N. de A: Mi imaginacion esta on fire (¿) este capitulo es bastante tranqui, ya para el capitulo dos y tres comenzara la acción :P

Advertencias

Lemon Explicito

Multiples Parejas

Trios

Orgias

De la Sartén al Fuego

Era una mañana lluviosa y calurosa. A pesar de las pesadas gotas de agua y las oscuras nubes de tormenta no corría ni una ráfaga de viento que aliviara el sofoco de los presentes en aquel amplio remanso de campo verde. La ropa negra de los asistentes al cortejo fúnebre se empapaba y cansaba los músculos al tener que soportar el peso extra.

Dichas personas, la mayoría de edades adultas correspondían a amigos y colegas de los difuntos. El matrimonio no compartía lazos sanguíneos más allá de su único hijo que en estos momentos se encontraba apartado del grupo, con la cabeza gacha y un ligero temblor en los hombros que intentaba ser aliviado por la única adolescente asistente.

Mikasa observaba con absoluto mutismo el rostro del contrario, tantas veces jovial y aguerrido, ahora totalmente abatido y demacrado, profundos círculos oscuros debajo de los ojos otorgándole un poco de luz a los cansados orbes esmeralda. Se notaba a leguas que no había logrado dormir muy bien en esos dos dias entre el informe del deceso de la pareja Jaeger, la entrega de los cuerpos y los preparativos para su entierro.

Eren se hallaba a la cabeza de la procesión, presionando los puños con tanta fuerza que sus uñas penetraron la carne y las lagrimas rojas fluían silenciosamente, diluyéndose con la lluvia que lo cubría todo debajo de ella. Era incapaz de sentir la mano de Mikasa que le acariciaba suavemente la espalda. Lo único que la mente del joven repetía era el nombre de sus padres una y otra vez, como si su reciente falta física ocasionara que sus recuerdos y su paso por el mundo pudieran olvidarse irremediablemente.

El cura católico recitaba un padre nuestro luego de encomendar las almas de Grisha y Carla Jaeger al cuidado y servicio del padre, el hijo y el espíritu santo. Coronas de múltiples colores adornaban los féretros de madera que pronto serian introducidos en sus fosas y cubiertos nuevamente, solo siendo concientes de su ubicación por las placas de metal ya preparadas con anticipación.

Por suerte la empresa dueña del camión que colisionara contra el auto del matrimonio se había encargado de los gastos del servicio funerario mas una poca cantidad de dinero para el ahora huérfano Jaeger.

Pero Eren sabia que ninguna cantidad de dinero le regresaría a sus padres. Que ninguna fuerza de este mundo era capaz de permitirle escuchar una vez más la melódica sonrisa de su madre o la sabiduría de los consejos de su padre, Nunca mas vería sus rostros nuevamente. Nunca más seria regañado, nunca mas seria abrazo ni besado por ellos.

Porque estaba solo y abandonado…

El mes siguiente a los desafortunados sucesos llego sobre el con un aire desalentador.

Debía muchas cuentas. El banco le quitaría la casa si no pagaba la hipoteca. En su universidad (que en la mejor de las condiciones iniciaría en un mes y dos semanas más) se negaban a regresarle el deposito del primer trimestre de estudios.

Entre los papeles que Grisha dejara en su estudio, Eren descubrió que sus padres habían empleado todo el dinero de su fondo de estudios e hipotecaron la casa para que el pudiera asistir a una universidad privada para estudiar biología marina.

Recordaba agriamente haber discutido con su padre el día de su graduación. El y Carla habían tratado de disuadirlo de optar por otra carrera en una universidad pública del estado, porque los gastos del doctorado y la inscripción a la Universidad excedían con creces su presupuesto.

El adolescente había estado tan furioso que se fue de casa y no regreso hasta el día anterior, ocultándose en la casa de su mejor amiga Mikasa y encerrándose con ella por el resto de la noche, sumido en una agria y lacerante furia.

Ahora se sentía como el mocoso más repulsivo y desgraciado del mundo. Sus padres literalmente se ahogaron en deudas para que el pudiera cumplir su sueño de dedicarse a la vida marina y recorrer el mundo salvando tantos ejemplares acuáticos como le fuera posible.

Había sido egoísta, temperamental y caprichoso. E irónicamente, ahora el debía saldar las deudas que su sueño genero.

