Ufff... Esto cada vez es más insoportable. El Ferrocarril, la Hermandad del Acero, el Instituto... Veo como todos los caminos llevan a la guerra. Y sin embargo, todos creen tener razón. Creo que en el fondo ninguno desea ser malo.

Todo es mucho más fácil cuando se trata de saqueadores. Al menos con ello lo tienes claro. Son despiadados, simples sombras de la humanidad que una vez fue.

Pero cada grupo tiene sus argumentos, su buena gente detrás creyendo que están haciendo un mundo mejor. Con los únicos que lo tengo claro es con los Minutemen. Tener que ayudarles puede ser agotador, pero al menos está claro que ayudas a gente común de la Commonwealth. Gente intentando construir un nuevo hogar. Lo mismo que querría para mí si Shaun hubiera seguido siendo el niño que fue.

Pero esto viene de lejos. Desde que llegué a este tiempo, primero me encontré a Preston. Él ha sido el único que me ha mostrado gente que realmente está centrada en mejorar las cosas en el presente, no en un hipotético futuro. Luego conocí a Danse. Tras haberlo perdido todo, tras sumergirme en este extraño mundo sin sentido, la Hermandad del Acero me hizo recordar mis antiguos compañeros del ejército. Preston en Sanctuary me daba esperanzas de construir un hogar, pero una parte de mí no podía tener paz sabiendo lo que me habían hecho, lo que le hicieron a Nora y a Shaun. Cuando me enteré de que el Instituto estuvo detrás de lo de Shaun, me volqué con ellos al 100%. Me envenenó el mismo deseo de venganza que les alimentan a todos, unos contra otros.

Al Ferrocarril, al principio, los conocí de pasada. Sentí algo de simpatía mezclado con lástima. ¿Qué podía hacer un grupo tan pequeño contra fuerzas tan poderosas como el Instituto, la Hermandad o incluso los Minutemen, despues de recuperar el Castillo y recuperar la artillería y con simpatizantes por doquier?. Si no fuera por Tom el Chapuzas, que está loco, pero también es indudablemente un genio, ellos no habrían logrado nada. Era cuestión de tiempo que les descubriesen y, en todo caso, poco podrían hacer más que escaramuzas para liberar algún synth de vez en cuando.

Despues de ayudarme con lo del chip, recurrí una vez más a la Hermandad. Fue cuando conocí a Shaun. Y de primeras, fue como un mazazo. Lo había perdido del todo. No sólo por su edad. Shaun ya no era mi Shaun, sino sólo una extensión del mismo Instituto que lo había raptado. Raptado y asimilado. Perderlo no era suficiente. Lo habían corrompido, transformándolo en todo lo que odiaba.
Sí... Por bastante tiempo seguí envenenado y ayudando a la Hermandad. Liberty Prime estaba casi listo. Hasta que pasó lo de Danse.

Fue entonces cuando desperté. Me dí cuenta hasta que punto la gente del Ferrocarril tenía razón. Hasta que punto Maxson era incapaz de reconocer a uno de los suyos. O ni siquiera le importaba. La "misión" lo era todo. Ni siquiera ví una mínima duda en sus ojos. ¿Cómo podía estar tan ciego? Él destruiría el Instituto y se convertiría en una fuerza igual de poderosa y despiadada. ¿En qué habríamos mejorado? Mi odio por el Instituto me había cegado y no había percibido hasta que punto estaba ayudando a un hombre ávido de destrucción... y quien sabe si poder. A fin de cuentas, ellos no luchaban por destruir la tecnología, sino para acapararla para sí mismos. En ese momento, comencé a sospechar que esto no iba por los synths ni por salvar a la humanidad. Símplemente porque el Instituto se mostraba como un rival fuerte que podía llevar a superarles. Y eso era algo que Maxson no estaba dispuesto a aceptar.

