Hola.


Disclaimer: Pokémon no me pertenece. Free! Tampoco.

Nota 1. El 15 de febrero es el Día Internacional de las Obras de Fans y pensé en conmemorar mi carrera (¿?) en el mundo fanfic con algo de Pokémon, porque me parece bien. Y como soy irresponsable y ya está hecho, lo publico hoy.


Momento disperso de...

Esta historia continuará…

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Piedra Agua y Libre

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Las noches de campamento eran largas, frías y agotadoras. En especial, cuando pasaron todo el día bajo el yugo opresor del entrenamiento de Gou y lidiando con el grupo de Samezuka.

—El comportamiento de Rin-san fue realmente extraño—murmuró Rei, ajustó sus gafas y lanzó una mirada preocupada a su chamarra empapada que estaba cerca del fuego, junto a las otras ropas de sus compañeros. Realmente, esperaba que sus pertenencias se secaran pronto. No creía que fueran a resistir una noche a la intemperie semidesnudos.

—Oh, no critiques a mi hermano—se quejó Gou, haciendo un puchero y apretando entre su pecho al pequeño Torchic, que con su calor corporal ya había secado la blusa de la chica y, por supuesto, siendo el pokémon caprichoso que era, se había negado a hacer lo mismo con la ropa de los demás.

Rei frunció el ceño, ofendido, ligeramente. Ya había tenido un par de encuentros con los del grupo de Samezuka, nada memorables, pero el de ese día, sin duda, era el peor. A su entender, de la nada, Rin Matsouka se las ingenió para acosarlos durante todo el día con sus pokémon de agua, lo cual terminó con las pertenencias de los de Iwatobi mojadas y con todas sus fuerzas por los suelos.

Así que consideraba que estar mojado, semidesnudo, con frío, cansado hasta los huesos, fuera de su tienda de campaña, alrededor de una fogata, rodeado de otros hombres en sus mismas condiciones, le daba todo el derecho de quejarse de Rin, fuera el hermano de quien fuera, fuera el amigo de quien fuera.

—Nunca he visto una persona con modales tan agresivos. Ni siquiera Nagisa…—continuó Rei.

—Rin es así—intervino Haru, antes de que Gou pudiera reñirlo de nuevo.

La muchacha frunció el ceño y los labios, estrujando al Torchic, que se removió inquieto. Gou lo despertó y el pobre había pasado temblando todo el día mientras veía chorros de agua a donde fuera.

—Pero hacer que un Poliwhirl y un Staryu acosen a Haruka-sempai durante todo el día es… peor que Nagisa.

—¡Rei-chan! Pensé que te gustaban mis abrazos.

—No me gustan—murmuró Rei, tapándose el rostro con una mano y con la otra tratando de apartar a Nagisa—. Pero ese no es el punto—se oyó un lastimero Rei-chan de parte de Nagisa. Rei y los demás lo ignoraron—. Yo no logro entender el comportamiento de Rin-san. ¿Por qué parece tan obsesionado con Haruka-sempai?

—Rin es raro—fue el significativo aporte de Haru.

Nagisa y Gou soltaron una risita nerviosa, mientras que Rei hizo su cara de: "ya eso lo suponía".

—Es por algo que pasó hace muchos años—dijo Makoto—. Fue inclusive antes de que conociéramos a Nagisa—se llevó el dedo índice a la mejilla—. Tiene que ver con Vaporeon.

Hubo un oh de parte de los tres más jóvenes, interesados en la historia. Además, miraron hacia la costa. Esa noche la pasarían a la intemperie porque el Vaporeon de Haru se negaba a salir del agua y no podían alejarse mucho. De hecho, el mismo Haru se negaba a alejarse de la costa y Makoto debió recurrir a sus trucos manipuladores para sacarlo del agua. Trucos que, dígase de paso, no funcionaban con pokémons.

Justo en ese momento, el elegante cuerpo del Vaporeon se asomó entre las olas y dando una voltereta en el aire, volvió a sumergirse.

—El Vaporeon de Haru-chan es el mejor en el agua—exclamó Nagisa.

