Capítulo 1: Desorden al por mayor
No había nadie en toda la ciudad de Maine que no conociera a la famosa e implacable empresaria Regina Mills dueña de las empresas Poison Apple, con solo 31 años se había apoderado de la mayoría de empresas de la ciudad,lo que tenía de guapa lo tenía de sagaz, era fría como un témpano y gobernaba sobre la empresa con mano de hierro.
Siendo extremadamente meticulosa llevaba una vida de lo más ordenada y aburrida que poco se imaginaba ella que todo lo que conocía se vendría abajo por culpa de una caja de herramientas…
Tres días atrás…
Era un miércoles , el peor día de la semana para ella , siempre lo había odiado, desde pequeña, debido a que ese día estaba en medio de la semana a medio camino entre el fin de semana y el tortuoso lunes.
Esta y otras peculiaridades caracterizaban a Regina; su gusto por el café negro sin azúcar, la manía de usar tacones de más de 6 cm de tacón , tener todos los papeles archivados y clasificados por colores y orden alfabético…
Pero hoy no era su día , de camino al trabajo se le había derramado el café encima , no encontraba una camisa que le pegara con la falda que llevaba y no había recibido ni un solo mensaje de su hijo Henry que a estas alturas debería de encontrarse de camino a Maine, esto y una serie de acontecimientos la alteraban y sacaba lo peor de ella.
Cuando entró por la puerta de la empresa con la camisa manchada de café y una cara que hasta el mismísimo Hitler a su lado hubiera sido un inocente gatito el silencio reinó por toda la planta.
Su secretaría personal, Rubí, la esperaba con una mueca en el rostro que sugería pocas cosas buenas.
Aún la recordaba cuando la contrató era una chica espigada y un poco desgarbada parecía hasta inocente pero la oveja se convertía en lobo cuando era una cuestión de finanzas , Rubí era su mano derecha y su mejor agente de finanzas aparte de su secretaría.
¿Qué pasa Rubí ?-pregunte en tono cansado.
Buenos días Regina-contestó con tono amable la chica- ¿Te acuerdas del pleno que tenías con los inversores de cosméticos the Beaty and the Beast? Pues se ha trasladado de el viernes a hoy , tienes el pleno dentro de 20 min.
Respiré profundamente y me encaminé hacia mi despacho.
Espera Regina tienes que saber que hay un… - intentó decir Rubí.
Pero yo había abierto la puerta de mi despacho y encima de mi mesa, mesa que contenía los papeles que necesitaba para esa reunión estaba, encima, una caja de herramientas.
Vi , literalmente rojo , los papeles por los que había sacrificado mi fin de semana estaban manchados de grasa. Y entonces lo vi , su nombre , en la caja de herramientas, Robin de Locksley iba a matarlo quien fuera ese desgraciado iba ha arrancarle las pelotas de cuajo.
Entonces usted debe de ser la señorita Mills- dijo una voz detrás de mí.
Me giré y me encontré con un hombre de ojos azules, llevaba una camisa gris de manga corta y unos pantalones de trabajo , unos guantes asomaban de un bolsillo lateral, tenía un destornillador en la mano y una sonrisa que , a su lado, bien podría haber terminado con el hambre mundial.
¿Y usted es..? –pregunté con tono sarcástico, él iba a contestar pero le corté- Espere, no me lo diga, usted es el desgraciado que ha osado poner su caja de herramientas encima de mis papeles- contesté furiosa mientras me acercaba a él.
Si bien no habíamos quedado cara a cara , pues él era más alto que yo vi como levantaba una ceja y sonreía desafiante.
Eso sí que no, pensé, este hombre o es muy estúpido o tienes unas pelotas admirables, nadie me desafía y los pocos que lo hacen salen mal parados.
Como iba a decir antes de que me interrumpiera ,srta. Mills, mi nombre es Robin y soy su nuevo conserje-contestó.
Pues que sepa señor Locksley que la puerta está abierta , es libre de irse, está despedido- contesté con voz venenosa.
No me voy a ir a ningún sitio , usted no es mi jefa, mi jefa es su madre, Cora Mills.-respondió de forma pausada.
Mi madre, siempre mi madre controlando todos mis movimientos desde las sombras, suspiré.
Haga el favor de quitar esa cosa de mi mesa y largarse a hacer lo que sea pero aparte de mi vista-dije apuntando con un dedo la caja de herramientas.
Él sonrió y se llevó la caja de herramientas, cuando estaba a punto de cruzar el umbral de la puerta dijo:
Que tenga un buen día , jefa.
Suspiré , lo que me faltaba, el conserje era estúpido , arrogante y había logrado sacarla de sus casilla en un tiempo record de 10 min.
Es mono , ¿no crees? – dijo Rubí que había visto todo desde la puerta.
Huele a bosque- contesté arrugando la nariz con disgusto.
Si algo caracterizaba a Regina era que era terca como una mula, ¿su madre quería jugar? Pues bien que así fuera , iba a hacerle la vida imposible a su nuevo "empleado".
Me levanté y me aproxime hacia el jarrón de flores que había en la estantería ,era un jarrón demasiado recargado para su gusto , se lo había regalado su madre.
Sonrió.
Cogió el jarrón y lo tiró al suelo , la porcelana se hizo añicos y el agua y las flores se esparramaron por el suelo.
Regina ¿qué haces?- preguntó Rubi alarmada de que su jefa hubiera perdido el juicio.
Llama al conserje , creo que tiene que limpiar este pequeño desastre.-contesté con una sonrisa.
Y sin más, Regina Mills salió de la oficina papeles en mano y un contoneo de caderas que a más de uno se le desviaron los ojos.
Pobre Robin , pesó Rubi, la que te espera.