Así que despues de convencerlo para dejar a Danse con vida, dejé congelados mis asuntos de la Hermandad. Me pregunto cuanto tiempo pasará antes de que me consideren un traidor. Si el tiempo no lo hace, antes o despues tendré un encontronazo directo entre los dos bandos. Es un milagro que haya podido pasar por todo lo de Bunker Hll sin hacerme enemigo de ninguno de los tres.

Así comencé mi andadura con el Ferrocarril. Y entonces me dí cuenta cuanto había subestimado la capacidad de unos pocos hombres cuando operan de forma encubierta.

Mi infiltración ha tenido un precio. Cuanto más dentro estoy, más tengo que fingir. Y para fingir bien, hay que envolverse de las emociones. Tanto que he empezado a dudar. Tengo claro que lo que el Instituto está haciendo con los synth está mal, pero sus intenciones sí son buenas. Al menos Shaun realmente no está intentando hacerse con el poder. Yo diría que su vinculación con la humanidad de la superficie es mínima. Actua más por miedo a un enemigo que por un deseo real de destruirlo. ¿Realmente no hay camino alternativo a la destrucción? Porque incluso con el Ferrocarril, ese será el camino. Los synths rebeldes emplearán la violencia. Les he dado armas. Y me estoy arrepintiendo. Quizás Liam era el único que tenía razón aquí.

Bunker Hill me ha obligado tomar una decisión. He jugado a las tres bandas hasta el último momento. Avisé a todos, y todos tenían órdenes para mí. Todas contradictorias. Pero al final, sólo podía tomar una. Y esa decisión me ha demostrado de qué lado estoy.

Miré a los ojos a los synth y ví a una persona detrás de ellos. No puedo creer ni a Maxon ni a Shaun. Serán máquinas, pero son conscientes, inteligentes, emocionales... vivas. No son monstruos ni objetos que se puedan usar sin más.

Me gustaría poder detener los acontecimientos. La misión para la fuga de los synth ya está en marcha, pero sospecho que si al final lo llevamos hasta el final, mucha gente va a morir. No quiero la esclavitud de los synth pero, ¿al precio de toda la buena gente que sé que hay en el Instituto? La tecnología ayudaría, pero fráncamente sería algo secundario. Pero la gente ya es otra cosa. Y Shaun... Él sí me ve como su padre, como su familia. Es evidente por todas las concesiones que me ha hecho. Ha pasado demasiado tiempo ya y ya no le odio. Y si sigo por este camino, le traicionaré. ¿Hay algo peor que un padre traicionando a su propio hijo?. Pero, ¿qué puedo hacer?. ¿Unirme a esa visión fría sobre qué son los synth? No. Viviría una mentira y al final sería incapaz de soportarla.
Ojalá hubiera un modo de convencer a Shaun. Me espera en el tejado de las ruinas del MIT. Me pregunto por qué, pero, quien sabe, quizás esta sea la oportunidad de cambiar las cosas. No quiero traicionarle, pero tampoco puedo abandonar a los synth. Ojalá hubiera otro camino.

Aquí está, bajo las tenues luces de la noche.

- En todos mis años, nunca he salido del Instituto. - rompió el silencio Shaun - Ni siquiera una vez que me trajeron aquí.
Nunca he tenido motivos para hacerlo.

- Pero ahora... Esto confirma la verdad que siempre he sabido. La Commonwealth esta... muerta. Aquí no hay futuro.
La esperanza de la humanidad está abajo.

En verdad de lejos sólo se apreciaban ruinas, además de escuchar lejanos disparos y gritos de fondo. La visión lejana de la destrucción ciertamente no era una visión agradable. Me hubiera gustado que viniera conmigo a alguno de los nuevos asentamientos.

- No es tan malo... la gente se las arregla.
Dije mientras pensaba en los nuevos lugares que yo mismo fundé. Era totalmente diferente a la desesperanza de los perdidos en las trampas de la noche. En ellos, a pesar del claro castigo físico de la vida dura, los rostros de la gente parecían lucir esperanza. Algunos incluso felicidad. Porque despues de mucho tiempo, habían logrado seguridad, alimento y perspectivas de futuro. En resumen, un hogar.

