos viendo enfrente de él protegiéndolo una chica que solo le veía la espalda con un largo y lacio cabello de un extraño color rosa.
Desde donde esta logra divisar que la chica tiene sus manos extendidas hacia enfrente y frente a ella un enorme muro de concreto los protege haciéndole entender que el temblor que sintió fue cuando ese muro se levanto y el choque de energía contra el muro.
-¡Ahí viene otro ataque así que prepárate! –dijo con advertencia.
Sasuke se impresiono ante el suave y delicado que era el timbre de voz de su salvadora, tenía curiosidad de verle el rostro, pero un temblor mucho más fuerte hizo que cerrar los ojos sosteniéndose del piso.
-¡Demonios! –oyó que decía la chica con fastidio haciendo que abriera uno de sus ojos viendo como el muro que los protegía empezaba a tener enormes grietas. –el muro esta por romperse, no creo que aguante el siguiente ataque que está preparando.
-¿Cómo sabes que está preparando otro ataque? –pregunto impresionado ya que el muro no permitía ver lo que pasaba al otro lado porque era más grande de lo que era el monstruo.
-Tks… siento como esta acumulado su energía maligna. –dijo con fastidio. –ya habrá tiempo para explicaciones, necesito saber ¿si tienes energía para moverte por ti mismo? –pregunto aun sin voltear a verlo.
Sasuke intento ponerse de pie, pero no lo consiguió cayendo nuevamente de rodillas al piso. La peli-rosa chasqueo la lengua al notar eso e hizo un movimiento extraño con su pie derecho haciendo que el piso en donde estaba tirado Sasuke se moviera como si se estuviera ondeando lanzando al pelinegro varios metros hacia atrás.
Sasuke sin saber que paso miro impresionado a la chica no perdiéndose detalle de nada. Sintió el suelo estremecerse levemente señal de que el ataque había sido lanzado.
La esfera de energía fue lanzada contra el muro nuevamente rompiéndolo en varios pedazos. Sasuke miro preocupado como las enormes rocas en lo que se convirtió el muro venían directo a la peli-rosa, la cual se veía muy tranquila.
La joven sin dejar de mirar a la criatura con tranquilidad dejo caer su mano izquierda a su costado dejando extendida la derecha, su cuerpo desprendió una brillante aura color marrón. Solo a unos centímetros de que las rocas impactaran contra ella o le cayeran encima estas se detuvieron, como si estuvieran levitando haciendo que Sasuke ensanchara los ojos sorprendido.
La peli-rosa sonrío de forma torcida en el instante que una de las enormes rocas se disparaba hacia la criatura, pero la criatura de un manotazo la destruyo justo en el momento que todas las demás rocas se dispararon hacia él, pero como le paso a la primera fueron destruidas de un manotazo del monstruo.
Un espeluznante gruñido que le puso la piel de gallina a Sasuke salió de la garganta de la criatura. El monstruo como si fuera un pedazo de papel arranco el enorme árbol que estaba a su lado y se lo lanzo a la peli-rosa, la cual sin moverse sonrío con burla cerrando su puño de la mano que un mantenía extendida dejando solo un dedo abierto, que cuando el árbol se impacto con el se partió en dos.
Sasuke estaba muy impresionado, no podía creer que con un solo dedo la chica haya quebrado en dos ese árbol, se veía tan delicada, estaba comenzando a pensar que la chica no era de este mundo o era un demonio.
-Basta de juego, es hora de que mueras. –dijo con burla la peli-rosa volviendo a abrir la palma de su mano que mantenía extendida empezando a formar una esfera de energía color marrón, solo era una pequeña esfera que se disparo contra la criatura dándole en el estomago.
La joven se dio media vuelta justo en el momento que la criatura exploto desapareciendo y Sasuke ensancho los ojos al ver a la hermosa chica que lo había salvado, tenia ojos grandes levemente rasgados de color verde jade, eran iguales a los que había visto en su sueño, sin poder evitarlo sus mejillas se habían sonrosado al tener esa mirada directa en el. Otras de las cosas que le sorprendió de la chica fue el ver que en su frente tenía una estrella de cinco picos con el kanji que significa roca en medio brillando en color marrón
Cuando Sakura llego al frente del pelinegro apoyo una de sus rodillas en el piso y su otro pie lo flexiono haciendo una leve reverencia.
-¡Por el momento para la gente común uso el nombre de Hatake Sakura! –dijo respetuosa y Sasuke ensancho los ojos sorprendido.
-(¿es… es la nerdota rara con la que choque este mañana?)
-Pero mi verdadero apellido es Haruno. –siguió diciendo con respeto y sin levantar su rostro. –soy Haruno Sakura guardián del elemento roca. Nací destinada a protegerlo y juro por mi elemento que lo hare aunque la vida me cueste… Master. –termino de decir levantando levemente su rostro mirando de forma penetrante los ojos muy abiertos y llenos de impresión del pelinegro.
-¿Ma…Master? –pregunto en shock.
Continuara
espero el kapi les haya gustado y se hayan pikado ^^
se cuida
besos
