Disclaimer: Todo reconocible de Harry Potter es propiedad de J.K Rowling.

Otra vez escribiendo de madrugada. Es que solo cuando todo esta en silencio puedo concentrarme en mis pensamientos... jijiji.

Pues como dos personas quisieron continuación de Por obligación, ni los buenos días... y yo me quede con ganas de escribir sobre esta parejita, pues aquí la tienen. Aclaro de ante mano que no es meramente una continuación, pero si encierra los conceptos del one-shot que hice y usaré la escena en algún momento, pero quizás no en el mismo tiempo, en otras palabras: Draco se enterará antes de que tiene una prometida.

Espero que lo disfruten ^^!


Por obligación, serán un dragón y una víbora

1. Linda Cosita

Desde muy pequeño Malfoy había tenido dos grandes amores, una más raro que el otro. El primero y el que más le apasionaba era el amor que sentía hacia los dragones. ¡Oh sí! El chico le hacía honor a su nombre. Aunque su padre ni loco le compraría uno de verdad, no era por tacañería, no, era porque un animal de esos o mataba a Draco o destruía su mansión y ninguna de las dos ideas le agradaba. Así que el niño vivía pensando, hablando, leyendo, dibujando y coleccionando todo lo que tuviera que ver con los dragones.

Su segundo gran amor surgió una tarde cuando el pequeño tenía apenas 3 años. Aquella tarde los Malfoy habían ido a una reunión a la casa de los Greengrass...

Ese día Draco se había topado con algo muy lindo, algo que le hizo olvidar las ganas de jugar con sus amigos o de ver las pequeñas estatuas de dragones que se encontraban en el gran jardín de los Greengrass. Ese día Draco había encontrado una "Linda Cosita" de la que no se quería apartar.

Sus padres le habían dicho que mejor fuera a jugar con los demás, porque la "Linda Cosita" le gustaba el silencio. Lucius pensó que eso bastaría, porque si algo distinguía a su pequeño heredero era que no se estaba quieto ni un segundo y que decir de hablar, sin embargo y para sorpresa de sus padres, el rubio se quedó callado y quieto, solo observaba a la "Linda Cosita".

Mientras los adultos tomaban el té, Draco seguía allí como si nada más existiera. Daphne y sus amigos le hacían señas desde la entrada para que el rubio fuera con ellos, pero los ojos grises no se percataban de nada más que no fuera aquella "Linda Cosita".

Finalmente y con algo de resignación, Lucius, Narcisa y los señores Greengrass dejaron a Draco con su "Linda Cosita" en la sala principal, mientras ellos salían a saludar a los invitados que estaban en el jardín.

Draco observaba minuciosamente a la "Linda Cosita". Estaba en una pequeña cuna de madera, que bien se podía confundir con un pequeño corral por lo bajo que era. Draco se asomaba por encima de los barandales para observar mejor su interior. Entre mantas suaves de color melocotón se asomaba una carita redonda. Una pálida y redonda carita con largas pestañas rubias. El pequeño Malfoy observaba como su "Linda Cosita" movía la boca como si dijera algo pera las palabras no salían.

Estuvo así mucho tiempo, simplemente observándole en silencio. Caminaba alrededor de la cuna para que sus pies no se le entumieran por estar en la misma posición, pero al final de cuentas por más que pasaron las horas, el rubio no se despegó de allí. No comió ni probó pastel, no jugo ni hizo travesuras. Solamente se pasó 5 largas horas observando como dormía la "Linda Cosita".

—La quiero – musitó apenas escuchó como los adultos regresaban a la sala. Las risas no se hicieron esperar, aquello les parecía tierno a los Malfoy y a los Greengrass. Sin embargo cuando Lucius vio aquella expresión en su hijo, se alarmó. Aquella misma expresión había tenido cuando dijo que quería un Dragón. ¡Oh! Aquello no era para nada bueno.

—Vamos cariño es hora de partir – habló Narcisa, pero su hijo no se hizo ademan de moverse de su lugar.

—Draco... - Lucius no quería que los Greengrass vieran el berrinche que estaba por venir. ¿Pero que podía hacer él para evitarlo? Cuando un Malfoy quería algo, nadie le podía decir que no. Y si se atrevía a hacerlo... bueno, solo debía recordar lo que había pasado cuando lo de los Dragones. ¿Pero cómo carajos podía complacer a su heredero, si al muy... si se le ocurría querer cada cosa imposible? ¿Cómo demonios le regalaría a una bebé?

¡Oh, sí! La "Linda Cosita" era una linda bebé. Astoria Greengrass. Una bebita de corta cabellera rubia y sedosa que apenas tenía un año. Un año de edad y unos enormes ojos verdes que se abrieron mientras Malfoy metía su manita a la cuna.

—Draco, por favor. Tenemos que irnos, otro día podrás ver a Astoria – insistió Narcisa mientras caminaba hacía su hijo.

El niño seguía empecinado en no alejarse de la bebita, más aun cuando la pequeña se despertó y atrapó la mano del rubio. La escena era conmovedora, una pequeña bebé que tomaba con sus dos manitas la mano de un niño de tres años. Y antes de que Lucius pensará en cómo separar a su hijo de la pobre Greengrass, el padre de la niña habló.