Apretó con fuerza la lapicera de su mano, ocasionando que la punta se hundiera en el periódico mientras tachaba el cuarto lugar al que había ido a solicitar empleo. Llevaba unas dos horas en la zona céntrica de Shiganshina presentando su curriculum, casi siempre con respuestas como:

''Te llamaremos Pronto''

''Estamos cubiertos''

''Necesitamos personas con experiencias laborales comprobables''

'' ¿No eres demasiado joven para pedir empleo? ''

¡Con un demonio!

En primer lugar: tenía 18 años aunque aun aparentara de 17 o menos.

En segundo: jamás había trabajado en su vida, pero no quitaba el hecho de que necesitaba el dinero.

Tercero: la combinación del primer y segundo punto ocasionaba que incluso antes de dar el curriculum le dijeran que estaban cubiertos.

¡Habiendo publicado anuncios de que necesitaban personal

-Malditos y mil veces malditos. Ya verían.

Murmuro con los dientes apretados mientras se sentaba en la banca de una pequeña plaza rodeada de edificios altos, como dando una ilusión de naturaleza alrededor de la urbanización.

Eren no quería desesperarse, pero el tiempo y el poco dinero que los responsables de la muerte de sus padres le habían dado había comenzado a faltar peligrosamente hacia unos dias.

Necesitaba un trabajo.

Cuanto antes.

Cualquiera fuera mientras le pagaran.

-Te lo digo en serio, la información es confiable y la paga es genial.

Automáticamente aquellas palabras llamaron su atención. Tan concentrado en sus problemas estaba que no noto al hombre joven sentado a su lado en la banca hablando por teléfono.

-No se mucho sobre la productora. Pero se que necesitan hombres jóvenes, mayores de edad y atractivos.

Aquello sonaba bien para el.

-Mi amigo que esta en el elenco me comento que no se necesita experiencia actoral. Solo debes tener músculos y cara de moja bragas.

El hombre rio contra el teléfono mientras el adolescente repasaba sus palabras. Definitivamente estaba en forma y era atractivo. Quizás podría…

-No no. El casting es para varias películas. En algunas la pareja es chica y en otras un chico. Así que creo que será mejor que tomes tu heterosexualidad y le des unas vacaciones. Dependiendo de, que si te eligen, vean en que producción ponerte.

Otra cosa buena. Eren se clasificaba a si mismo como un poco bi-curioso. Tuvo dos novias, un novio y los suficientes besos de ambos como para no sentirse incomodo con ninguno ni el otro. Era simplemente perfecto para el. Ahora solo necesitaba que el sujeto soltara una dirección y correría allí sin mediar las consecuencias.

-¿Qué? ¿No te interesa?-el tipo hacia un rostro compungido, como si la respuesta fuera negativa. Y si el desconocido al otro lado de la línea se negaba no tendría la dirección de dichas audiciones.

¡Adiós trabajo fácil

-" • Maldición. Di que si. •"

-Hombre, creí que eras serio-el suspiro y Eren quiso llorar.-Pero si te arrepientes, esta es la dirección. Anota…

En su vida Eren se memorizo tanto una dirección como en ese momento. Y sin importar el diario y la lapicera que dejo en la banca corrio con todo lo que daban sus piernas hacia el lugar que el hombre dijera. Para su suerte estaba a solo tres calles de la plaza y podría llegar con relativa facilidad. Rogaba a los dioses que no hubiera muchas personas allí y que lograra ser seleccionado. Aunque su experiencia en actuar era nula, incluso en las obras escolares o de la secundaria usualmente era un árbol o una persona de fondo.

-'' El tipo dijo que no hacia falta experiencia. ''-rememoro.

Por la información que tenia sabia que una productora buscaba un muchacho joven. Que tendría una pareja y que solo debía ser apuesto. Con esos datos supuso que se trataba de alguna película romántica para chicas de esas que se basaban en libros y solían tener finales trágicos. Quizás con la cabeza fría y con todas sus neuronas funcionado lo habria pensado y quizás hasta burlado de la oportunidad. Pero hoy era la imagen misma de la desesperación.

Tras unos minutos de loca carrera y de casi ser atropellado al cruzar la última calle se dio de frente con un edificio de siete pisos de vidrios oscuros y un formal color gris humo. En la entrada se abría ante si un amplio corredor que asimilaba a una sala de espera, en el centro del lugar había un escritorio enorme que dividía dos brazos laterales. Detrás del escritorio una joven atendía los teléfonos y detrás de ella, pintado en tonos azul y blanco en contrate, rezaba la firma.

