Advertencias

RWBY y sus personajes no me pertenecen

Historia estilo Femslash

Alerta de spoilers, esta historia contiene algunos pequeños spoilers del volumen 6 de RWBY, lo dejo a criterio y discreción de aquellos que no hayan visto aun los episodios emitidos de este volumen.

Aclaraciones y Notas

Esta historia se centrara en Cinder Fall, una de las villanas principales de RWBY, es un personaje bastante complejo, muchas veces la odias y en otras empatizas con ella, creo que es una sobreviviente en todo el sentido de la palabra, la idea de poderle dar algo de redención a este personaje rondaba en mi cabeza hace un tiempo así que de ahí ha nacido esta historia, no será muy larga.

El otro personaje que veremos no es un personaje que haya tenido importancia en RWBY solo hizo una breve aparición junto a Cinder en cierta escena, pero creo que fue un momento suficiente para poder hacer nacer una historia aquí en la fan ficción.

Sin más que decir, espero que disfruten la lectura y que la historia les llegue a gustar tanto como a mí escribirla. Nos leemos.

El mundo se oscurecía ante sus ojos, inhalaba lentamente el aire frio que le quemaba la nariz y la boca, las gotas de lluvia la golpeaban en la espalda como si se tratara de pequeños martillos, apenas dio cuatro pasos cuando cayó en el fango del bosque. Un estrepitoso relámpago trono en el cielo retumbando en sus oídos, provocando que el sonido de la lluvia aumentara, sobresaltando más los latidos sordos de su corazón. Sus manos se hundieron en el escurridizo lodo mientras intentaba incorporarse, sentía como cada musculo de su cuerpo entumecido dejaba de responder a sus esfuerzos por ponerse en pie, temblaba, estaba débil, no tenía fuerza.

Esta vez no sobreviviría, ella lo sabía, de alguna forma pudo salir del ataque final de Raven, pero solo era eso, un pequeño golpe de suerte, su cuerpo estaba demasiado débil, ya no resistiría. Se dejó caer por completo en el barro dando sus últimos respiros, tendida boca abajo en el suelo, saboreando la tierra impregnada con agua, hojas podridas y el gusto de la derrota.

¿Era así como terminaban las cosas para Cinder Fall? Su vida se resumió a la maldad y la oscuridad, no hizo nada bueno en su existencia, todo fue matar, destruir, aterrorizar… si alguien la llegara a recordar seguro seria por sus horribles acciones.

No sabía si se sentía arrepentida por toda su maldad o era el hecho de que estaba muriendo. De todas maneras ya no importaba, todo estaba terminado, sentía como se le escapaba la vida de las manos, quiso cerrar los ojos para que todo se acabara de una buena vez pero un sonido quieto la distrajo.

Apenas lograba escucharlo ya que el estado de su cuerpo le impedía usar sus sentidos, parecía el sonido de pasos quietos, suaves y no muy seguros pero cada vez más cerca, directos a ella, a lo mejor alguien quería rematarla, Cinder guio su ojo hasta aquel sonido, tenso la mandíbula a la espera de lo que viniera.

— ¿Estás bien? —

Le pregunto una voz femenina, Cinder movió su brazo, al menos no el suyo sino el que se le reemplazo por el brazo de un Grimm, tendría más fuerza que el de su propio cuerpo, escucho el pequeño grito de asombro de la mujer cuando lo observo, esa horrible parte de monstruo que ahora era un miembro de ella, la joven cayo de rodillas, hecho que aprovecho la pelinegra para reunir algo de poder, irguió la cabeza encendiendo aquel fuego implacable y poderoso en sus orbes y miro a su atacante, cabello castaño amarrado en una especie de cola o moño, ojos claros color violeta, una cara horrorizada ¿Era una amenaza?

Aquella mujer solo estaba asustada… no…de todas formas no debía mostrar debilidad, seria digna hasta el último momento, las llamaradas de su mirada crecieron más, de una forma amenazante, acabaría con ella, su última víctima… otra más a su lista… pero, ¿Debería hacerlo? Esa chica no le había hecho ningún daño… no debería hacerlo…

Pero eso fue todo, no pudo tomar la decisión, su cuerpo no resistió apagando de inmediato su poder y oscureciendo por completo su mirada, Cinder callo en la oscuridad profunda, era el fin.

Aun había una llama en su interior, una chispa, que no se sentía igual al fuego que siempre ha tenido, era otra clase de fuego, nunca había sentido nada igual, no quemaba, era cálido pero no quemaba, no era el fuego que le hacía daño, ese fuego la reparaba…parecía estarla transformando… parecía estarla llamando.