—Lucius, querido amigo – dijo cordialmente el señor Greengrass — ¿No crees que serían una linda pareja? - el rubio de cabellera larga enarcó una ceja y volteó a ver la escena de nuevo. Si, admitía que se veían tiernos ¿Pero y qué? Ni modo que se llevaran a la bebé.

—Sí, bastante – contestó aun inseguro de lo que su buen amigo le quería decir.

—Entonces, se ha dicho todo, ¿No? - sonrió feliz el hombre. Sin embargo al ver la cara confusa de los Malfoy y la de su propia esposa, decidió hablar con más claridad — ¡Comprometámoslos en matrimonio! ¡Sería grandioso que nuestras familias se unieran! Dos linajes de sangre pura, unidos para preservar la pureza.

La proposición no sorprendió para nada a los presentes. Ni siquiera al pequeño Malfoy, que estaba maravillado de que la niña jugara con su mano y aunque no había entendido del todo a que se referían, su sonrisa se había vuelto más grande, pues intuía que le cumplirían su capricho.

—Pero cariño... - intervino la señora Greengrass — ¿Qué no habíamos dicho que sería Daphne? - hizo notar.

Las familias de sangre pura no dejaban nada al azar, por eso tiempo atrás ya habían hablado sobre unir sus familias en un buen matrimonio arreglado, porque como buenos magos de sangre pura, las dos familias sabían que el futuro de la sangre no se dejaba a la suerte del "amor", pues en muchos casos los adolescentes cometían grabes errores y no se podían arriesgar a que un mestizo o sangre sucia formara parte de su familia. Antes muertos que aceptar aquello. Sin embargo, cuando se había hablado sobre ello la candidata era Daphne, pues tenía la misma edad de Draco. Además de que los dos comenzaban curiosamente con D.

—Lo sé, pero míralos - argumentó el señor Greengrass —Draco parece muy interesado en ella.

Las mujeres no parecían convencidas de que aquella decisión se tomara por el capricho de un niño, un niño que bien parecía estuviera en alguna vitrina del Callejón Diagón escogiendo su escoba nueva.

—Podría ser... - Lucius no tardó demasiado en procesar la información. Ya habían acordado unir su sangre ¿Qué más importaba cuál de las dos Greengrass fuera? Su hijo quería a esa chiquilla ¿Qué mejor manera de evitar el berrinche de su muchacho, que prometiéndole que sería suya? — Está hecho.

—¿Lucius? - Narcisa no estaba del todo de acuerdo con lo que su esposo estaba haciendo. No es que no quisiera, pero hablar de un compromiso formal a esa edad... ¿No sería mejor esperar a que los niños tuvieran más edad y aunque fuera darle la opción a su hijo de escoger a cuál de las dos quería? Si al final de cuentas sería una Greengrass, mínimo que tuviera de donde escoger. Mínimo que fueran conscientes de lo que estaba pasando.

—Hagámoslo – sentenció la cabeza de los Malfoy, mientras se alejaba con su gran amigo.

Las esposas de los susodichos no estaban muy convencidas, pero tampoco podían oponerse, pues sus esposos eran quienes tenían la última palabra. Voltearon una vez más a ver a sus hijos. La pequeña Astoria ahora se encontraba sentadita en su cuna y Draco estaba empinado para que la bebé pudiera tirarle del cabello y acariciar su rostro, rasguñando un poco sin querer.

—Eso es raro – murmuró la madre de la niña. Su otra hija lloriqueaba cuando su hermanita le halaba el cabello, y ver a Draco dejar que la niña tirara y tirara del suyo y que en lugar de quejarse, el rubio sonriera... no era algo que se veía muy a menudo.

—Esperemos que sea buena señal – suspiró la rubia Malfoy viendo a su único hijo. Nunca lo había visto tan feliz y emocionado con algo, solo con los dragones y no se convencía de que era peor ¿Un monstruo escupe fuego o un compromiso improvisado?

Después de dos horas...

El compromiso estaba hecho, certificado y registrado. Era un trato irrompible. Se había firmado con las baritas de los padres y se había puesto la huella de sangre por parte de los futuros esposos. Draco hizo una mueca terrible cuando le pincharon el dedo para que pusiera su sangre en el pergamino y la pequeña Astoria lloró. Pero ante la mirada atónita de todos, incluyendo a los notarios del ministerio de magia, la niña se calmó al instante en cuanto el rubio la abrazó.

Se quedaron un poco más de tiempo hablando de intereses mayores y planes a largo plazo. Ya que se la unión era prácticamente un hecho, era bueno empezar a planear cosas como negocios a hacer, una nueva mansión y ¿Por qué no? ¡Hasta de los nietos! Todo aquello mientras vigilaban como el pequeño de tres años cargaba a la pequeña de apenas uno. Final e irrevocablemente los dos estaban comprometidos y era bueno que se conocieran ¿No? Aunque era muy improbable que lo fueran a recordar cuando crecieran. Lucius le explico a su hijo lo que el compromiso significaba y el pequeño asistió como si entendiera, aunque para su corto criterio lo único que realmente había entendido era que...