"• AoT Producciones •"

El nombre revoloteo en su mente mientras se dirigía hacia la recepcionista, tenía la ligera impresión de haber escuchado la palabra AoT alguna vez, pero simplemente no podía identificarlo. Se convenció a si mismo de que quizás había visto una de sus películas y casualmente esas tres letras que formaban una oración completa habían sido retenidas por su memoria. Finalizado el pequeño dilema busco serenarse antes de dirigirse a la joven mujer.

-Disculpe, vengo por las audiciones que se están haciendo hoy.

Se esforzó por poner una voz amable y diligente, ladeando ligeramente el rostro con una expresión entre curiosa e inocente que era, según palabras textuales de su rubio ex novio ''demasiado violable para su propio bien''.

En aquellos tiempos el había restado crédito a las palabras de Reiner, aludiendo a que el encontraba todo de Eren inexperto e inocente, porque a fin de cuentas, Eren tenia 16 y Reiner 20 en aquel entonces.

-E… el quinto piso, sala de reuniones B. N…no hay d… mucha g… gente aun-tartamudeo la joven sin quitarle los ojos de encima. Probablemente el rubio no había estado del todo errado en su juicio sobre el adolescente.

-¿Solo paso y ya?-la recepcionista asintió a la vez que trataba de disimular una sonrisa coqueta. Eren le sonrió en respuesta y camino hacia el ala derecha de la entrada, donde diviso un ascensor que indicaba en una pantalla superior que el cubiculo venia en descenso.

Mientras corría había pensado en mil y un excusas que decir por si le pedían referencias o se negaban a permitirle audicionar. Realmente desde que el descabellado intento de conseguir trabajo de actor diera inicio nunca se le habria ocurrido que seria tan fácil. Quizás demasiado.

Un suave sonido mecánico le indico que el ascensor ya había llegado a la planta baja. Con demasiadas ilusiones pensando en la probabilidad de conseguir un trabajo fácil que solucionaría sus problemas monetarios se apresuro a introducirse en el pequeño espacio de metal, sin notar que alguien tenía las mismas intenciones en dirección contraria.

-¡Ah!-logro articular mientras era conciente que había impactado con el cuerpo de alguien con tal fuerza que ambos se dirigieron en picada al suelo. De repente la frente de Eren se vio acariciada por oscuras hebras de cabello a la vez que sus esmeraldas chocaban con unos fríos y estoicos orbes plateados.

-Oí, ¿Acaso eres idiota, mocoso?

Cuestiono el extraño al verse presionado en el suelo por la anatomía del mas joven. El rostro de Eren se cubrió en vergüenza mientras usaba sus brazos para impulsarse hacia delante y ocasionando que su pelvis friccionara accidentalmente con la contraria. Mala idea. Se avergonzó aun más al sentir tan intimo roce y saberse entre las piernas de otro hombre que a leguas se notaba que le desagradaba el contacto.

-Yo… lo siento, no me fije-finalizo poniéndose en pie a una velocidad envidiable y extendiendo la mano al hombre de cabello azabache.

Este le miro la mano como si fuera la cosa mas desagradable de la existencia, por sus propios medios se puso de pie y comenzó a sacudirse la ropa por varios segundos en los que Eren detallo su figura. Quizás lo más destacable era su baja estatura, calculaba que la coronilla del hombre daba justo sobre su nariz.

Pero indagando un poco mas haya de la obviedad, se encontró con una piel pálida y de complexión sedosa, la camisa blanca prolijamente dentro de los pantalones negros dando un aire serio pero los dos primeros botones abiertos de la prenda superior dejaban entrever un pecho tonificado. Tenia una apariencia elegante pero descontracturada, la postura erguida y el aire de seriedad que le transmitían el mensaje de un hombre serio pero joven, todo el clamando un inherente magnetismo sexual.

Quizás lo más curioso era su rostro, la forma ovalada de su cráneo, los ángulos delicados de la quijada y los huesos de los pómulos levemente acentuados. Labios pálidos de bordes redondos sin ser demasiado exagerados, (la clase de labios que Eren consideraba atractivos) la expresión ceñuda que dibujaban sus cejas y las sombras oscuras sobre sus parpados y debajo de los lagrimales le proferían un aspecto entre dramático y gótico. Los ojos no dejaban de parecerle insondables, como si una celosa protección separa al mundo de los secretos dentro de su mente.