Vuelve… Vamos, por favor vuelve

Sé que tú puedes

Resiste, eres fuerte

Escucha mi voz y vuelve

Vuelve

Empezó recuperar la conciencia poco a poco, la cabeza le azotaba con un penetrante dolor agudo, aun no tenía la fuerza para abrir sus ojos y sentía que el mundo a su alrededor daba vueltas, un olor delicioso penetro sus fosas nasales, cosa que después de unos momentos normalizo su estado, logro abrir su ojo que fue atacado por la cegadora luz, parpadeo algunas veces para intentar acostumbrarse a la luz de aquel lugar.

Le tomo varios minutos más poder abrir su ojo sano para mirar claramente, el asombro azoto sus entrañas, se encontraba recostada en una suave cama matrimonial en lo que parecería ser una acogedora cabaña ¿Dónde estaba? ¿Qué era ese lugar? Apenas tenía fuerza para mover levemente su cabeza pero en su interior estaba en pánico ¿No murió? ¿Por qué estaba ahí?

— Hola — Cinder guio rápidamente su mirada hacia aquella voz encontrando que se trataba de la misma mujer que vio antes de caer inconsciente — Ya despertaste — dijo con algo de alivio y una gran sonrisa en el rostro

La pelinegra abrió la boca e intento hablar pero su voz no salía, solo emitía jadeos muy quedos, tenía la garganta lastimada de resequedad, giro su cabeza a ambos lados intentando hablar con desespero pero solo logrando jadeos ahogados y patéticos.

— Oh, espera — dijo la castaña, tomando un vaso de agua de una mesa cercana — Esto te ayudara — se lo acerco a la boca e intento tomar su cabeza para ayudarla a beber aquel liquido

Cinder alejo su rostro de la mano de aquella chica mirándola con desconfianza y recelo ¿Qué quería esa mujer?

— Tranquila — dijo, frunciendo el ceño levemente — Solo quiero ayudarte — a Cinder el cuerpo le dolía terriblemente, no podía moverse sola, inclusive mover su cabeza le producía un tremendo disgusto, pestañeo resignada frunciendo los labios y le permitió a la castaña acercarle el vaso de agua

La joven le levanto le mentón suavemente para ayudarle a beber, para Cinder aquel liquido fresco fue como el paraíso, le alivio enormemente su adolorida y reseca garganta, a lo que incluso inconscientemente se desesperó por beber más. La joven castaña dio una pequeña carcajada, feliz por aquella reacción positiva de la pelinegra.

— Tómalo con calma, eso es tranquila — retiro el vaso vacío de sus labios — Eso te ayudara — sonrió amable

Cinder la observo fijamente con las cejas fruncidas y una expresión de desconcierto y cierto recelo, ni siquiera parpadeaba, esto incomodo a la otra chica haciéndola rascarse el mentón incomoda y apenada por el escrutinio de la otra

— Ahh, emmm ¿Hola? —

— ¿Quién eres? — le pregunto a la castaña con la voz seca y ronca

— Mi nombre es Tessa — le respondió emocionada — ¿Cuál es el tuyo? — Cinder permaneció en silencio asimilando lo que pasaba. Después soltó un suspiro y desvió la mirada a un lado sin querer dar ninguna respuesta a aquella extraña mujer.

La joven castaña suspiro resignada y se puso en pie — Bien, ya que la señorita no está de humor para hablar, iré a terminar de preparar la sopa, estas bastante deshidratada así que te hará bien tomar líquidos —

— Estas cometiendo un error — le dijo sin mirarla

— ¿Disculpa? —

— Ayudarme… es un error —

Tessa lo pensó durante unos segundos, mirando el suelo con concentración — Si, es algo que ya pensé — luego levanto la mirada para observarla con eminente afecto — Y…. realmente no importa, lo hare de todas formas —

La respuesta capto la atención de Cinder quien la miro con los ojos muy abiertos y sorprendidos, ¿No le importaba? ¿Después de ver que era un monstruo, desalmado y deforme?, la castaña sonrió levemente y continúo su camino hacia la cocina.

— Cinder —

— ¿Mmmm? —

— Mi nombre… mi nombre es Cinder —

La joven sonrió contenta, un pequeño sonrojo de felicidad cubrió su piel — Pues, es… realmente un gusto, Cinder — asintió y luego desapareció por la puerta, dejando a la pelinegra igual de extrañada y sorprendida.