Rei había notado que ese era un comentario usual entre los amigos de Haruka. De hecho, él mismo coincidía: nunca había visto un pokémon tan hermoso en el agua. Sin embargo, Haruka, cada vez, fruncía el rostro levemente. Y Rei, también, había notado que Haruka no le prestaba mucha atención a su Vaporeon. Era extraño.

—No es muy común ver un Vaporeon en esta región—murmuró Rei, pensativo.

Había muchas cosas que aun no comprendía de sus nuevos compañeros, y a veces se sentía un poco frustrado por haberse dejado sumergir en las ideas locas de Nagisa y en las peculiaridades de Haruka.

Ni siquiera Gou o Makoto, que aparentaban cierta normalidad, lo eran, realmente. Gou estaba obsesionada con los músculos (no discriminaba entre humanos y pokémons) y con regímenes de entrenamiento imposibles de seguir, y Makoto solo entendía de Haruka, lo cual era, francamente, anormal.

El Vaporeon volvió a llamar su atención con más volteretas e, inclusive, con un ataque de burbujas que lo impulsó varios metros hacia arriba. Nagisa y Gou le aplaudieron emocionados. Rei, en su mente, lo coronó como ganador de un concurso.

En el fondo, Rei sentía que unirse al grupo de Iwatobi era una buena idea. Muy en el fondo, porque de verdad nada de lo que conocía de ellos hasta el momento le garantizaba que tendría éxito en su aventura.

Haruka tenía un pokémon desobediente y parecía que a nadie le importaba. Makoto tenía un amplio historial de liberación de pokémons. Los pokémons de Nagisa solo eran capaces de robar dulces y nunca había visto a un pokémon más temperamental que el pequeño Torchic de Gou. Oh, y ni hablar del escalofriante Mr. Mime de la profesora Amakata.

Era el grupo de entrenadores pokémon más dispar, disperso y diferente con el que se había cruzado. Y él terminó como el quinto integrante que, tras de todo, parecía ser una especie de suplente del tal Rin-chan-san.

—Los padres de Haru encontraron un Eevee en uno de sus viajes—les explicó Makoto.

Y ese era el otro asunto que carcomía a Rei. Los objetos evolutivos eran difíciles de conseguir. Se requería ser un entrenador con muchísima experiencia para tener una mínima posibilidad de acceder a uno. No dudaba de la capacidad de Haruka Nanase pero al muchacho ni siquiera le importaba que su Vaporeon aun estuviera retozando en el agua, indiferente a la nada apelante orden de que regresara a su pokébola.

Haru no se tomaba en serio las batallas pokémon (ese mismo día había dicho que él mismo lucharía contra el Poliwhirl de Rin, lo cual terminó en… una noche a la intemperie mientras esperaban que sus ropas se secaran). Ni siquiera tenía una pokébola (usaba una de Makoto). Ni siquiera parecía interesado en atrapar un pokémon (solo tenía uno).

Rei tenía mucha curiosidad de saber cómo/dónde/por qué encontró la Piedra Agua. Quería preguntarle si se planteó buscar otro tipo de piedra. Él no sabría qué hacer con un Eevee: tantas posibilidades. No podría determinar cuál era la más hermosa, probablemente, pasaría una eternidad antes de sacar una conclusión sobre cuál evolución sería satisfactoria.

—¿Qué hiciste cuando viste a tu Eevee por primera vez?—preguntó Nagisa, inclinado hacia Haru. Imaginaba a un pequeño Haru acariciando el suave pelaje marrón del más tierno Eevee.

—¿Eevee?—repitió Haru, sin entender.

—¡Haru-chan!—lloriqueó Nagisa—. ¡Eevee! Ya oíste a Rei-chan, no hay muchos en esta región. Los Eevee son… ¡Haru-chan! No me mires como sino supieras de qué estoy hablando.

Rei se aclaró la garganta.

—Eevee, el pokémon evolución. Tiene el potencial para evolucionar en ocho tipos de pokémon, debido a la alta capacidad de mutación de su código genético. Para lograr su evolución se requiere el contacto directo con una piedra especial: una que emita tales radiaciones capaces de afectar la configuración genética. Gracias a esta poderosa habilidad, Eevee puede adaptarse a cualquier medio.

—¿Cuál Eevee?—preguntó Haru.

Makoto soltó una risita.