—Astoria es mía – declaró feliz mientras la arrullaba y apretaba un poco.

Los presentes volvieron a sonreír nerviosos. ¿Por qué resultaba tan tenebrosamente lindo todo aquello? Quizás por la rareza de todo. No era normal que un niño actuara así con una bebé, comúnmente los niños sentían apatía por los más pequeños.

De repente y sin previo aviso, pues finalmente estaba en su casa, Daphne entró a la habitación , ya que su amiga Pansy se había ido. La niña, hija mayor de los Greengrass, se topó con aquella escena de su amigo cargando a su hermana y aun con su poco sentido común, le pareció extraño.

—¿Draco? ¿Qué haces con mi hermana? - pregunto la aniñada voz de la pequeña rubia.

—Porque Astoria es mía – presumió con una sonrisa altanera.

—¿Qué? ¡Mamá! - chilló la niña, al no entender.

—Daphne, ve a tu habitación – le sugirió su padre.

—Daphne – habló su madre — Por favor, luego te explico - o quizás no le explicaría. Finalmente con el tiempo su hija posiblemente lo olvidaría.

La niña miro a su amigo con el ceño fruncido, para luego salir corriendo del lugar, dejando a unos padres algo confusos y aun sonriente Draco, pues se le había cumplido su capricho...

O-O-O

Desde aquel evento habían pasado 10 años. Y ahora la "Linda Cosita" era una linda niña. Su cabellera no había permanecido rubia como la de su hermana, al pasar del tiempo se había oscurecido hasta tomar un castaño claro con diferentes tonos. Sus ojos se habían acentuado en un verde esmeralda. Y la piel pálida se había vuelto tenuemente aperlada.

Era una niña hermosa y determinada, que adoraba la buena música, el té de rosas y el arte. Sobre todo el arte. Adoraba la pintura, la escritura, la actuación y sobre todas las cosas el Ballet. El Ballet Cortesano era su delirio. A la corta edad de 10 años ya practicaba las medias puntas y sabía que pronto podría hacer puntas y un día representaría como Maria Mancini en el Ballet D'Alcidiane o también conocido como Alcidiane & Polexandre. Y lo haría en París, actuaría en París como lo habían hecho por primera vez en 1658. Por eso para ella solo existía un sueño dorado que fue alimentando desde que aprendió a leer y descubrió aquel fascinante mundo... Francia.

Bonjour, la famille – saludó cuando entro al comedor donde sus padres y hermana desayunaban.

—Astoria, ya deja de presumir tu francés – se quejó su hermana mayor.

—Envidiosa. Tienes celos de que yo valla a ir a Beauxbatons y tú no – se defendió la niña de 10 años, que pronto cumpliría 11.

En unas semanas más Daphne regresaría a su tercer año en Hogwarts y ella empezaría sus estudios en el colegio para señoritas más cotizado de toda Francia. La Academia de Magia Beauxbatons. ¡Oh sí! Había soñado con ese momento cada día de su corta vida. Se había puesto a estudiar francés cuando apenas y sabía escribir en Ingles.

Había recibido una carta de Hogwarts esa semana, pero sin mucho cuidado la tiró a la basura. No le interesaba en lo más mino aquella vieja escuela arraigada. Apenas pasara el 29 de Agosto, tomaría uno de esos alucinantes carruajes para ir al maravilloso y escondido palacio de Beauxbaton.

Sus padres se miraron entre sí, con cara de angustia y preocupación, pero aquello pasó desapercibido por la menor.

Quelle vie si ennuyeuse, juste à étudier et à étudier. Elle veut que sa famille, elle doit accepter~... - Cantaba alegremente. La castaña estaba feliz, comía dichosa de sus crepas de fresa, se sentía una Francesa, olvidando el orgullo de ser una respetada bruja Inglesa de una distinguida familia en la élite del mundo mágico. ¿Qué importaba aquello cuando en aproximadamente 72 horas estaría en Francia?

¡Oh pobre Astoria! No tenía idea de lo que el destino le había preparado hace muchos años atrás. Y es que sus padres después de un tiempo decidieron mejor callar lo del compromiso. Pues Draco ya no parecía interesado en pasar horas viendo crecer a la bebé que sería su esposa, el joven rubio se había comenzado a interesar en aprender magia y ver partidos de Quidditch. Por lo tanto la futura Malfoy creció ignorando su destino y creando sueños cristalinos que en cualquier momento se romperían y los fragmentos solo dañarían el corazón joven y puro.


Lo que canturrea Astoria es un pedazo de la canción "Ingles, piano, francés, Ballet" de Dyango. Y tendrá cierto significado, pero eso lo veré luego. La letra original es en español y yo solo traduzco con Google, así que no se confíen de mi Francés.

Bueno esto es algo así como que el prologo... sé que es cortito pero intentaré subir el siguiente capitulo procurando que sea más largo... pero solo si me dejan comentarios :3

Besos y gracias por leer ^^