Eren se sintió atraído por aquella sublime belleza masculina.

-¿Quieres cagar o algo? En este piso hay baños.

Esa boca mal hablada corto toda la poesía que en unos cuantos segundos había enaltecido al apuesto extraño.

-¿Qué? ¡Yo no voy a…!

-No me interesan tus problemas, mocoso. Procura no ensuciarte de mierda los pantalones.

Y sin mas que decir el hombre termino por darle la espalda mientras caminaba hacia la salida, dejando a Eren indignado hasta la medula.

¡Maldito maleducado!

¿Quién rayos se creía?

En ese momento deseo nunca cruzarse de nuevo con semejante tipo grosero y mal hablado. Sin imaginar que el rumbo del ascensor que seguía lo llevaría inevitablemente más cerca de el y de los problemas que estar en ese edificio le conllevarían.

El transcurso desde la planta baja hasta el quinto piso se le hizo incómodamente corto. Estaba ansioso y hasta podía jurar oír el sonido de sus huesos crujir dentro de si por el nerviosismo. Una cosa era entrar al lugar y conseguir una entrevista, otra muy diferente era hacerlo bien y ganarse el trabajo.

¡El era pésimo actuando!

Más que pésimo, un asco monumental.

En las clases de teatro obligatorias de la escuela siempre lo reprobaban porque: o nunca recordaba la letra, era incapaz de quedarse donde le indicaban o ejecutar con naturalidad las acciones que el personaje debía realizar. Y lo que el consideraba su punto más débil (o asquerosamente catastrófico) era que nunca podía aportar seriedad a un momento serio, dolor en las escenas tristes. Ni mucho menos poner caras idiotas si se suponía que debía mirar de forma romántica a alguien.

Era un maldito fracaso en ello y lo admitía. Pero en aquel tiempo el no había estado tan desesperado por un trabajo como ahora. Y estaba dispuesto a poner todo de si porque las personas que lo entrevistarían lo eligieran.

De un momento a otro se encontró fuera del ascensor, buscando con la mirada la puerta con la marca B mientras trataba de empujar sus nervios hacia una parte muy recóndita de su mente.

-"• Mama, papa. Ayúdenme. •"

Repitió aquella oración como un mantra mientras llegaba al que suponía seria el cuarto correcto, cinco jóvenes entre veinte y treinta años se hallaban haciendo fila tras el. Ninguno de ellos se preocupo de mirarlo y Eren trato de lucir tan despreocupado como ellos.

Mientras un muchacho moreno salía y el primero de la fila tomaba su lugar el adolescente comenzó a hojear nerviosamente el currículo que llevaba bajo el brazo. Definitivamente estaba escrito para postular en trabajos de oficinista, no para un papel en una película, solo le quedaba confiar en su encanto y en las fuerzas del universo.

-Siguiente-murmuro una cercana voz masculina.

En cuanto Eren salio de sus cavilaciones (que iban desde a que decir, que hacer y como manejar las situaciones que se le presentarían) se encontró a si mismo de frente a la puerta de la sala de reuniones, con algunos cuantos jóvenes detrás de el. No noto el momento en que más personas fueron llegando y eso solo aumento su nerviosismo. Tragando la bola de incomodidad y saliva que se hallaba detrás de su lengua se introdujo a si mismo a la habitación.

-"• Inhala. Exhala. •"-se ordenaba mentalmente.

Ante el descubrió una amplia y ovalada mesa de vidrio resplandeciente a los rayos del cercano mediodía. En ella descansaban varios fólderes con currículos similares al suyo y fotografías de diversos cuerpos masculinos. El no noto como sus puños temblaban hasta que la voz que le diera permiso de entrada tomara la forma de un apuesto hombre rubio.

-Buenos dias-saludo cortésmente tras la mesa de cristal, con una sonrisa tan calida y amistosa que hizo a Eren dudar de su autenticidad. Nadie podía sonreír de esa forma y lucir tan malditamente sexy.

-"• Calma, impulsos homosexuales. •"-se reprendió mentalmente antes de que empezara a babear por un tipo que tenia toda la apariencia de ser un súper modelo o una estrella de cine.