—El Vaporeon de Haru siempre ha sido un Vaporeon—murmuró Gou, quien recordaba a su hermano haberlo dicho alguna vez.

Haru asintió, dándole la razón.

—Eso explica muchas cosas…—por ejemplo, explicaba por qué era un pokémon tan desobediente—. No es extraño atrapar a un pokémon ya evolucionado. Aunque es algo irresponsable… Lo ideal sería…

—Pero Makoto una vez dijo que el Eevee de Haru-chan era el pokémon más hermoso que había visto—interrumpió Nagisa, con sus apelantes ojos exigiendo una respuesta.

—Es cierto que dije eso—murmuró Makoto, levísimamente avergonzado.

—No recuerdo ningún Eevee—replicó Haru—, así que no digas cosas vergonzosas, Makoto.

—La abuela Nanase me mostró el regalo que los padres de Haru habían conseguido para su sexto cumpleaños—dijo Makoto—. Nunca había visto un pokémon como ese: era el más hermoso, cierto. Y en cuanto Haru lo tocó se convirtió en un Vaporeon—le dirigió una sonrisa tierna a Haru—. Quizá por eso Haru-chan no recuerda que tuvo en sus manos, por dos segundos, a un Eevee…

Haru soltó un bufido y giró el rostro hacia el otro lado, pero nadie le prestó atención, porque estaban ocupados con sus propias reacciones.

—¿A caso Haru-chan es una Piedra Agua?

—¿Se transformó en Vaporeon solo por tocar a Haruka-sempai?

—Eso explica por qué mi hermano atrapó a su Staryu y Poliwhirl.

—¿Eh? ¿Por qué?—preguntó Nagisa, interesado.

—Nagisa, deberías prestar más atención en clases—lo reprendió Rei. Nagisa volvió a soltar otro quejido y Rei, enderezándose, se tomó la molestia de explicarle: — Al igual que el Eevee, Staryu y Poliwhirl necesitan una Piedra Agua para lograr su evolución—se acomodó las gafas, y debatiéndose entre creer o no la historia de Makoto sobre la evolución del Vaporeon de Haru, recalcó—. El contacto directo con una Piedra Agua.

—Sí. Rin siempre hace que su Staryu y su Poliwhirl sigan a Haru a todas partes—explicó Makoto—. Tiene la esperanza de que si Haru los toca evolucionaran.

—Pero… Eso no es posible—murmuró Rei, mirando con consternación a Haru. ¿A caso pasar tanto tiempo en la bañera le había dado capacidades evolutivas?

—Claro que es posible, Rei-chan. ¿A caso no estás viendo al Vaporeon de Haru?

Haru volvió a bufar.

—No es mi Vaporeon—dijo, con la paciencia casi agotada de tanto escuchar que se refieran así al pokémon que lo acompañaba—. Él es libre.

—Haru-chan, pero Vaporeon siempre está contigo.

Rei se permitió sonreír, mientras veía a Nagisa zarandear a Haru rogándole que aceptara su lazo con Vaporeon. Makoto, al cabo de unos minutos, se levantó y fue a llamar al Vaporeon de Haru que empezaba a alejarse de la costa. Gou, por su parte, sonrió soñadora, alegre de disfrutar de una noche así con los amigos de su hermano.

Con la luz del cálido fuego y de las lejanas estrellas como testigos, Ryugazaki Rei pensó que, quizá, pronto él sería capaz de conseguir su primer pokémon.

Empezaba a creer que lograría conseguir un pokémon gracias a la compañía de Haruka y su único pokémon: el más hermoso Vaporeon que se transformaba en agua solo para alegrar a Haru; Makoto y el Cubone con los gemidos más tristes que había escuchado; y Nagisa y sus pokémons enérgicos y expertos en el robo de dulces.

Quizá Rin-san tenía razón y solo debía morder un Feebas. Y, si tenía algo de suerte, podría ver al hermoso Milotic.

Esa noche, Rei se alegró de tener nuevos amigos y de la oportunidad de buenos recuerdos.

Esta historia continuará…


Y... Fuuu¡SIÓN! *No-crossover*

¡Gracias por leer!

Premisa: El eeve de Haru evolucionó sin un objeto evolutivo.

Espero puedan darme su opinión.

¯\(°_o)/¯