- Puede. Pero el coste es demasiado elevado. Al estar aquí, me doy cuenta de lo afortunado que he sido por no tener que
vivir en este yermo. Se que, para tí, me secuestraron en el Refugio. Pero la verdad es que el Instituto me rescató. Nos rescató a los dos.

¿Rescatar? No. El era mi niño. Nuestro niño. El Instituto fue el culpable. Y su rescate, ¿qué fue para mí? ¿Una tumba helada?

- Me congelaron... sesenta años...
- Lo hicieron, y por un buen motivo.
Yo era el candidato perfecto. Un niño pequeño con ADN sin alterar. Pero si algo iba mal... Si moría...
El instituto vio prudente tener un plan de contingencia. Otra fuente de ADN anterior a la guerra, preferiblemente emparentada con el sujeto principal.
Era de sentido común que mis padres ocuparan ese lugar. Por eso se te mantuvo con vida y a salvo en el Refugio.

Escuchaba y me entristecía. Para el Instituto, el fin justificaba los medios. Nuestra vida era insignificante. Lo importante era el resultado del experimento. Incluso a costa de vidas inocentes. Y Shaun había aprendido a pensar de esa forma.. Si tratan de esa forma a las personas, ¿cómo se podría esperar algo mejor con los synths?

- Reconozco que, cuando mandé que te liberaran del Refugio 111, no esperaba que sobrevivieras a todo eso ahí afuera.
Y no solo lo has hecho, me has encontrado... Te has infiltrado en el Instituto... Es extraordinario.
- Entonces fuiste tú. Me soltaste.

¿Había juzgado mal a Shaun? ¿Quizás despues de todo era algo más que una variable necesaria en los objetivos del Instituto?

- Sí. Fue decisión mía. La verdad es que ya no era necesario mantenerte en suspensión... Yo... bueno, supongo que quería ver lo que ocurriría.
Una especie de experimento. No tenía ni idea de la clase de hombre que eras. ¿Te corrompería la Commonwealth, como corrompió a todos los demás? ¿Sobrevivirías acaso? Y quizás lo más curioso para mí... Después de todo este tiempo, ¿intentarías buscarme? Ahora sé la respuesta.

Mi débil esperanza se esfumó de golpe. ¿Experimento? ¿Eso es lo que soy para él?

- ¿Eso es todo para tí?... ¿Lo que soy para tí? ¡Sólo otro experimento!
- No, no es sólo eso. Pero aún así... me alegro de que acabara como acabó.

¿No sólo? Una veces pensaba que era un sociópata frío y calculador. Pero luego estaban las concesiones... Otras veces creía ver sus emociones, tanto conmigo como en todo lo demás, estaban sepultadas con la máscara de la lógica creada por toda una vida en el Instituto. Mis esperanzas en la segunda hipótesis supongo que era lo que me sostenían aquí, emocionalmente involucrado, más allá de lo necesario para mi infiltración. Sólo si puede sentir empatía, podría, quizás, quien sabe, convencerlo de cambiar su trato a los synth.

- Espero que pronto... lo entiendas... Todo lo he hecho por el futuro.
Un futuro que, espero, no peligre tras los últimos acontecimientos.
Lo de Bunker Hill no nos fue muy bien, ¿Puedes explicarme qué sucedió?

El momento que temía llegó. Y ahora estaba ya demasiado implicado emocionalmente. Se supone que soy un topo. Debería inventarme una excusa. Pero la verdad, ya no quiero seguir con este juego. Estoy cansado de mentiras.

- Tomé una decisión. Dejé libres a los synths.
- ¿Por qué? ¿Por qué has hecho algo... tan estúpido?

Me dolía ver como Shaun era tan frío. Y sobre todo saber que eso era porque no había podido estar a su lado para que se convirtiera en un hombre mejor.