-Bu… buenos dias, s… señor…

-Smith-el hombre extendió la mano al aire en la dirección de Eren. Pasaron tres segundos completos hasta que comprendiera el ademán. Le entrego su currículo y observo en nervioso mutismo como el hombre hojeaba la carpeta y sus pobladas cejas se arrugaban.-Creo que hay una equivocación…

-¡No!-se apresuro a decir-No hay ninguna equivocación. Yo… estoy en el lugar correcto.

El rubio lo escruto con impávidos ojos azules, su rostro tornándose frió y analítico, como si quisiera atravesar el rostro aceitunado hasta dar con lo más profundo y recóndito de su cerebro.

-Muy bien, ¿Tienes experiencia en esta clase de películas?

Podría mentir, decir que tenía experiencia. Que era un actor de poca monta que solo buscaba alguna oportunidad para brillar y hacerse conocer en el ámbito, pero supo lo inútil que aquello seria. En primera, porque no sabia mentir. En segunda, si le pedía que leyera alguna línea se denotaría su nula capacidad de actuación. Y entre quedar como un mentiroso o un sin talento era obvio cual opción predominaba.

Levanto la mirada, irguiéndose en toda su extensión y enfrento al hombre rubio con todo el orgullo y dignidad que podía juntar en esos momentos.

-No tengo ninguna experiencia actoral más haya de las obras en las que participe en la secundaria, señor Smith.

El aludido se cruzo de brazos, su lenguaje corporal delatando la creciente reticencia hacia el de ojos azul verdoso. Eren podía apostar que pensaba cosas como:

"¿Me esta tomando el pelo?"

"Este mocoso solo me hace perder mi tiempo"

"Haré que lo saquen a rastras"

Pero ninguna de esas palabras salieron de su boca.

-¿Y que hace un muchacho tan joven postulando para un trabajo de actor po…?

-¡Yo necesito el trabajo, señor!-escupió, prácticamente grito, en la cara del hombre rubio-Es mi ultima oportunidad, por favor.

Esa última oración había salido trémula y dolorosa de sus labios sin desearlo, probablemente sus ojos temblaban a través de las lagrimas contenidas. Que patético. No era esa la clase de imagen que el quería mostrar. Si Eren fuera el tipo que lo estaba entrevistando se burlaría y luego lo echaría a patadas. Se preparo mentalmente para esa reacción, pero no a lo que aconteció segundos después.

-¡Dios Irvin! ¡La maldita maquina esta averiada!-chillo una vos femenina.

Desde otra puerta se abrió paso una alta mujer morena de lentes, llevaba pantalones de Jean azules, camisa amarilla y una chaqueta a cuadros bastante holgada que sin no fuera por el largo cabello castaño, hasta llegaría a lucir como hombre. Aunque quizás lo más resaltante de su normal apariencia era la mancha marrón en su camisa y el fuerte olor a café que emanaba.

-¿Esta averiada o la rompiste otra vez?-comento con gracia Smith, ignorando al adolescente.

-Yo no llamaría romperla-se froto la mancha con el dorso de la mano-diría que intente que cooperara por las malas.

-Ya le diré a la secretaria que necesitamos una cafetera nueva. Otra vez.

-Vamos, deja de quejarte-la mujer se acomodo los anteojos mas arriba sobre el puente de su nariz, sonriendo simpáticamente.

Ambos adultos entablaron una banal conversación, ignorando completamente al Eren, quien empezaba a apenarse por verse en medio de una charla que iba más allá de colegas de trabajo.

-Emm… entonces yo…-comenzó. Y se detuvo. Apenas si atisbo un brillo de revelación en los ojos cafés de la desconocida cuando, como si de un rayo se tratara, corto los metros que los separaban.

-¿Eh?-murmuro Eren, incrédulo.

Ella lo tomo de la barbilla y comenzó a ladear su rostro en varios ángulos. Su rostro estaba peligrosamente cerca del suyo, casi combinando sus respiraciones. Pero lo más tétrico para el muchacho era que sus ojos no pestañaban mientras lo miraban como si se tratase de un extraterrestre o alguna criatura interesante la cual examinar.

-Quitate la camisa-dijo soltándolo al fin.

-¿Que?

-Hanji, el…-comenzó al otro, lo cual la mujer lo hizo callar con un gesto de la mano, perturbadora mente concentrada en el adolescente.

Demonios.

