Espero que disfrutéis, de este one-short de mis locuras nocturnas, es muy cortito pero me apetecía subirlo. Es el primer fanfic que me atrevo a escribir de este personaje que me tenía enamorada desde el principio. ¿Un rew?
Bueno como siempre los personajes no me pertenecen, y bla, bla... Si fuera así hubiera hecho locuras con ellos.
Otra noche, otro remolino de emociones, uno distinto a otro, y después... Después sólo queda el silencio de la noche que apacigua a las más altas bestias del mundo.
Tiembla, tiembla porque la cama se le hace enorme, y en las frías noches de invierno no hay calor en las sábanas para acurrucarse en él. Nunca distingue lo bueno de lo malo, pero en su subconsciente, siempre, siempre es devastador. En ese momento llega el sueño, o más bien la pesadilla de cada noche, ese pasillo de longitudes insospechadas, dónde corre con la rapidez de la luz siendo inútil. En su cabeza se taladran las palabras, los gritos, los horrores de cada noche desde hace casi veinte años, miedos, ilusiones, ofensivas... Sentimientos con los que nunca puede acabar.
-Sev...
De nuevo su voz, martilleando de forma constante su cabeza, y aunque su vida dependa de esa voz, duele, duele demasiado.
-Déjame... ¡Para! ¡PARA!
Siempre cae al suelo rendido ante el sonido sordo del pasillo interminable, cae de rodillas sujetándose la cabeza con las manos, pensando, e ignorando que de esa manera puede acabar con el sufrimiento de cada noche. Y de nuevo, ella, su voz.
-Sev.
-Otra vez no, no puedo... ¡Lo único que quería era...!- pero nunca acaba la frase, sus labios se paralizan, y solo caen lágrimas de sus ojos.
Pero esta vez era distinto, siempre fue distinto y nunca se dio cuenta de ello. Sintió una mano acariciarle el cabello, como antaño, el sonido sordo se calmó. El silencio lo invadió, y un aroma apaciguador fue sosegando su inquietud.
-Sev... No dejes que te venza- la miró, su voz, hacía tanto que no la escuchaba, música pensó, y ella por primera vez en todas esas horribles noches sonrió.
-Lily...
-Shh, ya está- le dejó acomodarse en su regazo mientras ella le acariciaba el pelo- No dejes que te venza Severus, tienes que proteger a Harry.
-Pero no sé si...
-Claro que lo harás bien- la observó sonreír de nuevo, era tan placentero- Eres Severus Snape, uno de los mejores magos que he conocido.
-Te echo de menos- ella rió tiernamente, se acercó a él y depositó un tierno beso en sus fibrosos labios.
-Siempre- contestó en el oído de este, mientras su voz se iba alejando.
Abrió sus ojos de repente, y se levantó de la cama de un salto. No había nadie, solo la quietud le acompañaba. No podía entender que sucedía, parecía todo tan real. Rozó los dedos con sus labios, aún podía sentirlo, aún le quemaban.
No podía parar, era una locomotora andante, el profesor Severus Snape, estaba hoy deasiado feliz para que alguien pudiera estropearlo. Salió como un terremoto, y parecía que rompía el suelo, como cada mañana era él, y siempre, siempre le hacía sonreír.
De un momento a otro fue a girar una esquina, cuando se encontró de lleno con alguien, ni se inmutó ante el impacto en cambio, observó como alguien caía al suelo.
-Auch- se oyó decir al chico, y él siempre de la forma que era, se puso serio ante este.
-Potter... - lo miró frotando la zona afectada del golpe- Debería tener más cuidado, no me quiero imaginar cuando se tenga que enfrentar a algo más grande que yo.
-Disculpe profesor Snape...
-Y tanto que disculpe, estaría de menos sino lo hiciera. Buenos días Potter- se marchó dejando al chico en el suelo, observando como este se encaminaba al desayuno.
Y por primera vez en mucho tiempo, Severus Snape sonrió, cuidaría de él, eso estaba claro, pero eso no implicaba que se encariñara del chico ¿no?