- Tenian miedo. No querían volver aquí.
- ¿Miedo? ¡Son máquinas! ¡Artificiales! ¡No pueden tener miedo!
Era una tarea sencilla. No lo entiendo. Sé que sabes arreglartelas.
¿Cómo puedo confiar en que representes al Instituto si esto sigue así?

¿Representar? ¿Ahora el Instituto necesitaba emisarios? ¿O acaso...
- ¿Representar al Instituto? ¿Acaso estabas pensando en hacerme tu sucesor?
- Sí. Esa era la idea. Idea que, ahora, me veo obligado a reconsiderar.
- Pero, ¡si casi acabamos de conocernos y soy un recien llegado para el Instituto! ¿Qué sentido tiene que yo sea director?
- En realidad, el Instituto suele tomar la decisión por el acuerdo del Directorio. Una junta de los representantes de los distintos departamentos. Sobre el papel, el director puede tomar cualquier decisión con autonomía. En la práctica, es más un mediador entre las diferentes partes.
Ultimamente he estado pensando mucho en el futuro del Instituto y hay pocos candidatos con madera de líder en él y ninguno de ellos es neutral.
Aunque te resulte difícil de comprender, un líder del exterior, que no ha tenido ninguna preferencia personal por ningún departamento puede resultar, a largo plazo, el mejor cantidato.
- Entonces, ¿que yo sea tu padre no ha influido en nada tu decisión?
- Está bien. Lo reconozco. Oficialmente, mi argumento es suficiente y te aseguro que no es una excusa. Pero sí, es cierto, tambien hay un deseo emocional.
En el Instituto nos regimos por la ciencia y por la razón. Por supuesto somos humanos y tenemos emociones, pero procuramos que esas emociones no alteren nuestras elecciones sobre lo que creemos que son las mejores decisiones. Pero sí... si la razón nos lleva a la misma elección que deseamos no hay razón para no llevarla a cabo. Debes entender que para mí, el Instituto es mi familia. Pero a pesar de todo, he sido cuidado entre todos, pero a la vez, sin una vinculación paternal. Nadie se ha comportado como mis padres. Y tampoco he tenido hijos. ¿Tan irracional es desear poder dejar tu legado a tu familia más cercana para que puedan admirarla y continuarla?

Por fin había visto las emociones de Shaun debajo de todas esa máscara de pretendida lógica sólo hay un huérfano que se siente sólo a la hora de pasar el testigo.