¿Debía decirle que tenia sarpullido y su cuerpo lucia como un control remoto?

Era incomodo que una mujer le pidiera a un hombre que se desnudara. Por mucho que eso lo halagara. Aunque pensándolo bien…

La película era una producción romántica. Y en esa clase de películas siempre querian un muchacho apuesto y en forma, probablemente el protagonista andaría en paños menores más de una vez, como ese sujeto mitad lobo de aquella película sobrenatural para chicas.

El aun necesitaba la oportunidad.

Tragándose el orgullo comenzó a desabotonarse la camisa negra que traía.

-Hazlo lento-repuso la castaña dándole un poco de espacio.

Eren inhalo profundamente mientras obedecía. Siéntenlo las miradas parda y azulada fijas en su anatomía.

Como nunca intento quitarse la prenda de forma sensual e incluso así no pudo evitar morderse el labio inferior en un intento por contener la vergüenza. La camisa se vio en el piso mientras los brazos de Eren descansaban a los lados de su cuerpo.

-Irvin, toma sus datos-ordeno la castaña mientras giraba a su alrededor, analizándolo como si de una pieza de obra de arte se tratase. El no tomo el gesto de buena manera.

¿En serio había gente que quería dedicarse a esto?

Vivir una vida siendo juzgado por tu apariencia mientras tu voluntad era empujada en cualquier rincón lejano.

Eren jamás había seguido ordenes de nadie, ni siquiera de sus propios padres. Y ahora sentía como si estuviera humillándose por unos míseros billetes para poder sobrevivir otro día.

Definitivamente ser actor era una mierda.

Mientras el menor se concentraba en sus enfadados pensamientos su expresión facial cambio totalmente, para deleite de la mujer. Su rostro, momentos atrás sonrojado e inhibido lucia un temple intimidante. El cuerpo entero se entumió ocasionando la tensión de los músculos, luciendo más definidos y vibrantes a la luz solar, incitando a ser tocados y saboreados. Sus cejas se arrugaban adornando los desafiantes ojos esmeraldas, dibujando un apuesto gesto entre molestia y ferocidad. A Hanji le transmitió la imagen perfecta de aquel héroe trágico de su libreto, ese espíritu joven, puro y bravo que no se dejaba intimidar, que luchaba por sus propósitos incluso en contra del juicio de otros.

-¡KYA!-grito agudamente, arrojándose a los juveniles brazos-¡Eres perfecto! ¡Perfecto!

La mujer tironeaba de su cabeza, sacudiéndolo y ocasionando que su cara chocara contra su pecho. Eren creía haberse perdido de algo.

El hombre rubio que en estos momentos se encontraba de pie y haciendo anotaciones en un ipad de mano (obedeciendo a la extraña mujer, supuso el menor) miro en su dirección inquisitivamente para luego decir:

-Hanji, tiene dieciocho años.

-Tus músculos son duros sin ser exagerados-la aludida le presionaba desde los omoplatos a los antebrazos, palpando la carne debajo de la piel.

Irvin pareció tomar aquello como una respuesta, no precisamente negativa.

-No tiene experiencia actoral.

-Tienes la piel del bronceado correcto-finalmente se alejo de el, pero aun con esa mirada desenfocada y sicótica que hizo al adolescente preguntarse si se encontraba a salvo frente a semejante mujer-Ni muy moreno ni muy pálido.

-Hanji-repito el otro en voz más alta.

-Nadie nació sabiendo, Irvin. Mucho menos en esta profesión.

La postura se torno erguida y segura combinando con una voz calculadoramente seria. Ambos masculinos tomaron con sorpresa el comportamiento. Quizás el rubio un poco más que el castaño.

-¿Estas segura?

-Es el protagonista que yo imagine, mi soldado asesino de titanes. No necesitamos hacer más audiciones. El es el indicado.

-¿Ah?-murmuro Eren, sintiéndose mas confundido que nunca.

¿Acaso había escuchado bien?

¿Acababa de conseguirse un trabajo?

¿Acaso aquello estaba pasando?

N. de A: esta historia surgió de mi necesidad compulsiva de escribir lemon, lemon y mas lemon *3* aunque también tendrá sus toques de romance y comedia. No se que tanto dure el fic, pero si se que serán capítulos largos y cargados de todo lo que les gusta a las pervetidas / espero que lo lean y les guste! Besos