- ¿Dejar tu legado? Lo dices como si fueras a morirte.
- No me apetece hablar ahora sobre eso y nos estamos desviando del tema. La cuestión es, ¿estás comprometido con el Instituto?
- He visto de lo que sois capaces, y no dudo de que creeis en vuestros principios y en que perseguís el bien de la humanidad. Vuestros logros tecnológicos son innegables. Lo que no tengo claro es cómo pretendeis hacerlo. Por un lado teneis vuestros synths, como si eso fuera a salvar a la humanidad. "La humanidad redefinida". Pero por otra parte, los tratais como máquinas sin sentimiento. Tampoco os veo intervenir con la humanidad más allá de lo necesario para reforzar vuestra seguridad. Sinceramente, no lo entiendo.
- Ahora puedo ver tu confusión. Deberías haberme preguntado antes sobre esto. No. Los synths no son parte de la humanidad y no pretendemos que lo sean. Sin embargo, al crear una simulación tan perfecta de los seres humanos, nuestro lado irracional reacciona de la misma manera ante ellos.
Un humano en un entorno civilizado tenderá a comportarse civilizadamente, de la misma forma que un humano en un entorno monstruoso tenderá a convertirse en un monstruo. Hay más factores, por supuesto, pero el entorno determina en gran medida el desarrollo de las personas. A diferencia de los humanos, podemos controlar a los synths de forma directa e indirectamente podemos empujar a la sociedad en la que participan en la dirección correcta. Nuestra intención a largo plazo es que la presencia de los synths sirva para guiar al resto de humanos hacia una nueva etapa de paz y prosperidad.
- Creí que decías que la esperanza estaba bajo tierra.
- La esperanza de la humanidad. Nuestras ideas y tecnología. Nuestro liderazgo.
Pero es obvio que a largo plazo volveremos a la superficie. Pero el mundo ya no puede reconstruirse de la misma forma que se construyó la primera vez. La Commonwealth lleva más de un siglo con niveles de radioactividad aceptables en gran parte del territorio. Un siglo es tiempo más que suficiente para construir algo parecido a una nueva civilización.
Y sin embargo, como puedes ver, no han lograr prosperar prácticamente nada. A diferencia del pasado, se dispone de tecnologías de destrucción muy poderosas mientras que a la vez se carece de muchos recursos que están casí agotados. La destrucción toma muchos menos recursos y tiempo para realizarse que la reconstrucción. Esa es la razón por la que la Commonwealth, como prácticamente todo el resto del planeta, está perdida en un ciclo sin fin de destrucción casi antes de comenzar una nueva reconstrucción.
Por eso la mejor esperanza es un programa masivo de ingeniería social que reduzca esa violencia a niveles suficientes en los que la destrucción sea inferior a la reconstrucción y la humanidad pueda prosperar al fin. Los synth son la pieza clave de ese programa. Aún estamos lejos de poder ejecutar ese plan, y lo estaremos aún menos si surgen más... distracciones como la Hermandad o el Ferrocarril.
- ¿Tan seguro estás de que los synths son sólo una simulación? ¿Donde termina la simulación y comienza la realidad?
- A veces se me olvida el poco tiempo que has estado aquí. Nosotros hemos estado en cada fase de su desarrollo. Cómo hemos ido probando ajustes de personalidad a cada paso. Para el desarrollador, el synth sólo son parámetros de simulación.
- También se puede jugar con las personas. ¿Acaso no es lo que hiciste cuando nos conocimos? ¿Cuando me hiciste creer que tú eras aquel niño synth?

Shaun suspiró.
- No. Mi intención no fue manipularte. El proyecto del niño Synth hace mucho que está en marcha. Hace un tiempo incluso lo envié a la superficie, con Kellog. Si no estoy equivocado, estás al tanto de eso. Incluso él creyó que se trataba de mí mismo. Convenientemente se le dijo que había estado congelado hasta hace unos pocos años y de ahí su edad infantil.
- Pero ¿por qué?
- Era un regalo para tí. La idea original era descongelarte más adelante, cuando hubieramos podido mejorar el entorno y el niño estuviera listo. Ojalá pudiera viajar en el tiempo y poder ser tu hijo desde pequeño pero no puedo. Por eso pensé en darte lo más parecido que estaba a mi alcance.
- Pero según tú es una máquina. Una simple simulación.
- Bueno... Shaun es algo diferente... pero sí, en el fondo es una mentira. Pero una muy buena. Todo lo que quería era hacerte feliz.
- Una mentira capaz de engañarme. Como cualquier generación tres. Capaz de engañar a cualquiera. Incluso a vosotros mismos. Capaz de revelarse y huir.

Mi réplica pareció desconcertar primero e irritar despues a Shaun.

- A donde quieres llegar. ¿Acaso te empeñas en negar que son máquinas?
- Es obvio que son máquinas. He visto como los creais en el departamento de robótica. Pero esa no es la cuestión. A fin de cuentas, nosotros también somos máquinas. Máquinas biológicas, pero máquinas al fin y al cabo. Pero la pregunta importante es, ¿tienen libre albedrío y conciencia real?
- Está todo en su programación.
- Y nuestra programación está en nuestro ADN, pero eso no responde a la pregunta.
- Sí. Sí lo hace. Sus parámetros de programación limitan su albedrío.
- Pues de alguna manera se están zafando de ellos. Si no, ¿por qué huyen? ¿Por qué desean ser libres?
- Sigues empeñándote en verlos como personas.
- Porque les he visto revelarse. He visto voluntad. Jamás ví a un robot tener emociones tal reales y manifestar voluntad. ¿Por qué les borrais la memoria si no?
- Bien. Digamos que hemos cometido errores y que su comportamiento no termina de estar bajo nuestro control tanto como desearíamos. ¿Qué deberíamos hacer? ¿Cumplir sus deseos? ¿Eliminar todo sistema de control y concederles el libre albedrío completo? Son nuestros trabajadores, nuestros espías, nuestros soldados. Son la pieza fundamental para redefinir la humanidad. ¿Y todo por presuponer que su conciencia y derecho al libre albedrío es real? Seguirían sin ser humanos. Tampoco se comportan completamente como tales. La gente de la CommonWealth los querría destruir. Liberarlos sólo destruiría nuestras esperanzas, y no sería bueno ni para la CommonWealth, ni para nosotros, ni para ellos mismos.
- No estoy sugiriendo que los hagais libres enviándolos al Yermo. Lo que digo es que si sus emociones y consciencia son reales, no se puede seguir por el mismo camino. Son esclavos.
- Bueno... Enviarlos a la Commonwealth es lo que hace el Ferrocarril. ¿Qué propondrías tú?
- La lucha contra la esclavitud no es un tema de hoy precísamente. Hay precedentes en la historia. Supongo que lo que haría es reconocerles, dentro del Instituto, como iguales en su derecho al libre albedrío. No exactamente como humanos, pero no como simples máquinas autómatas. Merecerían derechos, como igualar el borrado de su mente a la sentencia de muerte. Algo que no puede realizarse por un asunto menor. Eso es lo que más les asusta, e imagino que yo, en su lugar, sentiría lo mismo si existiera alguna tecnología para hacerme un lavado de cerebro equivalente. Aumentando sus derechos poco a poco hasta igualarnos, poco a poco, para darles tiempo para que olvidasen su resentimiento por todo lo ocurrido.
- ¿Te das cuenta que los synths son más capaces que nosotros en muchos aspectos? ¿Qué les impediría revelarse contra nosotros más adelante y eliminarnos si así lo consideran? Estarías condenando a la humanidad.

Me hizo gracia el comentario de Shaun. Había oido a Maxson decir prácticamente lo mismo.

- Si construis más synths, acabará siendo un evento inevitable. Antes o despues no estarán bajo el control de la humanidad.¿Acaso no es mejor dotarles de valores morales para que nos vean como iguales, o al menos merecedores de buscar nuestro propio destino y vivir nuestra vida en libertad? ¿No crees que conociendo el pasado aparecerán synths que nos defenderán independientemente de lo atrás que nos pudieramos quedar respecto a ellos? ¿Acaso no es eso más probable que si sólo les mostramos crueldad ahora?
- Suenas como un idealista. Como el Ferrocarril.
- Tienen argumentos válidos.
- Puede ser... pero créeme. No son lo que dicen ser.
- ¿Qué quieres decir?
- No importa. Podemos hablar de esto más tarde. La verdad es que me siento muy cansado. Necesito descansar. Te veré más tarde.
- Adios, Shaun.
- Adios, padre.

Me quedé al aire fresco un rato, reflexionando.

Ahora tenía aún más dudas. Por fín comenzaba a comprender el plan a largo plazo del Instituto. Un plan cuestionable que implicaba manipular a la gente pero sonaba sensato. Estaba más confuso que nunca. ¿Y si al final resultaba ser cierto que el Instituto era la mejor esperanza de la humanidad? ¿Merecía la pena ese fin el trato cruel a los synth? ¿Había logrado sembrar una duda en Shaun? ¿Habría, despues de todo, algún tortuoso camino que pudiera llevarnos a evitar la incipiente guerra entre todos los grupos?